🎀 Septima entrega - relación

Mirarás las nubes vestidas de algodón,

No te va a alcanzar el tiempo para tanto amor.

Uh uh uh uh

Tu mundo bailará

Uh uh uh uh

La flores cantarán

Cuando te des cuenta lo que yo siento por ti.

Uh uh uh uh

¡Ay! Cuando te enamores de .

🎀

En el cielo las explosiones eran plasmadas, lila, carmín, azul y dorado. Los estruendos eran primero y luego... Luego venía aquella pintura que se teñía por unos segundos hasta desvanecerse por completo.

Era de lo mas hermoso, escuchar como gritaban a todo pulmón sus felicitaciones y deseos del próximo año, mientras las doce campanadas se pronunciaban en toda iglesia y catedral. El abrazo que se cargaban, con fuerza y cariño, risas y bullicio divertido.

Desde la ventana del departamento recibieron el Año Nuevo.

Cuando el conteo regresivo ocurrió, lo primero que el alfa hizo al llegar a el uno, fue rodear con sus brazos todo el cuerpo de Levi, abrazarlo como si no hubiera un mañana. Sonriente y contento, acercarse lo suficiente a su oído y felicitarlo.

— Que tengas un muy feliz año...

De inmediato el omega no lo esperaba, pero devolvió ese apretón y al alejarse correspondió los deseos.

— Gracias... Que tu también tengas un año prospero — ya estando lo suficientemente alejado su sonrisa ladina se extendió.

— Levi... Realmente... Estoy confundido — Eren se notaba cabizbajo.

— ¿Por qué? — el azabache le prestó atención.

— ¿Qué somos? — soltó rápidamente— ¿Somos una pareja? ¿Tenemos una relación? ¿O..... Estás conmigo sólo por el embarazo y cuando nazca el cachorro te alejaras?.

El capitán se rió.

Esta bien, eso no se lo esperaba el alfa. Siempre era tan serio y monótono que, cuando comenzó a reír Eren comenzó a enfadarse ¿Le estaba tomando el pelo?.

— Perdón... Disculpa que haya reído — sus ojos azules volvieron a mirarlo—. No te molestes, que puedo sentirlo — suspiró, sonriendole prosiguió—. Es solo, que tú no me haz pedido formalizarnos, y olvida la idea de que yo me confiese. Así, que si buscas algo serio tienes que dar el primer paso tú.... Además, ya estamos en una... Extraña relación, no estoy aquí solo porqué el embarazo necesite de ti. También mi omega te necesita por la marca, y ciertamente si no me agradaras me valdría todo y me iría.

Eren comprendía.

— Realmente ya me habría largado y estaría tal vez... Sufriendo bastante por la falta de feromonas... — bajó él rostro, pero rápido fue como volvió a posar sus ojos sobre él—. Estoy contigo porque me gustas, dejando de lado el lazo y el embarazo. Eres una buena persona Eren, y nunca me haz faltado el respeto con tu segundo género.... Gracias...

El alfa tomo las manos del Ackerman. Beso las dos por encima de la palma, sintió el anillo rozar con su propia piel. Le sonrió, los ojos de Eren podían ser fríos aveces, pero con ese acto se dejaron ver tan claros. Que los fuegos artificiales no se comparaban con el verde acuoso que se mostraba sólo ante el azabache.

— ¿Quieres formalizar esto conmigo?.

— Dilo mejor... — soltó un bufido y tras eso el moreno rió.

— ¿Quieres dar a luz a mi hijo, llevar un lazo que nos une emocional y físicamente, y ser más que mi pareja llegando a casarnos?.

Las mejillas del omega se tiñeron en carmín, volteo su mirada hacia cualquier otra parte. Verlo directamente era una tortura para él, sentía que podía leer sus pensamientos y saber sus emociones. Cerro sus ojos mientras mordisqueaba su labio interior.

— Si quiero... — tragó saliva. Volviendo a mirarle— Pero de las tres cosas ya dos las hiciste sin preguntar — refutó.

— Pero gracias a eso ahora nos encontramos aquí.

Y con eso comenzó lo que era la relación de un omega encinta y un alfa joven, que siendo tan diferentes podían llegar a encajar perfectamente como piezas de rompecabezas.

