Capítulo 1
Un total de 405 participantes. Normalmente, los exámenes para ser un Hunter, cuentan con números limitados por las pruebas anteriores al mismo examen, lo que limita la entrada de personas hasta recudir dicho número a uno considerable por los examinadores y por la Asociación de Hunters, dejando en el examen N.º 287 a un total de 405 examinados al inicio de la primera fase y bajo la tutela del Hunter conocido como Satotz, dándoles una de las pruebas más simples que uno solo de ellos debería superar si quería obtener el título de Hunter.
El total de aprobados de la primera parte del examen fueron un total de 148, con una buena cantidad de novatos pasando a la segunda prueba dejando una impresión notable en los examinadores que observaban escondidos y se disponían a puntuar a los mismos examinados.
Las etapas del Examen de Hunter nunca se conocían a ciencia cierta. Estás podían ser dos etapas o podían llegar a un número más elevado, siendo un total de cinco las partes que un examinado alguien veterano había visto alguna vez, siendo cada una la culpable de que novatos y veteranos se retirasen del examen sin el aprobado apropiado.
La segunda prueba fue puesta a cargo de Menchi y Buhara, dos Hunters Gourmets dispuestos a deshacerse de todos los participantes posibles, siendo la Hunter Menchi la encargada principal de impedir que todos los participantes lograran pasar a la tercera fase y obteniendo el odio de todos los examinados hasta la aparición del presidente de la Asociación de Hunters, quien se encargó de arreglar el error de la gourmet y permitir que un total de 42 participantes lograran pasar a la tercera fase, donde los examinados tendrían que bajar a la base de la Torre de Trampas, una prisión con algunos de los peores criminales conocidos.
Muerte, desesperación y la estabilidad emocional de las distintas pruebas, dejó la suma total de 24 participantes para la cuarta fase del Examen de Hunter, habiendo reducido un gran número de examinados y solo permitiendo que los mejores pasaran a la siguiente fase, siendo unos cuantos novatos con una participación inicial aquel año y no habiéndose presentado en las anteriores ediciones.
La cuarta fase se llevaría a cabo en la Isla Zevil, una isla remota bajo la supervisión de la Asociación y donde los aspirantes tendrían que poner a prueba sus habilidades como Hunters al tener que obtener la chapa identificativa de su objetivo, obligando a cada aspirante a perseguir a uno de los aspirantes presentes.
Cada una de las identificaciones (marcadas con el número de participación dado antes de la primera prueba), constaba de un número significativo de puntos: la identificación propia del aspirante contaba un total de tres puntos y la de su presa constaba de tres puntos también. Si un aspirante tomaba una identificación que no era suya o de su objetivo, este obtenía solamente un punto y la totalidad de puntos a obtener era de un total de seis para pasar.
24 eran los participantes esparcidos por la Isla Zevil en la búsqueda de su objetivo o de conservar su propia identificación mientras intentaban ganar los seis puntos, teniendo un total de siete días para obtener la cantidad indicada para pasar a la quinta fase del examen. Y tal vez la última etapa del examen.
Pero sortear la cuarta fase no era algo que todos los aspirantes pudieran hacer. A pesar de ser objetivos y cazadores al mismo tiempo, eran objetivos y cazadores de todos. Obtener tu identificación y la de tu objetivo te daba el pase seguro, pero eso no impedía que otros tomaran esas identificaciones tras tu derrota o que la persona que fue tu objetivo no fuera a recuperar su identificación y tomarla por la fuerza.
La cuarta fase era una batalla campal donde el más fuerte o los más fuertes sobrevivirían. Podían formarse alianzas y equipos duraderos, pero nunca se sabía cuándo tus compañeros tomarían tu espalda y te dejarían abandonado a la suerte.
Traiciones, muertes, desconfianza y vigilia constante. Los aspirantes debían estar seguros de sus pasos mientras caminaban por la isla, ya fueran solos o acompañados. Debido a la peligrosidad del hecho de ser traicionados, los mismos aspirantes dudaban de si formar o no equipos con otros participantes del examen, lo que llevaba a los mismos a participar solos.
Aunque no era el caso de todos los participantes del examen. Algunos de ellos confiaban en otros aspirantes o en su propia fuerza para no ser traicionados, lo que formó algunos equipos en la cuarta fase.
Cazar, observar y usar el instinto de un verdadero Hunter. Algunos e los novatos entendieron rápidamente la verdadera forma original de un Hunter, lo que debían usar para obtener la identificación de su objetivo y pasar a la siguiente fase del examen.
