El caso B




NOTA DE AUTOR



Buenas.

Antes que nada, gracias por leerme y sobre todo gracias a TriciaRoss2 por organizar estos concursos que ayudan a crear y a salir de la zona de confort. Este retelling de La Bella y La Bestia, ha sido totalmente usado para lanzarme sin paracaídas a un estilo que no domino y probar algo diferente. Espero seguir participando en su Club de Escritura, Pluma y tinta,  así ir mejorando en mi narrativa.

Disfrutad de mi historia El caso B.

Espero vuestros comentarios.

Saludos

Sofia

Bella

29 de Junio.

Mi pelo ha crecido. Antes no me llegaba a los hombros y ahora mismo cae salvajemente por mi espalda. Lo aparto como puedo mientras escribo a escondidas en trocitos de papel, que he robado de libros de la biblioteca. He de ser rápida y plasmar que le he visto. Quizás mañana ya no lo recuerde, quizás mañana sea dentro de mucho tiempo (no lo sé) aquí el tiempo parece estar congelado, hecho para la tortura. Lo que si se de seguro, es que el entró antes. Vino después de aquel maldito concurso de ciencias. Ojalá pudiera cambiar el momento en que le deje ir solo. Sabía que no estaba bien, no lo ha estado desde que Mamá murió. Tengo que encontrarlo, tengo que enviar estas notas fuera y tratar de conseguir ayuda. Quizás así seamos capaces de escapar de este sitio. Me quedan unos pocos minutos antes de que llegue el "enfermero". Así que esconderé las notas en un pequeño ladrillo suelto de la ventana.

5 de Junio.

Creo que han pasado varios días desde la última vez que pude escribir, hoy ha sido algo diferente. Me ha dado un regalo, no entiendo por qué. Es una bola de nieve, tiene dentro un castillo. Cuando la agitas, los copos giran y giran, es hipnótico y relajante.

15 de Junio.

Le he oido, ha gritado mi nombre. Le he oido de verdad era el. Papá cada vez queda menos para vernos.

18 de Junio.

He encontrado un mechero vacío debajo de la estantería de libros en francés. Es muy bonito, tiene un grabado de un candelabro. Me hace sonreír.

22 de junio.

Le veo mover la boca pero no sale ninguna palabra que me interese. Veo como se mira en el espejo una y otra vez. Me tiene aquí encerrada, aislada de la única persona que quiero. Insiste que el y solo él puede ayudarme. No lo dice así pero leo entre líneas. Le he gritado que quiero ver a mi padre. Le he lanzado un pequeño reloj de cuerda que se ha convertido en astillas. El mecanismo al caer al suelo ha dejado un rastro de pequeñas piezas que me hablan. Me dicen que me vaya.

2 de Julio.

No se que ha pasado estos días, solo he dormido. No he tenido fuerza para levantarme. No he comido, ni he ido al baño. Debería ducharme ahora que puedo. Pero sigo sin fuerzas aun así se que tengo que salir de la cama. Mis piernas no me traicionan (gracias) y consigo darme una ducha. La puerta nunca esta cerrada (menos mal). El pasillo esta vacío, las luces de los tubos fluorescentes parpadean a mi paso y una corriente de aire me recibe al abrir la puerta de la biblioteca, y le veo.

- La Bestia.

Gastón.

29 de Junio.

La paciente sigue manteniendo comportamientos que indican, que aun falta tiempo para su recuperación, sigue hablando del secuestro de su padre, de que lo mantenemos cautivo. No es capaz de afrontar los hechos. Mi preocupación se debe a que los enfermeros me informan de que la han visto robar papel de la biblioteca, es cuanto menos inquietante. Escribe de manera compulsiva desde una de las esquinas de la habitación para luego esconderlo. Les ha sido imposible acercarse a ella ya que se muestra a la defensiva. Seguiremos con su pauta de tratamiento. Aun tengo esperanzas en su recuperación.

5 de Junio.

En la terapia ha dejado claros indicios de ser cleptómana. Ha robado una bola de nieve de uno de los estantes de mi repisa. Lo ha hecho con tanto disimulo que me ha costado darme cuenta. Dejar que se la llevara no ha sido el mejor enfoque.

15 de Junio.

La hemos tenido que sedar. No ha parado de gritar desde las tres de la madrugada. Llamaba una y otra vez a su padre. Parecía que le respondía a una conversación en su mente. No parece haber avances claros en su recuperación.

18 de junio.

Me ha notificado la señora Potts, la encargada de rehabilitación, que la vio sacar de su bolso un mechero y lanzarlo bajo la estantería. Luego, para poder quedárselo, fingió encontrarlo. Tengo que hablar con ella seriamente.

22 de Junio.

No creo lo que acaba de pasar. Al tratar de hablar sobre los robos ha empezado a alzar la voz y me ha lanzado un reloj. Ha paso muy cerca de mi cara. Los delirios cada vez van a más, se esta volviendo inestable.

2 de julio.

Le hemos cambiado la medicación, parece estar respondiendo. Ha comido menos y se encuentra un poco débil, esos efectos pasaran en unos días. Luego se sentirá mejor o eso esperamos. He optado por consultar a mi mentor el Dr. Leofu y pedir su ayuda en este caso. Para ambos ha sido arduo el llegar a una pauta médica que tuviera resultados significativos. Analizo los resultados de las últimas pruebas cuando la veo salir de su habitación, claramente ella esta inmersa en uno de sus delirios. (Maldita sea, el tratamiento a dejado de funcionar). La sigo a una distancia prudencial, la observo dar tumbos y golpearse contra las paredes. La situación es limite, por lo que mando un mensaje de emergencia al personal de la planta y contengo mis ganas de ayudarla hasta tener refuerzos. Pero justo en el momento en que abre la puerta de la biblioteca, se desata la locura.