Hacía tanto frío afuera que las ventanas se empañaban por el calor de la calefacción.

Comenzarían a trabajar el quince de enero. Mientras tanto, el poco tiempo que se detenía para ellos era especial.

Desde hace unos días Levi no podía despertar de buena manera, cada que se levantaba sentía unas náuseas enfermizas y terminaba corriendo al retrete dando arcadas, salivando en exceso sin vomitar nada. Le era asqueroso y molesto.

El alfa siempre le calmaba con su olor, dándole suaves caricias. Levi comenzaba a maldecir a los dioses o al universo por darle náuseas cuando era una de las cosas que mas odiaba.

— ¿Qué ocurre? — preguntó de la nada mientras que Eren se tensaba.

— Bueno... — tenía rato observándole. Sin decir palabra, sólo mirándole—. Me gustaría que nos conociéramos más... ¿Qué tal si hacemos preguntas al azar y se contestan?.

El omega lo pensó por un segundo pero pronto correspondió — Eso estaría bastante bien.

Eren se acomodo sobre el sofá. Sonriendo comenzarían a preguntar, tal vez ya tenia varias pensadas.

— ¿Por qué quisiste ser un militar?.

Levi río bajo — Ya me extrañaba que no hubieras preguntado antes — dejó de lado la guía de embarazo y comenzó a articular—. Soy un omega, desde que mi segundo género comenzó las críticas y quejas excesivas eran un martirio, yo quería ser algo fuerte e independiente... En pocas palabras me gusta mi carrera, arquitectura militar es muy grata para mi. Y pues.... Estudie aunque fue difícil. Pero ya vez que gracias a mi esfuerzo soy capitán.

El moreno exhaló comprendiendo.

— ¿Que hay de ti? ¿Te gusta el uniforme cadete Jaeger?.

— Yo quería especializarme en medicina... — hizo un pequeño puchero, pero pronto lo quitó curvando sus labios en forma alegre—. Soy el "orgullo de papá ", no podía decepcionarlo tomando otra carrera.

El de ojos verdes se cansó de estar sentado y recostó su cabeza en el regazo del capitán.

— ¿Querías ser doctor? — preguntó contento el de ojos grisáceos.

— Si...

— Realmente eso es genial... ¿Por qué no ingresaste como medico de milicia? — sus dedos comenzaron a juguetear con el cabello castaño.

— Padre no quería que trabajará en salud, a mamá le encantaba mí idea sobre ayudar a los demás y dar tu trabajo en ello. Pero cuando murió no tuve otra opción.

Eren apegó su rostro al vientre de Levi, sintiendo el calor y ese olor dulce en su ropa.

— Ahora "ayudó y protejo" al país... Pero no me agrada...

— Dices que lo hiciste para no decepcionarlo, pero... ¿Ya debería estarlo, no? ¿Le haz hablado luego de el día de Silvester?.

— Realmente ya no me interesa. Soy capaz de dar la baja y estudiar lo que me plazca... No e hablado con el, a intentado llamarme pero realmente solo serán quejas de su parte, Zeke envía testamentos enormes por mensaje solo reprochándome... Me cansan...

— ¿Entonces, por qué sigues siendo cadete...?.

Eren beso la panza de Levi haciéndolo estremecer — Por ti.

— No hagas eso... — le detuvo cuando culminó su oración— ¿Yo soy la razón? No tiene sentido.

— Claro que la tiene — volvió a repartir besos sobre la tela—. Eres un capitán en buena posición, estas preñado y yo soy un cadete que es el padre. Trabajamos en el mismo plantel y a veces, la mayoría del tiempo eres mi jefe. Si se enteran nos multarían y podrían reportarme o reportarte, pero, mediante este en el plantel puedo cuidarte de algún abuso aunque sea presa de leyes.

— Entiendo...

El cuerpo del castaño era tan grande que sus pies quedaban en el aire al estar recostado. Con sus manos dejaba círculos sobre el tronco del omega, y este jugaba con el cabello contrario.

Los labios rojos de Levi eran hermosos, afuera la brisa helada era tormentosa, la camiseta verde del joven dejaba ver sus brazos tonificados.

— ¿Te gusta este sofá? — preguntó Eren.

