🎀 Decimocuarta entrega - vientre

Haces que parezca magia...

Porqué no veo a nadie, a nadie salvo a ti,
nunca estoy confuso.

Estoy tan acostumbrado a ser utilizado,
así que me encanta cuando llamas de forma inesperada...
Porqué odio cuando el momento es como se espera.

Así que voy a preocuparme por ti,
voy a preocuparme por ti.

🎀

Notar la piel tostada por el sol. Oler la sal del mar en su hombro.

Levi realmente le encanta estar en sus brazos.

Son, esos pequeños momentos de soledad entre los dos, en donde puede ser él mismo sin necesidad de sentirse cohibido por las miradas ajenas.

Ya no hay sol en el cielo, y hace minutos que la oscuridad está siendo alumbrada por las farolas y bombillas de los puestos. En el mar las embarcaciones de menor tamaño hacen reflejos en el agua y la choza mantiene una tenue aclaración por los farolitos colgantes.

Levi restriega su rostro contra la piel canela, sin importarle lo pegajoso de la sal de mar.

Aún Eren recapitula todo lo sucedido para llegar a ese momento, y vaya que fue un egoísta.

La camiseta del omega gotea hasta el suelo y por poco sus ojos se aproximan a imitarla. Por culpa de su pareja a pasado uno de los sustos más horribles, pero confía plenamente en él.

Arriba, en el manto de la noche, una diminuta sonrisa es formada por la luna, y como siempre; sus fieles amigas las estrellas le acompañan para que nunca vuelva a sentir la soledad en su perfecta brillantes.

El ojiazul, haciéndole caso a Jaeger termino aferrándose a él mientras en la marea alta una ola le hizo tragar agua...

Ok, pudo haber sido peor.

Inclusive pudo correr riesgo, o eso pensaba él.

Pero lo único que pasó, fue que el agua llegó a su nariz y en la paranoia de no saber nadar —aunque Eren lo llevará peor que un koala en un árbol— las emociones llegaron, terminando molesto y con una pequeña mala experiencia.
Por parte del castaño, admitía haber sido egoísta pues desde el principio Levi no quería entrar en el agua.

Pero estaba tan calmada. Solo habían pequeñas olas, todo parecía una piscina de colores vistosos; pero la terquedad es algo muy difícil de evitar en el de cabellos negros. Y cuando la ola llegó a su nariz se removió, peor que un gusano con sal del susto.

Annie, Armin y Mikasa estaban de compras. Aprovecharían estás vacaciones en Rostock, puesto a que la ciudad tenía variedad de tiendas y centros comerciales, era genial. Y que decir de sus galerías, eran una de las razones por las cuales Mikasa no llevaba tanta ropa en las maletas.

Pero regresando al presente. La mano del alfa acariciaba dulcemente los mechones húmedos de su pareja, liberando todo ese olor sobreprotector, sobre todo el anís que endulzada el ambiente.

— Te dije, que mantuvieras el rostro separado y hacia arriba...

— No vengas con eso... Tú me aseguraste que no habría olas — se queja.

Una risa baja se escucha y Levi enfoca más su rostro molesto — Obviamente las olas no se irían, pero están más calmadas que durante el día, igual debías seguir mis indicaciones... Casi te caes de mis brazos — le reprocha.

Se queda callado, sabe que fue por él mismo.

— Entiendo el temor, pero ¿Cómo te puedes ahogar, sí yo estoy contigo?.

— Ya lo sé... — responde algo harto, sus mejillas se calientan y no puede creer que nuevamente sus ojos se cristalicen.

Maldice a las hormonas mientras calma su garganta.

El moreno suspira, su rechoncho gestante es además de terco bastante caprichoso, pero no le molesta, no es como sí él fuera menos orgulloso. Le agrada esas facetas ocultas, le encanta descubrir nuevas caras y gestos de Ackerman, sobre todo cuando demuestra el amor que le tiene.

Eren baja su mano hasta el muslo desnudo del gestante y de esa manera logra que sus ojos se reencuentren — ¿Por qué entraste al agua con camiseta?.

La pregunta suena algo bruta en los oídos del omega, pero la deja pasar pues el moreno no a notado su disgusto.

— ¿Acaso pretendías qué cualquier persona tuviera la oportunidad de ver mi abdomen? — contraataca mientras de una manera sigilosa desvía el tema.

— Tienes razón — asiente con la cabeza el castaño—, es mejor evitar las miradas que de seguro me pondrían celoso — muestra su sonrisa—. Que bueno que te adelantaste a mi pensar.

— Idiota... — musita al escuchar el coqueteo muy mal disimulado.

