Capitulo 23.

"La cabeza va sobre los hombros"

¿Alguna vez sentiste miedo?

Podría apostar toda mi fortuna a que lo has sentido, pero, alguna vez ¿Has sentido ese miedo que te congela, que se traga tus palabras y te hace un asqueroso nudo en la garganta, que paraliza tus extremidades, que hace que tu corazón lata muy fuerte? No podría apostar nada en este caso. Pero todos hemos imaginado una y otra vez que haríamos en ciertas situaciones. Como, que haríamos si un profesor es injusto o flojo. En nuestra mente imaginamos una y mil maneras de confrontarlo, imaginamos que nos ponemos de pie, imponentes como no lo somos y hablamos con voz calmada y segura, damos las razones por las que sabemos que es injusto, imaginamos que él se queda mudo de la impresión y que todos a tu lado te apoyan, imaginamos que entonces el problema es por fin solucionado, gracias a nosotros; o cuando miras a la persona que te gusta y te imaginas más de cinco maneras diferentes para decirle como te sientes, como te hace sentir y lo que tú quieres hacerle sentir, como podrías hacerlo feliz y lo feliz que serias si estuviera junto a ti, e incluso imaginamos un maldito beso, como en las películas, con la música de fondo y toda la mierda amorosa de las películas, y sonreímos, mientras en nuestro interior nos repetimos una y otra vez, que la siguiente vez que veamos al profesor o a esa persona, haremos y diremos exactamente todo lo que imaginamos, y por ese momento, nos creemos a nosotros mismos.

Pero no pasa así. Cuando estás frente al profesor, se te seca la boca y las palabras que salen de tu boca son tan incoherentes como un poema acerca de ornitorrincos, cuando te encuentras a esa persona, se te hace un nudo del tamaño del mundo en la garganta, las manos te sudan, las piernas te tiemblan y tu mirada va directo al suelo. "Lo tenias todo planeado", te dices a ti mismo, una y otra y otra vez, pero simplemente, lo olvidas o te congelas, o algo pequeño en tu interior te grita "No lo hagas, no va a suceder así" y sin saber porque, la escuchas. Y una vez cada cierto tiempo te preguntas ¿Y si yo hubiera...? Sacudes la cabeza e imaginas que hubiera pasado si tú lo hubieses hecho, si te hubieses levantado de tu asiento y gritado lo injusto que era o, que hubiera pasado si esa vez que te encontraste con esa persona en el pasillo en la escuela le hubieses detenido y besado. Pero simplemente, te quedaste congelado en tu asiento, mirando como sucedía de nuevo, bajaste la mirada y continuaste tu camino, mientras la maldita vocecilla te gritaba cada vez más alto "No lo hagas, no va a funcionar".

Bueno, esa maldita vocecilla hija de puta estaba zumbando en los oídos de James, gritaba cada vez más y más fuerte. No podía escuchar nada de lo que decían alrededor y aunque pudiera, no querría escuchar nada más.

Había imaginado al menos unas cien veces, que haría si el volvía por ella, aunque ya sabía que vendría por ella. Y se dijo a sí mismo al menos unas cien veces lo que haría cuando el viniese por ella: el correría como un loco hacia afuera e intentaría alcanzarle y si  no funcionaba -aunque en su mente, no funcionaba, ninguna de las veces- iba a buscar información sobre algún amigo de Ronald, iba a preguntar, por aquí y por allá y si funcionaba -aunque en su mente siempre funcionaba- iba entonces al lugar donde se suponía Ron estaba y llegaba demasiado valiente y le propinaba un golpe en la nariz, después lo golpeaba una y otra vez en las costillas -en su imaginación Ron no se defendía- y le gritaba una y otra vez lo gilipollas que era (y un par de insultos más) y le gritaba porque se lo merecía, le decía lo cobarde que era por haber abusado de alguien, se agachaba y con la fuerza que no sabía que tenía lo levantaba por el cuello de la camisa, le escupía en la cara y le aventaba al suelo. Muy bonito ¿No es así? ¿Cómo de novela? Si.

