Capitulo 17.

"Solo lo sabes"

[Día treintaiocho de cuarenta] {Miércoles}
2:45 pm [[Setenta y tres horas quince minutos antes del gran día]]


—“¿Las despedidas?” — Murmuró James —“¿Qué rayos vamos a hacer?” — ambos estaban recostados sobre la alfombra en casa de Natalie. 
—“No sé lo que vas a hacer tu, pero yo ya tengo la despedida de Grace” — le mostró la lengua e hizo un sonidito de burla. 
—“¿Qué vas a hacer?” — Preguntó desesperado por una idea.
—“Haré una pequeña fiesta aquí en mi casa, con regalos y esas cosas” — sonrió —“Después la llevaremos a un bar, beberá un poco y ya, la llevaremos a casa antes de las doce” — sonrió satisfecha.
—“¿Puedo hacer lo mismo?”
—“No lo sé… podrían simplemente salir, con sus amigos y eso”
—“¿Amigos?” — Se rascó la barbilla —“¿John tiene amigos?” — recibió un golpe en el estomago de parte de ella, el rio un poco y después continuo —“Es en serio, no lo sé. Ellos están muy solos, ¿Con quién vas a ir?”
—“Con Grace, un par de maestras, un par de amigas de ella. Lamentablemente las únicas. Un par de amigas mías y yo” — sonrió —“Podrías llevarlo, a un par de maestros y a los chicos, a un bar.”
—“¿Crees que le gustara?”
—“Tiene que disfrutarlo” — sonrió complacida y añadió: —“Además si no funciona tengo un plan” — le guiño un ojo
—“¿Qué clase de plan?” — se acomodo sobre el codo y se volteo a mirarla.
—“Ya lo verás” — guiño de nuevo su ojo —“Solo llévalo a esta dirección” — le entregó un pequeño papel doblado. —“Hablen de cosas de hombres y eso.”
—“¿Cosas de hombres?”
—“Si, ya saben” — hizo un mohín —“Deportes y comida… cosas de hombres”
—“¿Crees que los hombres solo hacemos eso?” — Le miro mal.
—“¿Si? ¿No?” — Hizo una pausa —“No, claro que no.” — agregó con sarcasmo —“Seguro también hablan de sus sentimientos y se trenzan el cabello” — sus labios temblaron avisando que estaba conteniendo su risa. 
—“¿Quién dice que no es verdad? A veces yo trenzo el cabello de Harry” —  no pudo contenerse y soltó una carcajada —“Bueno, la verdad no” — pausa —“Lo hacemos Ashton y yo”
Ambos rieron estruendosamente, James se sentó, jadeando, tratando de recuperar el aliento. Su mirada se ensombreció y su expresión cambio por completo. Estaba serio. De inmediato ella se sentó y lo hizo girarse para mirarla. 
—“¿James?” — Le susurró —“¿Qué sucede?” — Puso una mano sobre su hombro para calmarlo.
—“¡Nada!” — gruño sacudiendo violentamente la mano de ella de su hombro, ella se asusto e inmediatamente se hizo hacia atrás. James sacudió la cabeza y cerró los ojos ¿Cómo pudo hacer eso? —“Lo siento” — susurró con voz calmada, intento acercarse a ella, pero ella se empujo hacia atrás. —“Natalie” — volvió a susurrar, alargo una mano para tocarla —“Lo siento” — le dijo —“Pero….”— agachó la cabeza —“Tengo miedo” — confesó.
—“¿De qué?” — Dijo saliendo de su escondite.
—“De que el venga… por ti. Simplemente tengo miedo, es decir, tu y yo estamos bien y eso es asombroso, maravilloso, pero no puedo evitar pensar que él volverá, que esta vez no te dejara ir, no quiero perderte”. 
—“Lo siento” — susurró con la cabeza agachada.
—“Tienes que decirle a alguien” — suplicó —“Ese hijo de puta debe estar en la cárcel, allí es donde pertenece. Y no va a estar allí hasta que le digas a alguien más”
—“¿Por qué siempre arruina nuestros momentos? Ni siquiera está aquí” — murmuro
—“Porque no quiero vivir con el miedo de que venga hasta aquí por ti. Porque puedes evitar que le haga esa clase de daño a otras personas.” — ella se estremeció ¿volvería a hacer aquello de nuevo? ¿A quién atacaría esta vez? ¿A alguien mayor? ¿O más joven? ¿Importaba? Podría volver a hacerlo. Y si no lo hacía ¿volvería por ella? Y si fuese así ¿Cuándo? ¿Por qué ella? Pronto ella ya estaba llorando. James intentó acercarse a ella nuevamente y esta vez lo logro, puso sus manos a su alrededor y la abrazó. Y como siempre que la abrazaba le beso la coronilla. El cuerpo de ella se sacudía un poco. 