Tras cuatro días completos, algunos aspirantes estaban totalmente desesperados y otros estaban derrotados al haber perdido su identificación. Sobrevivir en la isla, obligaba a los participantes a comer del lugar, a obtener todo de la isla por sus propios medios y algunos aún no habían entendido que debían sobrevivir, lo que volvió a esos aspirantes en los objetivos más fáciles de obtener.
―No eres bueno escondiendo tu presencia. ¡Muéstrate!
El participante 191 del examen había obtenido los seis puntos necesarios para pasar a la siguiente fase, obteniendo los tres puntos de su objetivo asignado para la prueba. Debido a ello, el hombre había intentado estar oculto el resto de los días que quedaban para el final de la cuarta fase, pero había sentido como era seguido por alguien, probablemente la persona de la que era objetivo.
―Bodoro-san, es muy irrespetuoso de su lado gritar al aire.
Una figura cayó frente al artista marcial. Bodoro examinó el rostro: ojos azules, rostro afilado, cabello desordenado de un color dorado como el mismo sol y seis extrañas marcas que estaban presentes a ambos lados de su cara formando "bigotes" de gato, una marca realmente distintiva para una persona, como una cicatriz.
El joven iba vestido con unos pantalones negros desgarrados, dejando ver la piel debajo de la tela. Su torso estaba desnudo, mostrando un cuerpo formado por el ejercicio constante, con músculos fuertes, nutridos y sin descompensación ninguna.
Como artista marcial, Bodoro admitió que el cuerpo de aquel aspirante era un sueño para cualquier atleta o luchador, para cualquier Hunter en realidad, pues podía calificarlo de perfecto al no encontrar ningún problema en el mismo, ninguna descompensación entre los músculos que estaban a la vista y ni siquiera parecía ser una musculatura grotesca y amorfa.
[Este chico...¿cuánto ha entrenado su cuerpo?]
Bodoro dejó que su cuerpo se posicionara de manera defensiva solamente por instinto; un instinto que le alertó de la presencia de un depredador justo frente a él.
―191. ¡Justo mi número de la suerte!
El aspirante más joven dio un paso hacia adelante y el mayor dio uno hacia atrás, obteniendo un parpadeo del joven rubio.
―Si quieres obtener mi identificación, vas a tener que pelear por ella muchacho. No te la voy a entregar fácilmente.
Un suspiro salió de la boca del joven.
―Lo suponía―el chico llevó las manos hacia el bolsillo de su pantalón y sacó tres identificaciones―. Estas suman tres puntos y yo tengo la mía, por lo que son seis puntos. Puedo pasar sin tomar la tuya, Bodoro-san; pero eso no sería lo apropiado para mí― el chico movió el dedo índice izquierdo de derecha a izquierda, en forma de negación―. Quiero la identificación 191, la que me dará tres puntos completos. Y es justamente la identificación que le fue otorgada a usted, Bodoro-san. Creo justo un intercambio. Si me da la suya, le entregaré estas tres identificaciones para que pueda pasar a la siguiente ronda. Sencillo, ¿no?
―¿Por qué no utilizas tú esas identificaciones y pasas de ronda, chico? Ya sumas seis puntos. Tienes lo necesario para pasar de ronda y tomar la quinta etapa del examen para tu aprobado. ¿Qué más da si te doy la mío o no?
―Eso es lo que no comprendes, Bodoro-san. Quiero expresamente tu chapa de identificación, porque así obtendré mi objetivo y seré bien evaluado como Hunter.
Aquellas palabras estaban llenas de irracionalidad para el artista marcial. El objetivo de aquella etapa era obtener los seis puntos, siempre siendo observados por algunos examinadores, y mantener los puntos hasta el final de la semana, donde serían recogidos para marchar hacia el siguiente punto del examen. ¿Por qué obcecarse en obtener una identificación en concreto cuando ya tenía los puntos necesarios?
―Eres demasiado extraño, chico―Bodoro movió sus ojos oscuros hacia las identificaciones y comprendió el interés del rubio en su identificación―. Son falsas.
―¡Me pillaste!
El aspirante rubio tiró ambas identificaciones mostrando que solo eran cartón, que no había validez en las mismas.
―¿Y ahora? No caía en un juego de niños, chico...
―Oh, nunca esperé que lo hicieras―dos tonfas aparecieron cuando el aspirante 357 movió sus brazos hacia el frente tomando sus armas de la parte trasera del pantalón―. ¡Mi objetivo es ser el más fuerte! ¡No rehusaré obtener esa chapa de tu cuerpo frío e inerte!
Bodoro se movió por instinto. No fue como Hisoka mostrando su instinto asesino, pero Bodoro comprendió que el chico iba a asesinarlo con un solo movimiento, con "aquel" movimiento, e hizo a un lado el cuerpo dejando pasar el golpe del arma diestra del muchacho.