Sin embargo, ahí estaba el, parado en medio de un salón de fiestas, sus extremidades congeladas, su corazón latía con fuerza y el nudo en su garganta era tan grande que comenzó a tener arcadas, solo podía recordar haber escuchado que Izamar decía con voz temblorosa:

"No la encontramos" - y se repetía una y otra vez en su cabeza, como si pudiera cambiar el significado de la frase, como si pudiera dejar de tener sentido, pero era lo mismo, siempre significaba que Natalie no estaba, que él se la había llevado. Ronald tenía a Natalie y no la regresaría por las buenas, en realidad simplemente no la regresaría. Y ni siquiera sabiendo eso, intentó hacer algo como lo que había imaginado. Simplemente tomó su vaso de la barra y lo colocó sobre sus labios echando la cabeza hacia atras bebiéndolo todo de una vez, apretó el vaso y sus venas comenzaron a marcarse, miro el vaso de nuevo, con furia lo puso sobre la barra y cuando el barman comprendió, volvió a llenarlo, de nuevo lo bebió todo y en unos segundos el vaso estaba lleno de nuevo, echo la cabeza hacia atrás y lo bebió de una sola vez. Apretó de nuevo el vaso esperando romperlo, cuando se desespero hizo la mano hacia atrás y lanzo el vaso contra la pared más cercana, asustando a un par de personas que estaban por allí que le miraron mal. Pero ¿Qué importaba? Nada en realidad. Al menos no en ese momento. Así que tomó su saco y se fue.

El primer día solo se levantó de la cama un par de veces, para ir al baño. El resto del día lo paso en la cama. Ni siquiera durmiendo solo... estaba allí, sin hacer nada. A eso de las ocho de la noche tenía un mensaje de texto de Ashton

Se está haciendo papeleo y toda esa mierda acerca de la desaparición de Natalie.

Ashtonx

"No desapareció. Esta secuestrada"

No respondió, pero cinco minutos después tenía otro texto.

¿Qué tan mal estas?

Harx

 

Jodido

Jamesx

No se molesto en revisarlo la siguiente vez o la siguiente a esa. No tenía ganas de hacerlo. No estaba seguro de poder hacer las cosas amablemente.

El segundo día fue incluso peor que el primero.Intento que todo pareciera normal. Se levanto a la hora que siempre lo hacía para ir a la escuela, incluso acomodó las ropas de cama, bajó a desayunar como siempre, se preparó un tazón de cereal y despidió a su madre con beso mientras ella lo miraba preocupada, caminó casi como siempre,  aunque este día especialmente lo hacía con una calma exagerada, pero no importaba se dijo. Cuando entro a su primera clase, ni siquiera advirtió las miradas de lástima que todo el mundo parecía lanzarle, incluso sus maestros lo hicieron. Pero no importaba se dijo.

-"¿Estás bien?" - le preguntaba todo el mundo. Pero no importaba se dijo.

-"Si" - y se encogía de hombros. 

Pero ahí estaba, eran las once de la mañana de un lunes, ¿Qué significaba? Le tocaba Historia.

La única clase que compartía con ella.

Cuando el timbre sonó a las 10:55 de ese lunes, caminó hasta su taquilla y recogió su libro de Historia, ignoro el libro que parecía estarle llamando "Sergio por el tipo" era lo único que se veía, pero no importaba se repitió. Cerró la puerta de metal solo un poco más fuerte de lo necesario e hizo su camino hasta su clase. Historia 5. Salón 203.

"Contigo" - recordó que sonreía en ese momento. -"Ah... y con ella"

Empujó con fuerza ese pensamiento.

No se suponía que el señor Thompson estuviera ese día allí, se suponía que habría un joven suplente durante unas tres semanas y que él estaría en las Bahamas con su nueva y preciosa esposa, Grace. Pero ambos llegaron a un acuerdo, no se irían hasta que la mocosa regresara. Pero eso, James lo ignoraba, o al menos eso quería.

"¿Qué mocosa?" - se preguntó. Y todo iba bien, de verdad iba bien. Podía jurarte que todo iba bien, todo entre las 8:00 am y las 10:55 am de ese lunes iba bien. Hasta este momento.

