Parte única.
Yoongi salió de su casa molesto, después de discutir con sus padres como usualmente pasaba. Para evitar los gritos simplemente se puso la capucha, se metió a su auto y se fue sin dar explicaciones, sin importarle demasiado la suave lluvia que empezaba a caer en la ciudad, ignorando los gritos de su madre, las amenazas de su padre y los lloriqueos de su hermana. Sólo Dios sabía porque le había tocado esa familia disfuncional.
El frío abrazador lo invadía a pesar de encontrarse adentro del auto pero su mente estaba en todos esos problemas, lo poco que su madre y el ganaban, su padre simplemente se lo gastaba en alcohol o cualquier prostituta barata. Su hermana crecía viendo el maltrato de su padre a su madre. El era un fracasado con estudios incompletos y trabajos de medio tiempo. Sus pensamientos no paraban, venían uno tras otro sin parar, e inconscientemente sus manos apretaban cada vez más el volante.
Simplemente ya ni le interesaba perderse entre las calles de Daegu, el solo manejaba a cualquier lugar como un alma errante que no cumplió su misión en esta tierra.
El enojo era extremadamente grande.
Tanto que no se dio cuenta cuando el hambre empezaba a atacarlo si no hasta que su estómago rugió y rugió con insistencia, sacándolo de sus pensamientos y comenzando a ser una molestia. Sus ojos analizaron bien la zona, sintiendose afortunado cuando se dio cuenta de que una pequeña cafetería de 24 horas estaba increíblemente cerca, así que solo manejo otros diez minutos y ya se encontraba frente al local.
Se apresuró en entrar y buscar una mesa, lo cual fue fácil pues el lugar estaba casi vacío, a lo mucho habrían unas dos o tres personas sin contar a los empleados. Terminando por elegir la mesa de la esquina.
Después de unos cortos minutos, un camarero se acerco para tomar su orden y luego se retiro, haciendo una reverencia y diciendo un simple "Ya mismo traigo su pedido".
Yoongi saco su celular para ver la hora, una extraña sensación que no sabría como definir lo invadió.
1:59 AM.
Algunos minutos después, el mismo chico que lo había atendido regresó con su comida, al bastante simple, pero que era lo mucho que podía encontrarse en una cafetería a esas horas. Mientras comía, intentó distraerse usando su celular, pero se maldijo internamente por no haber recordado ponerlo a cargar, motivo por el cual su batería estaba muerta.
Su atención vagaba de aquí para allá, desde la comida, hasta sus manos; desde el chico que atendía a los pocos clientes del lugar y se movía de aquí para allá limpiando u ordenando cualquier cosa, hasta el pequeño mostrador en donde se suponía tendría que ir a pagar... Estaba tan aburrido que su mente terminó pensando en eso de lo que estaba huyendo. La oscuridad y la maldad en su familia repercutía en su estado psicológico.
De repente, un chico de labios gruesos, cabellos rubios y visiblemente más bajo que él se acercó. Su vestimenta era parecida a la del chico que hace unos momentos le había llevado su comida, así que simplemente pensó que se trataba de otro trabajador del lugar. El chico lucía una encantadora sonrisa que hacía que sus ojos se volvieran dos medias lunas, dando una tierna imagen a quien lo viera, incluso en ese caso solitario ambiente.
—¿Puedo sentarme? —interrogó el desconocido mientras dedos acariciaban el borde de la pequeña mesa en donde Yoongi comía —Las otras mesas acaban de ser limpiadas y no quiero ensuciarlas, además, no hay nadie aquí.
—¿Por qué te sentarias con un completo desconocido? — Yoongi se permitió dar una mirada a su alrededor notando que, efectivamente, no había nadie. Inclusive el trabajador del lugar ya no estaba. En ese momento, el pálido señaló el algo desgastado uniforme del chico frente a él —Trabajas aquí. En todos los lugares de comida rápida tienen alguna sala de descanso o mierdas así.
