Capitulo 1.

"El mismo viejo libro" 

Se sentía entusiasmado, había terminado de leer la trilogía de “los juegos del hambre” hoy podría comenzar a leer otro libro, aunque para su pesar tendría que escoger un pequeño, porque estaban en tiempo de exámenes y no podía pasar demasiado tiempo leyendo, lo cual lo desanimaba. Empujo las grandes puertas de la biblioteca y camino a través de ellas. Primero entregaría aquellos libros. Se acerco a la bibliotecaria con intención de entregar los tres libros, después escogería uno nuevo para el resto de la semana. Para su mala suerte había una fila -de aproximadamente 8 personas-. Frente a él había una chica, por lo cual dio un paso hacia atrás, no quería acercarse demasiado a esa chica. Podría querer entablar una conversación con él. La observo -su espalda en realidad- su cabello rosaba su cintura y era de un bonito castaño claro, usaba unos ceñidos jeans, color azul –quizá su favorito- un poco desgastados.

"Si Harry estuviera aquí seguro ya le hubiese hecho algunos cumplidos admirado su trasero"—pensó el rubio divertido. La fila se movió, camino unos tres pasos, suspiro- "¿Por qué rayos estaba pensando en eso?" No importaba, lo paso por alto, sonrió nuevamente, recordó que dentro de muy poco tiempo tendría un nuevo libro en las manos, y eso lo entusiasmaba demasiado. Alguien toco su hombro, se volteo a verlo y el chico detrás de él le hizo una seña, con su cabeza inclinándola levemente al frente. El rubio comprendió, la fila se movía. Camino unos pasos, casi llegaba, solo habían un chico regordete, un chico con anteojos y la castaña delante de él. Suspiro pesadamente y volvió a caminar unos pasos, ahora solo estaba el chico de anteojos y la bonita castaña. "¿Bonita?" — se reprochó a sí mismo “¿Qué pasa si la invito a salir?” Movió la cabeza de un lado hacia otro. Y después se recordó que no debía pensar en cosas como esa. La fila avanzó y de nuevo se movió, y una leve brisa paso cerca de ellos, el cabello de la castaña (como le llamaría por ahora) se movió. Quizá debía averiguar su nombre para dejar de decirle así. "¿Qué demonios?" La brisa continuo y el perfume con olor a vainilla de la castaña entro por sus fosas nasales y cerro sus ojos por un momento, vaya que bien olía, quizá sí debería preguntarle su...

—Siguiente —escuchó la voz de la malhumorada señora, James pudo observar unas leves ojeras, siempre lucia tan cansada— ¿Qué quieres chico?— James caminó algunos pasos y se acercó a la señora:

—Yo...yo... — aún seguía aturdido por el olor de aquella castaña —Vine a entregar estos libros — Había dicho, sacando por fin de su cabeza a la chica.

—Nombre — Había dicho la anciana.

—James Bentley.

—Veo que vienes muy seguido por aquí —dijo mirando el monitor frente a ella — ¿Vienes a entregar los libros de Los juegos del hambre? — había preguntado.

—Si — puso los 3 libros sobre el escritorio, sabía lo que vendría después, ella le devolvería su credencial de estudiante y le invitaría a leer más libros. Conocía demasiado bien aquella rutina. Pasaba mucho tiempo allí, le gustaba ese lugar.

—Bien, gracias. Aquí tienes—dijo devolviéndole la credencial, tal como él había dicho —Te invito a que leas más libros— dijo y sonrió casi mecánicamente. Él le devolvió la sonrisa casi como un reflejo.

Suspiró. Ahora venia su parte favorita, encontrar el libro de esa semana. ¿Qué seria esta vez? ¿Psicología? No, había leído bastante de esos el mes pasado. ¿Misterio? Quizá, hacia muchísimo tiempo que no se leía un libro de esos, pero entonces recordó que el libro debía ser un poco más "pequeño" que los que acostumbraba a leer. La semana de exámenes era la razón. Suspiró con pesadez. Sería difícil la elección de esta semana. Primero elegiría el autor, sí, eso haría. Quizá eso le facilitaría las cosas.

