🎀 Octava entrega - confianza
La adrenalina sigue aumentando.
Me encanta la simulación en la que estamos soñando
¿No estás de acuerdo?
¿Tú no lo crees?
No quiero vivir otra vida porque esta es muy bonita.
Vivámosla.
¿Quién necesita irse a dormir cuando te tengo a mi lado?.
🎀
Febrero era muy calmado, para nada se parecía a los cielos grises de enero.
Desde que pisó el plantel luego de las fiestas, muchos notaron el aroma tan frutal que desprendía su cuerpo. Por suerte el frío aun ameritaba llevar abrigos así que ante los ojos de los demás seguía teniendo la misma contextura.
Sin embargo cuando llegó al cuarto mes no se podía negar, que su rostro estaba rechoncho y por cada pasillo, cada silla, cada objeto; cualquier cosa donde se posará o tomará dejaba las feromonas de un coco gigante con vainilla.
Muchos de los alfas no podían evitar acercarse para saludarle, y hasta varios betas eran fastidiosos como Floch y Connie. Inclusive Erwin se notaba distinto al entablar conversación, su voz era más emocional y los informes más delicados cuando se reunían.
Pero, Eren no podía evitar estar entre todo eso.
Las feromonas de muchos le producían vómitos a el capitán, por lo que un comunicado de "consciencia" fue entregado a cada persona con subgénero prepotente.
Alfas y omegas.
¿Y por qué comunicado de consciencia?.
Recordándoles, el abstenerse, mantener su olor controlado, no retar a nadie con feromonas. Tener extremo cuidado si entre los metros de ubicación se encontraba Ackerman.
Más que nada, era algo que estaban pidiendo con "por favor".
Y en eso el moreno hincaba el ojo. Trataba de siempre hacerle sentir bien cuando estaba estresado entregando planos. No podía negar que al verlo vomitar más de una vez le hacia gruñir y trataba de embalsamar todo su cuerpo con el aroma de anís estrellado, aunque muchos lo notaran y no estuvieran seguros de quién era el alfa con aquel olor.
Pero era lo mejor.
Ya que recibir cóctel, más cóctel de olores extraños y ajenos a él, le trastornaba.
En la oficina del azabache siempre se notaba una o dos bolsas de frituras, mientras trabajaba era común verle comer. Pero, era una faceta que nunca había vivido.
Jamás comió o bebió arreglando papeles y carpetas.
¿Algún otro síntoma?.
En efecto, el cansancio se plantaba luego del mediodía, ya que durante la mañana la jornada más agotadora tomaba sus fuerzas.
Charlas, conferencias, inspecciones, correcciones, entregas....
Pero las buenas noticias siempre valían la pena.
Las vías eran construidas de buena forma y si seguían los pasos al pie de la letra, en dos meses o un poco más quedaría la obra.
Por otra parte, los familiares de Jaeger se denegaban a aceptar tal relación. Pero entre los dos, Grisha era el que más cedía y eso le regalaba esperanza a Eren.
Kuchel llamaba una vez a la semana a Levi, preguntando y aconsejando, despejando dudas sobre los síntomas y cambios, el clásico "es normal, también ocurrió en el mío". Y les había incitado a comenzar las compras del bebé, pensar como lo llamarán y si era necesario practicar con un muñeco o ingresar a un grupo de madres primerizas.
Hasta se ofreció a estar junto a ellos cuando diera a luz al cachorro.
Pero con el trabajo y tantas cosas que hacer el omega negó todo, exclamando que todo tenía su tiempo.
Claro que la madre no se quedó de brazos cruzados, y Eren le dió la razón.
Kenny también contactó una vez a Levi, cosa que los sorprendió. De seguro Farlan le habría comentado la noticia.
Y de su tío recibió una felicitación extraña, burlas y mucha irritación.
Y dentro de la brigada, quién más lo quería hundir con la multa era Mikasa. No pasaba una junta para mirarle mal, para ser odiosa y muy antipática.
Armin trato varias veces el explicarle o hacerle entender que Eren era feliz como estaba, y que el deber como amigos, era velar por el bien de su pareja y él. Pero la chica hizo oídos sordos, no pensaba herir a Eren, pero por lo menos quería que el omega tuviera su merecido.