—Creo que miras muchas películas —respondió luego de soltar una risita, con una sonrisa ladina.
El pálido sólo se limitó a bufar y el chico de cabellos dorados tomó asiento a su lado, mirándolo de forma interrogante.
—¿Cuál es tu nombre? — Indagó el más bajo.
—¿Siempre haces tantas preguntas? — el chico al cual todavía no conocía su nombre bajo la mirada.
—¿Y tu siempre respondes a preguntas con más preguntas? — contraatacó.
Luego de un par de segundos en donde Yoongi se dedicó a analizar el rostro del contrario, notando la pequeña mueca de burla en él, respondió: —Min YoonGi, veinticinco años. — después de esta frase se limitó a comer.
El silencio logró gobernar nuevamente, en donde uno de los dos pensaba en su desgraciada vida, y los pensamientos del otro eran un total misterio.
Justo cuando Yoongi pensaba que estarían callados hasta que alguno de los dos se fuera, el rubio estiró su mano y tomó un pequeño pedazo de pan de la bandeja de Yoongi y lo acerco a sus labios dispuesto a comerlo, la miel llegó a rozar sus labios pero no mordió ya que se le ocurrió una pregunta, al separar el pan de sus labios se puso ver la miel impregnada en estos haciéndolos brillar más de lo normal.
YoonGi se quedó viéndolos más de lo normal y entró en un tipo de shock, no pudo evitar imaginarse a él provandolos, pero el chico a su lado empezó a agitar su mano en frente de su rostro para traerlo hasta la realidad.
—Yoongi, ¿Me estas escuchando? — el más bajo miro con semblante acusador al de piel palida.
—¿Ah?... Sí, sí —afirmó mientras asentía con la cabeza inconscientemente —claro que te escuché.
—Entonces repítelo — le retó el más bajo con una mirada llena de desafío.
Yoongi se vio atrapado y solo bajo la mirada lo que causó una carcajada en el menor.
—Te pregunte que por que saliste a estas horas solo para venir a este lugar — el menor hizo un adorable puchero haciendo que miles de mariposas se sintieran en el estómago de Min y este último le regalo una sonrisa al menor.
"¿Que mierda te pasa?. Tu no eres así, Min. ¡Despierta!"
—Salí solo porque no quería escuchar los gritos de mi familia, tenía hambre y de casualidad pase por aquí -se excuso Yoongi —¿y tú por que estas aquí?
—Pues hace tiempo yo vine a trabajar...*** —el pálido puso una cara de confusión.
—¿Te estoy quitando el tiempo?. Deberías estar trabajando. No es que me moleste tu compañía pero estoy algo desconcertado — la cabeza del mayor estaba hecha un lío y el menor solo lo observaba con una sonrisa.
—Es una larga historia. — el menor le guiño un ojo a Yoongi y este se sonrojo.
—¿Piensas decirme tu nombre o seguirás siento un desconocido? — el cambio de tema fue abrupto, debido a que el pálido sospechaba que terminarían nuevamente sumidos en el silencio.
—No esperes una presentación muy extensa, "Min Yoongi, veinticinco años" — se burló — Me llamo Park Jimin, y tengo veintiún años.
Era una situación digna de ser grabada, Min Yoongi, un mujeriego, ¿sonrojado por un hombre menor que el?.
Ambos siguieron comiendo y Yoongi empezó a sentirse extraño al ver la imagen del pequeño mientras comía y relamia los labios llenos de miel, era realmente sexy ese chico.
¿Como podía llegar a excitarlo tanto un hombre?.
Sus ojos no se despegaban del cuerpo de Jimin, casi como un mecanismo magnético. Había estado muy al pendiente de sus apetecibles labios, de sus delicadas facciones y de lo sexy que podía verse solamente con peinar sus cabellos hacia atrás.
Al ver la hora eran ya las 4:00 A.M.