— Lo odio tal vez un poco más que tú.

Se levantó con cuidado. Rompiendo el momento y caminando a el lugar donde había dejado su celular — Comprare otro — grito a lo lejos.

Al siguiente día, el delivery trajo la caja para armar el nuevo sofá.

🎀|🎀|🎀

— ¿Que harás qué? — Eren se sentó viendo como el omega sacaba los ingredientes con cuidado.

— Haré merengues... — murmuró recordado como le habían quedado la ultima vez.

Ackerman si le gustaba cocinar.
¿Lo malo?

Era un desastre. No porque quisiera hacer un desastre. No porque lo hiciera adrede, el deseaba que le quedaran deliciosos y mentalmente siempre se decía que así quedarían, pero fallaba. ¡Fallaba por una pizca o por sobre rellenar algo y todo era desastre!.

Una vez hizo un intento de pastel mármoleado, tenia de presencia a Hanji.
Estaban de vacaciones de verano y Zoë simplemente quiso visitarle, él por su parte tenia ya planificado el bizcocho.

Hizo una mezcla de vainilla de lo más deliciosa, la separó en dos, una para el cacao. Tenia en su composición varias claras a punto nieve, y también una pequeña cucharada de polvo para hornear.

El molde engrasado y enharinado, primero vertió la mezcla clara, tenia el horno precalentado. Luego el chocolate y con un palillo hizo las franjas o figuras.

Realmente estaba lleno hasta la mitad o un poco mas abajo, pero el pastel a comenzado a crecer dentro del horno. Chorreando mezcla en la base y quemándose mediante salia humo con desesperación. A la torta le faltaba cocción pero eso no impedía que el gran contenido de esta siguiera elevándose y rebosando todo a su paso.

Luego de una hora el pastel salió, era hermoso por fuera. El horno era una mierda por dentro, y olía a quemado todo el departamento. Humo y más humo.

Cuando limpiaron y el pastel se enfrió, lo cortaron, era súper esponjoso y a la vista era bonito. Al probarlo....

Era un pastel ahumado, a Levi le dio asco, debía admitirlo pero igual se lo comió. El orgullo ante todo y esa era su creación.

Dulce pero ahumado de gran manera.

Y en el presente aun se preguntaba ¿Por qué demonios se reboso si estaba en la mitad o hasta menos?

Entonces seguía batiendo las claras, hacia merengue suizo para que este quedara con una contextura firme, a baño María el azúcar mientras batía.
Tenía la batidora de mano a un lado cuando quitara el bol del fuego.

— Oye, pero que serio te ves — rió bajo el alfa. Y en efecto así era.

¡Esto tendría que salir bien porque si!.

Unos minutos mas tarde batía las claras con la eléctrica, daba giros con ella y mientras mas ruidosa fuera la batidora mas fuerza tendría.

La mezcla era hermosa, estaba airada, más firmes que punto listón. Faltaba poco, cuando tomara un poco en una cuchara y esta no se cayera de ella.

El horno se prendió y mediante se calentaba, el frío de la nevada se extinguía.

Pronto con una manga repostera hizo picos sobre una plancha con papel para hornear.

Estaba tan feliz, le estaban quedando por fin.

Cuando la mezcla se acabo metió la bandeja al horno, colocando el temporizador a quince minutos para que estuvieran listos.

— ¿Alguna comida favorita? — preguntó el moreno.

— Regalame una buena sopa de mariscos cuando este enfermo, o si es de fideos y pollo mejor — todo lo que había sacado lo arreglaba, limpiaba las paletas más los boles llenos de azúcar— ¿Y tu?.

— Me gusta el espagueti...

— ¿A quién no le gusta, tonto?.

— Bueno... Que tal... Lasaña, es muy deliciosa.

— Bien... ¿Algún color favorito?.

— ¿El color de tus ojos cuenta? — Levi respingo ante el comentario y volteo a encararlo.

— No te pongas romántico.

— Esta bien, lo siento — dio una pequeña risa— ¿Pero no cuenta?.

— No.

Cuando sacó los merengues ya hechos no lo entendía....

¡¿Por qué demonios estaban aplastados y parecían chicles?!

Estaba de lo más molesto, no comprendía, había hecho todo bien. Estaban perfectos cuando entraron al horno, ahora estaban derretidos y chiclosos al comerlos.

