Recuerdos
Tamayo me había dicho que comenzarían a experimentar conmigo. Parecía algo desagradable para mí perspectiva pero si hay alguien más como yo no debo de impedir que sea una personas otra vez.
-Aceptare su oferta señora Tamayo- hice una pausa- pero no quiero que los demás corran peligro por mi.
-Entendemos tu preocupación.
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Esto no duele casi nada. A comparación de otras cosas.
-¿Te encuentras bien?.
-Si-estaba totalmente inmóvil.
Tamayo estaba a mi lado, sacando sangre una jeringa. Ya había pasado unas cuantas horas desde que hablamos.
Sabía que habían sacado como alrededor de 6 muestras de sangre.
-Pense que te sentirías mareado después de sacarte tanta sangre- pronunció.
-Me encuentro bien, creo que es por lo mismo de que estoy sentado.
-¿No te duele?.
-Supongo que no.
Ella tocó mi brazo, sentía como se curaba cada pinchazo que daba.
-Teines una regeneración muy rápida. Es sorprendente.
-Creo que no es de sorprender.
Sería repentino decir que soy una Luna.
(Claro que sí niño)
Hasta que que te dignas a hablar.
(Esa sangre no les será útil).
Puedo decirlo y lo sabes. Tus amenazas no son más que mentiras.
(Te daré uno de mis recuerdos con esa maldita mujer traicionera para que me des información).
-¡No lo hagas!.
Deje de hablar con el, al parecer. Mi mente se comenzó a llenar del rostro de la mujer que me atendía.
-¿Que sucede Akemi?.
-Necesito salir de aquí.
-Pero aún no se puede.
Tendré que decir que el está escuchando. ¿Pero como se lo puedo decir?.
-Es necesario, por favor.
Al parecer ella acepto mi petición. Me saco de esa habitación con ayuda de Yushiro y me llevaron a una sala donde podría estar solo.
Me dejaron sobre el futón para que descansará y se marcharon no sin antes decir que si necesitaba algo se los hiciera saber.
Me era doloroso evitar no pensar en cosas como Tamayo o aquel hombre que me llenaba de terror con solo pensar.
-Basta.
(Ese hombre).
-¿Quien diablos es?¿Por qué le tienes tanto miedo?.
(No tengo que decírtelo, por lo que veo también sientes el mismo miedo que yo).
-Deja de llenar mi cabeza de esa forma.
(¿Acaso estás pidiendo misericordia?).
-No lo volvería a hacer.
(Eso dices, pero siempre terminas estancado ante el miedo y la desesperación. Tu mente se rompe fácilmente y puedo controlarla con más facilidad).
Todas las cosas horribles que ha echo ese hombre, eran tan crueles y despiadadas que me hacía temblar. Me encontraba rodeado de matanzas repletas de sangre en todos lados.
¡No volveré a pedir misericordia!.
Me metí en esto por mi cuenta, debo de soportarlo.
Pensaba que el cuerpo de un demonio, en especial una luna jamás se agotaba. Pero me equivoqué.
❄️❄️❄️❄️
-Señorita Tamayo.
Llame su atención para que hablaramos un poco.
Ella caminaba por el pasillo con Yushiro a su lado, al parecer iban a descansar.
-Makoto.
Ella detuvo su andar.
-¿Que pasa?.
-Qieria preguntarle sobre mi hermano. No lo he visto en toda la tarde.
-Sobre eso-el tono de su voz me hizo dudar-sucedio algo en el consultorio.
-¿Que sucedió?.
-El se puso muy histérico-me sorprendí-comenzo a gritar que parará y después me pidió que lo sacará de la habitación. Actuó muy extraño.
-Ya veo, lamento haberle quitado su preciado tiempo señorita Tamayo.
-No hay ningún problema.
-Me retiro.
-Si Makoto, buenas noches.
-Buenas noches.
Me marche de ahí en busca de mi hermano. ¿A dónde lo habrá llevado?.
Mientras caminaba me encontré con Aoi, una de las niñas que ayudan a Shinobu.
La pelinegra llevaba en sus manos unas toallas y agua en un cuenco.
-¡Aoi!.
Parecía que estaba enojada, tenía el entrecejo fruncido.
-Señor Makoto.
-Por favor, no me digas señor. Me siento muy viejo.
-Lo lamento.
-¿A dónde vas?.
-Ire con su hermano.
-¿Por qué?.
-Estaba gritando. Llamo la atención de mi superiora y ella está con el ahora.
-¿Te molesta si te acompaño?.
-Necesitamos toda la ayuda posible.
Nos apuramos para llegar más rápido.
Comenzaba a escuchar unos quejidos salientes de la habitación. Aoi explico que guardara silencio ya que está era situación bastante peligrosa para mí hermano. Acepte las condiciones y entramos.
La habitación estaba iluminada por las linternas, Shinobu estaba al lado de mi hermano mientras suministraba medicina.
-Señorita Shinobu hemos llegado.
La pelinegra me miro y con una pizca de preocupación le hablo a Aoi.
-Sabes que es peligro traer a personas externas a nosotras.
-Lo se, pero el estaba muy preocupado por el.
Un suspiro pesado salió de Shinobu y se acercó a mi. Me saco de la habitación poco después.
-¿Que sucede?¿Por qué Akemi está así?.
Dudo un instante, tomo aire y mientras hacía eso se cruzo de brazos.
-El presento fiebre a causa de la medicina. Posiblemente hubo una reacción.
Y eso es raro en un demonio.
-Quiere decir que.....¿Está volviendo a ser un humano?
-No-dijo como un respiro-Tal vez Muzan este detrás de todo esto. Piensalo Akemi porta la sangre de Muzan, es un títere para el. Lo hará sufrir por estar aquí....puede incluso matarlo en el intento.
-Y ahora sabe que estámos tratando de eliminar toda maldición en mi hermano.
-Debemos ser más listos que el. Si está dispuesto a matarlo por abandonar su puesto, tan solo debemos esperar a que la cura funcione.
Tenemos que estar al pendiente de sus cambios físicos, cualquier anomalía que presente debe ser reportada a mi sin excepción alguna.
-Entiendo.
-¡¡Maestra!!-los gritos de Aoi nos hicieron entrar-Desperto.
Sentí un peso caer de mis hombros. Me sentí feliz al verlo moviéndose tratando de buscar una explicación.
-¿Cómo te encuentras Akemi?-pregunto Shinobu.
-.....
No dijo nada.
💮💮💮💮💮
No sabía que había pasado. Desperté acostado y con el cuerpo casi sin sentirlo. Tenía una toalla en mi frente y apenas si lograba mover mi cabeza.
-¿Que sientes?.
¿Que siento?
-Nada.
Mi voz era temblorosa y seca. Como si hubiera pasado mucho tiempo sin hablar.
-¿Que me pasó?.
-Trata de no hablar-indico Shinobu.
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