Capítulo 15. ✨NPS✨

Aldora

<<Positivo.>>

<<Dos rayitas.>>

<<Diez pruebas.>>

<<Ninguna negativa.>>

—Ay morí.— corrí al baño y me deje caer en el inodoro botando por mi garganta de nuevo lo poquito que tenía en el estómago.

Llevaba más de una dos semanas sintiéndome muy mal, no podía comer nada. Porque casi todo me daba náuseas o mareo, estaba bajando mucho de peso y sentía en lo más profundo de mí ser que algo no estaba bien en mí y lo confirme hoy cuando compre la prueba de embarazo.

<<Embarazada.>>

—Dios, Aldora está en problema. —Franmar entró también tras de mi asustada, sosteniendo mi pelo.

Solo subí la cabeza con las lágrimas surgiendo en el proceso y las intensas ganas de seguir vomitando.

—Abu se va a molestar.

Ella me sostuvo antes que volviera a romperme y solo me abrazo, porque en serio necesitaba ese abrazo y más de una amiga. Porque sabía si mis abuelos se enteraban de lo que estaba pasando, ya estaría pérdida.

—Claro que no Aldora, ella nunca se va a molestar contigo.

—Ella tenía la misma edad que tenía yo, cuando salió embarazada. —chille triste y agotada, porque todavía no podía asimilar lo que estaba pasando y sabía que si Fénix se enteraba esto se complicaría mucho. —Ni siquiera me cuide, fui muy estúpida. Con Mateo me cuidaba muchísimo porque tenía miedo de salir embarazada y estaba muy joven, y mira quien me dejó embarazada por un momento de calentura.

Franmar me separó de ella uno milímetros y buscó en mi mirada algo que no sabía decir que era. Pero al final colocó sus dos manos en mi mejilla y comenzó a limpiar mis lágrimas.

—Dora, no eres la única que le ha pasado. —ella solo me llama así cuando quiere que yo entre en razón. —Él también debió cuidarse y además la tecnología está demasiada avanzada que podemos hacer cualquier cosa sin que nadie se entere.

<<Crack.>>

¿Escucharon eso?

Eso fue mi corazón rompiéndose al imaginar lo que pienso que quiso decir ella.

Me aparte de mi amiga muy rápido y la mire alarmada, como si ella estuviera loca.

—No pienso aborta y mucho menos pienso matar esta criatura que está creciendo en mí.

Ella negó frenéticamente antes de levantarse y acercarse a mí.

—Dora, no estoy diciendo que vayas a abortar porque eso yo no lo pruebo. —respire tranquila esta vez y ella sigue. —Solo te estoy diciendo que podemos ir a cualquier clínica y averiguar si el bebé está bien, sano y así podemos saber cuánta semanas tienes y ver si podemos ocultarlo con ropa grande que se yo... Cualquier cosa nos funcionará.

Ahora la que estaba intranquila y nerviosa era ella. Y solo pude hacer una sola cosa y es reír.

Si reír, porque cuando estaba super nerviosa me entraba muchas ganas de reír y que nadie se entere por qué escondo mi tristeza y mi dolor a través de una sonrisa.

—Voy hacer mamá y es de Fénix. —involuntariamente me lleve las manos a mi vientre que estaba todavía plano.

Franmar también se echó a reír y asintió alegre conmigo.

—Y yo voy hacer tía.

***

—Aldora Smith.

—Aquí. —me levante del asiento y me aferre a la mano que me sostenía dándome apoyo en todo momento.

—Vamos Aldora, yo estoy contigo hasta el final.

Asentí un poco nerviosa, pero ella también se levantó y camino conmigo tras de la enfermera que nos guiaba hasta el consultorio de la doctora.

Franmar y yo cuando salimos de mi habitación, prendimos la huida hacia una clínica fuera de mi área donde alguien no nos conociera y solo eso fue posible con la ayuda de mi amiga que ella si tenía mucha influencia.

—La Doctora Coronel la cambiaron hacia otro distrito, así que te va tocar el nuevo Doctor que llegó hace una semana. —la enfermera que nos guiaba, nos iba informando hasta que nos detuvimos dentro del pequeño consultorio.

