Capitulo 1

Con sus manos apoyadas en el colchón de su cama, su cabeza cabizbaja mirando como sus pies juguetean con la alfombra negra de su habitación, esta Do KyungSoo, nuestro chico de la caja de cartón. El protagonista de esta historia.

Las cortinas cenizas cubren la luz natural que el sol, que mayoritariamente, todos los días nos ofrece. Gira su cabeza hacia el espejo que está cubierto por una gran manta blanca, ¿Por qué hacerlo? No lo sabe, pero es una acción efímera que siempre hace después de mirar sus pies, es como una rutina de cada día; asegurarse que siempre este cubierto, que nada de su cristal se deje ver, que no lo deje verse a él...

― ¡Hyung, ven a almorzar, papá hizo Waffles quemados! ―la voz de su hermano menor llama desde el exterior.

―Ahora voy, SeHun. Solo lavare mis dientes ―responde. Su hermano dice un Okey, pero lávalos bien, y después se marcha.

¿Cuánto tiempo lleva haciendo la misma rutina cansina y desolada de siempre? 3, 4 años. No lo sabe, o quizá, no quiere echar un vistazo hacia atrás.

Pone sus pies blanquitos dentro de sus adorables pantuflas de pingüino, toma la vieja caja que tiene solo dos orificios que son para ver, que está en el mueble de su costado y se levanta con dirección al sanitario. Cuando entra, deja la caja sobre el gancho para las toallas, después busca con sus ojos el dentífrico, lo halla en segundos junto a su cepillo dental. Abre la llave, con sus manos juntas coge un poco de agua para después llevarla a su boca para enjuagar y después escupir. Pone la pasta sobre el cepillo, lo adentra a su boca y comienza a cepillar.

No hay ni un solo espejo allí dentro. Han pasado tres años donde no ha visto ni su rostro, más que la punta de su nariz y sus largas y espesas pestañas. No quiere ver nada de las cicatrices que sigue cargando desde el pasado.

Una vez listo, coloca su caja sobre su cabeza y comienza a hacerse camino hacia el exterior de su habitación. Cuando esta fuera, huele a ricos y quemados waffles. Su papá YunHo, no es el mejor cocinero del mundo pero de que tiene buena mano para la cocina, la tiene.

―Buenos días, cariño ―le saluda en cuanto se adentra al comedor. Su padre lleva un mandil y se ve graciosamente maternal.

― ¡Buen día, hyung! ¿Qué tal dormiste? ―KyungSoo sonríe al ver como su hermano menor hinca el diente en el waffle y termina manchando sus mejillas con cajeta. Parece un niño y ya tiene 15 años.

―Buen día, Pá y Hun ―camina hasta sentarse a un costado de SeHun. Su padre sigue trayendo los waffles de la cocina a la mesa.

― ¡Termine! ―festeja su progenitor, que ya viene con el ultimo plato de 5 waffles―. Un poquito quemados, pero deliciosas ¿vedad, SeHun? ―el nombrado murmura un ujum entre mordiscos, apoyando a su padre.

―Nunca dudo de ti, Pá ―y con eso, KyungSoo ha alegrado el día de YunHo quien deja el plato en la mesa, se quita el mandil para lanzarlo a la barra de la cocina para después disponerse a sentar frente a sus dos hijos.

La familia Do comienza a almorzar amenamente. KyungSoo toma el pedazo de un waffle con el tenedor y lo lleva por debajo de la caja hasta encontrar su boca y devorarlo. Todo parece estar tranquilo, claro, esto es hasta que el señor YunHo carraspea, intentando llamar la atención de sus hijos, pero más del mayor.

―Umh, tengo un anuncio que hacerles ―comienza. KyungSoo y SeHun lo miran con atención―. Veras KyungSoo, yo―yo, te he inscrito en el mismo instituto al que asiste SeHun. Empiezas clases este lunes ―finaliza el aviso y ya siente la tormenta llegar.

― ¿Qué? ―KyungSoo quiere cerciorarse que ha escuchado bien.

―Hijo, no voy a seguir viendo cómo te hundes tu solo. Así que he decidido que debes reanudar las clases fuera de casa ―KyungSoo sigue sin poder creerlo.

― ¡No pienso ir! ―espeta en cuanto se levanta de golpe de la mesa. YunHo parece intimidarse por unos segundos, pero no se deja más tiempo, se recompone y mira a su hijo imponente.

―Dije que era un anuncio, no una pregunta, KyungSoo ―dice con autoridad.

― ¡No puedes hacerme esto, papá! ¡Yo no puedo salir de casa, no puedo! ―SeHun no halla ni en donde meter su cabeza castaña. Sí que le ha tomado de sorpresa el anuncio, pero de alguna forma, sabe que todo es por el bien de su hyung.

―Sí que puedes y lo harás. Vas a ir al instituto con SeHun a partir de este Lunes y este tema no está para debate, negociaciones y berrinches ―KyungSoo no dice nada y solo se echa a correr hacia su habitación.