Y en eso el rubio se negaba rotundamente, le hacia enfadar ese pensamiento. El estaba contento por ellos y también deseaba llegar a tener una linda relación con Annie —lo cuál trataba de conseguir hacia tiempo— como la imagen que reflejaban estando juntos.
En la guía Levi llegó a leer, que era necesario la comprensión y la libertad de otras personas para mimar su embarazo.
¡Pero Hanji pasaba cualquier línea!.
La de lentes llego a molestarse bastante por no recibir llamada alguna en navidad, esperaba con ansías pasar el rato con el ojiazul para preguntarle todo sobre el crió.
Ya que eso no sucedió...
En el trabajo aprovechó cualquier abertura para hostigarle.
Hablaba con un tono agudo a la panza cuando se encontraban. Se hacia llamar "tía Hanji" cuando Levi de inmediato negó aquella atrocidad, ella no sería nada para su cachorro, porque de serlo; terminaría en un psiquiátrico.
Aún así la mayor consentía mucho al pequeño capitán, hablando sobre el futuro y trayéndole golosinas.
Pero tras todo eso, quería la información real de lo que sucedió, ¿Cómo de la noche a la mañana estaba en embarazo?. ¿Quién creía era el padre? Todo aquello poco a poco lo descubriría.
Gracias a Erwin estaba en su puesto...
Aquel rubio con olor a limón era una de las mejores personas que había logrado conocer en su vida. Y es que durante la academia, muchos trataron de hacerlo flaquear, incluido Zeke...
Pero Erwin apoyó su mano en el hombro del omega, zarandeándolo y haciéndole saber que podía llegar tan lejos como se lo propusiera. Si su deseo era ser un militar, algo que desde pequeño le atrajo. Erwin le ayudaría para que cumpliera.
Aún recuerda como los alfas se aprovechaban del estatus para intimidarle, joderle la paciencia cada día con diferentes labores y estrictos castigos. De responder o quejarse sería peor... El doble, así que las tuvo muy difíciles.
Pero Smith con el rango más alto que él, podía cortar los castigos de un sólo tajo, ¿Quién podría negarle a un superior? Zeke.
Zeke estaba al mismo nivel, el podía joder con ganas.
Tan fuerte llegaron a ser los problemas, que en más de una ocasión trataron de sobrepasarse de manera sexual con Levi; eso ameritó informes legales y varios golpes en los rostros de abusadores.
Defensa propia.
No le gustaba recordar sus días en la academia, pero no todo fue malo.
Así que entre tantos malestares algunos fragmentos llegaban a regalarle carcajadas y nostalgia.
Sus dieciocho semanas dejaban ver a través de las camisetas el peso que había ganado.
Gregory su doctor, había pronosticado que tal vez en las próximas dos semanas se podría saber el genero del bebé. Algo que le daba muchos nervios y ansiedad.
Ya había charlado con Eren sobre las compras a realizar para el cachorro y cuando pensaba en donde instalarían los objetos no quedaba de otra que en la única habitación —una suerte que no fuera de tamaño reducido— pero no llegaba a su mente la idea de tener a un recién nacido alejado del aposento, y un nuevo departamento no era la solución financiera que deseaban.
Al vivir juntos aprendieron que con los gastos no se juega y deben dividir por igual parte la paga. Una mudanza no era opción para Levi, mientras que Eren decía tener el dinero suficiente para hacer cualquier cosa.
Pero el omega no le veía la razón de hacer todo eso, el cachorro no necesitaría una habitación nueva hasta más grande y el no recordaba dormir solo en sus inicios de vida, siempre estuvo con sus hermanos hasta que ya cumplían la década.
Dormir con Kuchel era un clásico, luego llegó el beta e inesperadamente no dormía los primeros meses con la mujer por petición de Levi, era su territorio, era su mamá.
Tal vez se le podría llamar a esa actitud "malcriadez" pero era todo lo contrario, su madre adoraba enseñarle, que a los hijos hay que cuidarlos y si quieren dormir con los padres esta bien. Es amor...
Luego nació Farlan y la cuna fue puesta en su habitación, el bebé le hacia compañía y su madre siempre estaba arrullandolo con nanas, pronto volvía a dormir con las serenatas a mitad de madrugada...
Entonces, ante su lado lógico un bebé no necesita estar solo hasta los ocho años, máximo.
Y Eren ya se comportaba como padre primerizo, deseando y anhelando que su pequeña cría fuera niña.