Ya adentro Franmar se sentó en la única silla que estaba junto a un escritorio de madera y al lado había una camilla y muchos aparatos que no sabía decir cómo se llamaba. La enfermera salió y nos dejó sola diciendo que el Doctor ya venía, yo solo asentí caminando hacia la pequeña camilla y sentándome en ella.

—Tengo miedo amiga. —hable después de un rato en silencio donde Franmar solo miraba su teléfono hasta aparta su vista de él para después mirarme.

—Es normal, apenas tienes 18 y si yo estuviera en tu lugar claro que lo estaría.

—Pero solo qui...

—Disculpa que haya tardado tanto, es que había una emergencia en otra Sala. —el Doctor que todavía no sabía su apellido hizo aparición en el consultorio interrumpiéndonos.

Él entró abrochándose la camiseta y colocándose la bata en el acto. "Otro perro con ese hueso". El Doctor era un Moreno alto, forzudo con una cabellera castaña. Mire a mi amiga y ella estaba tan embobada mirándolo que no me di cuenta que él nos observaba divertido.

Se acercó hasta donde estaba yo y pude ver que tenía unos ojos tan negros, que se parecía al idiota que me embarazó.

<<El embarazo solo me está haciendo alucinar.>>

—Perdón, soy el Doctor Crux Ramírez y seré el que lleve el control del embarazo. —se presentó estrechando su mano y sentí una pequeña presión en mi corazón e intuitivamente me lleve la mano al collar que Fénix me había regalado.

—Yo también necesito revisión. —Franmar que permanecía callada hasta esto momento fue la que habló haciendo que la mirada del Doctor fuera a ella y se le iluminará la mirada en el proceso.

—Por mí no hay problemas, señorita...

—Franmar Salazar. —Se presentó ella levantándose del asiento y caminando hacia él muy coqueta.

Los dos se daban las manos y se miraban como si fuera amor a primera vista y no queriendo arruinar el momento hasta que alguien más entró a la habitación y todos pudimos caer en la actualidad.

—Perdón Doctor, pero la paciente necesita que le haga el chequeo, me la llevaré para hacer los exámenes y ahorita vuelvo.

Quede en shock al ver a Samiel o Samuel el amigo de Fénix con el uniforme de enfermero que nos miraba cansado, como si ya estuviera cansado de su vida y trabajo y lo entendía un poco. Ya entendía porque quería estar de fiesta con Fénix y lo introvertido que era.

—Ok, pero ya se lo que tiene. Pero de toda manera solo quiero confirma. —habló el Doctor dándole una mirada que solo ellos pudieron entender.

El amigo de Fénix me hizo señas y lo seguí a otra habitación, donde me hicieron pruebas de sangre y otras cosas que no podría saber porque todo pasaba muy rápido frente de mí. Y tenía muchísimo miedo que él le contara algo a Fénix, además estaba muy callado y solo me dirigía unas palabras cuando era para decir que dolería o no lo que iba hacer.

Íbamos de regreso al consultorio, cuando lo detuve del brazo. Cosa que lo asombro un poco.

—Por favor no se lo vayas a decir ¿Si? —rogué nerviosa y asustada, porque si Fénix y él se conocía. Fénix muy pronto se enteraría del embarazo y me obligaría abortarlo.

<<No lo sabemos todavía Aldora.>>

Claro que todavía no lo sabemos conciencia, porque él nunca habla con nosotras si no es para puro sexo.

<<Eres la mujer del drama cuando de esta cosa pasan.>>

Él me miro confundido antes de asentir y volver agarra el camino de nuevo.

—No le diré nada, no es mi problema y no me incumbe lo que vayan hacer de ahora en adelante.

—Gracias. —susurre dolida y lo seguí hasta el consultorio.

Cuando llegamos él le entregó algo al Doctor que estaba hablando con mi amiga muy divertido, pero que yo ignore cuando miro la hoja y soltó lo que yo ya sabía.

—Está embarazada y lleva un mes.

<<¡Un mes!>>

<<Un puto mes, desde el día que me escabullí a escondida a su habitación y lo hicimos por primera vez.>>

—NPS, No... Puede... Ser. —me lleve las manos a la boca, ya no sabía que sentía si alegría o miedo o rabia por no tomar las pastillas del día siguiente y no cuidarme.