Sus mejillas se bañan de lágrimas en cuanto llega a la tranquilidad de su vida, a su refugio. El miedo que tanto comprimió para que no se viera tan grande y poderoso, sale a flote en ese momento en sonoros sollozos que le parten el alma a YunHo que escucha tras la puerta junto con SeHun.

KyungSoo no puede salir de casa. La gente le hará daño, mucho daño y él no cree soportarlo mas.

―S―Soy feo, muy feo. No quiero que me lastimen más por ello. Aun no se curan todas las heridas y no estoy listo para más... ―murmura abrazado a su peluche de un bonito Oso.

―KyungSoo, hijo, si te preocupa revelar tu rostro, déjame decirte que tienes el permiso de llevar esa espantosa caja ―KyungSoo escucha la voz de su hermano acusando a su padre de que sea más suave con su tacto hacia él―. Deja de llorar, cariño. No sabes cómo me parte el alma escucharte.

―Si te duele, no me mandes a mi muerte ―dramatiza, KyungSoo.

―Lo siento, hijo. Pero no es tu muerte, es tu salvación ―YunHo no insiste más y se marcha junto con su hijo menor, que no quiere dejar a su hyung, pero es arrastrado por su mayor diciéndole que KyungSoo necesita tiempo a solas.

―Si supieras que una palabra duele más que un puñetazo al estómago, Pá.

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KyungSoo observa sus manos blanquecinas que están sobre sus piernas como si fuesen la cosa más luminosa que hay dentro del auto para acaparar toda su atención. Sus ojos se niegan a moverse de lugar. Está claro que los nervios le están carcomiendo hasta el alma y SeHun lo sabe.

YunHo ha bajado del auto para ir a concluir algunos términos con el director del instituto.

―Hyung, todo irá bien. Yo estaré allí para protegerte ¿está bien? Nadie se meterá contigo o conocerán a Tiff, mi puño ―el castaño trata de tranquilizar. KyungSoo quiere negar, decirle que no está bien y que Tiff no podrá hacer mucho pero que aprecia el gesto mucho, sin embargo no lo hará porque ni eso puede además la caja se lo impide por el pequeño espacio que le da el auto―. Vamos hyung ―SeHun da un toquecillo en su hombro para alentarlo.

El mayor traga duro.

―Yo cuidare muy bien de ti, hyung, nadie, absolutamente nadie, se meterá contigo ¿está bien? ―KyungSoo no pude evitar sonreír tenuemente tras la caja al escuchar las tiernas palabras de su lindo hermano.

―B-Bien S-Sehun-ah ―vacila y el nombrado quiere saltar de felicidad al escuchar que su hermano ha aceptado. Creía que su hyung haría un berrinche para volver con su padre a casa.

― ¡Genial! ―el menor salta del auto de la parte trasera y corre hasta la puerta de su hyung. La abre cuidadosamente y sonríe mientras mira a su mayor quien parece estar muy nervioso que hasta comienza a transpirar.

KyungSoo está por salir del auto, pero se va hacia tras cuando su caja choca contra el marco.

― Auchhh ―chilla para luego llevar sus manos hasta la caja y enderezarla.

― ¿Estas bien, hyung? ―Sehun acude a él de inmediato.

―S-Si, solo es esta caja. No te preocupes ―el menor asiente.

KyungSoo, con más cuidado sale del auto. SeHun parece muy hiperactivo por ir con su hyung dentro del instituto. El mayor porta su ―nuevo― impecable uniforme que se ajusta con orgullo a su menudo cuerpo. Su mochila ya viene tras su espalda y la simplona caja ya va robando cámara del tesoro que guarda dentro ―y vaya tesoro―.

―Pá ―dice el castaño cuando ve a su progenitor acercarse.

―Bien. No habrá ningún problema porque andes con esa espan –Sehun niega mientras le hace muecas extrañas al padre―, digo, con esa caja en tu bella cabeza, Kyung. Ya todo está arreglado. Eres libre de portarla ―el nombrado se siente algo aliviado y seguro. Igual si no se lo permitían, él no se la quitaría―. Ahora si polluelo de mi corazón, ve y vuela muy lejos ―el hijo menor vira los ojos mientras se burla de su padre en su dramatización.

―Ya Pá, ni que KyungSoo se vaya a encontrar con el brabucón de la escuela y hagan una hermosa historia de amor ―se burla ganándose un golpe en la cabeza―. Auch, eso dolió ―se queja.

―Pues cállate, pollo ―SeHun hace un mohín y KyungSoo ríe.

―Bueno Pá, iré dentro ―el mayor dice y su padre ahora quiere meter dentro a su retoño mayor y llevarlo a casa otra vez, pero no, esto lo hace por él, se dice.

―Bien polluelo ―su padre levanta un poco la caja, para plantarle un beso en la mejilla rosada de su hijo―. Te quiero. Ve allí dentro y hazles saber quién es el polluelo más genial ―KyungSoo ríe y SeHun se descojona en carcajada limpia. Su padre puede llegar a ser más ridículo que nada.