—Debería irme — el rubio se levanto y le sonrió al pálido.
—Yo puedo llevarte a tu casa, no es bueno que estés solo por ahí a estas horas. — dijo Yoongi.
"¿En serio acabo de decir eso?".
—Me parece bien, supongo que gracias — Jimin camino hasta la salida seguido por Yoongi quien no pudo evitar mirar el gran trasero del menor y morderse el labio. Un montón pensamientos invadieron su mente, haciéndolo olvidar la razón de su pequeña huída de casa. Ahora solamente estaban las efímeras imágenes del menor, sobre él, montando su polla con efusividad; debajo de él recibiendo sus embestidas una y otra vez.
Seguido a eso, la imagen del delicado rostro del rubio totalmente colmado de placer, mientras sus labios rogaban por más.
Dio una abrupta respiración y desvió su mirada, intentado que su cabeza dejara esos pensamientos a un lado. Se concentró en la pequeña risita que soltaba el menor, a pesar de no saber con exactitud la fuente de esta. Esperaba que no se hubiese dado cuenta de a dónde estaba dirigida su mirada.
Cuando estuvieron afuera se dieron cuenta de que la lluvia de hace algunas horas ya había cesado.
Al llegar al auto de Yoongi, Jimin se arrecosto en la puerta del acompañante y prendió un cigarrillo bajo la atenta mirada del mayor. El menor sonrió hacia el con algo de diversión. Repentinamente ya no parecía ser el adorable chico de hace unos momentos. La suave brisa se encargó de despeinar sus cabellos, haciendolo ver mucho más sensual a vista del mayor.
—Aún es un poco temprano... ¿Fumas? — le ofreció el menor y el castaño asintió mientras tomaba el cigarro para provarlo y devolverlo.
Ambos estaban parados uno al lado del otro perdidos en sus pensamientos y botando el humo del cigarro. Yoongi mantenía la mirada baja, provocando que algunos de sus cabellos cubrieran su frente, intentando ignorar la extraña sensación del ambiente que empezaba a envolverlos.
—Yoongi Hyung... — susurro Jimin con un tono de voz diferente al usual y de inmediato tuvo la atención del mayor —¿nunca te han dicho lo guapo que eres? — Jimin uso un tono sexy y ronco que encendió al mayor, mientras que su pequeña mano se estiraba hasta rozar con algo de delicadeza la tela del pantalón del pálido, rozando los muslos de este de forma totalmente intencional.
Yoongi alzó la mirada al cielo estrellado y soltó en un suspiro el humo que contenía. Paseó su lengua por sus delgados y finos labios mientras cerraba sus ojos por unos segundos; su respiración se ralentizó un poco, disfrutando del pequeño roce de los dedos del menor, que subían cada vez más. Justo cuando estuvo seguro de que llegaría a su entrepierna, el menor soltó una de sus típicas risitas, continuando su recorrido por sobre la camiseta del contrario, tocando su abdomen y su pecho libremente.
Jimin mordió levemente su labio y decidió acercarse un poco más, recostando su mentón en el hombro del contrario. Su pequeña nariz de botón lograba tocar la mandíbula del contrario. Podía sentir completamente una suave fragancia proveniente de la pálida piel; un olor muy agradable, masculino pero a la vez, dulce.
—Mírame, Yoongi — susurró Park suavemente. Su mano derecha, la cual había acariciando toda la anatomía del mayor hace unos instantes, tomó el mentón del mayor y lo hizo bajar un poco su cabeza hasta encontrar sus miradas —Tus ojos son encantadores.
Yoongi cerró los ojos justo cuando una pequeña caricia llegó al borde de estos, sin lastimarlo. No pudo reprimir una leve sonrisa, enseñando sus pequeños dientes y sus rosadas encías. Jimin le correspondió a esta. Min podía sentir la escurridiza mano del menor empezar con un nuevo descenso, hasta anclarse en el borde de sus pantalones, algo casi imperceptible.
