⚛》》》》》 𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐈𝐈 《《《《《⚛
Mientras que Sergei iba a su misión, Runa prefería pasar el tiempo como una pantera; comiendo como ellas, cazando y durmiendo.
Ya que en su forma humana, sin él, se sentía sola. A veces pensaba en su familia, o bueno, la que creía tener. Pensaba en su padre, si de verdad la quería, aunque la había transformado en aquello que era por que la quería hacer más fuerte. Runa era una niña enfermiza, siempre estaba en médicos y reposando. Pero el experimento la hizo sanar y lo hacía más rápido que cualquier sér humano.
Sin embargo gracias a aquellos procedimientos, su memoria se perdía por momentos. Se quedaba en blanco y ya no sabía de sí misma. En ese momento le sucedió, habían pasado algunos días ya. Sergei aún no volvía y la soledad la estaba consumiendo, así que perdió la noción del tiempo, tanto que siquiera volvió a su hogar. Cuando una tarde detectó el aroma distintivo de Sergei corrió hasta él.
Estaba en un arrolló pescando cuando lo encontró. Lo acechó levemente, esperando a que él la notáse; el hombre levantó la mirada y sonrió de lado.
—Ya te ví, ven acá— Miró en dirección a la atletica figura de la joven.
Runa corrió hasta el, transformándose en humana de nuevo al abrazarlo.
—Amor, te extrañe tanto— la fémina se escondió en el cuello de él.
—Yo a tí, mi gatita hermosa— la apartó un poco y la besó.
Runa le devolvió el beso y le sonrió, amaba estar en sus brazos, aunqur notaba que algo lo preocupaba.
—¿Qué pasa, amor? Te noto distante— pasó sus dedos por el cabello del chico.
—Este fin de semana es el cumpleaños de mi hermano, pero también tengo una oportunidad perfecta para acabar con uno de los hombres de mi lista—
—Ya veo— hizo una pausa y luego tomó el rostro de Sergei entre sus manos —Ve con tu hermano, Dimitri te nesecita con él—
—Tienes razón— tomó las manos de la chica en las suyas y sonrió —¿Vendrás conmigo est vez? —
Runa asintió rápidamente, ambos fueron a empacar y prepararse; quizá tendrían una oportunidad para cumplir con su misión. Ambos tomaron camino hacia Londres, Runa estaba nerviosa pues poco estaba acostumbrada a las ciudades y más a las grandes multitudes.
Sergei siempre tenía un brazo envuelto en su cintura para tranquilizarla, aunque poco serviría cuando fueron a cierto funeral.
Runa se negó a ir con él cuando vio a aquella mujer, le ocasionaba celos. No sabía por qué, quizá por que jamás había visto a Sergei hablar con otra mujer tan cercanamente.
Mientras hablaban, Runa podía escuchar lo que decían y no le gustaba nada que él le pidiera ayuda a una desconocida, o eso pensaba ella.
Cuando Sergei volvió, noto la mirada de Runa y sabía lo que ella pensaba. Ignoro la despedida de Calypso caminando hasta su novia.
—Kitti, está todo en orden ¿verdad? — la tomó del hombro.
—Sí claro, por que no lo estaría ¿no crees? — su tono celoso lo hizo suspirar.
—Amor, tranquila ¿si? — tomó su rostro entre sus manos y lo acarició —Es una abogada que nos puede ayudar—
—¿Nos? — dijo molesta —¿Desde cuando el gran cazador pide ayuda de una humana cualquiera? —
—Runa, se que no es común pero si supieras que hizo por mi quizá... — fue interrumpido.
—Quizá nada, ¿sabes lo difícil que es verte con otras mujeres así de cerca?—
Ella tenía razón, normalmente no había féminas cerca, y eso lo hacía difícil para ella. Sergei suspiró y la obligó a abrazarlo, su pequeña pantera no se iba a escapar de él.
—Amor, lo se, perdoname— acarició su cabello —Solo será esta vez, lo prometo—
—Júralo— murmuró.
—Te lo juro gatita— se apartó un poco y acarició las mejillas de la joven —vamos, debo ver a mi hermano—
Runa asintió, caminaron hasta el edificio donde vivía Dimitri. Cuando ella vio como el subía el edificio se sentó afuera esperando, no le gustaban los espacios cerrados así que prefería quedarse afuera mientras.
Podía escuchar como su cuñado y su novio conversaban, su súper audición la hacia estar más tranquila cuando él se alejaba de ella.
Meditó un poco en como había reaccionado anteriormente, era bastante dependiente emocionalmente hablando, pero como no serlo. Llegó a los brazos de Sergei cuando apenas era una adolescente; la única persona que le habia mostrado amor e interés.
Cuando el ruso se asomó por el balcón ella le sonrió, no quería entrar a decir verdad. Ella si estaba hecha a lo salvaje así que era raro todo esto; su aspecto lo decía todo. Aquel cabello negro hecho en algunas rastas y las pecas por el sol la hacían llamar la atención. Sus brazos cubiertos de cicatrices y tatuajes tribales le hacían tener una pinta de "rara".
A diferencia de su novio, ella opto por quedarse en una habitación de hotel amplia para ella sola. Su claustrofobia no era para tomarse a la ligera pues la solía poner violenta y no había ser en el mundo que la calmara.
Aquella noche se arreglo lo mejor que pudo, ocultó sus rastas en un moño algo desordenado; sus ojos verdes enmarcados en un delineado negro junto con un labial tinto.
Vestía un elegante vestido negro de satin con arreglos dorados a la altura de los tobillos. Acudió a aquel club que le pertenecía a su cuñado, algo nerviosa entró.
El lugar era muy elegante, digno del tipo de gente que acudía al lugar. Sergei y su hermano estaban en un gabinete bebiendo y charlando cuando Dimitri de quedó callado.
—¿Todo bien, Dima? — pregunto Sergei frunciendo el seño.
—Ella, ¿Quién es ella? — dijo señalando a una mujer con la cabeza.
—Runa— murmuró.
—Es hermosa— Dimitri se levantó, pero su hermano lo tomó de la muñeca y lo sentó de golpe.
—Es mía— bufó poniéndose de pie.
Caminó hasta ella y le sonrió.
—Mi gatita, te ves aún más hermosa que siempre—
—Gracias, tu te ves más guapo de lo que ya estas— se acercó a el y dejó un suave beso en sus labios.
El ruso sonrió y se relamió los labios, el sabor a cereza del labial de su chica lo hizo sonreír.
Caminaron hasta la mesa y Sergei la presentó, sin embargo al sentarse llegó el padre de los hermanos. El cual se quedó extrañado al ver a la chica.
—Sytsevich— murmuró algo molesto.
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