El castaño envuelve su mano alrededor de la muñeca de su hyung y comienzan su camino hacia el interior. Cada paso que da, KyungSoo lo siente pesado y las ganas de huir, se incrementan. Gracias a su caja, no puede ver como lo miran, pero si escucha los murmurios que hablan de él y su caja ―pero cuando no―.

―Tranquilo hyung, ellos nunca han visto un polluelo como tú. ¡Eres único! Deja que los plebeyos miren a su rey ―KyungSoo agradece internamente a su menor. Le está haciendo llevar un poco relajado el asunto.

Con los orificios que están abiertos sobre la caja, puede observar muy bien lo bonita que esta la escuela y la bulla de gente que le observa. Pero toda su burbuja se rompe en cuanto el timbre suena.

―Oh Dios, me toca Biología con el profesor, Lu ¡Es un pesado! Correré ahora o me ira muy mal ―y si, SeHun huye olvidando a KyungSoo ―y su promesa―, allí, con la masa de gente.

El aire parece escasear a cada minuto que pasa ¡está entrando en pánico! Todo lo está viendo en cámara lenta. Está a punto de desvanecerse, y lo hace, sin embargo, cuando cae sus ojos siguen abiertos y las plantas de sus manos arden en dolor ¡se han chocado con él!

―Oh, lo siento, lo siento tanto ―alguien corre a su socorro. Lo toma de la cintura y de la muñeca para levantarlo―. De verdad lo siento. Solo que se me han pegado las sabanas al rostro, y lo peor es que Serafina ya no quiere tomar bien los frenos, y por cierto, estoy llegando tarde por 93838392 vez ―se excusa el extraño―. ¿Te he lastimado? ¡Oh santa mierda! Estas sangrando ―KyungSoo no sabe qué hacer o que decir. Alguien le está hablando ¡A él!

―E―Estoy bien. Solo han sido unas rapadas ―quita importancia logrando zafarse del agarre del extraño de bonito cabello color azabache.

―Ven, sentémonos aquí ―lo encamina hacia una de las bancas que está bajo un árbol. KyungSoo se sienta, pero el extraño no―. Traigo un pequeño botiquín en mi mochila, y si te preguntas el porqué, pues eso se debe a que practico hapkido y a veces no me va tan bien y tengo que curarme yo solo, oh por Dios, recuérdame no desviarme de tema ―el contario le sonríe antes de correr hacia su bicicleta y desatorar su mochila de entre los frenos.

KyungSoo está en medio de un trance. No puede creer que su primer encuentro con personas del exterior sería tan... suave ―claro, omitamos su picazón en sus manos―.

―Aquí está, ahora dame tu mano izquierda. La desinfectare ―el contrario se sienta a su costado y sin esperar que KyungSoo le ofrezca la mano, él la toma.

―V―Ve a clases. Yo―Yo estaré bien ―murmura KyungSoo y teme no ser escuchado.

―Nah, son matemáticas aplicadas, prefiero estar aquí contigo, chico caja ―KyungSoo sabe que sus mejillas se han colorado intensamente de un color rosa―. Oh, por cierto ¿Cuál es tu nombre? Yo soy Baekhyun, 18 años, de segundo año, por menso.

El dichoso extraño, ya no tan extraño de nombre Baekhyun, comienza a limpiar la zona con un algodón húmedo de alcohol. KyungSoo al contrario hace gestos adolorido.

―K―KyungSoo, 17 años, segundo año ―logra responder.

―Bonito nombre, chico caja. ¿En qué salón te ha tocado? ―el contrario parece nunca poder mantener la boca cerrada.

―Aula C.

― ¡Si esto no es el destino, entonces no sé qué sea, yo soy del Aula C también! ¡Estaremos juntos, nuevo amigo! ―anuncia eufórico y KyungSoo no halla el priqe de su felicidad―. Nunca te había visto por aquí. Eres nuevo ¿verdad?

―Sí, lo soy.

―Bueno, pues yo estaré a cargo de ti. Después me cuentas porque portas una caja tan sin vida en tu cabeza, ahora dame la otra mano.

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N/A:

¡Hola Donitas de mi vido!

Sip, aquí estoy con el primer capítulo de este fanfic.

Dios, estoy tan nerviosa de como lo hayan recibido. Se que muchas tuvieron grandes espectativas sobre él y quizá lo que les he ofrecido no llego ni a la mitad de ellas...

¡Prometo mejorar!

Bien, aquí aún no ha aparecido nuestro Kim besho, pero esperen al siguiente capítulo. En él se va a ver cómo se empieza nuestra historia de amor del KaiSoo 😍😱😳

¡De verdad espero que les haya gustado aunque sea un poquitito! 😢

Bien, me voy ahora.

¡¡Muchas gracias por esperar y seguir aquí, leyendo!! 💜💜

¡Las amito de aqui a que SeHun sea mi novia, KyungSoo mi amante y Chen mi esposo! 😍

**Disculpen mis faltas ortográficas**

-Huye-

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