No sabían cuanto tiempo había transcurrido. Pero no se habían soltado en el tiempo transcurrido, tampoco lo hicieron cuando la puerta principal se abrió y tres personas adultas entraron en la casa. Una mujer  de pelo castaño y ojos de igual color estaba abrazada de un hombre alto de pelo negro y gafas cuadradas y unos excepcionales ojos color gris. Detrás de ellos una mujer con el pelo rubio cenizo, un poco bajita. Esta última fue la primera en reaccionar.
—“¿James? ¿Natalie?” — pregunto con preocupación. James beso una vez más la cabeza de Natalie y se volteo a ver a su madre que se acercaba sigilosamente hacia ellos. Los otros adultos estaban parados detrás de ella. La mujer de cabello castaño abrió la boca pero la cerró al ver la expresión en la cara de James.
—“¿Tu eres James?” — preguntó suavemente, el aludido asintió. —“¿Qué sucedió?” — dijo mirando a su hija.
—“Natalie tiene algo que decirles” — se volteo a verla. —“¿Verdad cariño?” — su mirada suave, sus ojos se encontraron. Y fue entonces cuando ella encontró el valor que necesitaba para contar aquello. Natalie dio una media sonrisa a James, le apretó un poco y se levanto, le ofreció una mano a él para que lo hiciera también. Una vez de pie, se volvieron a mirar. Alguien carraspeo.
—“Marie” — una voz gruesa dijo —“¿Qué sucede?” — el nerviosismo visible en sus ojos.
—“Papá, Mamá” — ella se acercó a ellos lentamente.
—“Creo que debemos irnos mamá” — James caminó hasta la puerta, antes de salir la voz de Natalie le detuvo.
—“Quédense… por favor” 
—“No iré a ningún lado” — se acercó de nuevo a ella. Y la madre de James le siguió. Sin que nadie dijera una palabra caminaron hacia el comedor, Natalie en la cabeza, James a su derecha y la madre de él sentada a su lado, a su izquierda los padres de Natalie. 
Natalie jugó con sus pulgares nerviosa. ¿Cómo comenzaba aquello? ¿Cómo se describía aquello? Volteo a ver a James en busca de fortaleza. Y como esperó, allí estaba. Así que se aclaro la garganta y comenzó relatando que Ronald había sido novio suyo. Después el cómo conoció a James y la sala se lleno de risas y algunas exclamaciones de sorpresa. Continúo con la primera vez que… que sucedió. La madre de Natalie tomó su mano. Continúo con las experiencias que vivió con James pero lo que estas traían como consecuencia  en cuanto Ronald se enteraba. Las veces que en verdad deseo que acabara con aquello, con su sufrimiento, como tuvo que mentir a todos aquellos que estaban a su alrededor. La primera vez que quedo tan mal que no pudo salir de cama la mañana siguiente. Aquella vez que salió con Nial, y le dio su chaqueta. Había sido tan encantador, todo tan mágico, como en las películas. Y entonces algo en su garganta se tragaba sus palabras, el nudo era demasiado grande y sus palabras salieron ahogadas en un sollozo. No pudo pronunciar la experiencia completa. Así que después de treinta segundos de suspenso. Ella dijo simplemente:
—“El me violo” — sus palabras ahogadas, las lagrimas corriendo en su mejillas como ríos. Su madre lloraba a mares y cubría su cara con ambas manos. Su padre con los puños y la mandíbula apretada. Jocelyn (la madre de James) simplemente observo. Natalie volteo a ver a James quien no dejo de mirarla mientras hablaba, reprimiendo sus ganas de abrazarla, de hacer que se callara, odiaba ver como aquella confesión la ponía. Y aunque si, él le había aconsejado aquello. Verla quebrarse así como lo hizo, hizo que él se arrepintiera de haberle pedido aquello. Y ella supo lo que pensaba. Así que murmuro un “gracias” en su dirección antes de agregar:
—“No. No digan que esto es culpa suya o culpa de James” — dijo firme —“Fue mi culpa” — susurró, James trato de decir lo contrario pero ella le detuvo —“Si, fue mi culpa. Mía y de… Ronald. Sabía que debía haberlo dejado después de la primera vez. Sin embargo, como ustedes saben no lo hice. Quizá debí ser más astuta y dejarlo la segunda o la tercera, quizá la cuarta. Pero no lo hice. Tenía miedo, aún lo tengo” — susurró —“Pero necesito que se queden conmigo.”
—“Siempre” — murmuraron todos al mismo tiempo.
 