Cruzó las puertas ignorando las miradas de lastima -de nuevo- y fue a ocupar su lugar. Sacó su libro y su libreta, la abrió y escribió:

Lunes 18 de noviembre 2013 (día dos)

Borroneo "día dos" y se limito a mirar el pizarrón. Cuando el señor Thompson llego, todos dejaron de mirar a James y abrieron sus libros en la pagina 194. Ni siquiera escucho cuando la indicación fue dicha y mucho menos advirtió cuando John  se detuvo justo frente a él. Puso la mano sobre su mesa y James le miro casi de inmediato. Pero su mente seguía divagando.

Día dos... ¿de cuantos?

-"Hey muchacho" - comenzó -"¿Qué saben de la mo...Natalie?" - dijo con voz suave. James se encogió de hombros. -"¿Cómo lo llevas?" - preguntó esta vez.

Día dos.

-"¿Llevar qué?"

¿De cuantos?

-"La... situación"

-"¿Qué situación?"

¿Cuántos más?

-"Supondré que eso significa que no lo llevas bien"

-"Ajá" - dijo mirando de nuevo el borrón.  Sabía de lo que el señor Thompson estaba hablando y le hubiese gustado querer escucharlo, pero no podía, no quería. Se levanto rápidamente y recogió lo que estaba en su mesa. Sacudió la cabeza cuando vio su lugar vacio y se fue sin decir nada.

Nadie dijo nada ¿Por qué abrían de hacerlo? ¿Por qué querrían hacerlo? El señor Thompson sacudió la cabeza y pensó en lo duro que debía estar siendo para el chico, para los padres y para Izamar.

Podría decir que estaba siendo demasiado para Izamar, que estaba llorando como un maldito rio desbordado, que de su nariz salían mocos y mocos, que sus ojos estaban más rojos que las rosas de la reina de corazones después de que Alicia las pinto, que se había terminado más de una docena de paquetes de pañuelos, pero no era así.

¿Qué sucedía? Estaba sentada en el sofá de su sala con un pantalón de chándal y un suéter que era del doble de su tamaño. Pero, los zapatos que había usado dos días atrás estaban aventados del otro lado y su peinado tenía algunos cabellos sueltos, su delineador estaba algo corrido y tenía los puños apretados. Había estado viviendo en ese sofá los últimos dos días. Harry estaba sentado delante de ella, con las manos sobre el regazo, mirando como ella se quedaba quieta allí, pálida y con la mirada perdida. Había dejado el saco en el perchero junto a la puerta -vestía algunas ropas viejas del hermano mayor de Izamar- y el cabello ligeramente revuelto, además estaba un poco pálido.

Después de que James rompiese el vaso contra la pared dos días atrás no había dicho más de cinco frases completas y solo respondía con monosílabos, a veces se encogía de hombros, a veces negaba o asentía con la cabeza, no había un patrón fijo en ello. Y de haber habido uno, Harry lo hubiese notado, porque había pasado los últimos dos días con ella.

-"¿Puedes llevarme a casa Harry?" - había dicho con voz demasiado suave. Cuando llegaron, ni siquiera le dijo a Harry que se fuera.

-"Tengo sed" - dijo esa misma noche. Harry le llevó un vaso lleno de agua. Cuando termino dijo:

-"Abrázame Harry" - tan bajito que por poco Harry no la escuchaba -"Por favor" - pidió. Esa noche, fue la única en la que ella se quedo dormida entre los brazos de Harry pero ni una sola lágrima salió de sus ojos.

Eso fue lo último que dijo antes de comenzar a contestar solo con Monosílabos.

El primer día Harry intentó todo para levantarla del sofá.

-"¿Tienes hambre?" - Harry.

Se encogió de hombros.

De cualquier manera el llegó con dos platos y puso uno en su regazo, él tenía hambre, o eso podría haber jurado hasta que vio que ella solo comió dos bocados y comenzó a jugar con el resto. Su apetito se fue de inmediato. Harry intento crear una conversación.

-"¿Por qué no vas a cambiarte y te llevó al cine nena?" - intentó darle una sonrisa galante.

-"No"

Pasaron un par de minutos antes de que lo intentara de nuevo.

-"Debes sentirte incomoda con ese vestido, deberías ir a cambiarte." - intentó que sonora como una orden para que ella se exaltara y le gritara que no podía darle ordenes.

-"No"

Le quito el plato del regazo y no volvió hasta un par de minutos después con su madre pisándole los talones.

