11-Enid es cuidada

Enid no contó en su página de chismes sobre el incidente en Jerichó ya que metería en problemas a Tn por todos los golpes que había hecho. Si que habló con Divina y Yoko sobre ello porque le vinieron con el chisme. Ellas también se enfadaron mucho por el comportamiento de estos hacia la loba. La vampira le dijo que tenía a su protector haciendo que ella se sonrojase un poco antes de continuar caminando por el pasillo.

—De verdad, dejadlo ya—comentaba ya roja por todo lo que le decían sobre su relación con Tn aunque se imaginaba escenas con el chico.

—Hablando del rey de roma...—dijo de pronto Divina—ahí está.

Yoko y Enid voltearon a ver en dirección. El joven estaba como no tumbado a la sombra, disfrutando del buen día que hacia. Aunque era cierto que un pequeño viento frío se levantaba cada cierto tiempo, Tn seguía allí parado.

—Hola Tn—saludó ella acercándose con sus amigas.

El chico dio un bostezo y la miró. Entonces se estiró antes de devolver el saludo. Luego se acercó hasta ella, era un poco más alto y le tomó de la cabeza para bajarla un poco. Le estuvo examinando por lo ocurrido en Jerichó.

—¿Te sigue doliendo?—preguntó tiernamente y preocupado.

—No mucho...—respondió sonrojada por ser vista así delante de sus amigas.

—Ya veo—se retiró un poco—cualquier cosa me dices, ¿vale?.

—Claro—respondió ella un poco nerviosa.

El chico le dio un pequeño abrazo que sorprendió a todas. Pero al cabo de unos pocos segundos, el joven recibió una llamada.

—¿Tn dónde estás?—preguntó una voz, era Xavier.

—Mierda, me he dormido en el patio, voy para allá—contestó antes de colgar—lo siento chicas, he de irme. Bueno Enid, ¿lo de la feria era hoy o mañana?.

—Mañana

—Perfecto, nos vemos—le dio un beso en la mejilla y se marchó.

Cuando el joven estuvo ya lejos, Divina y Yoko le dieron pequeños codazos mientras le silbaban y soltaban algunos comentarios que no hicieron otra cosa que aumentar el sonrojo que tenía por todo lo ocurrido.

Tn llegó con Xavier quien estaba con la pelinegra.

—Hola—saludó como si nada.

—Llegas tarde...—Miércoles le mostró unos dibujos—¿sabrías decirme que son?.

Eran unos pequeños seres con ojos rojos, parecían salidos de la oscuridad.

—¿Cómo quieres que lo sepa?—le devolvió el dibujo—no sé que clase de persona crees que soy...pero te equivocas si piensas que tengo conocimientos sobre...sobre...ello—bostezó—que sueño tengo...

—Hay algo que debo contarte—dijo ella firme.

Le contó todo lo que sabía sobre Nika y la oscuridad que parecía cernirse. El chico escuchó todo atentamente pero igualmente dijo que no sabía hasta ahora sobre esa especie de guerrero. Y que todo eso ocurrió hace mucho, que no necesariamente un mal venga a por ellos.

—Quiero asegurarme, esos seres pueden venir a por los marginados—le contó sobre Crackstone y la posibilidad de que otro enemigo intente matarlos.

—Pues les damos una paliza y listo—se encogió de hombros.

—Pareces demasiado confiado en tu poder—comentó Xavier—nunca debes subestimar a un enemigo.

—Todavía no sabemos si la amenaza es real, pero entiendo que queráis ser precavidos...pero lo siento, yo no soy Nika ni un guerrero, solo soy un chico normal con una vida escolar—contestó—en fin, debo ir a hacer unas cosas, nos vemos luego.

El joven regresó a su habitación donde le gustaba mucho estar por la tranquilidad y teniendo en cuenta que no tenía compañero de habitación cuando dieron unos pequeños golpes en la puerta.

—Adelante—contestó—me pregunto quien será...

Pronto vio unos cabellos rubios y una gran sonrisa, era Enid quien le preguntaba si podía estar allí un rato porque quería descansar. Y en la habitación Miércoles había montado algo horrible para las siguientes horas. El chico le dejó un hueco y ella se tumbó a su lado.

