Extra 2

Fénix

Un año después del nacimiento de Elizabeth.

Ya habían pasado cuatro años desde la guerra de las tierras enemigas, el distrito Diamante había quedado en cuarentana absoluta y su habitante también. Aunque ya habíamos regado con el agua de la cascada que dije que fue un químico especial que invento mi hermano Crux, para no levantar sospecha igual tarda pero a su ritmo.

El ser humano todavía no sabe los secretos que guarda la naturaleza o más bien nuestra especie, hay cosas que no deben ser descubiertos como también no pueden ser halladas. Porque queramos o no entender, mis hermanos tienen razón, el ser humano a veces son crueles y no le importan hacer daño si así sea destruyendo la tierra a su paso también.

Por eso solo mi familia y Crux saben para qué es la cascada, aunque los guardianes cuiden de la montaña aun así debemos guardar el secreto. No deba ser que otro como el Alcalde Ramón Kong descubra para que sirvan las piedras de la cueva y termine destruyendo la humanidad o se desate otra guerra.

Miro el techo de madera mientras pienso en la mujer que tengo alado, el cuerpo caliente solo hace que respire con calma para después mirarla dormir.

La señora Condor.

Me encanta como suena y más si el apellido que por fin me había gustado lo llevaba mi esposa, compañera, amante y madre de mis hijos. Ella era mi todo y siempre lo iba hacer, y más si me ha dado una hermosa familia.

Jamás creí que una misión estúpida terminaría siendo un gran regalo para mí, jamás pensaba que podíamos procrearnos y muchos menos amar.

Esa palabra para mí nunca significo nada hasta que la conocía a ella, esa timidez y torpe era algo que quisiera o no, me atraía. No era como la mayoría de las mujeres que conocí, nunca fue directa, mucho menos atrevida y tampoco me buscaba para una noche de solo sexo y ya. No, ella quisiera o no entro sin darse cuenta en mi corazón y se lo robo.

Por eso, aquella noche cuando ella entro hurtadilla a mi habitación. Solo hice lo primero que pensé o más bien moví algunos hilos a mi favor, había leído muchos libros antes y sabía que al provocarla esa mañana porque sabíamos que esto no solo era atracción sexual jugué la mejor carta que un hombre puede jugar.

Jugar el tira y afloja la cuerda.

Si, era algo un poco complicado. Pero es que cuando vez a la chica que tienes al frente demostrándote todas su faceta y esperando que tu sea su príncipe azul para dar el primer paso, no se podía y más si eres un estrella y no quiere que ella sea solo un juego.

Así que me la jugué el todo por el todo, sabía que ella había enfermado y no me aparecí por su casa dejando que se cumpliera el dicho que es mejor que te extrañen que te odien, y bueno si era verdad que los Smith arreglaban todo desde la raíz sabía que ella se iba a lanzar a su manera y no como su hermana.

Y le doy gracias al creador porque funciono, porque si no fuera yo el que iría a su habitación aquella noche.

Abrazo el cuerpo desnudo de mi esposa, mientras que huelo su pelo y deposito un pequeño beso en su nuca despertándola en el proceso.

No tenía sueño y los niños no estaban en casa, hoy terminaba nuestra luna de miel y Crux y Franmar se encargarían de cuidarlo. Así que tenía que aprovechar todo el tiempo que me quedara.

- Fex, estoy cansada. -susurro ella dándose la vuelta pero sin abrir los ojos, cosa que provoco que riera un poco.

-Vamos trébol, los niños llegan entre unas horas y quiero tenerte toda las horas que quedan hasta que llegue Don quitón. -ella ríe y abre su ojos.

Y es que mi hijo y yo habíamos hecho un pequeño trato desde que comenzó a saber de las cosas de la vida y es que ese pequeño amaba a su madre tanto que recuerdo cuando me llego una mañana en el desayuno con una hoja y unas cosas escrita en ellas.

Era un contrato.

- Mi tía carolina me enseño muchas cosas, pero mi abuelo me enseño que es un contrato y para qué sirve. -dijo aquella mañana sentándose a mi lado serio.

Yo en cambio reí y estaba muy orgullo de él, para solo tener un año era muy inteligente y como decía era muy curioso y siempre quería estar con los adultos y a veces cuando viajábamos a la ciudad se escapaba a las reuniones con su abuelo.