Un par de horas después, un oficial de policía estaba en casa de Natalie. 
—“Natalie, el oficial Brooks está aquí para ayudarte” — su padre dijo con voz gruesa. Ella se levanto del sofá y le tendió secamente una mano al oficial. James dio un asentimiento hacia el oficial.
—“Un gusto oficial”
—“¿Podemos comenzar?” — Natalie asintió temerosa con la cabeza. El tomó asiento en el sofá frente a Natalie y James y su padre se sentó en el sofá individual. Saco una libreta de su bolsillo y una grabadora del otro. —“Natalie Marie Hiragizawa ¿Verdad?” — ella asintió. —“Lo siento, voy a necesitar que hables” — dijo suavemente
—“Si” — contestó cortante.
—“¿Puedes contarme lo sucedido?” — sus se abrieron un poco, su padre la miro y escribió en un cuaderno.
—“¿Por qué estas escribiendo Papá?”
—“Seré tu abogado, necesito todo esto” — dijo fríamente.
—“Esta bien” — el oficial la miró impaciente.
—“Dime que sucedió”
—“Dígame lo que quiere saber”
—“¿Cuándo sucedió?” 
—“Hace diez días”
—“¿Dónde?”
—“En esta misma sala, en el sofá en el que está usted sentado oficial” — el oficial Brooks hizo una mueca antes de continuar.
—“¿El nombre del agresor?” 
—“Ronald Jansen” — el nombre quemó en su garganta
—“¿Qué relación mantenían ustedes?”
—“Éramos pareja” — un nudo en su garganta se formó.
—“¿Cuánto tiempo llevaban saliendo?”
—“Alrededor de ocho meses” — las respuestas comenzaron a atorarse en su garganta.
—“¿Fue usted golpeada por el agresor?”
—“¿Qué clase de pregunta es esa? ¡Por supuesto que me golpeo!” — Comenzó a gritar.
—“Por favor cálmese” — el oficial pidió —“Solo necesito que me describa la situación”
—“¿Quiere que le diga todo? Bien. Salí con un hijo de puta durante meses antes de conocer a este chico” — señalo a James —“Después de eso, el “agresor” me golpeo un par de veces y comenzaba a tocarme bajo la blusa, el trasero, usted sabe lo usual. El desgraciado lo siguió haciendo durante casi dos meses. Cuando por fin se cansó de simplemente jugar a las manitas calientes conmigo. Por fin, me violo” — lagrimas de rabia salieron por sus ojos. ¿Qué no sabía lo ocurrido? Qué preguntas tan estúpidas le estaban haciendo. ¿Por qué no simplemente iban por él? ¿Qué necesidad había de hacerla recordar lo sucedido dos veces en un día?
—“Necesito que describa el día que sucedió… la violación” — intentó escoger sus palabras tratando de no enfurecer más a Natalie, no funcionó.
—“Oh, claro. Ese día” — dijo irónica, sus mejillas rojas de la furia —“Por la mañana y por la tarde salí con este chico” — señaló a James —“A hacer qué no es de su incumbencia, por la tarde cuando regresamos el me dio su chaqueta, me la puse, me despedí de él. Y justo antes de poder entrar por completo a mi propia casa el “agresor” me empujó y antes de poder girarme me estaba golpeando con un maldito látigo ¿Quiere saber cuántas veces fueron? Diecisiete, si, las conté. Después me levantó y me besó violentamente, me dijo lo perra que era y me llevó al sofá, me quito la ropa y cuando intente escapar, me golpeo un par de veces más. Al final, logro lo que quería. Violarme. Así que dígame, ¿quiere evidencia? Tengo la chaqueta de James, mis bragas y mis pantalones ¿Es eso suficiente? ¿Qué más necesitan?”
