⚛》》》》》 𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐈𝐈𝐈《《《《《⚛

Runa tragó saliva y bajó la mirada, el padre de Sergéi le imponía mucho desde que era niña. Recordaba como iban a cazar con esa familia y no eran buenos recuerdos.

-Sea lo que sea, ella es mi familia- Sergei salió a defenderla.

-Si tu lo dices, luego no vengas a mi buscando quien te ayude cuando te traicione-

Mientras Sergei y su padre debatían, Dimitri no le quitaba los ojos de encima a Runa. Ella lo notaba pero decidía solo centrarse en su bebida. Cuando la atención de su novio volvió a donde ella estaba suspiro levemente aliviada.

Escuchaba la conversación, sin siquiera abogar o meterse en lo que decían. Se notaba que las familias de ella y su novio no se llevaban bien. Pero no podía sacar la información de por qué.
Después de unas cuantas copas y de relajarse un poco el ambiente se tornó más festivo. Entre risas y bebidas dió la media noche. Y fue cuando Sergei tomó a su hermano y lo llevó hasta su apartamento. Runa iba con él y cuando su chico salió de la habitación de su hermano lo miró.

-Te quedarás con él ¿Verdad? - su voz fue suave pero algo triste.

-¿Quieres que me quede contigo? - tomó su rostro dejando leves caricias.

-Me encantaría- asintió.

Él la tomó de la mano y salieron del lugar, hasta aquella habitación de hotel que ella tenía por esos días. No hizo falta ni una palabra, cuando cerraron aquella puerta él se abalanzó a besarla. Ella, ansiosa, hizo lo mismo, acariciando su pecho y subiendo lentamente hasta desabotonar su camisa.
Con movimientos ágiles, Sergei le quitó el vestido y la levanto de la cintura para recostarla sobre la cama.

-Mmm, ¿soy yo o mi gatita está en celo?- aquella voz de depredador la hizo temblar.

-Puede ser, ¿Me ayudas? - separó las piernas para que él se posicionara entre éstas.

-Golpeame si algún día te respondo un "no"- dijo quitando su camisa, dejando ver aquel trabajado torso.

-Anotado- soltó una risita y lo miró.

Los movimientos de él eran como el de un depredador cazando a su presa, y Runa estaba más que feliz de ser la presa de aquel hombre.
Una vez en posición término de quitarse la ropa y la miro a los ojos.

-Te tengo donde te quiero malyshka- susurro mientras la tomaba de las muñecas y las sujetaba sobre su cabeza.

-Tómame- sonrió mientras enredada sus piernas en la cintura de él -Aquí me tienes-

Sergei le devolvió la sonrisa y la beso, mientras que con su mano libre se deshacía de la ropa interior de ella. Una vez que no había barrera, introdujo dos dedos dentro de ella, con movimientos fuertes pero lentos, la hizo soltar los primeros gemidos de la noche. La chica los ahogaba contra los labios del contrario e involuntariamente movía la cadera para encontrarse con los movimientos de él de mejor manera.
El ruso, quien ya sentía su cuerpo reaccionar bajó sus besos al cuello de ella, dejando marcas visibles en la pálida y sensible piel de Runa.
Cuando sintió las paredes de la chica contraerse saco sus dedos, lamiendo los fluidos que escurrían de éstos. Bateó hacia atrás y enterró su rostro entre las piernas de Runa, haciéndola soltar un jadeo alto, arqueado la espalda del placer.

-Joder, amo tu lengua- suspiró.

-Mmm yo amo degustar a esta belleza- sus palabras enviaban leves vibraciones sobre el tejido sensible de la joven.

-Buen provecho amor- gimió.

Con una leve risa siguió devorandola. Sus dedos bombeaban dentro de el estrecho canal de la fémina, alcanzando ese punto dulce que la hacia temblar y soltar aquellos embriagantes sonidos.
Segundos después la hizo correrse, Sergei se aseguró de beber todo antes de dejar un pequeño beso sobre el pequeño botón de nervios de Runa.
Se levantó y se limpió con el dorso de la mano el resto de fluidos, mirando con orgullo como la había dejado temblando y con ganas de más como siempre.

-Que delicia tan perfecta eres gatita- ese acento ruso que la volvía loca volvió a sonar en el aire.

-¿Si? Soy tu dulce favor ¿Verdad amor? -

-Sin duda alguna- tomó las piernas de la chica y las colocó sobre sus hombros -Vamos a calmar ese celo malyshka-

Sin aviso, entró en ella. Su ya erecto miembro la hizo jadear y aferrarse a las sabanas. En el sexo él no era el hombre gentil que normalmente convivía con ella y Runa lo sabía. Eso lo hacía amarlo más; era rudo, brusco y toda una bestia. Si bien buscaba el placer de su mujer, no dejaba el suyo de lado. Y esta no era la excepción, pues con la usual fuerza y velocidad que siempre comenzo a moverse dentro de ella. El choque de pieles creaba una sinfonía mezclada con los gemidos y jadeos de ambos. Runa giraba los ojos hacia atrás con placer mientras que él jugaba y masajeaba uno de sus pechos bruscamente.
Ella se había acostumbrado a tener intimidad de manera brusca y él sabía bien como hacerla feliz en el proceso.

Pidiendo más, el ruso aumentó la velocidad impactando su cadera contra la piel de la fémina, a los pocos segundos, Sergei encontró su clímax, seguido de Runa, quien lo apretó alargando el orgasmo de ambos.

Él se dejó caer levemente sobre ella, aun estando dentro. Runa lo abrazó y comenzó a trazar leves patrones en la espalda de su hombre.

-Sabes que amo que me marques- murmuró Sergei.

-Y yo amo hacerlo- Runa se giró levemente y besó su cabeza.

-No dudes que te amo- se levantó y la miró -Por favor, jamás lo hagas-

-Nunca, te lo prometo- sonrió y apartó unos rulos que caían por el rostro de él.

-Nadie en el mundo me va a hacer sentir como tu- sus ojos denotaron vulnerabilidad -No solo hablo sobre el sexo, si no en general-

La tomó de la cintura y la giró, para que quedase sobre él, recostandola en su pecho y acariciando su espalda.

-Lo que me haces sentir aquí- tomó la mano de Runa y la puso sobre su pecho, justo en el lugar de su corazón.

-Tú a mi- trazo algunos garabatos sobre el pecho del chico -Me haces feliz, Sergei-

Aquella pareja enamorada se acurrucó, coqueteando y robándole besos al otro por lo que pareció una eternidad, pero tarde sabrían que el precio por una noche a solas estaría por darse a conocer.

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