Aprovechando esa inestabilidad y huevo, Bodoro pisó con fuerza y giró el torso hacia la derecha retrayendo el brazo completamente. Cuando su atacante estaba moviéndose, lanzó el golpe de palma abierta directamente contra el pecho del número 357, empujando a este hacia atrás varios metros.
―*Ngh*
Bodoro observó, desde una distancia segura, como el aspirante 357 escupía sangre directamente hacia el suelo tras haberlo golpeado en el pecho con un golpe que debió romper su caja torácica, probablemente perforando sus pulmones.
[Este muchacho...]
Otra persona normal habría cedido ante aquel golpe tan potente; otra a menos que fuera un artista marcial completamente preparado. El golpe que había ejecutado, lo había realizado usando toda la fuerza del tronco superior de su cuerpo y la firmeza del tronzo inferior, aprovechando así el empuje para golpear con toda la palma directamente al punto más débil del pecho de cualquier ser vivo: el punto inferior del esternón, justo el que protegía el hígado y los pulmones siendo menos denso que el centro del esternón o algunas de las costillas. Con un golpe así, al menos un par de ellas habrían sido destrozadas en el proceso y estas se habrían incrustado en los órganos desgarrándolos.
Bodoro esperó esto cuando vio al chico escupir sangre casi como si fuera una cascada o, mejor dicho, estaba vomitando sangre formando un charco demasiado apreciable para cualquiera que estuviera observando, siendo una visión desagradable.
―Creo que lo he echado todo. Gracias.
Bodoro parpadeó. El joven limpió su mentón con el antebrazo y se irguió en toda su altura; una altura cercana al metro ochenta. A ojo, el artista marcial dedujo que tenía un metro setenta y cinco, probablemente setenta y ocho.
―Tú...¿estás bien? Ese golpe ha perforado tus pulmones.
―¡Si, lo ha hecho!
El joven comenzó a saltar varias veces sobre el sitio, sobre las puntas de los dedos de sus pies como si estuviera calentando. Un segundo después, Bodoro solo pudo ver hojas cayendo hacia el suelo formando un pequeño montón justo encima del charco de sangre.
―¡¿?!
Bodoro cruzó los brazos sobre su rostro, pero eso no evitó que sintiera el golpe directo en su vientre por parte de su adversario, quien hizo fuerza para golpear directamente el punto más débil de su enemigo con su arma predilecta.
―Eres resistente, viejo.
El joven aspirante de Hunter observó a Bodoro. El aspirante 191 escupió sangre cuando finalmente pudo abrir la boca para buscar oxígeno y recuperar el sentido.
Bodoro había sentido toda la fuerza tras el golpe, toda la intención de muerte que el chico llevaba con aquel movimiento. Si no hubiera levantado los brazos y echado el cuerpo hacia atrás a tiempo, probablemente aquel golpe habría destrozado toda su caja torácica y no solamente unas costillas.
―*Nhg*―Bodoro respiró hondo en búsqueda de aire. Tal vez sus pulmones no habían sido perforados, pero el golpe había llevado tal fuerza que todo su esqueleto se había resentido, incluso su cabello―. Voy a reconocerlo...eres fuerte.
―Hmp―el chico hizo crujir su cuello―. Eso claramente es "cierto"; pero no soy el más fuerte. Aún tengo algunos escalones que superar y tú eres un peldaño más en mi escalera anciano.
―Comprendo por esas palabras que no me vas a dejar ir. Eres realmente obstinado muchacho.
―Así me criaron.
El aire agitó las hojas de los árboles. Ninguno de los dos iba a tener un rescate o iba a salir vivo de aquel enfrentamiento. Ni siquiera había otro aspirante cerca. Solamente los examinadores se mantuvieron ocultos, observando el encuentro entre el joven aspirante y el más anciano.
Una hoja cayó contra el suelo.
Bodoro inclinó su cuerpo hacia el frente. El joven movió las tonfas agarrándolas fuertemente.
La segunda hoja rozó la primera.
Ambos aspirantes se movieron velozmente hacia el otro. Bodoro retrajo ambos brazos hacia atrás según avanzaba, siempre con los ojos puestos en su adversario.
El chico ralentizó sus movimientos. Los ojos del artista marcial se agrandaron cuando entendió el motivo del cambio de "ritmo" en los movimientos de su adversario. El joven estaba usando el Eco Rítmico para realizar imágenes perfectas de sí mismo en casi todo el frente, por lo que Bodoro entendió que la primera de las copias no era la figura real de su adversario...grave error. Al decidir que el primero de los chicos rubios no era el original, Bodoro fue golpeado por un golpe demoledor y directo que lo envió a estrellarse contra el suelo manchándolo de sangre y dientes.