—“Necesito hacer unas pruebas” — dijo lentamente.
—“¿Pruebas?” — Gruñó ella.
—“Si, análisis médicos. Cosas que le explicaremos en el hospital, su abogado hizo una cita para mañana a las diez de la mañana”
—“Bien” — escupió ella —“¿Ya me puedo ir?” — gruñó de nuevo, el oficial asintió. Ella salió prácticamente corriendo de allí. James estaba listo para ir tras ella.
—“No” — la voz del padre de Natalie llamo su atención —“Necesita estar sola. Tiene miedo y usó la furia contra el oficial para defenderse” — miro al oficial —“Lo siento por eso”
—“Hemos tratado con personas aún peores, llevaré la declaración con el juez y probablemente en uno o dos días nos den la orden de arresto para Ronald. Y cuando los exámenes hayan sido hechos, podremos abrir el caso.”
—“No quiero un par de días” — gruñó el señor Hiragizawa
—“El caso está siendo revisado ahora, normalmente toma una semana. Y solo porque eres un amigo mío, estoy dándole prioridad al caso. Nos vemos Augustus.”— Se despidió con un gesto y salió de la casa.
—“Sigo sin recomendarte que subas” —  dijo Augustus comenzando a escribir —“Estará más furiosa si subes”
—“¿Usa la furia como defensa?” — Augustus asintió —“Nunca lo hizo conmigo”
—“Eso es porque ella si deja que las personas que ama la vean por completo, ella no confiaba en el oficial. Sin embargo parece confiar ciegamente en ti… Es por eso que no deseo que te vayas aún. Eres de ayuda” — de repente dejo de escribir. —“Necesito tu ayuda.”
—“¿La mía?”
—“Si, ¿acaso hay alguien más aquí Joven James?” — el negó —“No podemos estar con ella las veinticuatro horas del día. Y a pesar de que me encantaría contratar un guardaespaldas… simplemente no puedo, ella se enojaría y ahuyentaría a quien sea que yo contrate, no confiaría en ellos. Así que escucha con atención. Quiero que cuides de ella. Aún no se si el va a regresar o cual será su siguiente movimiento. Ni siquiera estoy seguro de que lo encuentren”
—“¿Por qué lo dice… señor?”
—“Eh estado investigando acerca del tal Ronald”
—“¿No sabía que salía con Natalie?”
—“No, no lo sabía” — admitió avergonzado —“Así que estuve investigando… Y podría decirse que su historial no está limpio, para nada” — James abrió la boca para decir algo pero la cerró —“En el último año, al parecer antes de conocer a Marie, fue acusado de algunos delitos menores. Sin embargo eso no fue lo que me llamo la atención” — se acomodo las gafas —“Al parecer en los dos últimos meses, ha sido acusado dos veces por posesión de drogas, la segunda vez fue encarcelado y fue puesto en libertad tres días después, no hay muchos detalles en este reporte, así que supongo que alguien pago la fianza. Lo que me parece extraño, porque esa clase de fianzas son bastante elevadas.”
—“Así que… ¿Usted cree que Ronald anda en algo malo?”
—“Estoy seguro de ello.”
 