— No... No están mal... Es dulce al final.

— ¿Quieres otro? — preguntó Levi con seriedad mientras él le daba vueltas al asunto.

— Realmente no. Gracias, no puedo comer tanto dulce.

— Anda otro — Eren trataba de escapar. Pero el seguía insinuando.

— Gracias, gracias, pero no gracias.

El orgullo prevalece. Levi se comió sus merengues.

— ¿Tú madre en que trabaja? — el castaño quitaba las decoraciones del árbol mientras Levi las guardaba en la caja.

— Ya vez que ella es una mujer genial... — exclamaba de forma egocéntrica—. Ella no necesita trabajar.

— Deja de jugar y dime — sonreía al escucharlo.

— En verdad, ella no trabaja... Oh bueno, Farlan trabaja con Kenny y gana lo suficiente como para depositarle cada quincena a mamá, pero a ella le gusta ayudar en una venta de objetos antiguos; junto a una amiga. Ella atiende muy bien a las personas.

— Supongo que la otra señora le da un poco de la ganancia — era más una afirmación a una pregunta.

— Supones bien, al principio mamá le dijo que solo era ayuda. Pero Frieda es una buena beta y le a pagado varias veces — ya no quedaban muchas cosas a guardar además del árbol— Isabel también tiene un trabajo de medio tiempo en un supermercado...

— Pues esta muy bien que sea independiente mediante estudia.

— Si...

— ¿Qué hay de el padre de Farlan e Isa? — la pregunta no era para herir  o abrir recuerdos— Creo que no debería preguntar cosas así...

— No, tranquilo... Bueno, el murió hace bastante tiempo, Isabel tenía nueve, un infarto, no era tan joven. Mamá no se caso con el y ellos no heredaron el apellido de Magnolia... Pero el hombre realmente era bueno.

— Ya veo...

— Si te preguntas por mi padre, el simplemente me hizo y se fue — dijo en un tono tan monótono que Eren volteo con sorpresa.

— ¡Claro que no te iba a preguntar eso!.

— Tu cara de sorpresa es graciosa — respondió con una media sonrisa—. Era un alfa... Mamá no habla mucho sobre él, conozco su físico y solo se su primer nombre...

Hubo un silencio incómodo.

— Era alto y fornido, tenia los ojos azules y el cabello igual de oscuro — rió bajo al pensarlo bien—, no saque nada además del color de sus ojos... Pero mamá dice que mi personalidad es la misma, que era serio, callado y muy irritable, también que su timidez era clara.

El árbol se guardó tal y como si hubiera sido comprado.

— Mi tío Hannes decía, durante mi pubertad, que era la copia de mamá... Que todo mi rostro era "el de Carla plasmado".... Pero... Creo que ya no me parezco tanto... — tomaba el cuchillo mientras cortaba vegetales—, me parezco más a padre, y tiene sentido.

Eren cocinaba, lo típico de la rutina diaria.
Ya que cuando el ojiazul entraba a preparar alguna creación, la cocina se volvía una tormenta de mugre y grasa. Por suerte el alfa tenía experiencia en la estufa.

— En casa tenemos un gran marco con su imagen — sonreía de oreja a oreja—. Creo que si el tiempo y el momento se hubiera dado, la habrías visto.

— Estaría encantado de ver su pintura...

Y Levi se perdía mientras observaba la espalda del moreno.

Notar sus movimientos divertidos mientras sacaba los ingredientes del refrigerador, el moño que se posaba en su nuca.

Eren tenia hombros anchos, una gran cavidad pectoral, era grande. Su musculatura maciza y la altura para alcanzar todo lo que deseaba. A diferencia de él, el azabache era pequeño, flacucho, sus hombros nunca se ensancharon a diferencia de sus caderas. La cintura se achicó, y la grasa de su cuerpo se acumuló en lugares focales, muslos, trasero y vientre.

Eren era tan diferente, y eso estaba bien.

— Esperó que te guste mi guiso — aquel verde con su brillantez fue a parar frente unos ojos grisáceos.

— Huele excelente, esperemos que su sabor sea igual — rió bajo.

— ¡Lo será!.