—Ay Dora siento que se viene el desmadre. —susurro Franmar también sorprendida buscando mi mirada.

No sé cómo salí de esa clínica, pero salí pérdida y sin saber qué hacer. El bebé estaba creciendo fuertemente y sin problemas en el camino. Solo me mandaron cuidarme y no hacer ningún esfuerzo para nada. Así que Franmar y yo nos fuimos directo a mi casa, donde al parecer mi abuela y mi hermana estaban en casa. Mi abuelo había salido, por lo que Franmar se quedó con nosotras un rato más hasta que él llegó alrededor de las seis y media, y ella se pudo ir.

—Voy a descansar un rato.—dije subiendo las escaleras, cuando vi que mi abuela iba a cocinar. Ya las náuseas estaban surgiendo.

Mi abuela me miro entre cerrando sus ojos un poco dudosa antes de asentir y formar una sonrisa.

—Tranquila, yo te llevó la comida cuando esté lista. —me aviso dándose la vuelta.

Yo solo subí y camine hasta detenerme en mi habitación, donde me acosté en la cama y el sueño me agarró.

***

Fénix

<<Mierda.>>

Sí, eso.

Mire la mansión que ardía en llamas desde la distancia donde estaba situada la familia Kong en su fiesta de celebración por la victoria que se aproximaba en la guerra que no ganarían.

<<Hasta un ciego podría verlo, sin necesitar un adivino o no.>>

El pueblo enemigo estaba creciendo y el Jefe de Tierra Oscura solo le dio una probadita de su poder al meterse con él.

—Los Smith ahora si se metieron en un gran problema. —comentó la persona que no debería estar aquí conmigo y mucho menos cerca de esta zona.

—Y los Kong no se quedan atrás.

—Yo que tú, ya estaría sacándolas de su casa... Porque el Alcalde ya dio orden de captura.

Eso debería preocuparme un poco, pero no lo hizo. Yo sabía mover muy bien mis fichas y aunque estuviera en medio de una guerra entró dos pueblos. Tendría que seguir con el plan.

—Tranquilo, ya Samuel esta en eso. —Comente mientras me acomodaba el traje negro y miraba la entrada que me llevaría a lo que buscó.

—¿Como una estrella va a pasar por fuego? Debe estar muy loco si en verdad vas a entrar prácticamente al infierno, porque esa casa está en llamas.—me recordó lo que yo ya sabía aunque no lo necesitaba.

Él solo estaba aquí era para darme información y no hablar demás.

—Solo encárgate de que Crux se quede en la clínica, no se mueva por nada del mundo y que siga sacando las informaciones que necesitábamos.

Él se cruzó de brazo molesto antes de asentir y mirar la mansión en llamas, que esta vez el fuego había avanzado.

—Maldito futuro, que ya ni bomberos tenemos y los médicos de ahora sólo sirven para traficar.

Entendía su rabia, y era porque su hermana menor estaba pérdida y solo por eso nos ayudaba en todo eso. Yo lo conocí la última vez que baje, a él y su hermana menor. Eran unas buenas personas y solo eran unos niños huérfano que necesitaban ayuda y se la brinde llevándolos a un excelente hogar.

Y solo por eso cuando me entere hace día que su hermana estaba desaparecida y la última vez que la vieron fue en esa clínica, aproveche que mi hermano estaba aquí y con ayuda de Samuel lo introduje para que averiguara lo que necesitábamos. Ya que él no estaba haciendo nada bueno, y fue una pérdida de tiempo que mis hermanos lo mandaran aquí abajo a realizar la tarea que yo no había hecho.

Mire la piedra que tenía en mi mano y solo la lancé cansado al suelo antes de salir corriendo a la mansión en llamas. Corrí lo más rápido que puede introduciéndome al infierno en llama, y sentí cuando la entrada por donde entre se había bloqueado con las vigas ardientes que caían del techo. No me detuve a comprobar y solo seguí corriendo, hasta bajar algunas escaleras y seguir el rastro de la piedra.

Está en el sótano.

Mis guardias me seguían indicando el camino, y por el calor que hacía me estaba asfixiando que me quité el pasa montaña y seguí esquivando las cosas que caía. Cuando llegue al final del sótano, me detuve frente de una puerta grande de hierro metal muy reforzando, lo que hizo que apretara fuerte mis puños y le diera en la manilla.

