No te ves bien
Noviembre 18, 2039...
Como cada viernes, me aseguro que no haya nadie en casa antes de mi tradicional llamada con Aramis, aunque realmente no es como que deba preocuparme; aprovechando un encargo de la compañía de mi hermana, mis padres decidieron salir con ella para celebrar su cumpleaños.
Me dirijo a mi cuarto a paso lento, mis terapias no están ayudando mucho últimamente y está empezando a costarme caminar, una vez que llego, lo primero que hago es tumbarme en la cama y apoyar mis pies en la pared.
Espero unos minutos y me doy la vuelta, busco en los cajones de la cajonera a un lado de mi cama y doy con mi computadora, la abro y espero a que cargue para entrar a la videollamada.
Cuando me conecto veo que Aramis ya está conectado, sin embargo, solo se ve el fondo de la pared de su sala y la ventana con vista a la playa de Santander, en eso, se escucha a alguien dando arcadas y tosiendo; segundos después aparece Aramis limpiándose la boca.
—Buenos días —saluda tomando asiento.
Abro los ojos con sorpresa al verlo, sus ojos cafés están rodeados de profundas ojeras negras que estoy muy seguro que no estaban ahí la semana pasada, su piel está pálida y hay unos pequeños huecos presentes en sus mejillas.
—Te ves horrible —comento sin pensar e inmediatamente me chupo los labios con culpa.
—Gracias —responde con una mueca —Parece que es competencia
Hago una mueca ante su comentario ya que efectivamente, no es como que yo me vea mucho mejor, mi piel está más pálida de lo normal y mis ojos están rojos y un poco hinchados.
—Sí, supongo —concedo.
—¿Qué pasó? —pregunta desganado.
—Lo usual, mis padres olvidando que su hijo también cumple años —respondo encogiéndome de hombros.
—Lo lamento —murmura y yo asiento —Feliz cumpleaños por cierto
—Gracias —contesto dándole media sonrisa —¿Y tú?
—Estoy un poco enfermo —explica de forma simple y lo veo tener reflejo de náuseas —Ahora vuelvo
Sale corriendo de cuadro antes de que pueda responderle algo y a los pocos segundos escucho más arcadas; espero un momento hasta que regresa frente a la cámara.
—Por algún extraño motivo esto me parece familiar —comento sutilmente y él mira a la cámara con una mueca seria —A diferencia de que la vez anterior no te veías tan mal
—No molestes Edvard —refuta y yo me encojo de hombros.
—No estás enfermo, ¿o sí? —insisto.
—Tecnicamente sí —responde rascando su mejilla.
—¿Realmente?
—Te dije que no molestes
—¿Y cuando te he hecho caso?
Aramis hace una mueca y cierra su computadora cortando la llamada, abro la boca con sorpresa y saco mi teléfono, busco el chat que tengo con él y le mando un mensaje de voz.
—¡Ay por favor Aramis! No es para tanto —reclamo y envío la nota.
El mensaje es visto a los pocos segundos y reproducido; este queda en visto y Aramis se desconecta, un par de minutos después, veo su solicitud para ingresar a la llamada, sonrío y la acepto sin dudar.
—Okey, tal vez exageré un poco —concede y me da una pequeña sonrisa.
—Solo un poco —me burlo y él me enseña el dedo medio —¿Me equivoqué?
—Conoces la respuesta —evita y yo asiento —¿De verdad no has encontrado nada?
—Lo lamento amigo, de verdad —me gustaría decirte la verdad pienso —Lo estoy intentando
—Lo sé —tranquiliza —Y te lo agradezco
Asiento con una mueca de tristeza, hay tanto que me gustaría decirle, realmente detesto verlo así, pero hice una promesa, y queda poco para que al fin pueda romperla.
—Oye, ¿y el concurso de los cuentos? —pregunto cambiando de tema —Según recuerdo el año pasado fue por estas fechas
—Ajá, empieza mañana —responde frotándose los ojos.
—¿Y? —insisto emocionado.
—No entré —admite y me quedo de piedra —No tenía con qué
—¿Cómo? —interrogo incrédulo.
—Lo intenté Edvard, de verdad lo intenté —asegura al borde del llanto —Nada me nació, no pude escribir una sola palabra, no puedo hacerlo en una noche
—Uno más Aramis, un intento más —pido —Por tu hija, por tu niña, piensa que se los leerás algún día
Aramis alza la vista y me sonríe, le devuelvo la sonrisa y él asiente.
—Lo intentaré, pero no prometo nada —asegura y le devuelvo el asentimiento —Hasta luego Edvard
—Hasta luego Aramis —contesto y colgamos la llamada.
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Bueno, como les dije, esto solo se pone peor, pero descuiden, Aramis estará bien... ¿O no?
Espero les guste.
Atte: Ale Bautista.
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