T2-2-La llegada del enemigo

La campana de alerta resonó por toda la academia avisando de que el enemigo había llegado, o al menos, uno de ellos pues la enorme bestia apareció en la entrada. No tardó demasiado en derribar la débil puerta que separaba ambos lados.

—¡NIKAAAA!—rugió con fuerza la criatura.

—Muy bien, como calentamiento me servirá—dijo el chico chocando el puño con la mano para acto seguido correr en dirección al lugar seguido por el resto de sus compañeros.

—Recuerda guardar fuerzas para enfrentarnos al oponente—avisó Rupert—noto un aura maligna.

—Estoy con Rupert, y trata de no morir idiota—Miércoles iba detrás y esa era su forma de mostrar preocupación por él.

—Estoy con ambos, ten cuidado—Enid era quien más preocupada estaba por su chico.

Mientras, Eithan acompañado de Lory tomando tranquilamente el té en la parte de atrás del edificio. Parecía que la situación no fuese con ellos. La chica, preocupada por lo que podía sucederles, le preguntó el motivo por el cual no intervendrían.

—Solamente ante enemigos fuertes es cuando Tn podrá volverse fuerte. Además, quiero estar descansado para hacer frente a la amenaza principal. Si ese cae, el resto harán lo mismo...y quiero ver de lo que es capaz Nika—respondió tranquilamente.

—Solo espero que no lo maten o lo dejen muy mal herido—dijo preocupada la joven.

Eithan no dijo nada, simplemente se quedó en silencio tomando su té.

Los hombres lobos de la academia que eran veloces ya transformados luchaban contra el enorme ser y estaban teniendo muchos problemas para contenerlo. No se rendían y luchaban con ferocidad, mordiendo y rasgando los brazos y piernas.

—¡Fuera de mi camino!—gritó antes de apartar a los presentes y mandándolos volar unos pocos metros contra el césped.

—Es muy fuerte—dijo uno de ellos—apenas podemos hacerle daño.

—Unos seres tan patéticos como vosotros no me harán nada—dijo confiado antes de recibir un puñetazo en el rostro que lo hizo enfurecer.

Tn y Rupert caminaron despacio y ya preparados para luchar. 

—Por fin apareces, el amo tiene ganas de matarte en persona—se le notaba feliz y confiado de su fuerza.

—¿Dónde te has dejado la correa?—preguntó Tn sonriente haciendo que la sonrisa del toro desapareciera del todo en un instante.

—Me ha gustado ese comentario—dijo Miércoles con una sonrisa mientras que Enid se mostró preocupada.

La bestia empezó a correr contra ambos con fuerza, era una embestida en toda regla.

—Ahí viene—Rupert tomó unas piedras y las lanzó directamente contra el rostro del ser el cual ni se inmutó y continuó con el ataque.

Tn infló su mano antes de arrear un fuerte manotazo en el toro quien detuvo su ataque pero luego volvió de nuevo a la carga. El chico también fue corriendo cara al monstruo quien trató de golpearlo. Tn esquivó y usando su poder de goma se estiró usando como agarre el brazo de la criatura antes de por efecto volver a su posición natural impactando contra el toro.

El golpe resonó por todo el lugar y el toro escupió un poco de sangre pero apenas parecía haberle hecho algo. Era muy fuerte y duro, no iba a poner las cosas sencillas. 

—No eres tan débil como esperaba...—se limpió el polvo el chico.

—Voy a agujerearte el pecho—amenazó el toro.

—Supongo que es hora de torear—Tn se crujió los nudillos.

Rupert levantó las manos y unas enormes piedras ahora aparecieron por todo su alrededor, Miércoles que había tocado una a una ahora estaban imbuidas en energía mística y se sentó a descansar pues eran muchas. Hasta ese momento no dijo nada a nadie sobre ese poder porque deseaba sorprender al enemigo y la ocasión era perfecta.

Ahora sí, el impacto de las piedras hirieron al toro quien se tuvo que arrodillar ante el golpe ya que estaba sangrando. 

—¡Acábalo Tn!—gritó Rupert.

El chico estiró el brazo hacia atrás mientras empleaba mucha fuerza apretando el puño, luego lo envió hacia adelante golpeando al toro quien dio un alarido de dolor antes de caer de espaldas al suelo derrotado.

—Quería derrotarlo sin ayuda—comentó Tn algo triste.

—No deberías subestimar al enemigo—replicó su amigo.

Los hombres lobo que estaban siendo atendidos por Enid vieron incrédulos como lo habían derrotado. O eso parecía pues el toro se puso en pie a duras penas haciendo que se pusieran de nuevo en guardia. Miércoles abrió los ojos al ver que tenía un fruto en sus manos y de pronto, se lo zampó.