—Gracias—dijo ella de pronto—por cuidarme.

—No es nada—le miró y esbozó una sonrisa.

Ambos estuvieron allí tirados, hablando de chismes y disfrutando del momento. Enid estaba que no aguantaba ya las ganas, se colocó sobre el chico y se quedaron mirando a los ojos el uno del otro. Ella tragó saliva, esa valentía duró apenas unos segundos. Tn la abrazó y ella se quedó un buen rato sobre él. Se estaba tan bien allí que se sentía como un refugio.

—Tn...—susurró ella.

—Dime

—Yo...

Un ruido irrumpió, alguien abrió la puerta. Era Miércoles quien al verlos de esa manera los miró con esos ojos fríos. Avanzó como si nada entrando y cerrando la puerta tras de sí.

—¡Miércoles!—exclamó la loba separándose.

—La próxima vez avisa para tener intimidad—replicó ella con cierta molestia.

—¿Ocurre algo?—Tn se separó—no me digas que otra vez el mismo tema...

—Hace apenas unos minutos, los seres de los dibujos han sido vistos a cinco días de aquí—dijo mostrando unas fotos—todo está relacionado...Nika, estos seres...

—¿No podría ser otro Nika?, hay muchos hombres lobo, videntes...

—Pero solamente tú tienes ese poder—replicó ella—esto es serio, vamos a ser atacados y todo apunta a que hay alguien detrás de todo esto.

La loba fue puesta al día, no quiso decir nada para asustarla pero ahora la situación lo requería a lo que ella abrazó a Tn con fuerza mientras el joven acariciaba su espalda para calmarla un poco y esa vista le resultó horrible a la gótica.

—Mañana por la noche investigaremos—ordenó la pelinegra.

—Mañana tenemos...una cita—intervino Enid nerviosa.

—Entonces tendrás una doble cita—Miércoles guardó las cosas antes de marcharse de la habitación a pasos agigantados a pesar de su pequeña estatura.

Ambos se quedaron mirándose el uno al otro extrañados.

—¿Ha dicho doble cita?—preguntó la loba—¿acaso le gustas?.

—No creo...—respondió él antes de tumbarse—bueno, ¿qué me decías?.

—Yo...¿qué quieres hacer mañana en la feria?—mintió ella.

—Pues jugar, comer dulces...¿y tú?.

La loba dijo exactamente lo mismo antes de volver a tumbarse en el pecho del chico, pensó que lo de antes solamente fue un momento de debilidad por parte de éste pero ahora hizo lo mismo.

—Se está tan bien aquí—pensaba entrecerrando los ojos.

Tn le acariciaba suavemente la cabeza mientras ella se dejaba hacer, le encantaba aquella sensación de confort y seguridad que le daba el joven. Y ese olor a manzana de una colonia que se echaba el joven le gustaba mucho. Poco a poco, se fue quedando dormida.

—¿Dónde estoy?—preguntó despertándose.

—En mi habitación—contestó la voz cercana.

Enid estaba tapada con una pequeña manta y al verse en la cama del joven no quiso levantarse. 

—¿Has podido dormir bien?

—Si, estaba algo cansada...de tanto chisme je,je.

Tn estaba a pocos metros sentado y leyendo un comic de un pirata. Enid se colocó los zapatos y se acercó.

—Gracias por cuidarme—le dio un beso en la mejilla.

El chico tomó la mano de ella, apretando suavemente antes de esbozar una sonrisa y asentir.

—Mañana es la cita—dijo ella sonrojada.

—Si, así es...

—Me...me pondré guapa...

—Ya lo eres—le esbozó esa gran sonrisa sincera suya.

Aquellas palabras le pusieron roja y muerta de vergüenza se marchó. Al llegar, todo estaba recogido así que se tiró sobre su cama aún sonrojada. Pero sobretodo, con una gran sonrisa en su rostro fruto del amor que sentía hacia el chico.

Continuará...

Espero que les haya gustado.

Un saludo  :)

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