-"Recoge tus malditos zapatos y sácate el vestido que vas a dejarlo asqueroso" - dijo la madre con voz fuerte.

Se encogió de hombros. Y subió con lentitud hasta su habitación, había vuelto con un par de ropas para Harry y se sentó de nuevo en el sofá.

Mientras Harry se cambiaba rápido en el baño de la planta baja, su madre intentó hacer que ella reaccionara de nuevo.

-"Recoge tu habitación está hecha un asco" - pero la voz le tembló esta vez.

-"No."

-"No me desafíes" - intento decir con voz firme, pero no salió como ella esperaba.

Se encogió de hombros.

La señora apretó los dientes, le dio una mirada de lastima a su hija y sin decir nada dejo el lugar.

-"¿Quieres agua?"

Asintió con la cabeza. Harry fue a la cocina y llenó un vaso grande, cuando volvió, ella estaba dormida. Fue hasta su habitación y cogió la primera cobija que encontró, se detuvó un momento, la habitación no estaba sucia, no había nada fuera de su lugar, a decir verdad, todo estaba acomodado. Todo. Justo cuando iba a salir, una línea de fotos en la pared a su izquierda llamó su atención. En la primera habían dos niñas de aproximadamente siete años, la castaña tenía el brazo alrededor de los hombros de la niña con el cabello negro azabache. Supuso bien, que eran Natalie e Izamar. La línea seguía con unas cincuenta fotos más, supuso que estaban acomodadas en orden cronológico. Estaban ellas dos comiendo helados con cuatro bolas. En otra estaba la castaña jalando de la pelinegra para entrar a la escuela. Había unas cuantas más. Y de pronto apareció un chico de cabello castaño como el de Natalie, con unas pecas en las mejillas y con una sonrisa chimuela. El niño apareció en unas cuantas fotos más y después desapareció. Imaginó que el niño se había mudado o algo así. Siguió el recorrido. En una estaba Natalie con una -evidentemente- fallida permanente, tenía la cara roja de vergüenza pero aún así sonreía. Había una de Izamar con las puntas del cabello color verde moho y tenía cara de fastidio, ni siquiera sonreía. Típico de Izamar. Medio sonrió.

Aquello debía dolerle tanto a Izamar. Pensó. Incluso más de lo que pensaba antes. Y Harry sabía exactamente porque Izamar no lloraba. Porque ella sabía que llorando no se arreglarían las cosas.

Apretó la cobija entre su brazo y su pecho y con el dorso de la mano derecha limpio las lagrimas que amenazaban con salir.

Cuando estuvo abajo ella roncaba suavemente y tenía la mitad del cuerpo fuera del sofá. Acomodó sus piernas y las estiro. Con cuidado puso la cobija sobre su cuerpo y se sentó en el suelo junto a ella, tomo su mano y susurro muy bajito:

-"Voy a encontrarla para ti"

El tercer día no fue mejor que los dos anteriores. Ni Harry, James o Izamar se habían presentado a clases. Pero a eso de las tres de la tarde llego Ashton a casa de Izamar. En sus ojos había preocupación.

-"¿Qué pasa?" - Harry se levanto de inmediato. No había ido a casa desde que Natalie desapareció y seguía usando las ropas que Izamar le había dado el día anterior. Una barba de tres días le estaba creciendo y tenía unas enormes ojeras.

-"James me dijo que estuviera aquí lo antes posible" - respondió agitado, se volvió a ver a Izamar -"¿Qué le...?"- dejó su oración al aire.

-"Nada" - Contestó con brusquedad.

El timbre volvió a sonar. Esta vez eran los padres de Natalie.  Él tenía unas ojeras aún más enormes que las de Harry, tenía una barba más crecida y sus labios estaban resecos. Sus ojos estaban tan rojos que parecían solo dos tomates en su cara. Por otro lado, ella tenía la cara pálida, las ojeras eran leves, pero sus ojos estaban incluso más rojos que los de él. Cuando entro en la casa, rompió a llorar, como lo había estado haciendo desde que ella se fue. Una vez que estuvieron completamente dentro de la casa él dijo:

-"¿Dónde está James?" - su voz sonó rasposa.

-"¿Los ha llamado a ustedes también?" - Harry se acercó.