Si el mundo iba a morir, que fuera por sus guerras y no por la piedra de la cueva.

La puerta cedió y ví como mi guardianes giraban alrededor de la piedra que estaba dentro de un cristal que lo protegía. A lo mejor lo dejaron, pensando que podían volver a la cueva y obtener más.

—Idiotas, ni lo sueñen que van a volver. —murmure molesto y mire la piedra, solo vasto que alzara las manos para que ella sola viniera a mí.

Éramos cómo dos imanes que se necesitaban mucho y que no pueden estar separamos. La guarde en mi bolsillo y mire el lugar por donde había entrado y vi muchas llamas, el humo estaba que jode. Yo no dejaba de toser y sabía que todavía quedaba gente en la mansión por los gritos que se oían.

—Por aquí.—señalo mi Guardia.

Había una rejilla en una de las paredes que daba al exterior y no lo pensé cuando con una patada la saque y me escabulle por ahí hasta salir a fuera. Cuando pude respirar aire fresco, me levante con pocas fuerza y seguí corriendo hasta entrarme al bosque.

Solo descansaba lo que debía y volvía a seguir huyendo, podía sentir que mi piel ardía a igual que mis ojos por el humo pero no me importa. Necesitaba llegar a la cueva lo más antes posible.

Hasta que todo se volvió negro delante de mí y caí al suelo.

***

Aldora (Horas antes)

—¡Es que lo odiara y me culpara de esto abuela!—chille llorando en los brazos de mi abuela.

Cuando dije que me iba a costar, lo había hecho, hasta que llegó haciendo pregunta de más y tuve que contarle todo lo que pasaba. Ya me estaba preparando para el regaño por ser una idiota en no cuidarme, pero fue todo lo contrario.

—¿Cómo sabe que lo odiara? Tú no sabe nada todavía Aldora y es mejor que se lo diga, porque ese bebé no se hizo solo... Hubo participación de dos personas en ese acto. —ella paso sus manos por mi pelo consolándome, pero sabía que si Fénix se enteraba podía sugerirme lo que con tanto miedo tengo de escuchar.

—Tengo miedo abuela a igual que si mi abuelo se entera me matará.

—Él te va apoyar cariño, pero cuando llegue Fénix debe contárselo... Los dos deben contarse la verdad.—dijo ella molesta, pero yo no entendía de lo que hablaba y cuando estaba apuntó de preguntarle entra mi hermana agitada y con una cara muy asustada.

—Estamos en problemas y viene un ejército de oficiales arrestarnos. —fue lo primero que dijo y lo primero que hizo que me preguntará que habíamos hecho mal en la vida para que todo esto nos pasará.

—¿Pero qué? ¿Por qué viene hacia acá? Si nosotros no había hechos nada—pregunte molesta y nerviosa.

Pero mi abuela ni siquiera le sorprendió la noticia si no que miro mal a mi hermana antes de levantarse de la cama y sacar algo de su bolsillo.

—Andando, nos vamos.

La mire incrédula, pero el ruido de unos pasos corriendo hacia arriba solo nos alertaba más.

—¡Aldora, Señora Aurora! ¿Hay alguien aquí? —el grito del amigo de Fénix solo hizo que nos calmara hasta verlo entrar apurado con Franmar que traía un bolso pequeño y venía asustada también.

—¿Que paso? —corrí hacia ella cuando vi el morado en uno de sus ojos.

Ella negó antes de posar su mirada en mi abuela y después en mí.

—Mateo llegó con la Guardia y todo fue muy rápido, arrestaron a mis padres por andar con el enemigo y conspirando con la nación y unos de los Guardias me golpeo en la cara hasta que llegó Samuel y me ayudó a escapar... También debemos irnos, vienen hacia acá.

—Vamos. —mi abuela me jaló el brazo a igual que a mi hermana.

Yo estaba tan en shock, que no sabía que era lo que estaba pasando y porque los que debían pagar las consecuencias éramos nosotros. Ni siquiera me di cuenta cuando mi abuelo también se nos unió en la huida por detrás de la casa, un túnel que yo ni sabía que existía o estaba ahí.

—Ellos son así, cuando crees se revelan... —decía mi abuela a alguien.