Quería quedarse con esa piel acaramelada, con su personalidad explosiva o la simple frialdad.
Jaeger era una muy buena persona, y gran alfa.

Y él deseaba conocer a fondo su ser.

🎀|🎀|🎀

La ventana de la sala era grata, dejaba entrar luz del día para no mantener las bombillas encendidas durante la tarde.

Sin embargo lo único tedioso, era la movilización abajo, muchas personas caminando, autos en la carretera, entre otras cosas. Lo bueno, estaban en un nivel alto, utilizar escaleras o el ascensor era fácil.

Los vecinos casi no se aparecían, eran tres departamentos a su alrededor, que parecían estar vacíos. Pero todo lo contrario, eran vecinos muy tranquilos que realmente no llegaban a casa para hacer fiestas.
Una vez uno de los alfas del apartamento a su lado lo miro muy mal. Por suerte salia junto a el castaño para hacer algunas compras y de inmediato el rostro del otro fue a parar a otro lugar.

En una ocasión distinta. La beta de la derecha llevaba a su cachorra de Shar Pei, era preciosa. Y la chica muy agradable; baja estatura, morena y cabello con toques amarillentos, siempre se maquillaba mucho. Vivía con su esposo, otro arquitecto que trabajaba en una industria privada.
Realmente fue muy grata la presencia de la mujer y se hizo una conocida del edifico para Ackerman.

Cierto era que en su edificio aceptaban mascotas. Pero muy pocos las tenían. Y habían reglas a seguir que eran cumplidas, así que ni habían desastres a mitad de escalera, ni habían peleas de perros en los pasillos.

Eren metía varias salsas al carrito de compras, mientras el omega buscaba con desesperación algo que, quería con toda su alma comer.

Cuando tomo lo necesario volvió arrojando todo y haciendo un estruendo.

— ¡Rayos! — el moreno hizo una mueca de incomodidad—. Con más cuidado ¿Por favor?.

— Si se parte lo pago.

— No es eso... — el se refería a el ruido que provocaba el coche de supermercado metálico, al ser llenado con muchos frascos— Y... ¿Que es todo eso?.

Comenzó a enumerar con su mano — Frituras, compotas de manzana y pera, jamón endiablado, panes, jamón ahumado, mayonesa y kétchup ¿Por?.

— Si, observó que son todo eso, pero ¿No es demasiada cantidad? ¿Veinte compotas?, son... ¡¿Quince bolsas de botana de queso extra grandes?! ¿Para qué tanta mayonesa? En casa ya tenemos.

— Si es por el dinero tranquilo, lo pagaré yo.

Simple, y siguió empujando el carrito metálico.

Y el alfa no tenia idea de lo que había ocurrido.

Cuando llegaron con las bolsas. Lo primero que normalmente hacían era acomodar todo en su sitio, ponerle puesto a cada vívere.

Pero el capitán literalmente soltó todo sobre la mesa. Busco la primera bolsa de palitos de queso horneados y la abrió. Seguido a eso un frasco de puré de manzana para bebés, y con todo eso en mano, sentado en el sofá metía en su boca en gran cantidad de los crocantes y luego una cucharada de compota dulce.

El de piel acaramelada vio aquello con gran repugnancia.

Sí, el comía frituras.

Sí, el también probó las compotas.

¿Pero las dos cosas juntas de esa manera? Era raro...

— Ooh... — de pronto le llegó la explicación a su mente mientras Levi seguía comiendo relajado.

— ¿Qué? — sus mofletes abultados por el contenido sonrosaban.

— ¡Son antojos! — exclamó emocionado mientras se lanzaba en el sofá a una distancia de Levi— ¡Te ves tan lindo! Dame.

Y cuando trató de meter su mano en la bolsa de palitos de queso un manotazo lo detuvo.

— Me dijiste lindo, no te daré de mis reservas.

— ¡¿Pe-pero qué tiene de malo?! eres realmente adorable con antojos — se acercó buscando mimar un poco a el ojiazul, pero este simplemente se metió una cucharada de puré de manzana. Dejando el utensilio limpio al sacarlo de su boca y dando un golpecito en el pómulo del castaño.

— Aléjate, estoy comiendo.

— ¡¿Ves?! ¡Que tierno! ¡Haciendo berrinche!.