¡Él deseaba una niña!.
A el omega le daba igual que género tuviera, mientras naciera saludable y sano, todo estaría bien.
Y eso era de esperarse, todos los días tomaba las vitaminas que le recetaron en la primera visita médica, también su apetito aumento tanto que comía el doble que cuando estaba sin embarazo, aunque vomitará parte de este eso no le quitaba el hambre y su masa muscular ascendía.
Realmente todo iba de lo mejor, era espléndido.
Y el día que se lo haría saber era San Valentin.
Catorce de febrero, ventas de flores y chocolates en cada puesto del centro comercial, decoraciones de corazones y cupidos clavando flechas invisibles al corazón humano, para hacerlo caer en las redes del amor y pasión.
San Valentin.
El día del amor y la amistad cayó un fin de semana.
Y a Levi se le habían olvidado que festividad se celebraba.
Alfa planeo un día bastante cómodo, donde los comienzos de primavera se reflejaran en los ojos azules grisáceos del capitán.
Los colores del cielo, nuevos capullos de flores emergiendo, césped creciendo, brisa fresca mientras el sol brinda calor...
Las puertas del cambio de estación estaban más que abiertas.
🎀|🎀|🎀
El restaurante era interesante...
¿Cómo había logrado Eren sacarlo de la comodidad de la cama, hacer que se arreglará y sacarlo del departamento?.
Todo paso muy rápido.
Primero, ni si quiera sabía a que se debía ¿Celebraban algo? ¿Trataba de ganar puntos para...?.
Segundo, Eren no parecía una persona normal, su ropa era de marca —aunque no llevara traje— y teniendo en cuenta que es un chico joven. Parecía traer suficiente dinero para comprar el edificio de al lado.
Tercero, el restaurante tenía tantos platos extraños y con suficientes ceros como para comprar un auto.
Humildad Eren Jaeger, humildad.
Varias personas se sorprendían al notar que aquel alfa tenía como pareja a un omega varón, que demostraba estar encinta, tanto por sus feromonas como la panza que se mostraba de a poco.
Levi debía comprar ropa para no seguir teniendo aquellas miradas, además que tardo una eternidad buscando ropa que no le apretara.
Entonces pidieron comida reconfortante —o la comida que sabían tenia buen sabor y conocían—, tal como pollo bañado en champiñones y ensalada César, otros platillos que también el mesero les recomendó; a el azabache se le antojo mejillones y los comió con muchísimo gusto.
Música en vivo, eran baladas lentas y con gran instrumentación clásica, las mesas tenían velas y manteles claros. Servilletas de tela marfil, suelos oscuros de madera, techos altos con candelabros brillantes, olores deliciosos.
En esos momentos, el ojiazul se preguntaba si estaba bien vestido ante todo ese ambiente caro, no estaba seguro...
Luego de varios minutos, tenían la posibilidad de pedir el postre y comerlo en el restaurante. Pero el moreno mencionó estirar las piernas y comprar algún dulce en el camino.
Pago la cuenta y prosiguieron a salir de aquel restaurante.
Dicen que cuando estas feliz, el tiempo pasa volando, no da ni para disfrutarlo lo suficiente, porque mientras ríes, charlas y te entretienes todo corre muy rápido.
Y es cierto...
La velocidad del ambiente es abrumador, y todo es gracias a la felicidad que se puede sentir, comodidad y encaje de varias o pocas piezas, en este caso personas.
Ya estaban sentados en una banca mientras comían rollos de canela y helado, sí, casi como una copia barata del brownie y helado.
Los rollos calientes derretían el mantecado, aquella mezcla de canela y azúcar era deliciosa con la cremosidad helada.
Las personas caminaban alegremente por aquella plaza, y en ciertas ocasiones Eren tomaba la cuchara para llenar la boca del omega con el postre.
Al principio se negó. Pero luego de pedirle con cariño y un gesto de perro regañado, aceptó.
El castaño era un aprovechado y estafador.
Entonces caminaron por varios lugares y visitaron inclusive una galería de pinturas nueva.
Levi mencionó que pronto tendría que comprar nuevas prendas para vestir y Eren le apoyó contento.
Hubo un momento donde separaron su unión, uno para comprar algo, el otro para ir al baño. Y cuando volvieron a juntarse el alfa traía una bolsa oscura consigo.