[Día treintainueve de cuarenta] {Jueves}
4:00 pm [[Cuarentaiocho horas antes de la boda]]


¡Maldición! ¡Maldición! ¡Maldición! ¿Su declaración no era suficiente? ¿Por qué han tenido que hacerle todas esas pruebas? ¿Qué sucedía con todas esas personas? ¿Les gustaba hacerla sufrir? Maldijo una vez más mientras esperaba sentado en una incómoda banca de madera fuera del hospital. ¿Cuánto tiempo había pasado? Bueno, no sabía pero ya había sido mucho, su cita era a las 3:30 y estaba seguro que ya eran casi las cinco. Se golpeo la frente mientras sacaba su celular del bolsillo y revisaba la hora, se volvió a golpear a sí mismo. ¡Qué estúpido! Solo habían pasado treinta minutos.
—“treinta minutos que se sienten como quince horas” — murmuró enojado. Levantó la vista hacia la gran puerta del hospital. Se preguntaran porque James no estaba allí dentro con Natalie. Bueno, la razón era casi simple, Natalie le había prácticamente suplicado que no entrara con ella. No quería que él la mirara así, delante de esos doctores y de esa mujer policía. Y aunque James intento hacer que ella cediera, ella sentía vergüenza. El rubio dio un gran suspiro y se paso la mano por el cabello. Murmuro unas maldiciones más y su vista se dirigió a la gran puerta, por fin la vio salir. Soltó un suspiro de alivio y se dirigió casi corriendo hacia ella. Una vez que estuvo frente a ella no se pudo contener y la sostuvo entre sus brazos, al instante ella le regreso el abrazo. Alguien carraspeo a sus espaldas.
—“Lo siento” — murmuró mientras soltaba a regañadientes a Natalie. —“¿Cómo ha ido todo?” — pregunto con cautela. Fue la madre de Natalie quien contesto.
—“Mal, los doctores han dicho que la evidencia es muy poca, los moretones en el cuerpo de Natalie se han desvanecido por completo, lo único que queda son las…”— tragó duro —“las marcas en su espalda. Una oficial ha dicho que las marcas se pueden usar como evidencia, pero que si el abogado de… Ronald es lo suficientemente listo, atacara preguntando porque no ha ido inmediatamente a la estación de policía. Y, lo siento. Pero nosotros también haríamos lo mismo. También nos han dicho que de cualquier manera, podemos llevar a cabo el juicio, estas tu como testigo, o algo así” — hizo una mueca —“pero hay un cincuenta por ciento de probabilidad de que no ganemos el caso” — James tiro de su cabello exasperado.
—“¿Y qué es lo que va a pasar ahora? ¿Cuándo se abre el caso? ¿Cuándo encierran a Ronald? ¿Cuándo van a juicio?” — esta vez habló el padre de Natalie.
—“El caso se abrió hace un par de horas según nos informaron. La orden de arresto contra Ronald se está imprimiendo ahora. Usamos algunos… contactos, así que el juicio se abrirá este sábado a medio día”
 
 
—“¿Qué lees?” — Natalie preguntó.
—“El principito” 
—“Un clásico” 
—“Me gusta creer que es así.”
—“¿Puedes leerme un poco?” — preguntó mientras cerraba los ojos y se acomodaba en su lugar preferido, al lado de James. James asintió.
 

—      “Te amo- dijo el principito...

-Yo también te quiero- dijo la rosa.

-No es lo mismo- respondió él...

-... Amar es la confianza plena de
que pase lo que pase vas a estar,
no porque me debas nada, no con
posesión egoísta, sino estar, en
silenciosa compañía.
Amar es saber que no te cambia el
tiempo, ni las tempestades, ni mis
inviernos.
Amar es darte un lugar en mi
corazón para que te quedes como
padre, madre, hermano, hijo,
amigo y saber que en el tuyo hay
un lugar para mí.
Dar amor no agota el amor, por el
contrario, lo aumenta. La manera
de devolver tanto amor, es abrir el
corazón y dejarse amar.

-Ya entendí- dijo la rosa.
- No lo entiendas, vívelo- agregó el Principito. “—

James finalizó con voz ronca.
—“James” — murmuro ella con los ojos cerrados 
—“mhm” 
—“Creo que ya lo sé” 
—“¿Crees?” — preguntó James aún con voz ronca.
—“No. Estoy segura. Es como tú dijiste. Cuando lo sabes lo sabes. Lo encontré” — murmuró mientras se quedaba dormida, junto a él. Arrastró la mano por la alfombra y tomo la mano libre de James entre la suya, entrelazó sus dedos y antes de quedarse completamente dormida le dijo: —“Y no tengo miedo”
—“También la encontré. Estoy seguro…. Tampoco tengo miedo… ya no más”. 
 