—¿Qué estás intentando hacer, Jimin-Ah? — Preguntó el castaño con voz ronca. En ese instante, el toque en su prenda inferior desapareció y la expresión del rubio pasó a ser una de fingida inocencia.
—Yo sólo... — respondió, guardando silencio antes de concluir la oración. El cigarrillo que permanecía en la pálida mano de Yoongi fue arrebatado con delicadeza y Jimin llevó este hasta sus labios e inhaló, liberando el humo luego de un par de segundos —Intentaba alcanzar el cigarro.
La sonrisa burlona en el rostro del rubio era más que suficiente para Yoongi se diera cuenta de que lo que Jimin buscaba, era provocarlo.
El mayor, en un arranque de lo que creía que debía hacer, tomó las caderas del pequeño y lo hizo quedarse justo frente a él. Yoongi mantenía sus piernas levemente separadas para que Jimin pudiese estar lo más pegado posible a su cuerpo, mientras permanecían recostados contra el auto de Yoongi.
La cercanía entre ellos les permitía sentir la respiración del otro, el calor del contrario.
—¿Qué estás esperando para acercarte un poco más y dejarme probar tu boca? — dijo el menor en un susurró.
Jimin se acerco al mayor, dio una última provada a su cigarrillo y tomó el rostro del pálido entre sus regordetas manos en una clara invitación. Yoongi sin titubear avanzó y junto sus bocas en un juego desenfrenado. El rubio dejó caer el cigarrillo de forma inconsciente, pisandolo al tiempo que se abría paso en la boca del pálido con su lengua, sin pudor alguno.
El castaño le imitó, y sus lenguas colisionaron.
En un suspiro por parte de Jimin, el humo final del cigarrillo que habían fumado juntos, terminó en ambos, siendo compartido. El toque era húmedo y desesperado. Min se sentía, inexplicablemente, como un adolescente en su primer beso. Era una extraña sensación desde el fondo de su ser, un extraño sentimiento que le impulsaba a actuar frente al desconocido chico de la cafetería.
Después de unos segundos se separaron y visualizaron el rostro ajeno, a una distancia extremadamente corta, pero prudente. Las palmas de Jimin permanecían extendidas en el pecho del pálido, mientras que las de Yoongi sujetaban la cintura del rubio.
Park sonrió de una forma descarada, relamiéndose los labios mientras deslizaba su mano hasta llegar a la entrepierna del mayor sin ningún preámbulo, rozando y acariciando por sobre la tela del jean sin vergüenza alguna, sin pensar en el lugar, o el momento.
El gemido ronco del mayor no pudo sonar mejor a los oídos de Jimin. Yoongi tomó la nuca del contrario y volvió a juntar sus labios, esta vez con mucha más intensidad, dejando suaves tirones en los rubios cabellos que eran alentados por las caricias directas e insinuantes sobre su polla. Quiso devolverle el favor, por lo que su pálida y venosa mano fue a parar al redondo trasero de Jimin, solamente paseandola por toda la zona en esos momentos.
Min succionó la juguetona lengua del contrario creando un morboso sonido, antes de morder con fuerza el labio rechoncho del menor, tirando de este y acariciándolo con su propia lengua.
Las caricias en su entrepierna se hacían tan intensas que ni siquiera pudo preveer cuando Jimin le desabrochó de manera ágil el pantalón, ahí, en plena vía pública y en plena madrugada. Yoongi alzó la mirada, desbordado por la adrenalina de la situación y corroboró que ningún pervertido estuviese mirando, pese a que los pervertidos eran ellos, literalmente.
Para cuando se dio cuenta, intento sacar las manos escurridizas de su bóxer, pero justo cuando sintió las cálidas caricias más abajo, justo en la punta, se concentró en retener el gruñido que quiso salir.
El calor lo invadía de manera furiosa, y no pudo evitar dejar un fuerte apretón en los firmes glúteos del contrario.
