⭐ Cinco ⭐
«Puedo volar cuando estoy junto a él»
Yixing es capaz de detener la lluvia y hacer que salga el sol, también es un ser radiante de luz que logra transmitirla hacia otras personas. Yixing sabe cuándo Junmyeon está triste o preocupado, puede consolar su alma y aliviar sus heridas físicas.
«¿Qué más?»
Ayuda a que las flores crezcan y tarden en marchitarse; Junmyeon no olvida que gracias a sus cuidados, hoy tiene un jardín con lindos girasoles que le recuerdan al mismo Yixing.
De alguna manera, él le trae felicidad. Es un ser mágico, en cuyos ojos esconde las estrellas y es por eso que está más que convencido que no es de este planeta y que su hogar debe estar en alguna estrella lejana.
Junmyeon sonríe frente al espejo, aprobando su atuendo para esa noche. La lluvia de estrellas es ese día y Yixing le ha invitado para verlo juntos.
Lo encuentra en su jardín admirando los girasoles. Cuando sus miradas se encuentran le es inevitable sonreír, Yixing también lo hace. En seguida entrelazan sus manos y emprenden el camino.
De vez en cuando sus ojos se desvían hacia sus manos juntas, le gusta cómo se ven, encajan perfectamente. Cuando alza la mirada atrapa a Yixing mirando también en esa dirección, por lo que empieza a reír tiernamente, de acuerdo a Junmyeon.
—Me puedo acostumbrar a esto —Yixing dice mirando hacia el frente, dando un sutil apretón a sus manos unidas.
—Se siente bien —Más que bien, Junmyeon se siente protegido.
Yixing se detiene y le observa curioso, con su mano libre toca brevemente su mejilla.
—Definitivamente me puedo acostumbrar a esto.
🌻🌻🌻
Suben una pequeña colina, en donde hay algunas personas disfrutando de la noche. Para su sorpresa, Yixing ha preparado una clase de picnic nocturno para ver el fenómeno astronómico. Ante los ojos ilusionados de Junmyeon, despliega una manta sobre el césped recién cortado, los dos se sientan uno al lado del otro con las palmas de sus manos apoyadas hacia atrás. Sus dedos meñiques empiezan una mini batalla, los dos ríen manteniendo sus miradas en el cielo estrellado, donde pequeños luminosos puntos se mueven surcando el oscuro cielo.
Aunque lo intenta, no puede concentrarse en la lluvia de estrellas, no cuando él está a su lado. Termina apoyando su cara sobre su hombro, se siente más cómodo así. Yixing se acerca más a su cuerpo, como si no estuvieran ya lo suficientemente cerca.
No es como si no lo hubiese notado, se han vuelto más afectuosos con las muestras de cariño, desde aquella vez que había besado su mejilla. Constantemente Yixing rodeaba su cintura apoyando su mentón sobre su hombro, no le incomodaba, Junmyeon sonreiría y uniría sus manos sobre su abdomen. Al sentarse siempre terminarían en un enredo de piernas y brazos, los dos reirían al verse de esa manera, es como si ya no existiese espacio personal entre ellos.
A Yixing le gustaba acariciar su cabello tanto como a él le gustaba tocar su mejilla sobre su hoyuelo. Incluso esta esa vez en la que Junmyeon durmió sobre el pecho de Yixing con sus brazos rodeándolos; sus mejillas se habían calentando al despertar y ver que lo había usado como su almohada personal.
La forma en la que él le mira y toca su rostro o simplemente acaricia su cabello, deja en Junmyeon un sinfín de sensaciones que no puede explicarse; le emociona hasta el punto de buscar sus caricias, se siente como si estuviese flotando en una nube de algodón. También se ha dado cuenta que sus nervios han aumentado cuando están tan cerca, dejándolo avergonzado por no saber exactamente qué hacer con sus sentimientos.
—Me inscribí en la escuela para el próximo año —Le anuncia sacándolo de sus cavilaciones.
Junmyeon endereza su espalda para ver la pequeña sonrisa formándose en Yixing. Queda gratamente sorprendido ¡Lo que siempre deseó! No puede ocultar que la noticia le hace feliz.
—Eso significa qué-.
—Estaremos juntos —afirma.
Junmyeon lo abraza con tal efusividad que Yixing, sorprendido, pierde su balance y se va de espaldas sobre la manta. Entretanto, Junmyeon termina sobre él, su respiración queda atascada y su rostro palidece, irreparablemente sus ojos terminan desplazándose hacia sus labios.
—Junmyeon —susurra su nombre acercándose a su rostro, sus manos sostienen sus ruborizadas mejillas.
Junmyeon eleva la mirada y sus ojos lo cautivan, al punto que solo puede ver el universo que esconden, las miles de estrellas en sus oscuros iris. Su mirada resplandece; realmente es alguien que viene de las estrellas, de lo contrario no podría contener ese brillo.
Ninguno de los dos se aparta. Cierra los ojos cuando siente un hormigueo en su frente donde Yixing ha dejado un beso. Su reacción es sonreír encantado con su corazón a punto de salírsele del pecho.
—Eres tan hermoso Myeonnie.
Está a punto de negar, decirle que es él quien realmente es hermoso, pero sus labios son sellados con el sutil tacto de los de Yixing, en un gesto tan suave como una pluma, e incluso así logra despertar más de un sentimiento a los que no le puede dar nombre.
Se siente confundido, Yixing lo mira preocupado, le recuerda aquella vez que se conocieron.
—L-lo siento no debí —dice notándose nervioso.
Aleja sus manos de su rostro, y ahora siente el frio sobre sus mejillas; sus labios terminan en puchero. Extraña su tacto, necesita de este para que su corazón se sienta contento. No puede imaginar no volver a ver Yixing, ni sentir su magia; el solo pensamiento que algún día regrese a su estrella, le aterra.
—No te alejes de mí, por favor —dice con hilo de voz.
Junmyeon deja un beso en su mejilla, como tantas veces lo ha hecho. Es feliz.
Delinea con su pulgar los labios ajenos, de inmediato siente como el cuerpo de Yixing se tensiona; sus labios se entreabren, y estos se sienten suaves bajo su tacto.
Cierra los ojos, dejando que sean sus labios los que sientan la suavidad de estos. Junmyeon empieza a mover su boca lentamente y con cierto nerviosismo, inundándose por su dulce sabor.
En su mente se van dibujando cientos de constelaciones; contempla encantado las estrellas a medida que se deja inundar por la sensación de sus labios conectados.
Cuando la falta de aire le hace bajar a la Tierra, abre los ojos con pesadez, sus labios ya no se tocan, aunque puede sentir la huella que dejaron los belfos de Yixing sobre los suyos. Nunca ha sentido algo así, algo que le haga sentir como si él también tuviese magia que le permitiera volar y alcanzar las estrellas.
—Te quiero mucho, ángel.
Si eso es querer, lo que Yixing despierta en él con solo una sonrisa, con su presencia en su vida, entonces tal vez se permita decirlo en voz alta.
—Yo también te quiero, chico de las estrellas.
Junmyeon ríe nerviosamente, al ver a Yixing mirándolo confundido, tal vez no debió decirle que siempre ha sabido su secreto.
En seguida vuelven a juntar sus labios, finalmente alcanzando las estrellas.
🌻Y así terminamos con esta linda historia, espero les haya gustado. Sé que es cortita, pero así la tenía pensada por el cumpleaños de Junmyeon!
Mañana, 22 de mayo, les traeré el Especial de esta historia 🌻 desde la perspectiva de Yixing ⭐ vamos a ver qué pasaba por su mente.
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