¡No puedes renunciar!
Maratón de Año Nuevo: 1/4
Vengo regresando a casa de mis terapias, estaciono mi camioneta, la apago y me recuesto en el asiento sopesando la opción de quedarme ahí a charlar con Aramis en lugar de caminar hasta mi cuarto.
Me estoy quedando dormido en el asiento cuando unos golpes insistentes en la ventana me sobresaltan, giro la cabeza y veo a Juno al otro lado de la ventana.
—¿Qué quieres? —pregunto después de bajar la ventanilla.
—Uno, te estabas quedando dormido —responde Juno —Y dos, ¿me prestas tu auto?
—Uno, sí, era la idea —contesto con una mueca —Y dos, tú tienes el tuyo
—Está en el taller —explica.
—¿Y para qué lo quieres?
—Voy a salir a comprar unas cosas
Sopeso la opción de negarme por un momento, pero finalmente termino asintiendo y abriendo la puerta de la camioneta para lanzarle las llaves.
—Me la regresas —advierto —¡Intacta!
—Sí Edvard —responde Juno risueña y pasa a mi lado para subir —Te veo en un rato
—Sí, adiós —contesto sin darle importancia pasando de largo directo a mi cuarto.
Espero unos minutos hasta que escucho el motor de mi camioneta, el portón y cómo empieza a alejarse para poder prender mi computadora y conectarme a la llamada con Aramis.
Cuando entro, lo veo recostado sobre la mesa, espero unos segundos para determinar si lo espanto, lo despierto o llamo al 911 de España para reportar un fallecido.
Tras unos segundos, lo veo menear la cabeza y soltar un pequeño quejido; exhalo un suspiro de alivio y busco en mi teléfono el cantar de un gallo y lo reproduzco provocándole un susto que lo hace incorporarse de golpe.
—Buenos días bello durmiente —me burlo, pero cierro la boca al verlo.
Si últimamente ha parecido enfermo, esta vez parece muerto; incluso sus labios han perdido color, sus ojeras son demasiado pronunciadas al igual que los huecos en sus mejillas, su cabello está despeinado y pareciera que lleva meses sin cortarselo.
—Buenos días Edvard —murmura en un quejido apoyando su cabeza entre sus manos.
—Aramis, ¿qué te pasó? —pregunto aún impactado por lo que estoy viendo.
—Nada grave, solo sigo un poco mal —responde meneando la cabeza.
—No, por supuesto que no —reclamo —Los últimos meses sí seguías mal, hoy te ves horrible
—No me siento nada bien —admite a medias —No tengo ganas de nada, y no siento fuerzas
—¿Has comido bien? —pregunto y él niega —Aramis, por favor
—No tengo ganas de nada Edvard —reclama mirándome —Y tengo demasiadas náuseas como para hacerlo
—Pero Aramis, no puedes hacerte esto —suplico desesperado —Regresas en unas semanas, ¿cómo te fue en el concurso?
—Mal, perdí en la segunda ronda —responde decaído —Fue una porquería, ya ni de escribir tengo ganas
—¿Puedo verlo? —pido y él asiente.
—Lo voy buscando para enviártelo —accede y se incorpora para teclear en su computadora —¿Tú cómo estás?
—Bien —contesto rápidamente —Algo agotado solamente
—Tiene sentido —murmura —¿Te graduas este año, no?
—Así es —confirmo contento, este año es el último que estaré con mis padres —A ti ya nada más te falta un año
—Ujum —responde desganado y hago una mueca.
—¿No te alegra? —inquiero, entonces me llega un correo.
—No realmente —acepta volviendo la vista a la cámara —Estoy pensando en no terminar de hecho
—¿¡Qué?! —grito incrédulo —¡No! ¡No puedes renunciar!
—No grites, ¿quieres? —reclama Aramis.
—¡¿Cómo que no grite?! Nada de eso —repongo —Vas a abandonar la escuela, tu sueño, no puedes hacer eso
—¿Y por qué no Edvard? —cuestiona molesto —¡Mírame! ¡No puedo escribir nada, ni siquiera tengo ganas de hacerlo!
—Pero es temporal —murmuro intentando consolarlo.
—¿Y si no? ¿Y si no puedo volver a escribir algo en mi vida? —reponde decepcionado —No tiene sentido intentarlo
—Aramis, por favor —suplico.
—Lo pensaré —sentencia —Nos vemos en el aeropuerto
Agachó la cabeza antes de exhalar un suspiro y asiento.
—Nos vemos Mosquetón —despido y él sonríe un poco.
—Adiós Mentalista —responde y cuelga la llamada.
Exhalo un soplido y reviso el correo, es de Aramis, el archivo con su cuento; solo me basta leer el título para saber que las cosas no están bien.
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Yo les advertí que esto solo se pondría peor.
Espero les guste.
Atte: Ale Bautista.
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