- Aja y que propone, que ahora en adelante te tengo que buscar a tiempo a la escuela. -jugué un poco pero él negó mientras su madre le colocaba la comida en la mesa y él como si fuera un buen abogado me deslizaba la hoja a mi lado.

- Mi abuelito dijo que si quiero llegar un acuerdo con alguien debo primero lanzar mi oferta.

-Eso es verdad cariño, pero si van hacer negocios que sea después del desayuno. - contesto Aldora sentándose a su lado para coloque la servilleta para que no se ensucie cuando vaya a comer.

Yo en cambio leí la hoja que mi pequeño hijo me había pasado y reí por dentro, este niño se había tomado muy a pecho el de proteger y cuidar a su madre cuando yo no este.

- ¿Quieres tener a mamá por todo el día y yo la noche?- pregunte mientras leía y el asentía. - ¿Y qué queda de mí? ¿Y no quieres pasar el día con papá?

Hice morito triste mirándolo a los ojos, aquellos ojos idénticos a los míos que dejaron la comida para mirarme y ver como su semblante cambiaba.

- ¡Claro que quiero pasar contigo el rato papá! -contesto el rápido al ver mi cara triste y hasta me regalo una de esa sonrisa que mataría por verla en su rostro cada mañana como dice Aldora. - Solo que mamá se queda sola en la mañana cuando estoy en la escuela y tú llegas en la tarde y después no quieres soltarla cuando yo quiero jugar con ella.

Si el supiera que mi trébol no dura sola todo el día cuando él va a la escuela no se preocuparía tanto así.

Así que le regale una de mis sonrisas mientras asentía y miraba a mi chica que sus ojitos también se estaban cristalizando por escuchar a nuestro hijo.

-Yo las noches y tú el día. - propuse extendiéndole mi mano como cerrando el trato y su sonrisa se amplió más extendiéndome su pequeña mano también.

-Y Los fines de semanas los dos la tenemos para nosotros solos, trato hecho.

-Trato hecho. -concorde con él.

-Pero tienes que firmar el contrato papá, así funciona esto.

Reí pero firme mientras que volvíamos a lo nuestro.

Volviendo al presente como amaba a ese chico si llevaba mi ADN, tenía una capacidad muy rápida para aprender cosas y como resolver problemas. El mundo todavía no estaba preparado para saber que Donato y Elizabeth Condor Smith eran unas estrellas.

Los seres humanos le temen a lo desconocido, a lo que ellos no pueden comprender y mucho menos manejar. Por eso la primera vez que se desarrolló el poder que toda estrellas tenemos de escuchar mentes, le enseñe a Donato a como desactivarlo y como activarlo, porque una vez llego llorando hacia mi preguntándome si él era un fenómeno, porque los humanos no escuchan otros pensamientos y muchos no son como él.

Eso me partió el alma, pero como buen padre de familia le explique todo y porque él o bueno su tío y yo éramos diferentes a los humanos. Los poderes que algunas vez tuvimos Crux y yo, se lo pasara a nuestra descendencia porque a nosotros se nos marca allá arriba cuanto tiempo debemos usarlo aquí, pero Donato es nacido de un vientre humano con un ADN diferente por eso él era diferente. Como liza, ella si brillaba lo que no hacia su hermano.

-Ok mi amor, pero recuerda que siempre te voy a complacer sin importar cuanta manipulación use. -sus ojos grises se conectaron con los míos y pude sonreí al ver a lo que se refería.

Me incline un poco juntando nuestro labios para comenzar aquella batalla que donde los dos siempre ganábamos.

***

- ¡PAAAAAAAAAAA!

- Señor dame fuerzas. -susurre al cielo mientras miraba a mi pequeña de un año llorar en los brazo de su tío Crux.

El en cambio intentaba todo lo posible para que no llorara y aun así ella lo hacía, cuando me vio su llanto se detuvo e intento saltar de los brazos de su tío para que la atrapara, fui muy rápido y lo hice.

-¿Ahora que te hizo el tío? -mi voz fue bajita como triste al ver aquellos ojos rojo por el llanto y su cachete rojito también.

Era la copia de su madre.

-io, no dae eso. -liza era muy diferente a Donato ella si le costaba pronunciar bien las palabras y aunque Aldora me explico que ella y su hermana fueron así cuando era pequeña aun así no me gustaba.

Pero lo llevábamos con calma, Aldora y yo siempre trabajamos poco a poco para que ella fuera soltando la lengua y pudiera hablar bien, hasta su hermano la ayudaba.

