Capítulo Uno.

En la china actual existe una mafia que tiene casi el poder completo de algunos distritos del país.

Con la fama del pasado respaldándoles no hay nadie que se les enfrente, pues desde tiempo atrás se distinguían por su violencia. Como cualquier mafia, secuestros y extorsión eran el pan de cada día, sin embargo, todo cambio cuando la hija del jefe se colocó en el trono, al ser la mayor de 3 hermanos.

Yanli era una chica con dulce carácter y amabilidad, pero a pesar de su amabilidad no podían oponerse a sus mandatos pues siempre era acompañada de sus dos hermanos.

Wen Ying maestro en el uso de la espada, con una técnica impecable, una sonrisa sínica, pero con una ferocidad sorprendente.

Jiang Cheng, un hombre con una fría mirada, calculador, estratégico, pero sobre todo mortal, siempre usa armas de bajo y alto calibre como un experto militar.

Ante eso los opositores del cambio de Yanli en la mafia solo les quedaba quedar en silencio, por las consecuencias serían mortales. Al enfrentarse a los hermanos.

Era la fiesta de año nuevo, varios grupos se habían unido, por lo cual para evitar conflictos se decidió que era mejor ir con antifaces y así fue.

YanLi estaba sentada en una silla mientras que Wei Ying con un vaso en mano se quedó parado a un lado, de la misma manera lo hizo Jiang Cheng.

Un hombre de traje negro, con camisa amarilla se dobló ante la joven jefa para pedirle que bailara.

—¡Ve hermana!, hoy es un día para festejar —indicó Wei Ying con una amplia sonrisa

La joven accedió a bailar con aquel desconocido hombre, mientras sus hermanos la miraban.

—No porque tú te acuestas con cualquier cosa que se mueva tienes que obligar a YanLi bailar con cualquiera. —en tono molesto Jiang Cheng encendiendo un cigarro

—Ja, ja, deberías dejar de ser tan posesivo con nuestra hermana, ¿o quieres que siga virgen como tú? ─se burló bebiendo de su vaso.

—¡Tú!

—Ja, ja, ja, es broma, es broma, solo quiero que ella se divierta y sea feliz, desde que madre murió se ha dedicado a cuidarnos, por lo cual no la ha tenido fácil, ahora siendo la jefa, su vida es más complicada, solo una noche quiero que sea una mujer

—Está bien, solo que, si ella se termina enamorando de un idiota, no dudes que yo lo matare —pronunció Jiang Cheng caminado hacia el balcón

—De verdad que eres un hermano muy celoso, estoy agradecido de tener un pene entre mis piernas —gritando lo último

—¡Vete a la mierda! —gruño caminado hacia el balcón sin antes mostrarle el dedo de en medio a su hermano.

Jiang Cheng llego al balcón recargando en el barandal mirando la luna, solo pensar que su hermana bailará con cualquiera de sus enemigos bajo aquel estúpido antifaz le hacía hervir la sangre.

Siempre fue posesivo con sus hermanos, al ser el menor fue cuidado por ellos cuando eran niños, YanLi sustituyó a su madre para que él no la extrañará, mientras Wei Ying era quien siempre sostenía su mano y lo defendía de todos.

En su frío corazón los únicos que estaban ahí eran ellos, no había cabida para más, por ello los defendería incluso si tuviera que dar su vida.

Saco un segundo cigarro, pero esta vez no encontró el encendedor.

Un hombre centímetros más alto que él, con el cabello hasta apenas abajo de sus orejas, sostenido por una media coleta, un antifaz de color dorado y un traje completamente blanco, se acercó y prendió su encendedor para que Jiang Cheng pusieran encender su cigarro.

—Gracias —dijo de manera molesta, siempre era así, odiaba ser tratado como una dama

—La luna es muy bella —pronuncio el hombre, su aspecto te daba la sensación de ser muy tranquilo

—Sí, solo él frío es el que no soporto —respondió Jiang Cheng, quien como era costumbre entre la mafia, vestía ropa tradicional china, de color morado, con el emblema del clan (importándole poco ser descubierto por otros clanes), sobre él un saco largo.

—Cierto el frío es muy fuerte —la voz del hombre era tan tranquila que le molestaba a Jiang Cheng, pues parecía no ser de carácter

—¡Demonios! —bufó Jiang Cheng al ver a su hermana salir hacia el jardín de la mano de aquel hombre

Jiang Cheng apresuró su paso, pero se tropezó, su antifaz se cayó, giro su mirada cruzándola con aquel hombre, su rostro había sido expuesto ante él, coloco de nuevo el antifaz y camino adentro de la fiesta para buscar a Wei Ying, quien estaba alegremente tomando con desconocidos.

—¡Wei Ying! —gritó Jiang Cheng

—Oh si es mi querido hermano, ven, ven hermano —tomo del cuello a Jiang Cheng —este de aquí es Nie Huai Sang, ¿y tú eres? —señalando al chico a su lado

—Un gusto, lo lamento, pero me tengo que llevar a mi ebrio hermano —dijo educadamente Jiang Cheng arrastrando consigo a Wei Ying

Los dos llegaron al marco de la puerta y Jiang Cheng le dio un golpe en la cabeza su hermano.

—¡Mira tú estupidez! —dijo Jiang Cheng señalando a su hermana quien estaba alado del joven que la había sacado a bailar.

El joven besaba su mejilla para luego en su ida beso su mano en una despedida.

—¡Parece una escena de Romeo y Julieta! —pronunció en tono emocionado Wei Ying

—¡Eres un idiota! —dijo Jiang Cheng apagando el cigarro con su mano —él hombre de ahí es del Clan Jin

—¿Cómo sabes eso? —el tono de Wei Ying cambio a serio

—En su pecho está su emblema, ni siquiera tuvieron la decencia de cubrirlo, es casi una burla a nuestro Clan —no lo habían notado antes por qué traía puesto un saco

—¿Ella lo habrá notado?

—¡Por supuesto!, déjala de tratar como una niña, ella es inteligente, pero si dejo que salieran e incluso que le robaran un beso en la mejilla, fue por qué ella lo quiso

—Ese es un problema, el Clan Jin está peleando para destruir al Clan Jiang

—Lo sé, por eso mismo te dije que no debiste dejar que ella bailará con él

—Ni tú ni yo sabíamos quién era, además está es la primera vez que mi hermana sale fuera del Clan, solo quería que se divirtiera, que se sintiera como una mujer, solo un día.

—Esperemos a qué ella misma nos diga, por ahora debemos ser cautelosos estamos en la boca del lobo.

¡Gracias por leer!

Makishi Konue

Se está corrigiendo y re-subiendo. 

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