La Bestia

2 de Julio

Por fin he dado con ella.


Que festín.

Bella instintivamente al verle, dio un paso atrás. Gastón corrió a su encuentro, pero no fue lo suficientemente rápido para evitar que la Bestia se abalanzara hacia ella, la metiera en la biblioteca y cerrara la puerta. 

Una vez solos en el interior, la Bestia corrió a la ventana y cogió algo que había dejado allí. Al volver, cargaba en sus manos un enorme ramo de rosas rojas, sus pasos dejaban tras de si un camino de pétalos color sangre. Al agacharse y situarse frente a Bella se lo ofreció. Ella en un momento de lucidez lanzó el ramo lo más lejos que pudo destruyendo la paciencia de la incontrolable Bestia.

- Después de todo lo que he hecho por ti, como te atreves a recibirme de esta forma- su voz era profunda y aterradora.

- Yo no se quién eres o lo qué quieres, déjame en paz.

- ¡Mientes!- gritó tan fuerte que la saliva se le escapó de la boca- Sabes perfectamente quien soy.

Se levantó bruscamente y comenzó a derribar todos los muebles que se encontraba a su paso. Destrozó cuadros y rompió libros hasta que la calma volvió a el.

Un nombre salió de los labios de Bella, pero lo hizo tan bajito que ni ella lo escuchó. Al repetirlo, las lágrimas se agolparon en sus ojos y el aire abandono sus pulmones. Al verle caminar de un lado a otro sus recuerdos volvían, no sabía de donde ya que no recordaba haberlos perdido.

- ¿Beaumont?- preguntó.

- Veo que si me recuerdas pequeña mentirosa.

Bella, palideció de golpe. A pesar de las drogas que aun quedaban en su cuerpo su mente se fue aclarando, y por desgracia, eso hizo que volviera el dolor.

- ¿Cómo es que estas aquí? Deberías estar en la cárcel. Eres un monstruo, una Bestia horrible.

La risa de Beaumont la hizo retroceder hasta el día en que su padre trato de rescatarla de la casa que compartía con esa Bestia.  Los meses que compartieron fueron los peores de su vida, no la dejaba salir, no podía hablar con nadie, ni siquiera podía comer cuando quería. Todo en ella estaba controlado por el, desde el pelo hasta la punta de los pies. Su padre los había presentado un día de hace mucho tiempo, en un concurso, debido a que ambos eran científicos. Desde ese momento a su padre le pesó el haberlos unido. Debido a la culpabilidad y al amor que sentía por su hija,  trato de ayudarla pero antes de que pudiera sacar a Bella de su encierro, la Bestia se encargó de que eso no fuera posible.

En un arrebato de furia al comprender el plan de Maurice, discutieron y lo arrojó por el balcón frente a la mirada aterrorizada de Bella. Ese fue el detonante para que ella perdiera la cabeza, la pena la traumatizó tanto que no fue capaz de asimilar la realidad.

Cuando la policía llegó, seguía gritando, la encontraron sentada en una esquina, abrazando sus piernas. Intentaron interrogarla pero no hubo manera. Ni si quiera cuando la internaron,  pudieron hablar con ella de forma racional.

Ahora recodaba cuanto lo había amado, su belleza la cegó, las palabras dulces la engatusaron y aun en alguna parte enfermiza de su ser, lo continuaba haciendo. Pero el dolor y la rabia se abrían paso en su interior. Podía escuchar como por fuera de la biblioteca, comenzaban a llegar una turba enfurecida de lo que suponía que serían médicos o hasta la policía y saber que no estaba sola apaciguó un poco los nervios.

- Acabo de recordarlo todo. Yo te amaba y tu...Mataste a mi padre.

- No mi bella rosa, lo de tu padre fue un accidente- ahí estaba el experto manipulador.

- No me trates como a una tonta, se perfectamente lo que hiciste.

Al escuchar las palabras que le decía, la mascara cayó y su semblante se transformo en la horrible persona que siempre fue. Lo vio, lo reconoció como lo que en verdad es, una Bestia, un hombre iracundo, manipulador y agresivo que la mantenía cautiva. Su padre, por desgracia dio la vida para que ella fuera libre y eso es lo que sería.

Se levanto y se irguió cual larga era, le lanzó a la cara el mechero que tanto la tranquilizaba, lo miró fijamente y le escupió con todo el odio que pudo: Eres una Bestia,  un asesino.

En el momento que escuchó como lo llamaba, se abalanzó sobre ella. Antes de que el puño impactara en su cara sacó reflejos de donde no sabía que los tenía y lo esquivó para a continuación lanzar un puñetazo a las costillas y una fuerte patada a su entrepierna. El se quedó sin aire y cayó al suelo como un fardo. Eso le dio el tiempo necesario a Bella para correr a la puerta y abrirla.


Varios días después en la consulta de Gastón, Bella comenzaba a afrontar todo lo que había vivido. La declaración que hizo frente a las autoridades había ayudado a que Beaumont fuera a estar entre rejas durante una temporada muy larga. Para ella, haber recordado y mejorado, no la eximia aun de estar internada en un psiquiátrico. Tenía un largo camino por delante para sanar,  ahora la diferencia era que esta vez lo haría por decisión propia.

Ahora era ella la dueña de su vida.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top