Acerca de un relato llamado El castillo de lágrimas
En lo que a escribir se refiere, la primera mitad del año no me había parecido muy buena. Antes de "El castillo de lágrimas" no había publicado nada en siete meses. Fue como si una luz se hubiera apagado dentro de mí, y si bien escribía de vez en cuando una novela corta que empecé en enero, y también avanzaba a cuentagotas otra llamada "Mujeres de cabello negro", el progreso era poco o nada comparado a lo que solía hacer años cuando escribía y publicaba hasta seis o siete proyectos al año. A inicios de este, y aunque me esforcé, no podía ser constante. Llegaba cansada del trabajo, leía algo o veía la televisión, me preparaba para el día de mañana y luego me iba a dormir. Al día siguiente despertaba decepcionada de mí misma, reprochándome mi incapacidad de crear. Mi novio me consolaba diciéndome que tarde o temprano volvería a hacerlo, que solo debía darme tiempo. Yo solo esperaba que mi luz interior volviera pronto, pues me sentía incompleta.
Entonces, una noche, vi en Youtube una entrevista a Sayaka Murata, una autora japonesa, donde hablaba de su proceso creativo; ella suele ir a un café tras otro a lo largo del día para escribir, pues no puede concentrarse en casa. Yo antes solía ir a mi café favorito a escribir de vez en cuando, y como esa noche descansaba al día siguiente, pensé: ¿Por qué no?
Antes de dormir me dispuse a pensar en qué escribiría, tendría que ser algo nuevo y corto, ya que no me sentía lista para volver a uno de mis dos proyectos activos. Necesitaba encender mi mente y recuperar el ánimo. Quizá algo de fantasía podría funcionar. Recordé el cuento de La bella durmiente, del cual ya tenía ideas para un retelling desde hace poco más de un año, pero era una historia más extensa y por el momento no podía darme ese lujo.
Hice memoria de cuando tenía quince años, era muy otaku y me encantaba Vocaloid porque las canciones contaban historias complejas, mismas que solían inspirarme entonces. La canción "The apocalypse 13th" es un retelling de la bella durmiente, y en él al final se revela que la princesa está maldita, es un monstruo que dormía, y el príncipe debe matarla. Me encantó tanto esa parte de la historia que la usé en un cuento llamado "La cólera del mar". Ahora, diez años después, esa idéa volvía a aparecer en mi mente. Me dormí pensaneo en una bella durmiente vampiresa, un castillo repleto de espinas y un granjero que se pone una armadura y que nunca había peleado antes. Ya en el café, pedí mi dirty chai y mi pastel de no cumpleaños, y puse una playlist que me diera vibras mágicas.
No fue difícil empezar el cuento, sentí una profunda alegría en cuanto escribí la primera línea. Pensé: así es como debo sentirme, y entré en retrospectiva, dándome cuenta de que, aunque esta primera mitad del año escribí poco, ¡lo estaba haciendo, seguía intentando! y me menosprecíe, me comparé con la Aria Veil de 2019 quien contaba con muchísimo más tiempo libre en sus manos. Debí ser más amable conmigo misma, y recordarme que siempre seré capaz de crear cosas hermosas, como las historias que estaba haciendo en ese instante.
Cuado quiero ponerle un nombre a un personaje de fantasía suelo buscar en internet, o lo invento, si es que quiero que sea más único. El nombre Destiel surgió sin que pensara mucho, y cuando llevaba más de tres páginas escritas me pregunté de dónde lo saqué. Entonces recordé que hace mucho vi un video en Youtube sobre el drama de un shippeo de personajes que hubo en el fandom de la serie Supernatural. Yo no soy fan de Supernatural, pero me gusta poner videos con chismecitos de internet antes de irme a dormir, y este llamó mi atención.
El nombre del ship Dean x Castiel es Destiel. Me causa algo de gracia cómo acciones tan insignificantes como esta se quedan en mi subconsciente para después resurgir y ayudarme a dar forma a un relato, o una novela. Ejemplos como este tengo bastantes.
El final que tenía planeado al principio era que Destiel, después liberar a la princesa, encontraba una puerta de oro que al abrirla, revelara una habitación donde la bella durmiente tenía todos los cadáveres de las mujeres a las que había asesinado. Luego él se encontraba con el cuerpo de Firia, la abrazaba y al fin rompía en llanto. Me parecía una buena idea, pero antes de dormirme me pregunté: ¿Y si escribes un final más esperanzador? Y se me ocurrió otro, el cual dejé en el cuento. Me gustó el nuevo enfoque a las lágrimas de Destiel, pues marcan el inicio de una nueva vida para él, y el cierre de un ciclo. Una hermosa despedida.
Tardé cuatro días en terminar este relato, y otros cuantos más en pasarlos de la libreta al documento. En todo momento sonreí, diciéndome: he vuelto. Me siento tan alegre ahora, y estoy motivada a continuar. Espero te haya gustado este pequeño retelling de un cuento de hadas, para el especial de Halloween de este año haré uno de Blancanieves, no puedo esperar a comenzarlo. Gracias por tomarte el tiempo de conocer un poco de mí. Me seguiré esforzando.
Más agradecida que nunca
Aria Veil
23 de Julio de 2024
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