Capítulo Dieciséis.
Wei Ying y Jiang Cheng seguia bebiendo aquella noche hasta ir a la habitación de entrenamiento, donde hicieron una competencia para saber quién era el más fuerte, entonces Jiang Cheng se quitó su playera, dejado expuesto su espalda, la cual estaba completamente tatuada.
—¡Fiu!, ¡que sexy! —dijo Wei Ying bebiendo de la jarra
—Tonterías —tomo una jarra y se sentó a lado de su hermano, tomando de la otra jarra de alcohol —Wei Ying
—¿Mnh?
—¿Alguna vez has querido saber la verdad sobre tu origen? —cuestionó mientras bebía.
—Hay días en la que miro el cielo y siento que necesito saber sobre eso, pero después los miro a ustedes dos y se me olvida —jala a su hermano por el cuello y lo abraza
—Wei Ying, ¿por qué no te vas?
—¿Cómo?
—No necesitas cargas con los errores de un clan donde quizás no pertenezcas, no se cual sea tu pasado pero creo que tienes la oportunidad de salir de aquí, no te involucres en esta guerra innecesaria, vive tu vida, se libre —pronuncia Jiang Cheng mirando el techo con algo de nostalgia.
—¿Estas bien?, ¿ya te vas a morir?
—¡Tú!
—¡Ja, ja, ja!, no te enojes, ¿de verdad crees que los dejaría a los dos?, no me importa mi origen, yo agradezco haber crecido con YanLi y contigo, aunque fueras insoportable, ustedes son lo más importante para mi, jamás los podría abandonar
—Esta bien
—Bebamos.
Había pasado una semana desde aquel incidente con Jiang Cheng.
Lan Xichen se había sentido enojado, inquieto, no lograba comunicarse con su él, nunca supo su número, no sabía donde vivía, ni siquiera sabía realmente algo sobre él, solo que era alguien especial, leal y sumamente atractivo.
Aquella noche Lan Xichen, estaba patrullando cerca donde siempre estaban el grupo Wen, fumaba un cigarro mientras observa el lugar, fue entonces que lo vio.
Jiang Cheng llego en un auto, salió solo, traía consigo una pantalón de mezclilla oscuro y una liviana camiseta morada, su cabello recogido, ante los ojos de Lan Xichen se veía condenadamente sexy.
El hijo de líder Wen salio con dos escoltas, que no tenían ninguna buena pinta, se acercó para ver aquella reunión.
Se adentro al bar que pertenecía al clan Wen para escuchar y mirar de cerca aquella reunión.
—¡Oh no querido A-Cheng!, ¿a que debemos tu visita? —pronuncia un hombre de frío aspecto.
—Wen Xu, no vine de visita, vine hacer un trato contigo, tu padre quiere una guerra y se que esta aliándose con el clan Lanling Jin, dime, tú cómo futuro líder, ¿qué deseas para que convenzas a tu padre que se detenga?
—Vaya, eso es difícil, pero se algunos rumores de ustedes dos, tu y tu hermano Wei Ying se dicen ser los mejores, pero que tal si ahora trabajan para mi
—¿A que te refieres?
—Algunos trabajos, defenderme, eliminar a mis enemigos, se que ustedes no matan, quiero ver hasta donde pueden llegar para defender a su amada hermana, quiero verlos humillados
—¿Ese es tu deseo?, ¿no es muy simple?
—¿Eso crees?, ja, ja, ja, dudo que sea simple para dos personas como ustedes
—Bueno, me iré, creo que tengo que discutir aquello con mi hermano, estamos en comunicación Wen Xu
—Ok, ok, esperaré con ansias tu respuesta
—De acuerdo.
Jiang Cheng salio del lugar, encendió un cigarro y camino un poco mientras esperaba el auto que Wen había mandando por él, miró el cielo y dejó salir el humo, bajo la cara para encontrarse con seis hombres de Wen.
—Ya veo que su líder no es educado con sus visitas —pronunció Jiang Cheng siendo rodeado.
—Nos dijo que podíamos divertirnos contigo —dijo uno de los hombres de Wen
—Ja, eres muy sexy, yo quiero verte suplicar —bufó otro de los hombres.
—¡Ja!
Lan Xichen observaba fijamente a los seis hombres al rededor de Jiang Cheng, mirando cada movimiento, para poder intervenir, se sentía molesto.
Jiang Cheng no tenía sus armas ese día, por ello Wen Xu decidido atacarlo.
Jiang se preparó para la pelea, colocó sus puños, aquellos del clan Wen traían fierros, lo cual era común en aquellos cobardes.
Uno de los hombres de Wen corrio con el fierro, Jiang Cheng bajo su cuerpo para luego golpearlo en el estómago, mientras otro cobardemente lo atacaba por atrás, pero fue recibido con una patada, el tercero corrió apuntando con aquel fierro a sus costillas, las cuales fueron golpeadas, ya que estaba peleando con dos hombres más, sangre salió de su boca la cual limpió con su mano, atacó al que había golpeado su costillas, el cuarto hombre siguió para atacarlo, pero fue golpeado en el rostro, tres de ellos yacían en el piso y tres estaban preparándose para seguir atacando mientras Lan Xichen observaba, sabía que Cheng no se sentiría bien siendo ayudado como una princesa en apuros.
La pelea contigo, con cada golpe defendido de Jiang Cheng era recibido con un golpe bajo y cobarde, lo cual lo hacía que poco a poco debilitará, no es que no fuera bueno, es que eran seis hombres armados, contra uno sin armas.
Jiang Cheng no se rendía, pero su cuerpo comenzaba a sentirse débil.
Lan Xichen llego a la pelea, donde dio un disparo al aire.
—¡Alto!, ¡policías!
Los hombres se levantaron para irse, dejando a Jiang Cheng, el cual estaba con una rodilla sobre el suelo, intentando levantarse.
—¿Estas bien?, dejame ayudarme —dijo acercandose a Jiang Cheng
—No necesito tu ayuda —gruñó
—Estas herido
Lan Xiche levantó a Jiang Cheng el cual estaba mal herido, apenas podía estar en pie.
—Sueltame —empujó el cuerpo del mayor, casi cayendo
—¡Deja de ser tan orgulloso!, estas mal herido
—¿Ahora que quieres?, ¡Solo te acercas para tu propio beneficio!, ¡se dicen ser mejores que nosotros de la mafia, pero ustedes policías son igual de basura que nosotros!
—Se que estas enojado, no confías en mi
—No lo hago
—Pero solo vez déjame ayudarte
—¡Maldición! —dijo intentando estar parado
Lan Xichen tomo su cuerpo y lo cargo.
—¿Qué haces?
—Tu costilla debe estar rota, no puedes caminar de esa manera
—...
Xichen llevo a Jiang Cheng hasta su moto, donde lo acomodó de una manera que no fuera dolorosa para el menor y los dos avanzaron hasta un hospital.
—Vamos haré que te revisen —indicó el mayor.
—No puedo ir ahí
—¿Por qué no?
—Tengo el tatuaje de la mafia en toda la espalda, si ven eso no me atenderán, solo iré a casa y ahí seré atendido por el doctor del clan.
—Entonces ven conmigo, yo atendere tus heridas.
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