20-Pelea sangrienta
Miércoles salió cuando vio unos murciégalos revoloteando como locos alrededor de una parte del patio así que armada salió junto a Yolin. Ambas no tardaron en encontrarse con la bestia que era una forma híbrida de un murciélago y humano. El ser tenía la mirada como triste, aunque la gótica no estaba por la labor de sentir pena por nadie, y mucho menos por alguien así.
—Te preguntaría que es lo que estás buscando, pero creo que lo sé—comentó sacando una espada.
—Nika...solamente lo buscó a él. No tengo tiempo que perder con los débiles—replicó con una voz grave antes de toser un poco—ah...la edad...no hace bien a mi cuerpo.
—Esa falta de respeto te saldrá muy cara—contestó enfadada antes de echar a correr contra el ser.
—Pobre criatura...—sus súbditos empezaron a descender para atacar a la pelinegra quien al verse rodeada comenzó a dar espadazos y matándolos. Pero eran tantos que no podía hacer nada frente a todos.
Unas piedras volaron golpeando a un pequeño grupo de los murciélagos. Era Rupert quien estaba siempre cuando se le necesitaba. El chico había sentido que algo andaba mal así que siguió su instinto. Además, con Tn en mal estado, necesitaba dar lo mejor de sí. Aunque algo le decía que ese ser era mucho más fuerte de lo que aparentaba en aquel estado.
—Otra pequeña criatura—apretó los puños y empezó a transformarse en algo mucho más grande y con los ojos muy rojos—ah, hace años que no hago uso de está transformación.
Ahora lo que más miedo daba eran sus garras. Se alzó en el aire y fue a embestir a Miércoles quien fue arrastrada de su brazo por Yolin evitando así un fatal destino pues a esa velocidad estaba claro que la podría haber matado.
—He fallado por poco—comentó viendo el resultado de su ataque.
En ese instante una piedra le dio de lleno en el pecho haciendo que cayese de rodillas al suelo.
—Yo en cambio no he fallado—dijo con una sonrisa triunfante Rupert.
—A por él...—susurró antes de que los murciélagos fueran directos al chico.
Él corrió al interior de la academia junto al resto y tocaron un botón cercano. Estaba hecho para en caso de que la academia fuese atacada, se cerrasen las puertas y ventanas. Por fuera se activaban unas persianas de metal muy resistentes para protegerse. Respiraron aliviados al sentirse bien allí dentro, tendrían que dar con la forma de derrotarlo.
—Por poco—dijo Yolin—esa criatura es muy fuerte, y esas garras son un problema.
—Si, es demasiado rápido. Necesitamos hacer algo con ello—comentó Rupert—hay tantos que parece que no se acaban nunca—tenía unos cortes por su cuerpo fruto del ataque.
Los golpes se iban produciendo y enseguida llegaron los profesores a ver que sucedía. Miércoles les pidió que se marchasen a asegurar a los estudiantes. Aunque llegó Enid enseguida para ver que estaba sucediendo.
—Tn corre peligro—respondió Rupert—han venido a por él, pero en su estado no puede pelear y tenemos que hacernos nosotros cargo.
—Lucharé—dijo la loba—si hace falta me transformaré.
Los porrazos a la puerta cercana eran cada vez más fuerte, por el aspecto, parecía que no iba a poder aguantar mucho más tiempo. La criatura no era una cualquiera, tendría que ser algo muy sobrehumano para poder provocar eso.
—Protegeré a mi novio—dijo firme Enid sacando las garras.
Miércoles pensaba en una forma de derrotarlo cuando tuvo una ligera idea pero necesitaba ir a su habitación. Estaba algo lejos pero Rupert le dijo que él y Enid le ganaría tiempo pues la puerta estaba por ceder.
—¡Resistid!—exclamó echando a correr, necesitaba llegar cuanto antes a su cuarto.
La puerta finalmente cedió y Yolin se transformó en un gran y enorme pájaro pues era una marginada. Se lanzó con fuerza contra el monstruo para sorprenderlo, esa era su idea, aunque el ser la tomó del cuello y luego la estampó contra el suelo haciendo que perdiese su transformación. Nunca hasta ese momento le había fallado.
—Patético ser...—le pisó la cabeza—¿te atreves a desafiar al ser que reina en los cielos nocturnos por encima de los pequeños cuervos?.
La mujer empezó a escupir sangre ante la horrorizada mirada de Enid quien se fue hasta un rincón antes de transformarse en loba pues no sería sencillo. Rupert uso su poder para levantar las mesas y lanzarlas contra el ser quien sonreía de una manera triste viendo la debilidad de los enemigos a los que se enfrentaba.
Enid se abalanzó y utilizó sus garras pero éste la detuvo antes de golpearla en el estómago y lanzarla contra el suelo aún pisando la cabeza de la mujer quien sentía que su cráneo se iba a romper dentro de poco. Rupert le tiró unos libros a la cabeza, justo en los oídos haciendo que retrocediera unos pasos. Enid aprovechó para alejar a la mujer de su enemigo y dejarla escondida para evitar su muerte.
Después de eso, la loba aulló y aumentó por momentos su fuerza antes de lanzarse contra el gran monstruo. Rupert le advirtió que no lo hiciera pero ya era demasiado tarde cuando éste atravesó con sus garras el cuerpo de Enid. Ante el horror de los ojos de Rupert, la loba vomitaba sangre y fue arrojada a una distancia perdiendo su forma. Estaba desnuda y sangrando cuando en ese instante apareció Miércoles con una linterna con mucha luz. Pero al ver a su roomie en aquel estado se quedó en shock. Tardó un poco pero la cargó en brazos después de taparla con su chaqueta para llevársela de allí cuando al voltear, chocó con algo.
—¡Aparta de mi...camino!—dijo lentamente antes de ver que se trataba de Tn.
El joven tenía la mirada en shock viendo la sangre manchar la chaqueta y a Enid con sangre en los labios, signo que estaba muy herida.
—Tn—susurró ella.
—Lleva a...Enid...a la...enfermería—su mirada se fijó en el ser, quien estaba allí rodeado de sus pequeños y voladores súbditos.
Miércoles no perdió más tiempo y se marchó corriendo no sin antes lanzarle la linterna modificada a Rupert.
—Nika...por fin nos vemos las caras...id a por él mis pequeños guerreros—ordenó.
—¡Cuidado Tn!—alertó Rupert.
El chico se quedó allí parado, tenía la mirada algo perdida y entonces ante la sorpresa de todos, liberó una onda invisible que provocaba un poco de viento. Los murciélagos cayeron al suelo de golpe ante la mirada asombrada de ambos.
—Te has atrevido a herir de gravedad a mi novia...no mereces mi piedad—apretó los puños y se colocó en posición de pelea—veo que tienes alas...mejor...te voy a mandar volar muy lejos...pero primero te voy a dar una paliza.
—Adelante Nika...demuéstrame la fuerza del guerrero de la liberación—mostró sus alas en forma de amenaza a la par que las garras.
Rupert se apartó para no salir mal parado del combate, tenía la linterna, pero algo le decía que esperase el momento indicado para hacer uso de ella.
Mientras, Miércoles estaba con los médicos atendiendo a Enid a quien colocaron un aparato para que respirase debido a su estado. La pelinegra le tomaba de la mano y desde el intento de asesinato a Cosa, no había derramado unas lágrimas.
—Tienes que resistir...Enid...—pensó sosteniendo su mano.
Continuará...
Espero que les haya gustado.
Un saludo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top