¿Qué podía traer ahí?.
El cabello mojado del moreno era secado con una toalla mientras observaba a Levi sentarse a su lado del mueble.
Era tan cómodo el nuevo sofá. Cuero claro —a diferencia del otro que era bastante oscuro—, suave, relajante y súper increíble para el dolor de espalda.
Levi estaba bastante cansado. Habían caminado varios lugares y cuando llegaron ya había pasado varias horas desde el almuerzo.
— ¿La pasaste bien? — Eren preguntaba, apartaba la toalla de su cabellera.
— Claro que si... Solo... Estoy exhausto.
Una sonrisa ladina por parte del alfa y de ahí a notar que la camiseta de pijama hacia ver a Levi regordete por la barriga.
— ¿Por qué todo eso? — se refería a la salida— ¿Y que fue lo que compraste?.
— Todo eso fue una cita — respondió divertido— ¡Cierto! Gracias por preguntar.
¿Cita?.
Se levantó caminando hasta la mesa del comedor, tomando la bolsa oscura y sacando de ella una rosa roja, seguido una caja de chocolates.
Frente al omega mantenía una sonrisa de oreja a oreja extendiendo su compra — Feliz San Valentin. Esperó que te gusten.
— San Valentin... — y con la frase se golpeó mentalmente por no notar nada, ni lo meloso de la temporada ni las parejas embobadas— ¡Disculpa Eren, realmente se me ha pasado!.
— Ni te preocupes — entregó en sus manos la rosa y la caja carmín con dulces— Se que el trabajo esta bastante fuerte, los rieles están siendo construidos y tu eres el arquitecto al mando.
— Muchas gracias... Prometo que te lo recompensare, tal vez este fin de semana no, pero el próximo, te lo a seguro — sus pómulos rosas mostraban vergüenza.
— No necesito ninguna recompensa, me alegra que el día lo hayas pasado genial, se que debes estar cansado, disfruta tus chocolates y si quieres pongo la flor en agua.
Con sus dedos tocaba los pétalos rojos de la flor, eran suaves y hermosos, el tallo con púas, verde intrigante como los ojos de Jaeger, tenían una caída delineada y preciosa.
La caja en su regazo mientras le extendía la rosa carmín a el castaño, mientras Eren la ponía al agua el abría el corazón de cartón, chocolates de diferentes formas, bombones rellenos y cacao con un olor embriagante.
Probo el que primero le llamó, era chocolate blanco relleno de nueces, se derretía en el paladar y no era empalagoso, lo sería si comiera unos tres seguidos.
El de piel caramelo regreso, tomando asiento mientras Levi cerraba la caja negándose a tanto dulce.
— Ya comí postre, mejor lo tomo despacio, ya que me dará un dolor de estómago si hago lo que pienso — exclamó con calma.
— Pues esta bien — sonrió dulcemente.
La caja se aparto, y el alfa se notaba muy feliz aunque ansioso. Con su mano toco la barriga del azabache. Palmeando suave, recorriendo paulatinamente y notando como cada cierto tiempo cambiaba, le parecía precioso.
Estaba muy feliz.
— ¿Puedo tener mi recompensa antes de tiempo?.
Habló pausado, sus ojos verdes cían miraron el rostro del otro, y Levi no entendió del todo.
— No sabría que darte, ¿No puedes esperar?.
Eren río bajo — Ya se que puedes darme, no necesitas gastar dinero, y es algo que puedes hacer ahora mismo.
Las orejas se colorearon de rubor cuando la voz grave de Eren culminó.
Realmente no sabia que esperar de ese joven alfa.
— ¿Qué quieres?.
— Besos.
Se imaginaba algo parecido, pero al escucharlo de los labios del moreno se estremeció, Eren se acomodo sobre el sofá, recostando su espalda en el final mientras sentado esperaba la respuesta.
Ya no sentía la palma sobre su vientre, y el corazón le exigía salir escapando.
— ¿Besos?.
— Si, ¿Me lo concederás?.
Tragó saliva antes de abrir los ojos buscando a el rostro de Eren.
— Bueno...
No sabia como actuar. Realmente no sabía ni si quiera como acomodarse para besarle.
Entonces Eren lo atrajo a él, buscando que se sentará sobre sus piernas, y Levi se dejo hacer mientras rogaba no verse como una puberta apuntó de dar su primer beso.