Miro a Crux cuando su sobrina lo señala y el esconde la barra de chocolate en su chaqueta, yo en cambio le doy una mirada de reprobación mientras consuelo a mi pequeña. Donato viene caminando tranquilo acompañado de su tía Franmar mientras entran por la puerta.

-Hola papá. -sale corriendo cuando me ve y me agacho para recibir el abrazo y beso que me da en el cachete.

- Hola campeón, ¿qué tal su semana con sus tíos?-pregunte mirando a los dos.

Ya liza había dejado de llorar pero aún se aferraba a mi cuello como si sintiera que ese era su hogar y su escudo.

Y siempre lo seria, a mí que en un futuro no me venga cualquier pelele a romperle en corazón porque yo mismo me encargare de romperles a ellos otra cosa que un corazón.

A mi bebe nadie la daña y mucho menos la hace llorar, es que ver aquellas mejillas rojas y sus ojos rojizo solo hacen que el bobo e idiota que provoco aquellas lagrimas se arrepienta de haberlas provocados porque las consecuencias son muy graves.

- Fuimos de excursión a la montaña con el tío, y después fuimos a ver al abuelo.-explico el feliz y eso me alegro.

-¡buelo dio mucho regao! -liza había salido de su escape para decirme eso alegremente y feliz mientras señalabas las bolsas que Crux que fue a buscar.

- ¡Mami!-los dos pequeños me dejaron para correr hacia su madre que salía de la cocina.

-Oh pero miren a mis bebe tan bellos y preciosos, como los extrañe. -ella abrió los brazos para que los dos pequeños la abrazaran y así fue.

Los dos pequeños repartían besos en su cara, mientras ellas feliz también se lo devolvían. Yo deje de mirarlos cuando unas bolsas se posaron en mi campo de visión y lo único que pude hacer es colocar los ojos en blanco.

-Mañana hay una reunión y me imagino que vas a ir. -agarre las bolsas que me daba y yo la dejaba en una esquina de la casa para caminar hacia afuera y dejar a las mujeres que jueguen con los chicos en casa.

Crux y yo tomamos asiento en los muebles de maderas afueras y vi aquella gran vista que amaba y seguía amando, el bosque. Era como una escena recreada de crespúsculo, la casa de Bella y Edward.

-Sí, ya es hora de volver a trabajo. Además Aldora quiere saber cómo sigue su hermana, está más decaída al enterarse que ya el señor Smith también había seguido a su amada al otro mundo. - y mentira no era.

Después que Aurora había muerto de un paro cardiaco natural esa noticia devasto mucho a Leo y las gemelas, después de un años el señor Leo murió y fue porque el no quiso luchar más, no comía, no se tomaba su medicina y solo se dejó morir.

En ese momento pensé: ¿Será que así seré cuando pierda a mi trébol?

Pero esa pregunta no le halle respuesta porque quisiera o no, no quería darle respuesta y perder a mi luz, la persona que lleno mi mundo de alegría y lleno aquel vacío que sentía por años.

-Yo la vi ayer, ella también está muy mal. Frenellin está haciendo todo lo posible para que mejore, ayer menciono algo de un psiquiatra y espera que eso aunque sea la ayude.

-Yo también espero eso.

No me gustaría ver Aldora sufrir por otra muerte más en su familia y más si aquella chica es una buena persona, sé que lo que hizo estuvo muy mal. Pero no me gusta verla así.

Hubo un pequeño silencio cuando escuche el grito de Aldora que me llamaba.

- ¡Fénix!

- ¡¿Mande?!

- ¿Mande?-pregunto Crux con una sonrisa de burla que yo solo hice fue dale un lepe.

Me levante de la silla y abrí la puerta para buscar a la persona que me llamaba.

- Algún día también te escuchare diciendo esas mismas palabras pero cuando Franmar se ponga intensa y loca. -le recordé cuando la mencionada a veces le daba unos ataque de rabia o más bien unos ataques de celos cuando las alumnas que Crux le enseñaba clase de armería querían algo más con él, que ser alumna y maestro.

Yo en ese tema no me metía porque quisiéramos o no, Crux todavía no sabía diferenciar el coqueteo con la amabilidad y eso que llevaba aquí cuatros años.

- Al menos Franmar lo controla y lo disimula, porque tú y yo sabemos que Aldora no va todas las mañanas aprender de camuflaje en tu clases sino es para distraer al maestro en otra área.-golpe bajo, pero si era la verdad.

