Varios días han pasado desde que vi a mi chico. Suena raro, "mi chico". Aunque la verdad es que no sé qué somos. Las cartas, el beso... Lo veo todo muy confuso ahora. Tal vez, esto no sea lo correcto. Puede que el amor y el cáncer no sean muy compatibles. Es una pena, pues sus labios eran tan cálidos como los rayos de sol al atravesar la ventana. Su pelo azabache, acostumbrado a destilar tan puro negro. Aún puedo ver sus ojos, marrones oscuros y algo desiguales. Siempre que los veo me recuerdan al otoño, melancólico y sombrío. Cuando las calles se cubren de hojas y el viento llega raudo, pero suave. Me gustaría poder sentarme en un banco y vivir en el otoño. Me pregunto cómo sabrán sus labios en otoño. A lo mejor son como sus ojos, una hoja seca. Una hoja seca que en primavera y verano brilla verdosa. Contemplando las miradas tímidas de los amantes. Y ahora cae sobre sus cabezas durante un beso apasionado.
Cojo mi móvil y lo llamo. No puedo estar sin oír su voz, siento la necesidad de absorverla, para evitar agonizar, para evitar perderla, y no volverla a escuchar.
-Hola-es lo que le digo trás escuchar como descuelga el teléfono.

Súper corto, sí, pero prefiero esto a no daros nada. Quería actualizar con toda mi alma y esta era la única opción. Tengo mucho trabajo como escritora. Pues me dedico a escribir: "¡Salieron del libro!" "El castillo blanco." "Alas y cuernos." y "Si no acabáis en comisaría.". Y como comprenderéis no soy una máquina de escribir, tengo una vida. Posiblemente, al principio no lo notéis, pero estaré más abarrotada, empezando una novela, retomando otra y obviamente actualizando mis dos historias activas en wattpad. Aunque espero no causar muchos retrasos. Un beso, y gracias por vuestra comprensión. ^_^
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