3.Marte en problemas

Nuestro último encuentro había sucedido el viernes pasado.

Había discutido con mi padre, reprobado dos exámenes importantes y encima debía llevar con urgencia la maldita maqueta del sistema solar que mi hermana menor había dejado olvidada en casa hasta su colegio.

Me sentía fastidiada, cansada, y lo estuve aun mas cuando al doblar por una esquina mi pie terminó por engancharse en una baldosa. Haciendo que tuviera que soltar si o si la maqueta para evitar la peor caída de mi vida.

- !Siempre terminas arruinándolo todo! - cuestionaba la voz paterna en mi conciencia mientras yo intentaba levantar todos los malditos planetas - Eres... tan torpe a veces Agatha ...

Varios transeúntes pasaron caminando a mi lado, todos demasiado ocupados como para hacer otra cosa que no fuera mirar y seguir de largo como si nada. Encima, podía escuchar como un grupo de idiotas también se había empezado a reír desde la cuadra de enfrente.

 Y fue ahí que no pude tolerarlo más. Largué la maqueta y comencé a correr. Sin saber a dónde me dirigía ¿Total a quién podía importarle? Y mientras lo hacía empecé a escuchar como una voz conocida empezaba a llamarme a lo lejos.

- Agatha ¿estás bien? - me pregunto al mismo tiempo que intentaba recuperar el aliento - Por favor la próxima vez ponte tacos así te alcanzo más rápido... pero ya no te preocupes ... yo te puedo ayudar a arreglarla lo mejor posible.

- ¿Acaso yo te llame para pedirte ayuda? No me digas que estabas justo en la florería y que todo el maldito barrio me vio caer como una idiota en el ...

- Eso no importa mientras a vos no te haya pasado nada ¿A dónde se suponía que ibas?

Debía tener una respuesta segura pero las palabras no salieron y en lugar de eso solo pude limitarme a llorar. Porque no era feliz estudiando lo que estudiaba, porque no me gustaba fingir que mis sentimientos eran otros ...

- Ya te dije que se puede arreglar ... y no solo los planetas - me consoló tomando mi rostro para que yo no pudiera apartarle la mirada - Perdóname por esto pero ... no puedo evitarlo más.

Sus labios se posaron sobre los míos en un abrupto beso que hizo que el frío abandonara mi cuerpo. Haciendo que la frustración, los problemas y el futuro desaparecieran bajo esa desbordante sensación de genuina felicidad.

- Quizás no lo merezca después de haberte contestado mal antes - le dije sin sospechar que mi odiosa tía nos espiaba a lo lejos -¿ Pero te podría pedir otro beso más a modo de reconciliación?

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