Caminó por los estrechos pasillos. ¡COMO AMABA ESE LUGAR! Por lo general las escuelas  cuentan con pocos libros en su biblioteca, o muy aburridos. Por eso James se consideraba muy afortunado al estar ahí. No podría haber mejor lugar. Sonrió para sí mismo. Mientras pasaba las yemas de sus dedos sobre algunos libros, llego a la sección de Drama/amor. ¿Hacia cuanto que no leía un libro de aquellos? Hace un par de meses estuvo a punto de hacerlo, pero antes de tomar el libro encontró un libro de Stephen King  aquel día y estaba tan de buen humor que decidió leerlo, incluso aunque ya lo había leído tiempo atrás. Se rio un poco cuando lo recordó. Vaya que amaba leer. Comenzó a ver las pastas de los libros, pero ningún título le convencía. Al final del pasillo de aquella pequeña sección, encontró un libro pequeño, no debían ser más de 200 páginas -y sí, esas eran muy pocas para el- lo terminaría en una semana, eso sería mucho tiempo. Leyó el título del libro sin moverlo de su lugar. “Entrevista a Sergio por El tipo” Y de inmediato llamó su atención. Sonrió de lado, "O es solo para chicas o está colocado en la sección equivocada"-pensó. Pero qué más daba, parecía un buen libro. Definitivamente lo leería. Su mano avanzo hasta el libro y comenzó a jalar de este para sacarlo, pero sintió que alguien más quería ese libro, sin soltarlo saco el libro del lado izquierdo -que estaba junto al que él deseaba leer- para poder observar quien estaba intentando llevarse a el libro que claramente el había cogido primero. Acerco su cara -sin soltar el libro- para ver de quien se trataba. Esa melena le era familiar. Aquella castaña que había estado frente a él minutos antes. Suspiro, no importaba lo bonito que fuese su cabello, o lo bien que se viera en esos jeans azules. Ese libro era de él.

Ninguno parecía querer desistir. Pues ambos jóvenes jalaban -sin mucha fuerza para no maltratar el libro- ambos querían ese libro. Hasta que el comenzó a halar más fuerte.

— ¡No! — había dicho ella susurrando/gritando. — Lo vas a romper  — la voz de la chica lo  distrajo por completo. Y su mente comenzó a divagar sobre como seria hablar con ella por horas, como seria cuando estuviera nerviosa o cuando la invitara a salir. Se distrajo tanto que el libro se resbalo de sus manos y como aún no había recuperado su mente por completo, se tambaleo hacia atrás y se golpeo con el librero detrás de él. No había sido un golpe muy fuerte, pero si se le había caído un libro en la cabeza, lo miro."Los miserables" No era el libro que quería pero tendría que conformarse, volvería por ese libro dentro de poco, o dependiendo de que tan buen lectora era aquella chica, quizá tardaría semanas, ¡ni pensarlo! el libro le parecía había llamado tanto la atención del joven por lo que...

—¿Estás bien? — había estado sumido en sus pensamientos que no noto que había alguien inclinado sobre su talones frente a él —¿Estás bien? — pregunto de nuevo. Y entonces él se dio cuenta de quién era, ni si quiera la había mirado a ella o a su largo cabello castaño. Solo por su voz, y le produjo escalofríos. Levanto su azulada mirada y la vio. Ahí, guapa, muy guapa se había dicho a sí mismo. La chica comenzó a preocuparse, por lo que se acerco más a él y le dedico una sonrisa y nuevamente pregunto: —¿Estás bien? escuche un golpe así que vine a ver qué sucedía con el que había intentado robarme este precioso libro — sonrió victoriosa. Y él comenzó a examinarla. Sus ojos. Grisáceos, muy bonitos, aunque su pupila era algo grande, sin embargo eran bastante cautivadores, pero reflejaban ¿temor? Bajo descaradamente la mirada a sus labios, ambos tan bonitos y rojos, seguramente por algún brillo. La observo bien. Piel blanca, pero no demasiado, quizá lo perfecto, parecía no tener alguna imperfección, su nariz, pequeña, pero no demasiado. Encajaba perfectamente en su rostro. Y entonces volvió a la realidad. ¿Ella había dicho que EL había intentado robarle SU libro?

— Estoy bien — contesto a la pregunta de la muchacha que había hecho tres veces —Yo no intente robarte tu libro — Dijo entre dientes.

