PDV Samantha:

Al día siguiente.

Me desperté temprano, Kery ya no estaba en casa. Desayune algo ligero y después me di un baño. Este día estaba dispuesta a encontrar un buen trabajo o al menos que me gustará. Camine por varias calles de Liverpool y nada. Hasta que llegue a un estudio de grabación, no sé si eran cosas del destino, pero justamente ahí solicitaban a alguien en la recepción.

-Hola, buenos días... vengo por el empleo -mencioné a una señorita que estaba ahí.

-¡Hola, qué bien! -dijo sonriente-. ¿Tienes experiencia en recepción, cosas de oficina?

-Amm, no. De hecho no, pero quiero aprender y necesito el trabajo.

-¡Oh! Déjame ver que puedo hacer -me guiño el ojo y entro a una pequeña oficina.

Me quede sentada en una silla que tenía en la entrada, esperando. Muy a lo lejos, se empezaba a escuchar música... supongo que alguna banda estaba grabando. Puse extrema atención y la canción no sonaban nada mal.

Anna

you come and ask me, girl

to set you free, girl

you say he loves you more than me

so I will set you free

go with him (Anna)

go with him (Anna)

Anna

girl before you go now

I want you to know now,

that I still love you so

but if he loves you more

go with him

All of my life

I've been searching for a girl

to love me like I love you,

oh now, but every girl I've ever had

Breaks my heart and leaves me sad

what am I, what am I supposed to do?

A pesar de ser una canción un tanto triste, sonaba muy bien y cada vez más crecían más ganas de averiguar de quien se trabatan, pero antes de que pudiera hechar un vistazo, la canción se termino y alguien de los chicos salió corriendo. Trás de él, otros tres y entre ellos estaba George, quien me reconoció rápidamente.

-Hola Sam, ¿qué haces aquí? -saludo.

-Bueno, pues... vine por el empleo -explique.

-Eso es genial.

-"¡Vamos George!" -se escucho una voz desde afuera.

-¿Qué pasa? -pregunte.

-Iremos a buscar a nuestro amigo, Ringo, ¿lo recuerdas no?

-¡Oh, claro!

-Te veo luego, cuídate.

Beso mi mejilla y salió corriendo. Quería saber que más sucedía, pero no sabía que irme a buscarlo o quedarme, de aquella oficina no salía nadie más y mi lado humanista salió a flote, tome mi bolso y salí corriendo de ahí, para también buscarlo.

Por dentro me arrepentía de haberme ido de ahí sin conseguir el trabajo, pero por otro lado deseaba tanto encontrarlo y poder ayudarlo. Luego de un buen rato caminando sin rumbo, llegue a un parque un poco cercano, busque entre las bancas y ahí estaba. Agredecía tanto poder encontrarlo, que casi gritaba de felicidad cuando lo vi.

-Aquí estás -mencione sentándome junto a él.

-¿Qué haces aquí? -escupió agrió.

-Solo quería hacerte compañía, pero si no quieres esta bien... -dije y pretendía levantarme, pero él me detuvo.

-No... no te vayas -me tomo del brazo, volví a sentarme.

-No sé que es lo que te esté pasando, pero aunque parezca increíble puedes contar conmigo.

-¿Por qué me dices esto? ¿Cómo supiste que me pasó algo? -pregunto.

-Pues, es que yo estaba en el estudio cuando saliste corriendo.

-¿En serio? -se sorprendió.

-Sí. Y bueno, todos se preocuparon... de hecho salieron a buscarte, creí que había sido algo grave.

-¡Para nada! Bueno, al menos para ellos es una tontería.

-¿Por qué dices eso?

-Porque lo es. Mira, no sé porque extraña razón, pero me das confianza y te contaré.

Comenzó a contarme su "triste" historia de amor, pero esa no era la verdadera razón por la que salía huyendo, sino que, cuando estaban cantando, Paul y John cambiaban el nombre de Anna por Maureen y así hacerlo sentir mal.

-Oh, eso es tan grosero.

-¡Lo sé! No sabes como los detesto.

-Me lo imagino.

-Se la pasan buscándome una novia, yo lo único que quiero es leer -se cruzo de brazos.

-Bueno, son tus amigos... quieren lo mejor.

-Y lo mejor para mí es leer.

-Concuerdo contigo -mencione.

-La cuestión es: ¿qué se supone que debo hacer?

-No soy muy buena dando consejos, pero si quieres uno. Solo puedo decir que dejes que las cosas fluyan, conoce gente, haz amigos, etc. Lee los libros que tengas que leer, porque las mejores cosas llegan cuando menos las esperas y cuando más las necesitas.

-Eso es muy sabio -me miro a los ojos-. Y pensándolo bien, no eres tan gritona como pareces.

-Ni tú tan tonto -reímos.

-¿Quieres ser mi amiga? -pregunto.

-¡Claro!

Nos quedamos un rato más platicando, era divertido y entretenido. Después de un rato, era hora de irnos.

-Tengo que irme -mencione después de ver el reloj.

-Igual yo, deben seguir muy preocupados.

-Cierto. Bueno, cuídate.

-También tú y gracias por el consejo.

-Por nada.

Nos quedamos inmóviles y sonreímos, lentamente él se acerco a mí y beso mi mejilla, dio la media vuelta y se fue. Estaba cien por ciento segura de que mis mejllas se habían puesto más rojas que un jitomate de temporada, las toque y estaban calientes. Sacudí mi cabeza para olvidar esos pensamientos, ¿qué rayos pasaba conmigo? Ni que fuera la primera vez que un chico besa mi mejilla... regresé a tierra y volví a casa.

Después de mucho había recordado el trabajo, mañana tendré que ir de nuevo y rezó porque de verdad me lo otroguen.

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¡Hola chicas!

Muchísimas gracias por leer, lamento haberme atrasado con este capítulo, pero no había tenido mucha inspiración jaja. No se olviden de comentar y votar, sus opiniones son importantes para mí. Les estoy eternamente agradecida. :)