En los siguientes días, mezcla de jamón endiablado con mayonesa dentro de un pan, jamón ahumado lleno de kétchup con tostadas, y compotas con frituras, fueron comidos con deseo por el de baja estatura.

Aunque en la madrugada llegara a la cocina buscando que comer, y en la mañana vomitará todo lo de la noche anterior.

Y el alfa sentía la cercanía del otro volverse más fuerte.

Y allí estaba, indeciso si pedirle el permiso o no. Total, no era su casa.

— Eren...

Pronto la guía de embarazo fue alejada del rostro risueño del castaño.

— ¿Qué ocurre pequeñín?.

— ¿Cómo qué "pequeñín"? — su ceño se fruncido en segundos.

— Perdón — el simplemente carcajeó— ¿Qué quieres decirme?.

El azabache lo pensó.

— ¿Podría utilizar la tina? — jugó con sus dedos por lo bajo.

— ¿La tina? ¿Por qué preguntas eso? ¿Aún no la haz probado?.

Omega mordió su labio inferior con algo de pena.

— Debo pedir permiso para ciertas cosas a utilizar, es información básica cuando estas en casa ajena.

Eren sonrió acercándose de a poco.

— Pero este ya no es solo mi hogar. Tu ahora vives aquí, puedes utilizar todo lo que quieras como si fuera tuyo. Porque es así — se tomo un momento—, solo, si no sabes como funciona pregúntame — le guiño el ojo.

— Gracias... Eso era todo...

— No agradezcas... ¡Ah! ¡En el cajón de las toallas hay un bote de burbujas por si lo quieres utilizar!.

Desde la habitación respondió — ¡Lo tendré en cuenta!.

Estaba haciendo un frío de los mil demonios afuera.

Por ello creía que una ducha no ayudaría tanto. Quería utilizar la tina desde hace semanas.

Acomodo la ropa que utilizaría sobre la cama, arreglando todo para el baño.

Abrió por completo el grifo de agua caliente y solo un poco la fría, se llenaba con paciencia mientras Ackerman buscaba los botes de baño.

La ducha era de cristal borroso a la mitad, pero en la base y arriba, claramente se podía distinguir el interior. La ducha tenia una caída preciosa, un rectángulo brillante con orificios que dejaban la llovizna traspasar. Los azulejos eran blancos, perlados. Hacían juego con las lineas vinotinto y plateadas del centro. Al abrir la puerta el lavamanos con el espejo se encuentra; debajo un gabinete. Al lado la ducha y frente a esta la tina, el retrete esta un poco alejado pero es perfecta su distribución, estantes con objetos de baño, era claro pero muy elegante.

La tina tiene una base elegante, espaciosa y totalmente limpia. Además de que el color es entre marfil o pastel.

Entonces ya se a llenado lo suficiente, un chorro de aromatizantes productos llega a el agua, cierra las llaves y lo piensa antes de quitarse la ropa. Hace mucho frío, y la calefacción funciona pero eso no se compara con la naturaleza de las fechas.

Termina despejando su cuerpo de apoco, primero la parte superior, quitando el suéter y acostumbrador, hasta llegar abajo.

Mete la primera pierna con mucho cuidado, y la otra. Comienza a bajar, y termina sentado, sintiendo la suavidad y calidez que le brinda el momento.

Sus manos tocan cada lugar, sus pantorrillas, los muslos, su vientre y brazos. Se recuesta suspirando, se siente glorioso.

El agua huele a fragancias dulces, mangos y frutas tropicales. El omega se siente perfectamente relajado y comienza a meditar.

Tendrá un hijo...

Su familia lo acepta y se lleva bien con su... Con su pareja, su alfa.

El padre y hermano de Eren lo detestan, pero inclusive con el mundo derrumbándose, la decisión del moreno fue... Quedarse con él...

Eren se a enamorado de su persona... Y el capitán esta seguro que también le gusta...

En algún momento su zona de confort terminara por la información que pronto saldrá a la luz... Y tendrá graves problemas laborales...

Pero tomo un camino... Y seguirá manteniendo a el cachorro con amor, y conseguirá forjar un buen lazo con Jaeger....