—Claro que si —contesto ella, aún de cuclillas frente a él. Con esa bonita sonrisa. —Lo jalabas como si fuese tuyo. Yo lo vi primero —Sonrió mucho más.

—Yo lo vi primero — murmuro con enfado, ¿cómo se atrevía esa bonita castaña....? "¿Bonita?" ¿Desde cuándo veía a una mujer bonita? Bueno, si las veía bonitas y todo pero ya no veía a las como tales, solo libros, no desde... Se levanto bruscamente, sobresaltando a la castaña, quien se levanto inmediatamente. El rubio sacudió su pantalón. Contemplo de nuevo el libro que le había caído en la cabeza "Los miserables" quizá el libro le gustara. — Quédatelo — le dijo con un poco de dureza a la castaña.

— ¿Qué? — Se sorprendió, pero la sorpresa se volvió una sonrisa en menos de dos segundos — Gracias, aunque no creo tardar mucho en terminar de leerlo, por lo que si lo quieres leer, te lo traigo después. ¿Qué dices? — le dedico otra sonrisa.

—Pues es un libro bastante grueso, para alguien... como tú —había dicho con cierta incomodidad.

—¿Alguien como yo? — Se indigno, o quiso pretender que así era. — Pues espero que no te asombre que alguien como yo—dijo utilizando el mismo término que el  —Ama leer toda clase de libros. Por lo cual este libro terminare de leerlo en unos cinco días — dijo mientras en su rostro se mostraba una sonrisa, sincera. No estaba enfadada, aquello le sucedía a menudo. Normalmente las personas no creen que alguien pueda leer tanto como ella lo hacía y menos siendo una chica de su edad. —Quizá menos — se encogió de hombros.

—¿En serio? — Dijo no muy convencido —Es que, no pareces del tipo de personas que.... —se detuvo a sí mismo. Ahí estaba otra vez.

— No parezco del tipo de personas que leen. ¿Eso es lo que querías decir? — Dijo algo indignada, pero su sonrisa no cambio en lo absoluto —Pues mira que esta chica ha leído unos 4 libros en el último mes. — El chico se asombro, pero no demasiado. El había leído unos 6, dos trilogías muy buenas en verdad.

—Vaya, parece que alguien como tú si puede leer, casi tanto como yo. —la chica seguía con la misma sonrisa. Y sin saber porque, de repente le pregunto —¿Autor favorito?

—No lo sé — frunció el ceño —Es difícil decidirlo… ¿entiendes?

—Más o menos.

—Creo que nos hemos desviado del tema —hablo ella —Como ya te dije, el libro lo terminare de leer para este viernes —la semana acababa a penas de iniciar —¿Quieres el libro entonces?

—Si crees poder terminarlo para este viernes, me gustaría mucho tenerlo en mis manos ese día — sonrió el rubio. Era la primera vez desde que la plática había comenzado.

—¡Excelente! —había susurrado/gritado ella. Pues aún seguían en la biblioteca —Por cierto —se detuvo ella antes de marcharse —¿Cuál es tu nombre chico rubio? — el sonrió de lado y entonces dijo con toda la calma del mundo:

—James Bentley — dijo —¿Cuál es tu nombre chica castaña? — dijo el siguiéndole la corriente a la chica.

—Mi nombre es.... un secreto —había dicho ella con un aire de misterio.

—¿De verdad? —había dicho el rubio, fingiendo estar atónito.

—No —lanzo una pequeña carcajada —Mi nombre es... —dejo la oración en el aire.

— ¡Demonios! ¡Con que aquí estabas! — Gruño un chico castaño mientras se acerba a ella furiosamente —He estado 27 minutos allá afuera esperándote. ¿Y cómo te encuentro? —Preguntó casi lanzando llamas por los ojos, mientras tomaba la muñeca de la castaña con un brusco movimiento —Te encuentro coqueteando con este nerd —dijo refiriéndose despectivamente al rubio.

—Ron, yo no estaba... —había intentando explicar la joven.

—¡YA NO IMPORTA! —Dijo con un gruñido el tal Ron — Vámonos — dijo mientras enterraba sus dedos aún más en la piel de la chica.

Y él ahí se quedo, con el libro apretado en la mano y el recuerdo de la castaña sonriéndole.

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