-"Dijo que nos vería aquí lo antes posible"

-"Me dijo lo mismo" - interfirió Ashton. El timbre volvió a sonar. Esta vez era la mamá de James.

-"Yo..."- comenzó.

-"Lo sé" - Dijo Harry -"James le ha pedido que la encuentre aquí." - ella asintió.

Diez minutos después, el timbre no sonó. La puerta se abrió bruscamente y un agitado y, en serio, sonriente James apareció cargando unas carpetas. Sin decir nada, le dio una carpeta a cada quien exceptuando a Izamar, le dio dos a Harry y se paró en el centro de la sala de estar.

-"James" - su madre comenzó. -"¿Qué estás haciendo? ¿Qué es esto?" - agitó la carpeta. Tenía una etiqueta que decía "plan N2".

-"¿Plan N?" - Ashton fue quien preguntó.

-"Al cuadrado" - dijo James.

-"Al cuadrado" - repitió Harry -"¿Para qué es esto?"

-"Bien" - James abrió su propia carpeta, la leyó tres segundos y volvió a mirarlos a todos. -"Debido a que la policía no está haciendo nada, he decidido que es hora de hacerlo nosotros mismos. Así que he creado el "plan N2"." - Dijo con voz firme -"Se preguntaran ¿Para qué? ¿Y cómo funciona? Abran sus carpetas por favor." - Lo hicieron. -"En la primera pagina están todas las posibles ubicaciones de Natalie" - Ashton levantó la mano temeroso.

-"¿Dónde conseguiste esto?"

-"Estuve preguntando por allí, pero, aunque nadie me dijo exactamente que se supone que hacen, me dijeron que Ronald tiene algo así como un grupo y que él los maneja. Y tienen varios puntos de reunión, e incluso a veces se quedan allí. Así que he decidido que nosotros, podemos dividirnos en equipos y comenzar a buscar discretamente en cada lugar. No se preocupen, he pensado en todo. Nunca nos descubrirán. Ustedes, los padres, podrían pasar como vendedores de droga o adultos que quieren volver a sentirse jóvenes, ustedes elijan, están en la pagina dos con el encabezado Identidades. Nosotros, bueno, nosotros solo iríamos a ese lugar buscando donde quedarnos porque somos viajeros o algo así. También hay más opciones. Y una vez que algún equipo la encuentre, el equipo completo saldrá del lugar, incluso aunque no me agrade la idea. Cuando estemos todos reunidos, bueno, para eso están las páginas tres y cuatro. Entonces, los adultos adoptaran el papel que les toca. Y nosotros actuaremos naturalmente." - Se golpeo a sí mismo -"Que tonto soy, disculpen. Mientras estamos en las, por así decirlo, guaridas, investigaremos lo que se supone hacen. Y así es como llegamos a las páginas tres y cuatro. Dependiendo de la clase de trabajo que tienen es lo que se supone vamos a hacer y entonces... cuando por fin la encontremos..."- Alguien gruñó.

-"James" - el padre de Natalie dijo con voz dura. -"¿Eres estúpido?" - James negó confundido. -"¿Entonces?"

-"Yo..."

-"La policía debe encargarse de esto" - gruñó.

-"¿Qué se supone están haciendo ahora?" - James levantó la voz un poco. Él no dijo nada -"Me lo supuse" - gruñó entre dientes. -"¿Quiere que me quede aquí sentado mientras... mientras ella está en quien sabe donde con ese maldito hijo de puta? ¿Sabe lo que le está haciendo?" - James apretó los puños. -"¿Tiene idea?" -silencio. -"¡Por supuesto que no!" - gritó -"Porque usted no estaba el día que todo sucedió, usted no vio lo pequeña que era, no vio lo frágil que estaba, no vio las lagrimas en sus ojos, no vio los moretones cuando recién fueron hechos. Mucho menos vio como se estaba destruyendo a sí misma. ¡Claro que no! ¡Usted no estaba allí! Jamás había visto a alguien así y espero jamás volver a presenciar algo como eso. La mirada en sus ojos, aún la recuerdo. Me acompaña en mis pesadillas desde que ella no está con nosotros. Recuerdo como apretaba los puños y enterraba las uñas en las palmas, despreciándose a sí misma. Como basura. Por supuesto que no sabe nada de esto. Porque no estaba allí" - le escupió las últimas palabras.