—¡Mierda!—dijo la pelinegra—se ha comido un fruto maligno, aumentará su fuerza.

Ahora tenía los ojos rojos como inyectados en sangre, cada pisada resonaba por todo el lugar e incluso parecía hacer temblar la tierra bajo sus pies.

—Enid, lleva al resto adentro—pidió Tn sintiendo un gran mal en este.

—Miércoles, protege a Enid, nosotros nos encargaremos—Rupert estiró los brazos para calentar.

—En está ocasión os lo dejaré a vosotros, ¡en marcha Enid!.

Cuando por fin pudieron quedarse a solas con el enemigo, Tn se abalanzó con velocidad y golpeó el torso del toro. Al hacerlo, sintió un pequeño dolor, era mucho más duro ahora haciendo que la bestia sonriera antes de agarrarlo y estamparlo contra el suelo de cabeza provocando que escupiese un poco de sangre.

—¡Mierda, es muy fuerte!—pensó el chico antes de rebotar varias veces y quedarse a unos metros.

Rupert quedó impresionado, sabía de la fuerza de Tn pero este no le había hecho nada ahora, tendría que tener cuidado. Al voltear para mirar al toro, ya se hallaba enfrente suyo y le dio un puñetazo en el rostro.

—¡Rupert!—gritó el chico viendo al joven herido.

—Estoy...bien...—intentó ponerse en pie pero acabó vomitando sangre.

El toro miraba ahora a Tn, su próxima víctima. El chico respiró hondo e infló su cuerpo mientras una capa de humo blanco salí de su cuerpo. Al cabo de poco, el joven mostró su transformación, estaba hinchado y también era mucho más fuerte.

—A grandes males...grandes remedios—en un momento, se plantó enfrente del toro y lo golpeó con gran fuerza que le rompió uno de los cuernos antes de salir contra la pared cercana a la puerta de la entrada.

La bestia intentó ponerse en pie cuando vio al chico situado muy cerca suyo y Tn estiró los dos brazos antes de propinarle una fuerte lluvia de golpes. Uno tras otro resonaba por la academia e iban destrozando el cuerpo del toro.

Al terminar de usar sus puños, poco a poco la criatura se fue desintegrando como polvo y Tn regresó a la normalidad antes de caer al suelo agotado por todo el esfuerzo.

—Necesito comer un poco—dijo sacando la lengua y exhausto.

Enid regresó con la pelinegra y los llevaron al interior a descansar un poco, curarlos y que Tn comiera bastante para recuperar fuerzas.

—Esa transformación dura poco y consume mucha energía...—decía mientras devoraba los platos.

—Come despacio—dijo Miércoles viendo la energía que empleaba su chico.

—Me han dicho que han avistado a un grupo sospechoso a unas horas de aquí—Enid miraba su teléfono—el toro era muy rápido, por eso lo habrán enviado, para mitigar nuestras fuerzas.

—Uff, estaba todo muy bueno...ahora a dormir un rato y descansar, avisadme cuando estén aquí—Tn se retiró con Enid pues ella necesitaba vigilar que no necesitaba nada.

Eithan y Lory planearon junto a Rupert unas trampas porque sabían que no vendrían solos. Miércoles por su parte terminaba de preparar algunas granadas ya que ella no tenía tanta fuerza pero si los conocimientos e inteligencia para sorprender al enemigo.

La tranquilidad regresó a la academia, al menos por unas horas hasta que llegase el enemigo. Lo que este no supo hasta toparse de morros, es que tuvo que dejar gran parte de sus subordinados más débiles y otros no tan débiles enfrentarse a unos oponentes fuertes.

—Adoro ver la sangre de los enemigos—dijo una voz masculina.

—Todo sea por nuestra pequeña—la mujer pelinegra tenía un arco e iba disparando las flechas que le pasaba su hijo pequeño.

Su marido disparaba unas armas de fuego y Large utilizaba unas granadas. Aunque también se unió el tío con su poder electrocutando a los enemigos que se iban acercando poco a poco. Eran como pequeños goblins pero oscuros y con los ojos azules. Eran muchos, pero la familia los hacia frente con todo su arsenal de armas.

El subordinado de fuego quiso intervenir pero su amo dijo que no, que se centrase en Nika.

En la academia, Enid miraba dormir a Tn mientras se preparaba mentalmente para luchar junto a su chico y amigos.

Continuará...

Espero que les haya gustado.

Un saludo.

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