Muchas noticias en un solo día, solo empeoraron mi estado provocando que me preocupara más por el bebé que llevaba en el vientre y que su padre todavía no sabía que existía.

Y pensando en su padre solo hizo que me detuviera haciendo que mi amiga también se parará al ver que yo miraba atrás.

—Fénix. —dije con la intención de volver.

Porque él podía volver y la Guardia lo encontraría o que se yo.

—El vendrá después. —dijo ella jalándome convencida.

Ni siquiera me dio tiempo chitar porque todos huíamos, ya cuando estábamos llegando a la entrada del bosque escuchamos los disparos y gritos de los guardias.

—¡Están Huyendo!

—¡Por detrás!

Gritaban y vi como todo corrían como si ya conocieran el camino o lo que tenían que hacer. Yo por ejemplo estaba pérdida, y sentía una presión en el pecho que solo me empeoraba.

—Por aquí. —susurro una voz que yo jamás había escuchado.

Me di la vuelta nerviosa buscando la voz, pero era como si fuera el mismo viento el que susurraba, porque los demás estaban ocupado en su trabajo sacando cosa de los arbustos de la entrada del bosque que se olvidaba de mí.

—Amo en peligro. —volvieron a susurra y está vez logre ver una figura pequeña blanca que estaba en dirección contraria de nosotros y mi casa.

Eso solo me recordó a la vieja película de valiente donde la chica de pelo rojizo se le presentó un espíritu en el bosque y la llevó a una cabaña. Yo sabía que no debía seguirla, pero era como si me llamara y ni siquiera lo pensé y lo que hice fue seguirla.

Corrí tras la pequeña luz que se adentraba más y más al bosque, que solo hizo que me cansara y me detuviera para agarra aliento y después seguir. No sé cuánto tuve corriendo, pero lo hice hasta detenerme en seco y sentir como mi estómago se revolvía por dentro, sin saber si de alegría o eran ganas de vomitar.

Me agache asustada frente de Fénix que estaba en el suelo cubierto con ropa negra y la dos luces lo rodeaban, él se veía como si hubiera salido de algún incendio y tenía cortada en sus brazos y cara. Coloque mis manos en su cara para llamarlo, pero ardía en fiebre que solo hizo que me preocupara más.

La noche estaba cayendo y los disparos ya no se oían, éramos nosotros dos y necesitaba ayuda.

—Fénix cariño, despierta.

No podía cargarlo porque él pesaba mucho y mi estado no lo permitía, así que tome sus signos vitales y estaban muy débiles.

Se removió dormido y todavía la fiebre no bajaba, busque a mí alrededor un lago o lo que fuera que tuviera agua, pero solo veía bosque y oscuridad hasta que una luz un poquito brillante alumbraba el cuerpo de Fénix. Que solo hizo que me asustara un poco.

<<¿Él alumbraba?>>

Bueno todo su cuerpo lo hacía, pero débil.

—Agua. —volvieron a susurra y me voltee a ver, la luz que me había guiado hasta Fénix estaba un poco lejos de nosotros y me levante tras lidiando hasta llegar a un pequeño charco.

Eso funcionaría, me arranque un pedazo de mi camisa y lo moje hasta volver de nuevo a que Fénix que seguía alumbrando y coloque él trapo mojado en sus labios. El comenzó absorbe el agua y después se lo coloque en la frente para que la fiebre bajará.

Pase mis manos por su cara, sus ojos se mantenía apagado y aunque tenía muchas preguntas que hacerle. No sabía porque ya sabía la respuesta, era como si el cuento que mi abuela me había contado era su historia y solo hizo que otra punzada me hiciera llevarme las manos al vientre.

—Necesito que despierte Fex, el bebé te necesita... Te necesito. —susurre colocando mis labios en los suyos.

Tenía fe que abriría los ojos y solo tocaba esperar. 

.
.
Pido disculpa en el capítulo 13 en la parte donde dice que es narrada por Alida y en verdad es por Aldora, fue un error de nombre de gemela que no lo vi hasta ahora... Con más calma lo corregiré en su momento, esto es apenas un borrado que ido escribiendo y editando en el teléfono por ahora.

No olviden de votar y comentar si le gusto mucho, me ayudaría en la historia.

Besos y abrazos 😘🤗

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