Tenía trece semanas de embarazo, y si era así, ya podía decir que su vientre era de tres meses. Y no lo dudaba, se veía inflado, a comparación de tiempo atrás donde aún sobre su piel se marcaba los pocos abdominales.

A salido de la tina, a secado su cuerpo y siente frío. La bata de baño más el paño en sus hombros retienen las gotas resbaladizas.

Baja la bata hasta los comienzos de su cadera, y deja la toalla del cabello a un lado.

Frente a el espejo de la habitación miraba su figura. Sus caderas se sentían enormes y la cintura dejaba un toque muy femenino. Se veía extraño ante sus ojos y hasta podía jurar que estaba subiendo de peso.

Mira su cuello, con poca visibilidad logra encontrar la marca de lazo y tiene un hermoso cicatrizado rosa. Pasa sus dedos por ella, sintiendo escalofríos. Toca su mentón hasta llegar al ombligo, recorriendo paulatinamente y dando se cuenta cuanto a cambiado. Lo inflado de su tronco muestra un pequeño bulto.

Tocó sus pechos, palmeando suavemente. Lo que temía era cierto, estaban tomando tamaño y no le parecía normal. Sus pezones tampoco volvían a formar el botón, estaban levantados y muy sensibles.

¿Tendría que dar de mamar?.

Claro que tendría que hacerlo, pero le horrorizaba, saber que cuando comenzarán a llenarse totalmente, el dolor de su zona mamaria seria terrible y tendría que extraer la leche de alguna forma. Y sí, también le horrorizaba pensar que su cría tendría que mamar sus pezones, le parecía anormal.

Prefería utilizar un extractor y llenar con eso los biberones...

Biberones...

Aun no compran nada para el crió y comenzaran a trabajar a comienzos de semana.

No quiere pensar más en lo que hará. Y el ruido de la puerta abriéndose le toma desprevenido, por suerte Eren no logra ver nada además del fuerte carmín en el rostro del omega.

— Debí tocar disculpa... — se avergüenza bajando la mirada.

Levi no muestra nada además de sus clavículas.

— Tranquilo...

— Estaba preocupándome la tardanza... Que te quedarás dormido en la tina... — exclamó. Se notaba ansioso por la situación.

— ¿Te a sucedido? — preguntó Levi acercándose a la cama, tapando el acostumbrador limpio con la camiseta.

— Si... Casi me ahogó... — dio una pequeña risa—. Me entro mucha agua en la nariz... Disculpa, esto es incómodo, saldré para que te vistas.

— Eren... — el rubor en las mejillas del azabache era extremo.

— ¿Si? — regreso su vista de manera nerviosa.

— ¿No haz visto mi vientre aun, verdad? — apretó con fuerza la tela de la bata.

La pregunta lo tomo desprevenido — Realmente, desde la ultima visita al doctor no... Y eso fue antes de navidad...

— Me vestiré y luego... Bueno. Te mostraré si quieres.

— ¡Claro! — sonrió— ¡Si! Lu-luego volveré...

El sonido de la madera al cerrarse.

Utilizó la camiseta roja, un simple pantalón de pijama oscuro, que dejaba ver su blanquecina piel y con eso estaba listo. Sentía algo de pena por comportarse de esa manera, le recordaba a las mujeres embarazadas que eran empalagosas con sus maridos después de tener la barriga abultada.

Pero sólo quería mostrarle los cambios notables en su cuerpo.

Berlín regalaba tanto frío. Que deseaba utilizar calcetines y quedarse bajo los cobertores de la cama.

Cuando el alfa volvió se puso de cuclillas mientras Levi sentado al borde de la cama alzaba su camiseta.

Eren tenía el corazón acelerado. Sonrió dulcemente cuando noto la diferencia de tres meses, no era mucho, pero ante la contextura flacucha del capitán era bastante.

El azabache podía sentir los toques de las yemas frías de los dedos del castaño, rozando su vientre con suavidad, apegando su rostro y oreja para escuchar algo.

Su cara debía estar mas roja que un tomate por el comportamiento de Eren.

— Tu ombligo — exclamó durante el silencio.

— ¿Qué? — respondió sin entender, ansiedad.

— Que tu ombligo tal vez se saldrá cuando tengas más tamaño.

— ¿En serio? — le sorprendió el dato.