Las manos morenas tocaron las caderas del otro. El omega mantenía sus ojos cerrados, sintiendo la suavidad de los muslos bajo de sí. Como su vientre rozaba el tronco de Jaeger, sus manos tocaron varios mechones húmedos del castaño.
— Levi... Mírame — el alfa exclamó, recibiendo como respuesta su pedido— Es cierto lo que dice tu madre... Tus ojos brillan conmigo...
Era más que la realidad, aquellos pozos azules platinado, destilaban brillo y confianza. Los comienzos grisáceos, toques cielo hasta llegar al azul oscuro tan adorado para Eren.
Lo adoraba...
— Aun sigo pensando que mi color favorito son tus ojos. Aunque no cuenta... — soltó una pequeña risilla, su sonrisa perlada estaba instalada. Podía admirar los cachetes redondos y rojos del mayor frente a él.
— No puedo creer que mamá te haya contado eso... — fue lo que respondió apenado.
Entonces un silencio se plantó, mientras se miraban.
Sentía enloquecer si seguía así, omega no podía soportar el retumbar dentro de su pecho arrebatándole el oxígeno.
— Bésame... Levi.
Con lentitud, el rostro del azabache se acercó, cerro sus ojos por instinto mientras las cerezas de sus labios tocaron la suave curvatura del moreno.
Algo fugaz...
Nuevamente se alejo y no abrió sus ojos esperando que el alfa siguiera.
— Vamos.... Quisiera que mantuvieras tu hermosa mirada en mi... ¿Podrías hacerlo... Por favor? — voz tranquila, suave, serena, tan melosa y empalagosa a los odios del capitán. La mano derecha de Jaeger subió hasta el rostro rojizo de Ackerman, acercando nuevamente sus labios.
Los ojos verdes se mantuvieron admirando la mirada pérdida que le regalaba Levi. Pero cumplió en no cerrar sus párpados durante el beso.
Y esa imagen se grabaría en su cerebro por la eternidad.
Aquellas bocas se abrieron, humedad se encontró, saboreando cada rincón con tanta lentitud que el pequeño hilo brillante se deformó en varios segundos hasta deshacerse.
Entonces otra ronda de besos y el alfa apegaba el cuerpo rellenito del omega a él.
Comenzaban a entrar en calor, el azabache apretaba los hombros cada que sentía la necesidad de jadear.
La lengua del moreno arrebató el espacio, dejando a un ojiazul sorprendido, quitando cualquier distancia que existiera entre ellos, buscando oxígeno.
Las respiraciones chocaban entre sí, las manos de Eren buscaban la piel de lirio bajo la camisa del Ackerman, cuando tocó su vientre las frías yemas del ojiverde colisionaron con un calor interminable.
Besos, y entre besos la garganta del capitán resonaba. Encontró el acostumbrador, quitando el broche y recibiendo la separación de los labios de Levi.
— Eren... — todo se detuvo, las mejillas calientes del castaño eran notorias.
— ¿Quieres que pare?.
¿Por qué debía preguntar?.
A el omega le mortificaba tener el control de las situaciones, deseaba tener todo del castaño, pero si lo colocaba de esa manera no sabia que responder.
No le gustaba admitir lo que deseaba.
No quería que él supiera que le encantaba sus actos.
No debía ceder a sus acciones.
— N-no... — su voz salio quebradiza.
¿Por qué tiene que ser tan bueno y respetuoso?.
De apoco el acostumbrador fue quitado, la piel estaba expuesta a la tela de la camiseta, Eren dejo la prenda de ropa interior aun lado y sus preciosos labios se volvieron a unir a los contrarios.
Era tan dulce, tan pecaminosas aquellas sensaciones.
Y entonces las palmas, y dedos del prepotente joven volvieron a su juego.
Delineando la cintura con cariño, suaves bultos y llegó hasta uno de los pezones tocándolo con el pulgar.
Levi reprimió un gemido mordiendo el belfo del ojiverde.
Y la camiseta tanteaba el paso para salir de los brazos del omega.
Su vientre abultado, tan blanquecino como la porcelana.
Pronto aquella piel lechosa se mostró, con dos botones sensibles, los pezones rosas que fueron acariciados con los índices de Jaeger.