Pero lo que Eren no sabe, es que, realmente Levi no quiere esas miradas en su piel de lirio por la paranoia de sentirse gordo.

🎀|🎀|🎀

Cuando llegan a la hermosa casa de verano, es aún temprano como para dormir. Tanto así que ni el grupo de cadetes a llegado de las compras.

La televisión de la sala se enciende, mientras los dos cuerpos salados y algo cansados prosiguen a asearse.
El baño no dura mucho para el pelinegro, pues su espalda duele y no a descansado bien desde que mojo la cama, y de eso ya unos tres días.

El infante aún no nacido, lleva una guerra contra los órganos internos del omega, además de sus movimientos bruscos por el crecimiento y desarrollo saludable.

Para cuando Eren sale con el cambio de ropa y los mechones en una toalla, Levi ya está acostado conciliando el sueño. Sin hacer mucho ruido, tampoco movimiento, se aproxima para mimarlo entre varios abrazos y toques a la panza.

Si tan solo pudiera mejorar de alguna forma la presión, que en el pecho de su ojiazul se acumula.

Jaeger sabe cuan cansado puede encontrarse el de piel de lirio. Inclusive siente las inseguridades que por momentos recorren los sentidos de él.

Pero lo único que puede hacer, es recordarle cuanto lo ama y desea proteger. A Noah y a su Levi.

El tiempo puede llegar a pasar tan rápido.

En un parpadeo las horas parecen segundos, y que decir de los años tan lejanos que solo queda recordarlos.

¿En qué momento pasaron los ocho meses para Levi Ackerman?.

No tiene ni la menor idea.

Pero fue impresionante...

Su cuerpo ya no siente el calor ni el olor del alfa, tampoco pretende seguir dormido porqué el hambre a hecho aparición. Trata de abrir sus ojos pero la pesadez puede con él, así que bostezando y moviéndose por fin espanta un poco a su adormilado ser.
Parpadea repetitivas veces. Se sienta en la cama y tan pronto hace eso, con los pies descalzos se levanta.

El pasillo tiene iluminación, pero la sala mantiene el foco apagado. En la cocina el bombillo de la campana está encendido. Puede ver el tele en un canal de noticias y con sus labios una mueca de disgusto aparece.

Con lentitud sigue andando, no ve a Eren o a alguien más por el sitio. Entonces termina con los brazos sobre el mesón, pensando sin parar, está martirizado con su físico desde que en la playa notó los esculturales cuerpos a su alrededor. Ama a su cachorro con todo el corazón, por el cielo que es así, pero no está complacido con su cuerpo por el peso ganado, menos por como ahora se ve.

A él no le gusta la playa, jamás le a gustado.

Podría dar mil explicaciones del porqué. Pero solo estaba ahí por Eren; por su alfa es que había aceptado ir a Warnemünde, ahora se estaba arrepintiendo. Desde la primera noche, hasta ese momento, estaba dolido por ni siquiera poder utilizar solo un bañador.

Hasta le era estúpido el lamentarse, ¡Mierda! Estaba pensando en su cuerpo, ¡Él, quién nunca se quejó y menos tenía la autoestima baja!.

Pero no estaba en un ambiente para su gusto, y las hormonas lo traían loco por sus cambios de humor tan emocionales.

¿Por qué deseaba llorar por todo?.

¿Acaso era normal sentir vergüenza de su panza?.

¿En que jodido momento comenzó a tener miedo del que dirán?.

Jamás en su vida había tenido tantos pensamientos estúpidos en tan poco tiempo.

Levi suspiró muy profundo. Para cuando se dio de cuenta tenía varios caminos de lágrimas bajando por sus mejillas...

¡A la mierda todo!.

Había tragado agua de mar y se sintió morir por un simple susto.

Ese no era él mismo.

Y desde que el lazo se realizó, que decir del embarazo; comenzó a sentirse débil ante su propia imágen.

Suspiró nuevamente tratando de alejar lo pesimista. Se conocía a la perfección, como para saber que la etapa de adolescente hormonal que experimentaba acabaría cuando su precioso cachorro estuviera entre sus brazos.

El sonido de la puerta lo alarma, limpiando tan rápido como puede su rostro para que nadie note su pequeña escena.

Pero solo se encuentra con su moreno algo serio, que al verlo se sorprende un poco.

— ¿Dormiste bien?.

Levi ladea su boca. No tiene conocimiento del tiempo y tal vez solo ha pasado una hora y varios minutos.

— Si, supongo...

El alfa se acerca y percibe el semblante extraño.