-"Yo..."- comenzó.

-"¡ERA POR USTED QUE SE DESPRECIABA TANTO!"

-"Yo..."- tragó duro y clavo con furia la mirada en James -"Por supuesto que no lo sé. Sé que no estaba allí, y me lamento por eso cada día desde que ella lo confeso todo, lo lamento desde siempre. ¿Crees que no me duele que haya tenido miedo de decirnos? ¿Sabes porque no quiero que vayas? Porque hay algo que si sé. Significas mucho para ella y sé que si tu plan fuese llevado a cabo, no podrías controlarte y solo cometerías estupideces. Podrías salir lastimado... y si ella regresa, va a dolerle demasiado y la culpa crecerá de nuevo en su interior. Ella no querría que te sacrificaras. Y no quiero que pierda a alguien querido nunca más. Si, nosotros cometimos un error, pero... cuando pierdas un hijo, puedes decirme cuanto duele."

-"Podría estar a punto de perder uno" - se dio cuenta muy tarde de lo que dijo.

-"¿Qué?" - esta vez fue la señora Hiragizawa quien habló. -"Ella... tu"

-"No" - susurró James. -"Él" - dijo simplemente.

-"¿Está embarazada?" - gritó el señor. James asintió torpemente. -"¿Y tú lo sabías?" - volvió a asentir. De repente se volvió hacia Izamar. -"Se que también lo sabías. Y podría esperarlo de James, pero algo así. ¡Tendrías que habérmelo dicho!"

-"¡No le grite!" - Harry intervino.

-"No te metas" - con voz gruesa respondió. -"Maldición" - murmuró. -"Podría haberlo perdido ya" - dijo con voz temblorosa. Un gritito de horror sonó en el fondo de la habitación.

Izamar.

Harry se acerco veloz como un rayo y se puso en cuclillas frente a ella.

-"No" - susurró -"Ella quiere el bebé, en serio lo quiere" - Harry asintió -"Yo lo sé"

-"Si nena" - Harry la abrazó.

El señor Hiragizawa apretó los puños y los dientes le rechinaron. Se acercó a todos y arrebato violentamente las carpetas de sus manos, a excepción de la de su mujer. Las rompió por la mitad y después otra vez por la mitad. Tiró los pedazos en un cubo de basura que encontró en una esquina de la habitación, tomó la mano de su esposa y comenzaron a salir.

-"Voy a dar esta carpeta a la policía" - comenzó -"No hagas estupideces" - y se fueron.

-"James" - su madre se acercó. -"El señor tiene razón cariño" - ahuecó la mejilla de su hijo -"Seria peligroso si hiciéramos todo esto y no serias capaz de controlarte. Se lo mucho que esta chica significa para ti. Pero no voy a dejar que te pongas en peligro." - besó su mejilla antes de irse.

James se sentó en el sofá individual y puso su cara entre las manos. Estaba temblando de la furia

¿Cómo podían quedarse sin hacer nada? ¿Querían que ella volviera así? ¿Sin más? ¿Qué un día estén sentados tomando el té o quizá café y que ella apareciera por la puerta como por arte de magia? ¿Eso querían? ¿Eso esperaban? La policía no estaba haciendo nada, lo había comprobado esa mañana antes de idear el "Plan N2". Había ido a la estación de policía, llevaba la lista de lugares en los que ella podría estar, pero el sujeto que habló con él, tardo al menos veinte minutos en encontrar los papeles del caso de Natalie y fue incluso aún peor, cuando casi derrama su café sobre los papeles o cuando se puso a leer los papeles desde el comienzo, como si no supiese nada acerca del caso o como si nunca hubiese visto esos papeles, diez minutos después cuando termino leer y le dijo que no había progreso alguno, se guardó los papeles para sí mismo y entonces su cabeza se lleno de ideas. Treinta minutos después, tenia "Plan N2". Y todo fue perfecto en ese momento. Y volvió a imaginar como todo su plan funcionaba.  Se levantó furiosamente del sofá.