Lamidas llegaron al cuello avainillado, mordisqueo las clavículas del azabache haciéndolo estremecer de distintas maneras, y pronto atacó a la punta izquierda mientras que con pequeños pellizcos se encargaba del otro.
El capitán jadeaba por lo bajo.
Los finos dedos del omega se colaban por las fibras castañas, dando toques y masajes a esa cabellera con cariño.
Eren se detuvo alejándose, cuando observó la imagen de su omega solo se lanzo atacando nuevamente los extraordinarios labios rojos que tentaban en volverlo loco.
Levi siempre estuvo caliente. Su piel siempre ardió con intensidad.
Eren era frío. Congelaba, haciendo temblar a quien tocará.
— Te amo... — tomó las mejillas del omega entre sus palmas, besándolo incontables veces. Su frente, mentón, párpados y cachetes—... Te amo bastante, aunque sea un inmaduro... Nunca lo olvides.
No hicieron el amor...
... Pero lo sintieron entre abrazos y dulces comentarios.
Es triste pero cierto.
Cuando el tiempo está calmado, normal y bastante alegre.
Cosas malas suceden.
Levi tuvo que cambiar su acostumbrador, con algo mas cómodo ante los cambios en su tronco. Pudo comprar ropa mas holgada y suelta, y su estrés disminuyó al saber que tenía un segundo arquitecto al mando, enviado por otra instalación y por suerte beta; Bertholdt Hoover.
Pero eso no ayudó en nada, cuando llegando a la brigada fue llamado con un tono furioso a la oficina de Erwin.
Caminar, encontrarse en el trayecto del pasillo a Eren igual de confundido, y entender todo.
— ¡¿Por qué demonios no me lo dijiste?! — el omega se puso pálido al escuchar el grito del coronel, era una de las primeras veces donde recibía ese carácter y faceta del alfa— ¡Ahora estamos en serios problemas Levi! ¡Y tú Eren! — le reclamó— ¡¿No llegaste a pensar que Zeke usaría la información?!.
Zeke Jaeger, informo a los altos funcionarios de la fuerza militar, el caso de su hermano, cosa que nadie sabía.
Al llevar a cabo el proyecto del ferrocarril, era uno de los temas más tocados, y Levi, el omega capitán y en gran parte responsable de toda la obra, preñado por un alfa de su mismo plantel. Rompiendo con varias reglas y artículos, además de tener menos suerte por su segundo genero, aunque digan que "tienen las mimas libertades" lo cuál, es una farsa.
Tendría toda la multa o castigo sobre su espalda.
— Disculpen... — Smith respiro profundamente aligerando la tensión— No debí gritar así. Pero estoy realmente enfadado con los dos, sobre todo tú — señaló al azabache—, si lo hubieras hablado antes conmigo habríamos evitado todo esto.
— Erwin, no pediré perdón por algo que no veo mal. Realmente habíamos ocultado todo muy bi-
— ¡No funcionó! Estamos en la cuerda floja y tu cabeza esta en juego Ackerman, Eren las tiene fáciles — el comentario hizo molestar de sobre manera a Levi.
— ¿Qué propusieron? — preguntó el alfa moreno, el estaba serio ante todo lo exclamado.
— Uno de los dos debe dar la baja, porque de cambiarse de brigada no servirá de nada, sus estatus quedaran estancados sin poder seguir ganando buenas noticias. Inclusive me tienen en la mira por ser su jefe. Puede que nos quiten el proyecto — se tomo un momento—. Zeke sabe que sí tú, Eren, decides seguir y dejar al omega retirarse, meterá las manos y te ayudará a que este conflicto se borre de tu historial, otra es que se haga una corte, pero no lo ven necesario si alguno de los dos accede.
¿Dejar todo por lo que a estudiado, trabajado y esforzado?
Eso no era una opción para Levi. Él no podía dar la baja y alejarse de la milicia, menos quedar congelado entre cientos de militares que deseaban ascender de rango. Sólo por una estúpida multa.
— Yo daré la renuncia — el castaño habló— Me da igual dejar todo esto. Mientras Levi no pierda su trabajo todo estará bien.
— Pero Eren, ¿Zeke...?.
— La orden era que alguno de los dos nos hiciéramos cargo de la multa, yo lo haré, con eso no puede realizar algún otro juego sucio.
— Pues así se hará... — culminó Smith.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top