Capítulo Dieciocho.
Jiang Cheng escucha cada palabra del mayor atentamente mientras recorría su cuerpo cubriendo sus castillas con una venda para hacer aquello menos doloroso para el menor.
—Cada centímetro de ti es tan condenadamente sexy para mi, no has dicho ni una sola palabra, mientras yo he dicho mis más sinceros sentimientos —pronunció el mayor.
—¿Tú realmente creías que con esas dulces palabras yo te creería?
—Realmente eres muy orgulloso, me molesta
—Pues no te acerques a mi, ¡y ya!
Antes de que el mayor dijera algo, el sonido vibrante e insensate del celular del menor, interrumpió aquella plática.
—¿Sí?
—¿¡Donde carajos estás!? —grito Wei Ying.
—¡No me grites idiota!
—¡Maldición!, ¡maldición! —dijo Wei Ying del otro lado la línea de manera molesta
—¿Que pasa?
—Yanli desapareció desde anoche —musitó frustrado y desesperado.
—¿Como carajos pasó eso?, se supone que puse a los mejores para su cuidado
—¡No lo sé!, ¡simplemente no está!
—¿Donde fue la última vez que la vieron?, ¿averiguaste al menos eso?
—Si, fue con el menor de los hijos del líder Jin, con Jin Zi Xuan
—¡Oh!, tenia que ser el maldito pavo real
—Jiang Cheng, ¿sabes que significa eso?
—El Clan Jin está usando a YanLi para que nosotros comencemos la guerra, saben bien que no nos quedaremos así, sabiendo que ella está en peligro
—Así es
—Ve, busca tus armas y a los mejores hombres, no me quedaré así nada más, te veré en donde siempre
—De acuerdo, nos veremos.
Jiang Cheng tomo la venda que cubría su expuesto torso, enrollado a la altura de sus costillas, lo tomó y lo apretó tan fuerte que dejó salir un sonido de dolor, tomo el balde de la basura y vomito la sangre.
—¿Qué haces? —preguntó Xichen mirandolo
—Marchandome
—¿Iras a la batalla con una costilla rota y quizá con contusiones más graves de lo que crees? —cuestionó.
—¿Tengo opción?, además esto solo es problema de la mafia, ustedes los policías deben estar muy lejos de estos problemas
—Tu orgullo solo te lastimara a ti y a tus seres querido, tienes una batalla y no estás ni en el 50 por ciento bien para una pelea
—Bien —se colocó su ropa y camino lo más recto posible, aunque el dolor era insoportable, en cada paso.
—¡Espera! —lo tomo del brazo y lo beso, lo beso tan fuertemente que Jiang Cheng perdió todo las fuerzas para pelear.
El beso fue profundo, invasivo y agresivo, lastimó su ya labio roto, sintiendo aquella mezcla de sangre y saliva, cuando la falta de aire hizo que los dos tuvieran que separarse para respirar, se miraron, Jiang Cheng lo empujó y el mayor solo lo miró.
—No te detendré, pero, solo te pido una cosa —suplico
—...
—No mueras, sin importar la circunstancias, no hagas nada que ponga tu vida en peligro.
El menor salió del lugar, tomando su costado, era todo cierto, no estaba en su mejor estado, pero eso no evitaría que fuera a la batalla, cuando su hermana estaba en peligro.
Por su parte el mayor, tomo su móvil y llamó a su hermano.
—Lan Zhan, escucha.
Wei Ying estaba debajo del árbol, donde alguna vez se sentaron él y Lan Zhan, encendió un cigarro y soltó aire en un momento de melancolía, tenía dos espadas en un costado, armas en la pechera y un gran saco que lo cubría todo, sus pensamientos eran profundos y tristes.
—Lan Zhan quiero verte —susurró para si mismo.
Un sonido lo puso alerta, giro su cuerpo con rapidez, para ver a Lan Zhan caminar hacia él, tan calmado, como siempre, el corazón de Wei Ying latio con rapidez golpeando su pecho.
—¡Oh Lan Zhan!, es una sorpresa verle aquí
Lan Zhan no dijo nada, camino hasta el chico, lo tomo de su brazo para a pegarlo a su cuerpo en un abrazo, los sentimientos de Wei Ying se desbordaron en forma de dolorosas lágrimas.
—¿Qué pasa? —preguntó, con una leve sonrisa en su rostro
—Fui criado para odiar a las personas que dañaron a mi familia, que se llevaron a mis padres lejos de mi, pero desde que te conocí, me di cuenta que aquel sentimiento de odio, solo era la manera infantil de enfrentar mi dolor y mi soledad, cada día intente comprender aquel nuevo sentimiento que inunda mi pecho, esas ganas de verte, de ver tu sonrisa... —acaricio su rostro y luego le dio un beso en cada mejilla para limpiar sus lagrimas —me gustas...
El corazón de Wei Ying martillaba su pecho, de todos los malditos momentos, tenía que ser ese, ese donde quizá ningún de los se vuelvan a ver...
—...Y tu a mi... pero ahora me tengo que ir —se limpio su rostro para dibujar una cálida sonrisa mirando a Lan Zhan
—Lo sé...
—...Adiós Lan Zhan
—Mnh —asintió.
《Clan Wen》
Un apuesto hombre con una sonrisa que dibuja dos pequeños hoyuelos en su rostro camina hasta el líder del clan Wen.
—Oh Líder, ¿era necesario secuestrarla el día que mi hermano la vio? —cuestionó el joven de los hoyuelos.
—Lo era, ellos se levantarán para enfrentar a tu padre, ¿no lo quieres muerto? —respondió Wen Xu
—Claro, pero no creo que los jóvenes líderes sean tan ingenuos
—Eso lo veremos, los ancianos y los líderes, no estarán felices cuando vean los jóvenes líderes levantarse contra el clan Jin, sin ninguna razón
—Solo espero que todo eso no se salga de control.
《Clan Yunmeng Jiang》
El caos provocado por la desaparición de la líder era evidente.
Los más cercanos a los hermanos de la líder se preparaban para una batalla, acomodando sus armas.
Pero no había señal de los jóvenes líderes, solo se había dado la orden de que todos se preparaban para cualquiera acontosimiento.
En la orilla del clan, estaba Wei Ying esperando a su hermano quien llegó un rato después, lo miró y suspiro.
—Te vez fatal, solo estorbaras —pronunció Wei Ying.
—¡Vete al demonio!, ¿cuál es el plan?
—Ir en son de pelea solo provocará muertes innecesarias, necesitamos investigar si Yanli realmente está en el clan Jin
—Pero también no sabemos hasta que punto pueden llegar para lograr sus cometidos
—Lo sé.
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