Y ahora ¿Qué? ¿Qué iba a hacer? ¿Quedarse sentado comiendo frituras esperando a que ella regrese por sus propios medios? ¿Esperar que la dejen ir? Se rio un poco de aquel absurdo pensamiento. ¿Por qué tenía que suceder aquello? No se podía simplemente, ¿hacer que todo volviese a ser como antes? No. No antes de conocerla. No antes de enamorarse de ella. Pero, de cualquier manera aquellos dos eventos no habían sucedido uno lejos de otro. Quisiera haberla conocido cuando ella era soltera, cuando él era soltero. Antes de que le rompieran el corazón. Y probablemente, solo probablemente la situación sería diferente. Sacudió la cabeza fuertemente. Debía dejar de pensar en lo que hubiera pasado si...

Pero no podía, su mente aventaba imágenes al azar de ella, de momentos que pasaron juntos y de los que hubieran pasado si todo fuese diferente.

Y de pronto, sintió como si ella estuviese allí. Delante de él, tan real como debería serlo. Y entonces ella se rio, de verdad, como a él le gustaba. Pronto, el se rio también. Y después, la habitación se lleno de sus carcajadas. Estiró la mano hacia ella e intento tocar su mejilla, detuvo su mano antes de llegar a tocarla y dio un paso al frente.

-"Natalie" - susurró con una sonrisa. Ella se rio con suavidad y pareció que también daba un paso al frente. De pronto, cuando ella se movió, pareció percibir ese olor a vainilla que solo ella parecía poseer. Inhalo lo más que pudo y sin tocarla dio otro paso al frente, ella se acomodo el cabello y entonces olio su champú de frutas, inconscientemente sonrió y se acercó más. Cuando estuvo a un par de centímetro de "ella" estiró ambos brazos y la abrazó pero cuando la apretó, ella desapareció, el olor a vainilla y la mezcla de frutas de su cabello ya no estaban. Apretó los ojos y los puños.

-"No"- susurró una y otra vez. Ashton intento tomarlo por los hombros, James se sacudió violentamente. -"No me toques" - siseó.

-"James" - Ashton dijo con voz suave -"tranquilo, todo está bien" - y al instante se arrepintió de sus palabras.

-"¿Bien?" - grito encarandolo -"¿Todo está bien?" - Apretó los puños y lo miro con furia -"¡Nada está bien!" - Gritó aún más alto, se acercó furioso, sus pechos casi rosándose -"Carajo" - murmuró -"¡Nada está bien!" - Volvió a gritar mientras lo empujaba -"¡Mierda!" - Lo empujó una vez más hasta acorralarlo -"Nada va a estar bien... ¡Nunca!" - le escupió las palabras en la cara. -"No me digas que todo va a estar bien" - dijo -"Porque no va a estar bien" - su voz temblorosa -"Ella no está" - susurró -"Ella no estaba ayer y no va a estar mañana" - su voz se quebró -"¿Tienes una puta idea de lo que me costó encontrarla?" - No dejó que respondiera -"¡Por supuesto que no!" - se dio la vuelta violentamente, apretó los puños una vez más y cerró los ojos con más fuerza de la necesaria, aguantando las lagrimas. -"No está" - susurró.

-"James" - el dijo tratando de calmarlo.

-"¡NO!" - Gritó -"Dejen de tenerme lastima, dejen de decirme que todo va a estar bien o que todo lo está. ¡Joder! No lo está. Estoy harto de esta mierda, estoy perdiendo la puta cabeza.  ¡Ni siquiera puedo ir a buscarla!"

-"James, tu sabes porque no..."- James lo cortó allí.

-"Si lo sé" - dijo bruscamente. -"Porque solo voy a hacer tonterías"

-"Lo siento hombre" - Ashton palmeo su espalda. Un  sollozo los interrumpió.

Les habían dicho alguna vez, ¿que las personas más fuertes son las que se rompen con más facilidad? Porque así era. Solo una vez en su vida se había roto de la manera en la que lo estaba ahora. Y se había prometido a si misma ser fuerte por él. La muerte de su padre a los cinco años le había afectado más que un poco. Era tan solo una pequeña ¿Cómo se comprende entonces la muerte? No se podía. Lo entendió unos años después e incluso aunque hubiesen pasado algunos años, dolió casi tanto como cuando él dejó de volver a casa y dejó de escuchar sus ronquidos por las noches.