No me quejaba para nada que mi chica fuera a marcar territorio cuando Donato estaba en la escuela, yo se más que todo que Aldora no le gusta el ejercicio solo cuida lo que es suyo aunque mil veces se lo haya dicho que ella es mi mundo y no me voy a ir con la primera que se me atraviesa ella medio lo comprendía.

Pero el sexo toxico era lo mejor, y fue por eso que liza vino al mundo sin ser planeada por unas de sus ganas de aprender de camuflaje.

Recuerdo que cuando se enteró que estaba embarazada monto un escándalo grandísimo porque ella no pensaba tener otro bebe en esto momento sino cuando Donato ya fuera más mayor y la comprendía, tenía miedo. No quería morir de nuevo y yo no quería perderla, pero que me echara la culpa que no use protección la volvió loca. Recuerdo cuando llegue esa noche de una misión, había llegado súper cansado y ya era de madrugada. Solo quería descansar pero ver la luz encendida de nuestra habitación todavía encendida solo me confundía un poco porque ella no sabía que yo llegaba hoy, así que fui con calma después de revisar que Donato seguía dormido y después entre a nuestra habitación.

La cama estaba hecha todavía, pero un llanto salía del cuarto de baño. Cuando entre ella estaba llorando sentada en el suelo con muchas pruebas de embarazo regadas por todos lados. Cuando su mirada se encontró con la mía ni siquiera dijo nada, solo se echó a llorar y yo la abrace fuerte, siendo aquel hombro donde ella pudiera llorar, desahogarse y hasta aguante todas sus discusiones por no cuidarnos.

Para que ella pudiera aceptar el embarazo, le tomo un mes entero donde iba en consulta tras consulta y no comía nada que no fuera ella la que lo preparara. Si, fue muy duro el proceso con Liza pero lo superamos juntos como una familia.

- ¿Trébol? -pase de largo la cocina cuando no la encontré ignorando a Crux.

- ¡En el patio!-escuche la voz que provenía de afuera y seguí el camino con Crux.

Cuando estaba abriendo la puerta trasera unos papelillos impactaron en mi cara haciendo que me asustara y me fuera para atrás chocando con el cuerpo de Crux.

-¡Feliz día del padre! -el grito de todos me dejaron aturdido por unos minutos mientras me quitaba los papelillos de la cara.

-¡Tía, otra vez no! -el chillido de Donato delato a la persona que lo había lanzado.

Yo en cambio sonreí un poco para mi familia que no se cansaba de sorprenderme, yo nunca era bueno para recordar fechas y más si son importante. De eso se encargaba el pequeño de Donato de recordarme, por eso no recordaba que hoy era el día del padre.

Miro que arreglaron el patio para una parrillada, con una gran vista al lago de atrás. El lugar estaba floreado y bien cuidado gracias a Aldora y los niños, que siempre se encargaba de que así permaneciera.

- No calcule bien, perdón. -se disculpó Franmar aunque sabía que era mentira.

Yo en cambio fui a donde mi familia, donde los dos pequeños me abrazaron y me llenaron la cara de besos.

-Fei día papá. -mi pequeña me dio un fuerte abrazo y un beso donde en el proceso me tendió un regalo.

- Gracias pequeña, ¿qué es?-lo sostuve en mi mano el regalo.

Ella solo rio y se escondió tras de su mamá como siempre cuando cree que algo de lo que ella me regala no me gustara, si ella supiera que todos sus regalo que me da todo los días siempre lo atesoro como los de Donato.

-Ábrelo.

Fui abriéndolo poco a poco y cuando el regalo quedo al descubierto, sonríe y en el proceso los ojos se me cristalizaron donde mi mirada fue a mi pequeña.

-¿No te gusto?-asentí soltando unas lágrimas donde extendí mi mano para que ella la agarrara y saliera de su escondite.

-Me encanto cariño.

Ella salió de su escondite y se engancho en mi cuello abrazándome, yo bese su cabecita porque aunque a muchos hoy en día prefieran algo caro o que sea llamativo, yo prefería los muñecos de madera hecho por mi princesa.

Ella y Aldora siempre se la pasaban haciendo muñecos de madera donde las decoraba a su imaginación y cada vez que yo llegaba de trabajar mi pequeña siempre me tenía un regalo listo.

-Ahora yo. -Donato se impaciento y yo recibí su regalo que se veía más grande.