Fue tan fuerte el golpe descendente, que algunos de los pájaros cercanos abandonaron sus nidos dejándolos indefensos a los depredadores que pudieran escalar los árboles.
―Esperé demasiado―un brazo se estiró y tomó la identificación de Bodoro de entre sus ropas de artista marcial―. Estas viejo, Bodoro-san...¡¿?!
Cuando el chico fue a retirar el brazo, una mano se aferró a su muñeca con fuerza, imitando a un grillete de carne, hueso y músculo completamente cerrado alrededor.
―N-no intentes jugar, mocoso. Tengo mi honor.
El chico alzó el brazo siniestro y bloqueó la patada del artista marcial, siendo empujado hacia atrás.
―Tengo esta mierda―el chico mostró a Bodoro que poseía su identificación―. No es necesario que sigas peleando, anciano. Podría darte un ataque al corazón si sigues esforzándote.
Había burla y desprecio en sus palabras. Bodoro lo notó cuando vio el brillo salvaje en sus orbes azules; un brillo que le recordó al anciano a los astutos zorros que vivían en los bosques cercanos de su ciudad natal.
―El honor me impide permitirte seguir tu camino sin yo intentar recuperar mi identificación―el hombre cayó en su pose usual de pelea. El chico atrapó la chapa 191 con dos dedos de la mano derecha―. ¿Cuál es tu nombre, muchacho? Prefiero saber el nombre de quien voy a matar.
―Que arrogancia―como un gato de Cheshire, los labios del muchacho mostraron una sonrisa enorme y brillante, tanto que era casi imposible comprender hasta qué punto podía mover los labios―. Pero si ansias saber mi nombre, te lo daré para que recuerdes quién te ha enviado a la tumba con tus ancestros. Naruto es mi nombre.
―Naruto-san. Realmente un nombre interesante, pero tu arrogancia no es guiada por el mismo. Seré quien le ponga fin a esto.
Ambos mostraron su orgullo de aspirante de Hunter, su orgullo de luchadores natos. Bodoro había entrenador as artes marciales desde su juventud y fue inculcado en un mantra del honor, del verdadero significado de las artes marciales. Naruto fue entrenado para la lucha, para manchar sus manos con la sangre de sus enemigos y había intentado evitar matar a Bodoro, quien no apareció comprender su humilde regalo cuando intentó permitir que siguiera con vida.
―No quiero mancharme de sangre más de lo necesario―con el sonido de la tela moviéndose, Naruto guardó la identificación en el bolsillo trasero de su pantalón―; pero no me dejas más elección, Bodoro-san.
El mayor dio un paso y lo sintió. Su cuerpo quedó paralizado, una neblina comenzó a cubrir su visión hasta empañarla por completo haciéndole ver borroso. Sus piernas temblaron, cayendo sobre sus rodillas y el frío comenzó a arroparlo como si lo envolviera con sus brazos letales.
―Lo siento anciano―Bodoro miró su corazón. Era rojo, aun bombeaba en la mano del joven escupiendo sangre―. No he querido alargar esto más de lo necesario. Quisiste luchar y yo he dado fin a tu lucha. Descansa en paz al otro lado.
Sin más, Naruto dejó el corazón frente al inerte cuerpo del artista marcial. El hombre murió arrodillado, mostrando unas arrugas que antes no había tenido y sangre cayendo por un hueco limpio en su pecho.
―Eso ha sido un desperdicio.
Cuando entró al Examen de Cazador, había contado un total de diez, tal vez quince personas que le interesaron y que podían darle un poco de diversión a lo largo de aquellas aburridas pruebas para Hunter. Dos de esos eran Hisoka el Mago y Gittarackur. Ambos hombres tenían un aura verdaderamente siniestra a su alrededor y Naruto supo que ellos realmente le darían un poco de diversión.
La cuarta fase había terminado para él y no había encontrado a ninguno de esos aspirantes que atrajeron su atención. Probablemente estaban muertos u ocultos alejados de él, esperando al final de la prueba para poder seguir con la quinta fase y era lo más apropiado. Mantener los seis puntos era el objetivo principal de los 24 aspirantes en aquella prueba y él no era distinto a sus compañeros.
―Supongo que ahora puedo relajarme―Naruto miró la identificación número 191 en su mano diestra, mientras que oculta ahora, su propia identificación marcaba el 357, dándole cada una de las identificaciones un total de tres puntos que sumaban seis para el pase de fase―. Tal vez deba buscar con que entretenerme...
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