— ¿Pasa algo? — tan pronto la nariz roja y los ojos llorosos se muestran ante él, no duda en caer en la preocupación—. Levi, ¿Te está doliendo?.

Pregunta en su tono de voz neutral, pero en el fondo se puede notar el nerviosismo.

— No. Relájate, no me duele nada.

— ¿Entonces... Qué te ocurre...? — el castaño solo forma un abrazo.

El omega tiene miedo. Los ojos verdes del alfa lo miran con detenimiento, siente en su pecho el bombeo enloquecido que de la nada su corazón comienza a ejecutar; eso y el ardor en su garganta por saber que la escena es sumamente cursi y tonta por los dramas que lleva consigo.
Le parece tan inmaduro decirle a Eren que se siente inconforme estar en la playa por su condición y la falta de gusto por ella misma.

Le parece tan, pero tan bobo preocuparle por absolutamente nada.

— Por favor Levi, ¿Podrías decirme, por qué no te veo muy bien?.

— Estoy gordo.

Es lo único que dice.

Y a el alfa se le sale todo el aire retenido.

— Estoy gordo. No puedo ni si quiera disfrutar del agua porque me da miedo nadar, no quiero compararme con el físico de Mikasa o de Annie en estos momentos, y se que estoy preñado y estos cambios de humor de mierda me hacen ver patético...

Su rostro está apegado al pecho del acanelado alfa. Sabe que llora como niño pequeño y eso es lo que le da más rabia.

Santa mierda del universo... Tiene un drama montado por una sencilla babosada... Y lo sabe.

Las manos que en algún momento estaban en su espalda, subieron hasta su rostro. Este fue alzado y al cerrar los párpados pudo sentir como los cremosos labios de Eren besaban con delicadeza cada uno de sus ojos, repetitivas veces.

— ¿Quién te dijo que tú cuerpo es feo? — no contesta nada y Eren prosigue hundiendo la boca en las rellenas mejillas del más bajo— ¿A quién demonios se le ocurrió la idea de llamarte gordo?.

— ¡Nadie me a dicho eso! — suelta irritado—. Soy yo mismo quien lo dice, porqué es la verdad y no puedes negarlo.

Arruga sus labios, igual su frente y mira con molestia a Jaeger.
No le sorprende que el otro también lo mire de la misma manera.

— ¿Cómo puedes decir eso de ti?, ¿Acaso yo te he dejado de mirar, de tocar, o de amar por la manera en que tú cuerpo se ajustó al bebé? — se toma un momento; diablos... Entiende que no es quién, para saber cómo se puede sentir el omega—. Comprendo muy bien que no puedas disfrutar de la playa a causa de no saber nadar, al tener el cachorro debo suponer que te da miedo si quiera resbalar. Pero estoy yo, Levi, me tienes a mi.

Las manos del azabache se aferran a la ropa del contrario.

— No puedes compararte con ellas, menos con algún otro omega que aparezca en la playa. ¡Porqué tú eres mejor que cualquiera!. ¡Dios! Me has hecho perder la cabeza, yo jamás imaginé que mi primera vez sería contigo, que marcaría a un determinado e independiente omega y que tendría un hijo del atemorizante capitán Ackerman.

Levi se frota la nariz y detiene las lágrimas.

— No puedo ni molestarme ante esta actitud, porqué esperaba con ansías esto — los ojos azules se abren sin comprender—, me hace tan feliz que de una manera sorpresiva sueltes todo lo que sientes, cuando te guardas cualquier sentimiento.

— Eren, estás diciendo disparates... ¿Cómo te pueden gustar mis quejas estúpidas?.

— Me gustan, porqué de esa forma me dices lo que nunca quieres comentar.

Cuando exclama aquello, no tarda en besar a el omega con cariño y dulzura. Sosteniendo delicadamente la parte trasera de su cabeza, y consintiendo la cadera con armoniosas caricias.

Luego vuelve a abrazarle, sintiendo la regordeta figura bajo su cuerpo, transmitiéndo feromonas dulces que se intercambian con la vainilla frutal de su gestante.

Levi vuelve a esconderse entre el cuerpo de Eren, rodeándolo con tanto amor que se siente algo liberado después de soltar sus tonterías.

La puerta nuevamente suena dejando entrar a dos rubios y a la de rasgos asiáticos, entre sus manos traen bolsas y por el aroma también suele parecer la cena.

— ¿Interrumpimos? — pregunta Armin algo apenado.

— No — contesta Levi—. Esta todo muy bien...

Una semana. De la charla que la pareja tuvo, ya a pasado una semana.

