Me sorprendió verlo ahí parado... ¿Qué hacía aquí?, lo miré de pies a cabeza... Se miraba algo ¿triste?¿Qué le pasaba?, tenía unas ojeras muy grandes, sus ojos estaban hinchados, parecía que hubiese pasado llorando  toda la noche... Me preocupó, «Ojos... ¿Qué cargas en esas bolsas?» me pregunté a mi misma al verlo en ese estado.

— ¿Goten?¿Qué se te ofrece? — le interrogué dudosa.

— ¿Podemos hablar un momento?  — miró a Kurota — ¿A solas? — yo respondí asintiendo.

— Permíteme un momento Kurota — le dije para después levantarme de la banca dejándolo a él... Sólo.

Goten me llevó a un lugar solo del parque... Era un tipo quiosco donde ya nadie llegaba, nos sentamos en el piso de este.

— Dime... — lo miré a los ojos.

Él bajó la mirada y después pronunció las siguientes palabras:

— Tienes que ir a verlo, él te necesita — decía mirando sus manos, al principio no sabía de que hablaba pero luego lo supe... Hablaba de Trunks.

— ¿Me necesita? — cuestioné.

— Sí, desde el día que te fuiste, él está muy opaco, no me habla, no sale de su habitación, me preocupa y es por eso que quiero que vayas con él, Pan... Te dejo el camino libre, sé que tanto él como tú serán felices... Felices sin mí... — dijo el muchacho y luego se levantó de donde estaba sentado para luego irse.

A unos tres o cuatro pasos de lejanía lo detuve, el me volteó a ver con los ojos lloroso... De verdad lo ama...

— Goten... — dije en un susurro para después abrazarlo...

— Ve con él Pan... Renuncio a él, no quiero que esté conmigo sabiendo que quiere a alguien mas, pero solo te digo algo... Si lo haces sufrir te arrastro de tus cabellos y dejo mi casa limpia con tu cuerpo — dijo entre risas la última frase y yo no hice más que sonreír.

— Está bien Goten, yo cuidaré a Trunks, es un amigo para mí aunque lo conozca desde hace poco... — terminé el abrazo.

— Pero... Yo sé que él a ti no te quiere como una amiga... Pan... Él te ama — me dijo frunciendo el ceño.

— Goten yo... Yo solo lo quiero, no lo amo y si lo amase fuese como un amigo y solo eso — lo miré a los ojos y sonreí sincera.

— Solo inténtalo — fue lo último que mencionó y luego se fue, con un rumbo desconocido para mí.

Luego de aquella platica me fui con Kurota y él me acompañó a mi casa, desde entonces medité, ¿Y si era verdad?¿Trunks me necesitará?... Tengo que verlo.

Al día siguiente llegué a la casa de Trunks, toqué el timbre y un Trunks todo despeinado y con los ojos rojos me abrió la puerta... Me sorprendió verlo así, era verdad lo que me dijo Goten, este tipo que tengo en frente no es ese Trunks que me trajo del hospital, el que me atropelló aquel día, no, no es él.

Me invitó a pasar a su casa y luego me dijo que lo esperara que se iba a bañar y a arreglarse, yo esperé paciente en la sala, la casa a pesar de todo estaba impecable.

Trunks salió al rato, ahora ya no era el mismo que abrió la puerta, este era el Trunks que me gustaba ver... El chico que al verle el rostro alegraba el día de cualquiera.

Fuimos a un tipo bosque ese día, un lugar muy bonito, estaba lleno de vegetación, paseamos un rato y al cabo de unos minutos nos sentamos en frente de una pequeña laguna que había en ese lugar.

— Es curiosa la vida... — mencionó Trunks mirando al cielo...

— ¿Por qué lo dices? — cuestioné posando mi mirada en él.

— Es que... Bueno... Todos aquí son felices con quien aman, y yo... Yo pues no tengo con quien compartir felicidad alguna — decía aun con la mirada en el cielo.

— A decir verdad, no solo tú, también yo estoy así — baje ahora la mirada mientras recitaba aquellas palabras.

— Pero no hay nada que podamos hacer, lo único que nos queda es vivir así — bajo ésta vez la mirada con una sonrisa forzada.

— Tal vez sí — lo miré alegre y él me miró igual — ¿Qué te parece si hacemos algo...? — propuse con juguetona.

— ¿El qué? — arrugó el entrecejo de manera dubitativa.

— Ambos nos tenemos el uno al otro... ¿Qué te parece si jugamos un juego?, tú y yo seremos «novios» — hice comillas con los dedos — por un mes... Así ya no estaremos solos, al menos por un tiempo — le propuse con una sonrisa.

