Capítulo 9.
Mientras me estaba comiendo los huevos revueltos e ignoraba a mi padre y el discurso que me da por haber llegado tarde a casa, sólo pensaba en Isabel y esas piernas, ¡Dios! Esa chica se ve genial, y lo mejor es que tiene en los ojos ese picante, y te da ganas de seguir viéndola, incluso comerla.
—Y ¿Cuándo vas a invitar a Perla a cenar con nosotros?
Gran pregunta de mierda, tanto que me atraganto con el queso brie que acababa de meter a la boca. ¡Perla! Debo hablar con Perla.
—Apenas comenzamos a salir ¿ Y ya quieres una cena familiar? Mañana que será padre ¿un anillo de bodas?, qué tal si vemos si esto funciona.
—En verdad, lo que hay que ver—Dice mi madre quien hoy nos acompaña en la mesa— es que no caigas en tus fechorías, y vayas tras otra chica.
¡Oh madre! si supieras, me tendrías colgado de las bolas, día uno de novios y ya me lié a la Secretaria de la Facultad, en verdad debería ser actor porno y dejar la vida sacrificada de un ingeniero civil, Sería más fácil para mi.
—Si Mami, en fin, ya acabé mi desayuno—Aununcio cuando mis hermanos levantan la vista a mi, y mi padre sólo hace silencio—¿Me perdí de algo...?—pregunto encogiemdome de hombros.
—Es el cumpleaños de papá—Sara lo dice ofendida, y creo que puedo entenderla.
¡Oh rayos! el cumpleaños de papá, es el día en que prometo ser más agradable con él, demostrarle amor y gratitud, es el único día del año en donde me quedo en la mesa hasta que todos desayunen, por que luego del desayuno, Berta trae el pastel, planeamos sobre la cena y los hermanos decidimos dónde pasaremos la noche, la idea, es darle una excelente fiesta, y que sepa que lo queremos.
Y ¿Es un sacrificio para mi? Sí lo es, a parte que significa que hoy faltare a la Universidad, genial.
—Ok—Respondo finalmente—Esto es un poco incómodo, así que iré a llevar mi plato a la cocina y regresó enseguida.
Echo el aire de mis pulmones, sí, soy un mal hijo, y no es que me importe mucho, pero, ¿Cómo pude olvidar el cumpleaños de mi padre.
Abro la puerta de la cocina para ver a Berta y a Isabel decorando el pastel, amabas parecen divertirse en el proceso, tanto que ni se exaltan al verme entrar. Coloco mi plato en el fregadero y finalmente me recuesto contra la mesada para llevar ambas manos hasta mis ojos, donde los presionó suavemente, con la idea de liberar tensión de esa forma.
—¿Cómo lo hacer Berta? ¿Cómo hacer para ser feliz en medio de una familia tan insoportable como la mía?
—Sólo... disfruto de la vida, señor Donato. Usted debería hacer lo mismo.
—Pero yo disfruto de lo bueno de la vida—Respondo mientras miro a Isabel y su cuerpo perfecto.
—No, usted se hace de placeres, y cree que así disfruta de la vida... sólo cava más el hoyo en el que está señor...se miente.
Pensamientos profundos, justo en mi ego... pero la ignoro, porque no quiero ser afectado, mucho menos pensar.
Isabel sonríe de forma malvada, cómo si disfrutase el hecho de que me estén dando con un Palo, así que me quedo observándola, llevo mis dedos a mis labios y los aprieto mientras pienso.
Berta me ofrece una mirada de reproche y yo levanto ambas manos al aire.
—Señor Donato —dice y su voz me cala los huesos del cráneo —. Aprovechando que está delante de mi nieta y que no se reserva ni una pizca de su viveza, es momento de que le ponga un estatequieto... a los dos.
Isabel deja de hacer su tarea y mira a su abuela, luego a mi.
—No quiero un lío aquí —Berta habla apuntándonos con el cuchillo—. Ella debe terminar la facultad, usted debe mantenerse alejado de problemas, más ahora que ya tiene novia —Isa levanta una ceja y me mira con rabia—. No quiero dramas, y mucho menos tener que dejar mi trabajo de años por que usted no sabe mantener el cierre de su pantalón arriba.
—Abuela —se queja Isa— . No te preocupes, a mi no me gusta bajar la bragueta de los que ya están etiquetados y embalados. Señor Donato, imagino que usted puede ser fiel, teniendo en cuenta su pasado... ahora —se saca el delantal que lleva puesto —. Esta conversación se me hizo muy incómoda, me voy a fumar un segundo.
—¿Qué te dije sobre loa cigarrillos? —pregunta Berta enojada al ver a su nieta irse.
—Es un vapeador, déjame en paz por 10 minutos abuela.
Isabel ya está en el pasillo del patio cuando dice eso, yo respiro profundo y espero a que Berta también se vaya.
¡Por un demonio! Ser fiel no va a ser fácil. Pero eso no es lo que me mortifica, mi pecho aun da brincos al recordar la reacción de Isa ¿Por qué? ¿Será porque perdí una oportunidad? ¿O se verdad comencé a desarrollar un interes real hacia la chica?
No sé, pero sea lo que sea, no es tan urgente como llamar a Perla y solucionar la metida de pata con la secretaria, ahora debo hacer borrón y cuenta nueva. ¡Cómo me va a doler esto después!
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