Herida

Pensaba aue nos encontraríamos con alguna luna inferior, pero nada. Solo demonio de bajo nivel.

— Son muchos para ser de bajo rango.

— No debemos confiarnos — Shinobu mantenía  el ceño fruncido y también sus movimientos son bruscos. Pero a pesar de que sus posturas son delicadas puede dar ataques certeros, con mucha fuerza  y con gran velocidad.

¿Shinobu?— pregunté —¿Por qué estás enojada?.

Ella se freno, la impresión en su rostro era obvia.

No se de lo que me hablas, pero debemos seguir.

Está evitándome, ¿Acaso la incomode? ¿O simplemente no quiere decirme por ser un tema delicado?. Que tonto fui al haberle preguntado.

Espero que no se moleste conmigo.
Caminando decidimos entrar en las habitaciones de los laterales, para saber si habían más demonios. Shinobu entro dejándome atrás y como si de una mala broma fuera, antes de haber entrado junto con ella choque con una pared, indicando que ya no estaba donde hace unos segundos permanecía.

¡No de nuevo!¡Los odio!.

Golpeando fuertemente la pared, mi ira bajo un poco. Mirando el lugar en dónde me encontraba, parecía ser una   pieza para dormir en cierto modo era extraño.

— Si me encuentro con un gran grupo de ellos seré hecho pedazos. Tengo que encontrar a los demás.

— ¡PERO MIREN QUIEN ESTA AQUI!.

Una persona estaba a las afueras de la habitación. Parado justamente delante de la puerta.

— Es sorprendente que llegarás hasta aquí, Tsukamatta.

— ¿Quien eres?.

— Que pena, ¿De verdad ya no me recuerdas?.

— No te conozco.

Pensaba perdonarte la vida. Pero parece que no sabes ser agradecido. ¿Olvídaste todo lo que hice por ti?.

— No importa lo que hiciste antes, te odio.

— ¿Podrías al menor darme la cara, pareces un perro temeroso.

Abrí la puerta, topandose con un gran puente que cruzaba desde mi ubicación hasta el otro extremo de la pieza. Un horrendo olor a sangre salió de ahí, pues múltiples cuerpos estaban esparcidos por el camino de madera.

— Estás muy enojado, no me sorprende — dijo con calma.

— ¿Acaso este escenario lo preparaste para mí?. Por qué prefiero las bienvenidas más calidad.

— Lamentablemente no, estaba en mi cena. Tu llegaste y no me dejaste terminar.

— Prefiero evitar un encuentro entre tu y yo de nuevo.

— Jamás podrás salir, estás en nuestro escondite. Lo único que saldrá de aquí sean los huesos de todos tus amigos. Si es que tienen suerte.

Me llenaba de ira cada vez que miraba esa sonrisa. No quería pelear, pues no puedo usar ningún aliento y lo más seguro es que perderé.

— ¡¡Akemi, ¿Dónde estás?!!.

Las pisadas de Shinobu se aproximaban rápidamente, dándome algo de alivio por un corto periodo.

— ¡¡Akemi!! — de un portazo entro a la habitación.

La mirada se ella viajo hasta llegar a Douma, quien permanecía sonriente a lo lejos.

— Tu.... maldito.

— ¿Nos conocemos?.

— ..... No.

— Me lo esperaba, jamás olvidaría un rostro así de hermoso.

— No te atrevas a decir nada sobre mi aspecto.

La atmósfera era terrible. Un enorme aire de furia era lo que sentía.
Pero los ojos de Shinobu miraban atentamente a Douma, su vista solo portaba odio.

— ¿Shinobu lo conoces?.

— Es lo mismo que quería preguntar, pero no es el momento.

— ¡Que agradable sorpresa!. Una chica hermosa y un viejo amigo que adorable.

— ¡¡Cállate, no soy tu amigo!!.

— ¡Quédate detrás de mi! — exclamo Shinobu.

— Que lamentable, esconderte detrás de una mujer. Pensé que serías mejor que esto.

No metas a los demás en esto, es entre tu y yo.

— Ya te lo dije antes, no te conozco. Ni siquiera te he visto alguna vez.  ¿Te parecería presentarnos?.

— ¡¡¿De verdad no recuerdas este haori?!!.

Douma dudo, parecía que le costaba demaciado recordar.

— Creo que logro recordar algo, esa prenda le perteneció a una chica de cabellos castaños.

— Así que lo recuerdas.

— No con exactitud. Pero haré algo para hacerlo.

El levantó su mano y con uno solo de sus dedos perforó su cráneo. Me quedé impresionado.

Esa chica era hermosa, era bastante alta y de una fuerza descomunal. Era tierna y dulce pero de inmediato me atacó. Si no mal recuerdo era una pilar, todavía recuerdo cuando pelamos hasta el amanecer pero como era una humana murió desangrada.
Que muerte tan terrible, jamás lo logré comer pues el sol comenzaba a salir, seguramente su carne era deliciosa....

Shinobu no logro contener su ira y salto hacia Douma. Quien logro verla ante de atacarlo.

— ¡Espera Shinobu!.

Una estocada de la espada de Shinobu fue repelida por la mano de Douma, quien se burló de su forma de ataque.

— Pero que veloz eres, si que eres totalmente diferente a la otra chica.

— No hables de mi hermana con ¡tanta familiaridad!.

Sabía del poder de el, solo con verlo te daba terror. Peor estoy seguro que Shinobu podrá lograr acabar con el.
Pero no todo fue bien, la paleta se desenvolvía a favor de Douma quien con solo un par de movimientos de los abanicos le hacía daño a ella.

Yo trataba de poner un poco de insistencia de huir pero ella con voz clara me decía que no hiciera nada. Simplemente mirara atentamente y que no me interpusiera entre ella y Douma.
La preocupación me carcomía por dentro, pero no podría entrar en batalla si no, ella repetidas veces me sacaría de ahí. Me molestaba eso.

La sangre que manchada el haroi de Shinobu comenzaba a caer al suelo. Estaba lastimada y lo único que podía hacer era mirar.

— Pronto morirás. Fue una batalla bastante divertida pero me temo que caerás dentro de poco.

— ¿Piensas que no durante aún más? — pronunció con altanería.

— Tsukamatta está preocupado, así que será mejor que te marches con el. Ya no me sirven.

— No me iré, tengo cuentas pendientes contigo.

— ¿Por favor?. Solo das lastima, vete de una vez he perdió por completo el interés por ti.

— ¡¿Pero que dices?!.

— Lárgate, tengo asuntos pendientes.

— No...¡No te irás de aquí tan fácil!.

Shinobu seguía luchando incesantemente, dando estocada tras estocada. Pero Douma lograba esquivar algunas y con solo ver cómo levantaba su mano mientras sujetaba su abanico.
Una gran nube de hielo cubrió su espalda, pero Shinobu al estar tan cerca de él no logro apartarse.
Tuve que correr y sujetarla de su ropa, para lanzarla lejos. Mientras que yo recibí lo frío de aquel ataque.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top