Pero ahora, era casi lo mismo. Ella ya no volvía, no escuchaba la manera en la que se reía por cosas estúpidas o como sonreía ante todo, su optimismo no estaba allí, sus palabras extrañas y su manera de descubrir siempre sus planes. No estaba allí y su corazón se rompió una vez más, una vez más y más fuerte.

¿Y lo peor? No podía ir a buscarla. No podría ayudarla esta vez.

-"Cállate" - dijo entre sollozos -"Cállate" - gruñó entre sollozos.

-"¿Qué?" - casi gritó James enfadado.

-"Que te calles" - ella se levantó del sofá violentamente. Dio unos pasos hasta James y lo enfrento con la mirada. -"¿Crees que eres el único que se siente así?" - escupió. -"No imbécil. ¿Tienes una idea de lo difícil que es para mí? Pues no. Así que cállate."

-"Izamar" - Harry se acerco-"Basta."

-"No me toques Harry" - siseó -"Estoy hablando con James" - volvió a mirar a James -"¿Tienes alguna idea de cuánto me duele que no esté aquí?" - no esperó a que el respondiera -"Ella no es mi mejor amiga, es mi hermana" - gruñó -"Ha estado allí para mi desde que puedo recordar y ahora... ahora" - la voz le tembló pero su mirada seguía aún firme. -"No está" - susurró -"Deja de pensar que eres el único que la extraña" - se acercó más a James -"También me duele."

-"Yo..."- tartamudeó.

-"Aún recuerdo" - comenzó Izamar -"Cuando a los ocho intente andar en la bicicleta y dos segundos después me caí y comencé a llorar. Recuerdo, como ella se bajo de su bicicleta y se acerco a mi rápido, mientras sonreía, entonces yo... me enoje, porque ella estaba sonriendo y yo me había caído de la maldita bicicleta. Cuando se acercó la empujé y le dije que se fuera, porque estaba sonriendo y podía estar en la bicicleta sin caerse. Entonces comenzó a reírse, y corrí hasta ella, le pegue en el brazo, porque ella estaba sonriendo, porque podía estar en la maldita bicicleta sin caerse y porque se estaba riendo porque la golpee. Entonces.... dejó de reírse y se acercó a mí, sacudió la tierra de mis rodillas y me sonrió de nuevo, iba a pegarle de nuevo pero ella me detuvo y... me dijo" - las lagrimas comenzaron a caer por sus mejillas -"ella dijo: si vas a rendirte cada que fracases, no deberías intentar las cosas, deberías ser un vegetal y no hacer nada, ya sabes. Ella se encogió de hombros y se rio otra vez, después dijo ¿Acaso creías que yo había aprendido a montar la bicicleta en un día? - Intentó ahogar sus sollozos -"Es gracias a ella, que estoy aquí, ahora, a punto de irme a Harvard. Porque era ella y su estúpida maravillosa sonrisa las que me sacaban adelante, su maldito optimismo ante las cosas más inútiles. La manera en la que se maravillaba incluso por las cosas más simples. Ella cortó el ancla que me detenía" - sollozó -"Ella es mi hermana" - dijo -"Y yo soy su hermana" - las lagrimas corrieron libremente por sus mejillas.

-"Lo siento" - James dijo al fin, con voz calmada. -"Se que estoy siendo egoísta..."

-"Eres un imbécil" - ella corrigió.

-"Un imbécil" - repitió él.

-"Un imbécil que la ama" - dijo ella.

James se acerco lentamente a ella y cuando estuvieron frente a frente ella le miro, justo como Natalie cuando le dijo que su hermano había muerto. No lo pudo evitar -y por primera vez, no quería evitarlo- pero, sus brazos se cerraron alrededor del pequeño cuerpo de Izamar y la cabeza de ella descanso sobre su hombro. Ambos lloraron tan fuerte como pudieron, tan fuerte como querían llorar desde el primer día. James se apretó aún más a Izamar, ni siquiera le importaba que Harry y Ashton estuviesen allí. James tembló un poco y después siguió llorando. ¿Cómo se podía parar de llorar si no querías?

-"Vamos a ir por ella. Tu y yo." - susurró ella en su oído. 

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