Liza volvió a los brazo de su madre y yo abrí el regalo de mi pequeño que esperaba impaciente también. Al quitar el envoltorio, un frasco grande de vidrio con una flor adentro se revelo para darme la bienvenida. El frasco estaba decorado con pintura pero lo que resaltaba mas era la flor.

- Es una orquídea, la descubrimos en nuestra excursión. -me explico él tocando con delicadeza la hoja de la flor.

Donato amaba la naturaleza como si el perteneciera a ella, y cada flor de diferente especie estaba bien cuidada en un vivero que hice para que ninguna se marchitara. Era el mejor regalo que ellos siempre me daban.

- Es hermosa. -dije mirándola, pero el negó.

- Hermosa es mami, las flores son preciosas. -me corrigió él y para nada lo negué.

-Eso es verdad es preciosa, la única hermosa es mamá. -le di un abrazo y un beso a lo que él me quito la flor para correr a guárdala en el vivero y Liza lo siguió.

- Feliz día Fex. -Aldora me da un beso en los labios y yo abrazo su cintura para retenerla a mi lado cuando el beso se acaba.

- Gracias trébol, pero porque no me avisaste. -le digo pero ella solo sonríe aferrada a mí.

-Era una sorpresa Fex, Donato y liza se esmeraron mucho para que todo saliera bien.

-Y me encanto.

Le doy un beso en el cuello cuando Crux y Franmar se me acerca para felicitarme.

La tarde pasa en familia y Frenellin llega para cuando se está repartiendo la comida. Carolina, Carla la hermana de Carlos esta con Franmar y Aldora en el lago pendiente de los niños mientras Carlos, Crux, mi suegro y yo estamos bebiendo un poco.

Carlos y Carla ellos llegaron después y eso me sorprendió un poco, ya que Carolina había llegado con Frenellin porque eran los únicos invitados. Pero bueno me encanta que seamos nosotros los únicos que podamos disfrutar y no este un rezagado que no nos agrada.

Ya para las siete todos se van y quedamos los cuatros en el patio viendo las estrellas, Aldora había ido por unas mantas para todos porque hacia frio. Cuando llego Liza se metió entre mis piernas y Donato en las de su madre, donde Aldora y yo nos abrazábamos sin dejar de ver el cielo despajado que comenzaba a despejarse toda aquel humo que no dejaba que el cielo se viera como una vez el creador lo había hecho.

Las estrellas se podían ver ahora y desde aquí donde estoy sentando puedo mirar al cielo y estar más de acuerdo que les daba gracia a mis hermanos por usarme como conejillo de india, porque si no fuera por ellos jamás hubieran tenido esta gran familia.

- Te amamos papi. -el susurro de mis pequeños ya durmiéndose solo hicieron que dejara caer las lágrimas que retenía y viera a la chica que me miraba con ganas de protegerme y dar todo para verme más que feliz.

- Yo también te amo Fex.-su cálida mano paso a mi cachete uniendo nuestra frente.- Y siempre estaré dispuesta hacer todo para que esta familia sea un nido de amor de los dos.

Sus palabras calaron hasta mis huesos y yo cerré los ojos donde los dos respirábamos el mismo aire.

-Te amo y yo también estaré dispuesto a luchar por los dos, pero solo quiero que algo no cambien entre los dos.- abrí los ojos para encontrarme con su mirada confundida.

- ¿Qué es amor?

- Quiero que siga nuestras prácticas de camuflaguiado entre los dos. -le sonreí con una sonrisa divertida a lo que ella me respondió con una feliz y en el proceso se sonrojo.

-Trato hecho amor. -donde el contrato fue sellado y firmado con un solo beso que nos unió para toda la vida.

Ya no era más El chico de las Estrellas, ahora éramos la Familia de Estrellas. Porque queramos o no, ya tu eres parte de esta familia desde el momento que leíste mi historia, bueno nuestra historia.

Una bonita constelación estamos creando, y no queremos que se apague. Así que deja tu luz brilla y demuéstrale al mundo que somos todos iguales, una constelación fénix que renace de la ceniza.
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Hola mis tréboles, tanto tiempo y heme aquí con otro extra de esta bella historia. Y es que Fénix andaba de muy intenso reclamandome porque le hice un extra a su amada y a el no.

Y bueno aquí estamos otra vez donde descubrimos un poco más de esta pequeña familia de estrellas.

Besos y abrazos mi tréboles, recuerden que ya somos parte de esta familia.

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