— Es una propuesta muy extraña pero no tengo nada que perder — dio una pequeña risa.

Estaba feliz de que aceptara... Quiero experimentar esta locura... Como él mencionó no tengo nada que perder... Mañana será nuestro primer día de «novios»... ¿Qué se supone que haremos? No lo sé.

Día 1:

Fuimos al cine... No sabíamos que ver, se supone que las parejas miran esas películas de amor y esas cosas así que nos decidimos por una de ellas... No estuvo mal a decir verdad, era entre comedia y amor... Estando con Trunks me pareció entretenida... Creo que sí la hubiese visto yo sola me hubiese aburrido.

Día 4:

Fuimos a la playa... Nos tomamos un momento juntos, era justo, ambos tenemos esa filosofía de que la vida hay que disfrutarla, la vida no es prestada y estamos consientes que no somos eternos. Cuando la muerte nos llegue no habrá nadie que nos salve pues esta no tiene respeto ni perdón con nadie.

Día 12:

Trunks me invitó al circo... Nos divertimos mucho ese día, fuimos a la casa embrujada; muy tenebroso para mi gusto, estaba tan asustada y debido a eso tomé la mano de Trunks, él la presionó con la suya con delicadeza y yo como una tonta enamorada me sonroje. Después de eso ambos reímos como tontos.

Día 15:

Sonará tonto al extremo pero fuimos donde un adivino a que nos diera  consejos para muestro futuro...

El adivino nos leyó las cartas y luego con la voz un tanto quebrantada musitó:

— Queridos míos... No mal gasten el tiempo que tienen juntos, la vida no es para siempre... — sentía en mi interior un ardor extraño.

Nos fuimos de allí muy dudosos, antes de salir pude ver como a quel hombre se le derramaban unas cuantas lágrimas de sus ojos verdes.

Faltaba poco para que nuestro mes terminara y teníamos que hacer algo más.

Día 20:

Invité a Trunks a ver la lluvia de estrellas que había esa noche.

Era como eso de las 23:00 y se comenzó a dar aquel bello fenómeno en el cielo.

Trunks y yo pedimos un deseo por lo bajo sin que ninguno de los dos escuchara lo que el otro dijo.

Día 28:

No se a donde me llevaba mi «novio» pero íbamos en un autobús, la calle estaba un tanto mala y debido a eso el autobús se movía de un lado a otro, en un bache muy grande el autobús dio un salto y por accidente nos dimos nuestro primer beso... Eso si me sonrojó, solo oculté mi rostro entre mis manos.

Día 29:

23:37 estabamos los dos sentados en el mismo lugar donde le propuse a Trunks ser novios.

— Estoy sediento, quiero algo de tomar, cerca de aquí hay un lugar donde venden todo tipo de cosas, ¿Quieres algo de tomar? — me preguntó mirándome a los ojos

— Claro... Lo que tu compres me bastará — le dije y él sólo sonrió y se fue.

Al cabo de unos veinte minutos llego un hombre y me habló:

— ¿Tú eres Pan? — cuestionó.

— Sí, soy yo, ¿Por qué? — le pregunte con duda.

— Es que el muchacho de cabello lila que estaba comprando en mi establecimiento fue atropellado por un tipo que iba borracho en una motocicleta, se lo estaban llevando al hospital, si quieres te llevo — me dijo y yo sentí que el corazón se me partió en dos...

Asentí con la cabeza y el hombre me llevó al hospital donde estaba Trunks, me sentía fatal, lo único que deseaba era verlo, con esa sonrisa que me volvía loca...

Cuando lo vi el mundo se me vino abajo, estaba postrado en una cama, conectado a un montón de aparatos, solo recordaba las palabras del doctor «está en un caso muy crítico», moriría si él no está conmigo.

Corrí hacia él y comencé a llorar.

— ¡Trunks, Trunks por favor no te vayas de mi lado!, te necesito — lloraba como una niña — ¿Sabes lo que pedí el día que fuimos a ver la lluvia de estrellas?, pedí que nunca te separaras de mí, te amo Trunks, no sé que sería de mi vida si no estás tú... ¡No te vayas por favor! — decía entre sollozos, con la voz quebrantada y mojando las blancas sábanas que cubrían el cuerpo de Trunks.

— P–Pan...  — dijo él, no lo podía creer, había despertado, el alma había regresado a mi cuerpo — Pan... También te amo... — mencionó tomando mi mano... ¡Dios!

Estoy más que feliz... Y ya era el Día 30, no podía con la felicidad que por mi cuerpo corría, lo único que pude hacer fue abrazarlo...

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Continuará...