Capitulo Diecinueve.
El tiempo era importante en el secuestro de la persona más importante para los jóvenes líderes, reunieron algunas personas para investigar entre los clanes, levantar una guerra no era algo ni prudente ni lógico, había que hacer las cosas con cuidado o sangre innecesaria se derramaria.
Jiang Cheng hacia todo por no perder los estribos y por aguantar el dolor que le causaba dar cada paso.
Con un saco largo de color morado oscuro cubría, las 4 pistolas de diferentes calibres y los cartuchos necesarios para matar al menos a 100 personas.
Los dos se encontraban fuera del clan Jin, el mayor estaba sentando en cuclillas, en espera de alguna idea, mientras el menor estaba recargado en un árbol mientras fumaba un cigarro.
Un sonido los alarmó y los puso listos para atacar, en un saco con capucha un hombre se acercó alzando más manos.
—¿Quien demonios eres? —dijo en un tono de enojo Jiang Cheng
—Soy Jin Zi Xuan.
Jiang Cheng lo tomó de golpe por el cuello y le colocó una pistola en la cabeza para decir —¡Tu hijo de perra!, ¿dónde está mi hermana?
—Ah —dejo salir un suspiro Wei Ying —solo déjalo hablar
—¡Habla! —dijo Jiang Cheng soltandolo sin dejarle de apuntar
—Gracias —dijo hacia Wei Ying
—No te equivoques, no me interesa tu vida, solo quiero saber, ¿dónde está Yanli?
—No lo sé, solo se que en el clan no está, pero se quien puede saberlo, mi hermano ha estado moviendo los hilos detrás de las cortinas, mi padre un borracho y mujeriego, no le interesa ser líder de todos los clanes, él solo seguir ganando dinero con sus negocios sucios, con eso es suficiente, sin embargo Jin Guang Yao, es diferente, el siempre fue rechazado por el Clan Jin, por su origen, por lo cual, estoy seguro que el tiene a YanLi, pero no en nuestro clan, el tiene apoyo de grupos pequeños y del hijo del clan Wen
—Ya veo, ¿por qué demonios debo creerte eso? —dijo Jiang Cheng, quien quitaba el seguro de la arma en sus manos
—Yo jamás he querido una guerra, no después de conocer a YanLi, yo quiero vivir una vida tranquila a lado de la persona que amo, pueden no creerme, pero yo realmente amo a YanLi, haré todo lo que sea necesario para que ella esté a salvo
—¡Estupideces! —dijo Jiang Cheng
—Esta bien, ya se a donde ir, por ahora por favor sigue investigando los movimientos de tu hermano, nosotros nos comunicaremos contigo —indico Wei Ying
—Si osas traicioneros —Jiang Cheng -no solo te haré en pequeños pedazos que tu familia no te reconocerá, si no que haré que sufras en cada disparo.
—Ya, ya entendió, vámonos —dijo Wei Ying, jalando a su hermano.
《Estacion de policías de la ciudad》
Lan Zhan se encontraba, observando diferentes papeles de manera desesperada cuando la puerta, la cual estaba abierta sonó.
—Toc-toc, ¿puedo pasar? —Lan Xichen
—Hermano, ¿qué haces aquí?
—Lo mismo que tú —se acerco para tomar unos de los papeles del escritorio —¿Estas buscando algún delito importante para poder investigar los clanes con una orden de arriba?
—Si, pero desde que nuestros padres murieron, todo los clanes comenzaron a trabajar en la oscuridad, sin ningún motivo para ser investigados o arrestados, cuando el caso de la muerte de nuestros padres se cerró, no hubo más incidentes entre la policía y la mafia, el caso del "Loto Morado", solo fue una excusa mia para poder acercarme al clan Jiang, pero al estar cerca de este, no pude investigar nada... el odio... de repente
—Desapareció —interrumpió el mayor —Nuestros padres no creo que hayan querido una venganza, ellos luchaban porqué la ciudad fuera un lugar bueno, para nosotros pudiéramos vivir, sin arriesgar nuestra vida, al final estoy seguro, que aquella líder secuestrada, es la clave para que los sueños de nuestros padres se haga realidad, la maldad, el odio, la corrupción y la violencia, no desaparecerán por completo pero podríamos intentar, ¿o no?
—Si hermano —dijo Lan Zhan
—Bien apuremonos, la chica tiene ya 18hras desaparecida y tu sabes lo importante que son las primeras 48hras en un secuestro
—Si.
A las orillas del clan Wen, en la parte más oscura y fría de la ciudad, estaban Jiang Cheng y Wei Ying después de haber llegado ahí en la moto de uno de los chicos del clan Jiang.
Fuera un bar de mala muerte, se encontraba un grupo de hombres con mal aspecto, ebrios y arrogantes.
Uno de los chicos se percató de la presencia de Wei Ying y Jiang Cheng..
—Oh, si son los jóvenes líderes —dijo el chico con un guante negro en la mano, tatuajes y un aspecto de un chico malo
—Xue Yang —dijo Wei Ying, acercándose
Jiang Cheng se quedo un poco atrás observando, se le daba mejor los tiros en una buena distancia entre el objetivo y su pistola, encendió un cigarro mientras observaba, como los tipos se acercaban alrededor de Wei Yibg.
—¿Qué te trae por aquí? —cuestionó Wen Xu
—Me enteré por un pajarito, que obtuviste una buena ganancia haciendo un trabajo
-—Tu sabes que me gano la vida haciendo trabajo, ¿que tiene eso de interesante para que el líder venga verme?, ¿quiere que te invite un trago?, me han dicho que ebrio bailas muy bien, y pues aquí los muchachos no han tenido algo de acción —dijo colocando su mano en el hombro de Wei Ying
—No me toques —tomó la mano torciendola —¡Mira hijo de perra no agotes mi paciencia!
—¡Sueltame maldito idiota! —dijo saltándose para tallar su mano.
Los hombres se acercaron, sacando sus navajas y pistolas.
—¡No creo que estés en la posición correcta para venir amenazarme! —Gruño Wen Xu
—¿Donde está mi hermana?
—Oh, eso interesante, a mi solo pagaron para secuestrar, solo la entregue y listo
—¿A quien?
—¿Sabes?, ustedes pueden ser los hombres hábiles, fuertes y listos, pero hay algo que los diferencia, del clan Wen y Jin, ustedes no matan y dime, ¿ustedes creen que pueden ganar esta guerra sin sacrificar nada?.
El sonido de un disparo sonó al terminar las últimas palabras de Xue Yang, el cual giró la vista por un momento para ver a uno de sus hombres caer en el suelo con un disparo en la frente.
Tanto Wei Ying como Xue Yang, miraron sorprendidos.
Quien había accionado el arma era Jiang Cheng, en lo largo de su vida era la primera vez que lo veían matar alguien, siempre hacia daño y se especializo en saber donde dar un golpe sin matar, pero hacer el daño para que el objetivo dejara de pelear.
—Me habían aburrido tus palabras...
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