— Si, ya pude notar como esta cambiando — el belfo del ojiverde dejó un beso sobre la panza del omega— Creo que engordarás bastante. No sólo tu vientre. También las demás partes de tu cuerpo...

El entrecejo fruncido fue lo único que se mostró ante ese comentario.

— No lo digo por algo malo — recalcó juguetón—, es algo que simple a la vista se nota, tus mejillas están creciendo — de a poco se levantaba, sacudiendo sus rodillas— también tus muslos han subido de peso — beso la mejilla de Ackerman—. Pronto seras un bollito de azúcar y vainilla...

Con esas dos palabras los pómulos del omega no pudieron más, la tentación de posar sus manos sobre su rostro escondiendo su vergüenza fue más.

Y suspirando entre sus manos trato de tranquilizarse.

— Eres un estúpido.... — se escuchaba poco, pues las palmas dejaban traspasar el sonido—.... Idiota.

Eren soltó risillas. Con la fuerza en sus brazos tomo a Levi para abrazarlo sin que el tocara el suelo.

— ¡¿Qué demonios haces Eren?! — entró en pánico al no tocar ni la cama, ni sentir el piso bajo sus pies. Ya Jaeger lo tenía atrapado desdé la cintura hasta sus piernas. Y Levi al sentirse en el aire lo abrazo fuertemente— ¡No me sueltes! ¡Si me caigo te juro que te mato!... ¡Eren...!

La cómoda estaba alejada, y Eren comenzaba a caminar. El omega no hacia más que sostenerse del cuello contrario con mucha fuerza, dejando la marca cerca del rostro ajeno.

— Tranquilo — sonreía de manera boba— ¿Crees qué te voy a soltar? Además, no pesas tanto como yo creía... Te ves muy lindo así.

— Eren... Te mato... — decía contra el cuerpo del moreno.

En ese momento, olvido totalmente el frío, el lugar, la hora y hasta lo que charlaban antes del juego del alfa.

— ¿No quieres ir de vacaciones de verano a la playa? — preguntó contento, como si no tuviera un cuerpo entero sobre sus brazos.

— ¿Playa...?.

— Aja...

— No me gusta la playa... — hizo un mohín.

— ¿Te recuerdo que te tengo alzado? Y... Pues... Piensa bien.

— ¿Me estas chantajeando? — alzó un poco la vista para mirar los ojos cían de Eren.

— Exacto.

— ¿Qué ganó si voy...?.

— No lo sé... Conocer la casa de verano de mamá.

Lo pensó por un momento.
¿Cuándo llegaron al comedor? Eren había caminado con el mientras conversaban.

— Bien... Pero no prometo entrar y mojarme.

— Trato... ¡Por último! — recordó emocionado, aprisionándolo más contra él, en el estilo princesa—. Una última pregunta, ¿Si?.

— Estoy seguro que no será la última, pero ok... Dime...

Las mejillas de el de ojos verdes cían se pintaron en rosa, curvo un poco su boca con pena.

Miro a Levi, se aseguró de que sus manos no se resbalaran de la cintura ni muslos del azabache y comenzó a exclamar.

— ¿Puedo besarte?.

La fuerza que proporcionaba el de piel lechosa se intensificó, no tenia donde escapar ni a donde mirar.

Tragó saliva y cerro sus ojos.

— Si...

Pero Eren no se acercó — ¿Estás seguro? Si no quieres te puedo dejar...

— Hazlo, no seas idiota y pierdas esta oportunidad... — soltó rápidamente.

La sonrisa ladina del castaño fue remplazada por el movimiento de sus labios al tacto de Levi.

Lo beso.

Primero fue algo suave, un simple beso, labios contra labios.

Pronto el capitán comenzó a moverse acariciando con su mano la mejilla de Eren. Pronto el beso se volvió algo más allá de lo suave.

Mordisqueaba la parte baja del alfa. Mientras su arco de Cupido era delineado por la lengua del otro. Pronto las dos lenguas se encontraron, jugueteando con calma, nada más allá de los roces.

Al separarse Levi ocultó su rostro en el cuello del cadete.

— Gracias... — dijo el azabache.

— No agradezcas nada... Ya verás que te haré enamorarte de mi, como yo lo estoy de ti...

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