[Día Cuarenta de cuarenta] {Viernes}
3:50 pm [[veinticuatro horas diez minutos antes de la boda]]


Veinticuatro horas, ese era el número de horas que tenían para organizarlo todo. ¡Veinticuatro horas! Sostenía el teléfono entre la oreja con el hombro mientras con una mano sostenía el traje de James y un pequeño florero que podría ser parte de los centros de mesa y con el otro tocaba la puerta de la casa de este mismo. 
—“¡Pase!” — escuchó el grito de James. Abrió la puerta mientras le decía a la persona al otro lado de la línea.
—“No, no quiero que los panquesitos sean color verde. Le he dicho específicamente que la boda va a ser azul ¿Por qué rayos querría panques verdes?” — Esperó la respuesta —“Lo siento, pero no me importa, mis panques tienen que ser azules” — colgó bruscamente y sostuvo bien el traje de James y el florero. Su teléfono volvió a sonar. Sin mirar quien era contesto.
—“Mis panques tienen que ser azules” — gruño, no se escucho nada. Natalie miro la pantalla de su nuevo teléfono y este marcaba que la llamada seguía, solo que no era de un número registrado, pego el teléfono a su oreja y cuando estuvo a punto de colgar, una gruesa voz le susurró entrecortadamente.
—“Natalie” —su respiración era extraña y su voz se quebraba, era obvio que estaba drogado. —“He conseguido tu nuevo numero preciosa, oh como te he extrañado” — dijo sin nada de emoción en su voz. Las manos de Natalie temblaron y antes de escuchar lo que él tenía que decir, sus manos soltaron lo que sostenían, el traje de James cayó al mismo tiempo que el teléfono y el florero cayó justo en el teléfono. El teléfono se hizo añicos. El ruido sobresalto a James y llegó corriendo donde ella estaba. Miro el desastre y después la miro a ella. Su cara estaba pálida y apenas podía respirar. Comenzó a jadear por falta de aire y araño la nada con sus manos antes de caer de rodillas al suelo, enterró las manos en los cristales rotos y la sangre comenzó a correr por sus manos, el aire aún no llegaba, la cabeza le daba vueltas, James gritaba algo, pero ella no le escucho. Intentó sacudir sus manos y después se las llevo al cuello, sus jadeos fueron más fuertes, más seguidos, comenzó a arañarse la garganta sin saber porque en busca de aire. No podía. No sucedía. James por fin logro llegar a ella y se sentó junto a ella, le paso los brazos por la cintura y la atrajo hacia él. La subió en su regazo y una vez que estuvo allí, James le acomodo bien, la sentó sobre sus piernas. Con una mano intentó hacer que dejara de arañarse la garganta mientras que con la otra la sostenía. Logro que dejara de arañarse. Y puso sus manos entre los pechos de ambos. Una vez que sus dos manos estaban sosteniéndola de nuevo beso su cabeza.
—“No pasa nada” — murmuro —“Estoy aquí… respira, eso es. Inhala, exhala.” — Natalie siguió las instrucciones de James. Inhala, exhala. El aire comenzaba a fluir mejor por sus pulmones y su respiración se calmó, los jadeos cesaron. Ni una lagrima derramada. —“Mi amor…”— susurró con voz dulce —“¿Qué paso?” — acarició su cabello con sus labios, la espalda con sus manos y la apretó más. 
—“Ronald” — intentó susurrar, James palideció al instante. —“Ronald me busca” — logró decir antes de caer en un profundo sueño. La puerta se abrió de nuevo y la madre de James entro, ahogó un grito cuando vio el desastre, James y Natalie estaban manchados de sangre y el la sostenía entre sus brazos. James se volteo a verla asustado y la apretujó aún más, se hizo para atrás, pero al comprobar que era su madre se relajó –o no- . 
—“James” — le susurró —“¿Ella esta…”— no pudo terminar la frase, James la miro con horror y luego negó con la cabeza.
—“No está muerta” — le dijo secamente.­­­
—“James… ¿Qué sucedió?” — volvió a mirar la sangre. James se congelo, tendría que decir las palabras en voz alta, con alguien allí, mientras los miraba, indefensos. A ambos. Se trago el nudo que se le hizo en la garganta antes de revelar lo que había estado temiendo durante semanas.

—“La está buscando mamá” — la apretó un poco más —“La va a encontrar.”

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