—No es el lugar más apropiado, lo sabes, ¿Cierto? — susurró cerca del oído contrario, dejando una lamida en un pequeño lunar sobre su cuello
—Sin embargo, a mi me parece el lugar más excitante... — respondió, dejando un suave apretón a la longitud del contrario para luego dejar que sus manos abandonasen la ropa interior del mayor. Soltó una risita traviesa y enseñó las llaves del auto en el que estaban recostados, haciéndolas tintinear con un suave movimiento. Yoongi ni siquiera había sentido cuando la sacó de sus bolsillos.
El menor abrió la puerta trasera del auto y tomó la mano de Yoongi invitándolo a subir, Jimin subió de último y cerró la puerta detrás de sí, sentándose en el regazo del mayor, lanzando las llaves al asiento del conductor. Inmediatamente pudo sentir los desesperados toques en sus trasero, por sobre el pantalón, mientras movía sus caderas en círculos sobre él.
Ambos gimieron ante el superficial toque de sus entrepiernas. Con un movimiento de caderas, Jimin quiso repetirlo, pero las manos en sus caderas se lo prohibieron. Yoongi movió su pelvis hacia arriba, frotando su erección contra toda la intimidad del pequeño. Sus pantalones estaban desabrochados, y los de Jimin pasaron a estarlo casi inmediatamente.
Ambos gemian y las manos de Yoongi se fueron al miembro del menor, acariciando justo como este lo había hecho. Se dedicó a besar la tersa piel de su cuello. Terminó quitando las ropas inferiores de ambos, y sus pieles podían tocarse sin ninguna barrera de por medio. Jimin solo llevaba la camiseta roja del uniforme de trabajo, y Yoongi una simple sudadera negra.
Nunca había estado con un hombre, pero no podía ser algo muy diferente, ¿O sí?.
Yoongi separó los glúteos del menor, tanteando su entrada con delicadeza con la intensión de prepararlo, pero Jimin lo detuvo con una sonrisa divertida, mientras juntaba sus labios y posicionaba el miembro de Yoongi en su zona más íntima, empezando a dejarse caer sobre el con una delicadeza inicial. Cuando Jimin obtuvo totalmente sobre él, al sentir el fuerte apretón sus caderas, empezó a moverse sin premeditaciones, sin parar.
Los saltos eran agresivos y profundos, casi castigadores para ambos.
El cuerpo del rubio sufría leves temblores debido al éxtasis, pero el morboso sonido de su culo chocando contra los muslos del mayor le impulsaba a seguir, cada vez con más fuerza, con más rapidez.
Jimin tomó el control del beso y empezó a morder la boca de Yoongi para demostrar el placer que estaba sintiendo, y sólo pudo detenerse cuando sintió un sabor metálico de la sangre en su boca. En respuesta, Yoongi bajo sus maltratados labios hasta el cuello de Jimin y mordió en grande, sacando gemidos y jadeos de dolor y placer del menor.
El orgasmo en ambos se acercaba y Yoongi fue víctima de sus impulsos. Justo cuando Jimin se proponía dejarse caer nuevamente, el pálido alzó su pelvis de modo que sus cuerpos encajaran con una brusquedad tan placentera que no dudó en repetirlo, una y otra vez, demostrando total frenesí en sus acciones.
Las cabellos castaños del mayor cubrían su frente de forma parcial y el sudor recorría la tersa piel del menor.
Yoongi gruñó y con un último movimiento, lo último que vio fue como Jimin inclinaba la cabeza hacia atrás en un fuerte grito que parecía haberse quedado tatuado en su cerebro. Ambos se corrieron al mismo tiempo, Jimin en el pecho de Yoongi y él, en su interior.
Al pálido le tomo unos segundos recuperar la cordura, pero cuando se topó con la sonrisa del rubio beso su mentón y abandonó su interior.
Cuando lograron controlar sus respiraciones y ambos se limpiaron con unas toallitas húmedas que había en la guantera, ambos se sentaron, Yoongi iba de piloto y Jimin de a su lado.
El camino fue entre miradas y toqueteos indescentes, pero al fin llegaron a donde Jimin decía que era su casa, según las indicaciones que este le había dado a Yoongi.
Pero Min solo pudo ver la entrada de un cementerio justo a unos metros de donde acababa de aparcar. No había casas en ese lugar, pero cuando volvió la mirada hacia donde se suponía que Jimin estaba sentado, no había nadie, solamente escuchó la reja del cementerio cerrarse.
Yoongi no quería meterse en los asuntos de Jimin, pero vio que el rubio había dejado su billetera en el asiento, y de una forma u otra tendría que devolvérsela.
El pálido entró al cementerio, y lo raro era que estaba sin candado o algún tipo de seguridad.
"Más fácil para mí".
Yoongi se movía entre la oscuridad y la espesura del lugar, alumbrando el camino con la linterna de su celular mientras se guiaba por las pisadas que, supuso él, eran de Jimin.
Una rama en el piso lo hizo caer y por ende, su celular también cayó al suelo y se deslizó unos metros, para mala suerte de Yoongi. Cuando iba a recogerlo, notó como la luz apuntaba a una lápida con exactitud.
Al acercarse y leer el nombre, Yoongi entró en shock.
Park Jimin
1978 - 1999
«Save me»
Justo encima de este lugar, había un pequeño pergamino algo amarillento. El pálido lo tomó, con la linterna de su celular pudo empezar a leer.
“A sus cortos veintiún años, el joven Park Jimin decidió terminar con todo. Proveniente de una familia rota, y de bajos recursos económicos. En el año 1999, Jimin acabó con su vida a altas horas de la noche, justo después de acabar su trabajo como mesero. A pesar de todo, la paz tan anhelada llegó hasta a él, y ahora vaga por la tierra en busca de cortar el sufrimiento interminable que atormenta a personas inocentes”.
Yoongi dejó caer la hoja, estaba en shock y no paraba de temblar. Tuvo el impulso de salir corriendo de ese lugar, pero un suave y tétrico susurro le heló la sangre.
—Yoongi hyung.
Para cualquier persona, aquello hubiese sido un pequeño interruptor para desmayarse o espabilar de ese lugar, pero en Yoongi produjo todo lo contrario, para su desconcierto.
El adorable rubio que había conocido horas atrás, lucía totalmente diferente.
Sus cabellos dorados ahora estaban revueltos. Su uniforme estaba manchado y sucio, y en su rostro no estaba la misma traviesa sonrisa de antes. Ahora su rostro solo expresaba una profunda tristeza, y expedía un aura totalmente deprimente, remarcada por su piel pálida y sus marcadas ojeras azuladas.
Sus resecos labios intentaron forzar una sonrisa para el mayor, pero termino convirtiéndose en una mueca.
Lo último que se escucho esa noche, fue el grito desgarrador de Yoongi.
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Horas después...
7:00 am.
[Noticias]
“Esta mañana, el cuerpo de un joven de veinticinco años al que la policía reconoce como Min YoonGi fue encontrado en un cementerio a las afueras de la ciudad por un trabajador. Al parecer su estado era crítico y ninguna prueba resaltante fue encontrada alrededor. Seguiremos investigando”.
Porque un poquito de suspenso no le hace mal a nadie. Jé.
Antes que nada, déjenme les pido de favor que me sigan :(
Me da cosita ver que la gente lee mis historias (las poquitas personas que las leen, xd) y no me siguen :(((
¿Qué les pareció el Smutt?.
¡Todos los créditos correspondientes a ParkDVMT quien me ayudó con el desarrollo de este one shot! ¡Siganla también uwu!
Si ven algún error o incongruencia, por favor háganmelo saber.
Gracias por leer 🌺
–DiMo/Godi.
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