Algo que a Levi le gusta hacer en secreto, son los consejos que su madre le había dado. Entre ellos "cantarle" al bebé que dentro de su vientre llevaba, aunque más que cantarle algo, era más bien tararear.
En ocasiones cuando nadie lo mira y Eren está ocupado, aprovecha esos momentos para aunque sea dedicarle una simple nana que le relaja, o le recuerda a su infancia.

Pero eso no evita que Noah deje de moverse.

Más sin embargó, para el bonito día que se había plasmado desde que despertaron, y la primera noche en donde descansa sin despertar en la madrugada sofocado. El agua está más cristalina que nunca, y los chicos la disfrutan mientras él come las golosinas que compró antes de entrar al pequeño chalet.

Hasta que Eren sale con una sonrisa, y se dirige hacia su silla, con pasos perezosos y el agua resbalando.

Levi sabe que es lo que planea, y no dejará que lo moje cuando está muy cómodo en su sitio.

Pero eso acaba cuando dos chicas aparecen de la nada corriendo, y noquean al alfa, que sin prestar atención nota a las mujeres que se desean matar sobre él.

Y el omega no sabe en qué segundo aparecieron tres hombres tratando de alejarlas sin salir lastimados entre ellos.

— ¡Gabi, cálmate!.

La voz hace reaccionar a Eren.

— ¡Maldita Sasha! ¡Repite lo que me haz dicho! — la voz chillona de la adolescente irrita los odios de todos alrededor. Lanzan patadas, golpes e inclusive varios caen en el alfa que aún trata de quitarse de encima a las mujeres.

— ¡Mierda! ¡Sasha, no! ¡No la muerdas Sasha!.

— ¡¡Suelta mi brazo!!.

Para cuando a recibido el tercer puñetazo, Eren se cabrea lanzandolas de una manera tan brusca que inclusive ellas se detienen, pues el golpe las a hecho jadear del dolor.

— ¡Nicolo! ¡Deja de mirar y haz algo! — Levi abre los ojos sorprendido pues Connie está gritando.

Luego recapitula, más importante ¿Qué hace Connie ahí?.

Eren sacude su cuerpo, pues al haber salido del agua y ser revolcado en la arena lo a dejado peor que muslo de pollo empanizado. Sus cabellos están repletos de arena y que decir de lo demás. Mantiene una fuerte mirada hacia las personas.

— ¡¿Eren?! — exclama con cierto temor Connie. Ahora que lo veía bien, el joven de cabeza rapada no sabía si sentir miedo o morirse de la risa. Era como ver una alita frita con pelo.

Luego llega las feromonas que les hacen toser. Falco se le crispan los cabellos e inclusive Sasha suelta el brazo de la niña escandalosa mostrando la horrible marca que le a dejado a causa de la mordida.

— Eren, para — los pasos del capitán se hacen presentes y es cuando el moreno solo bufa, teniendo que ingresar nuevamente al agua para remover toda la arena.

A la lejanía los dos rubios y la chica de cabellera negra miran todo con cierta ansiedad, pues Eren si se a enfadado.

— ¡Capitán!.

— Springer, ¿Puedes explicar qué demonios les sucede? — los ojos grisáceos divagan entre los rostros de las personas, hasta que mira a Falco— Falco. Que manera menos acertada de reencontrarnos.

Falco intenta hablar, pero Connie toma la palabra.

Nicolo ayuda a las dos muchachas a levantarse, mientras que Gabi sigue a regañadientes murmurando cosas de la chica de tez bronceada.

— Discúlpenos, no fue nuestra intención. Menos sabíamos que ustedes también estaban por aquí. Disculpe nuevamente — parecía que en cualquier momento a el de pocos cabellos se le saldrían las lágrimas.

Hubo un silenció incómodo y Falco carraspeó.

— ¿Se conocen? — solo pudo preguntar el rubio cenizo.

— S-si, es el capitán al mando de mi batallón — responde Springer extrañado.

— Vaya coincidencia... ¿Cómo ha estado Levi? — trata de sonar cortés y respetuoso.

— He podido estar mejor... — se cruza de brazos.

Es ahí cuando las chicas notan, la gran panza que se trae; los ojos de Sasha se abren de forma ridícula y la más joven al ser alfa olfatea con insistencia. Ahí deducen que es omega, y por primera vez ven a uno en pleno embarazo.

Cuando Gabi pretende decir algo fuera de lugar, Jaeger está volviendo, otra vez empapado pero sin la arena.

— Ahora si, ¿Qué mierda les pasa? — exclama sin prestarle atención a quien sea que lo escuche— ¿Acaso no tienen ojos para ver por dónde se camina?.

— Eren, disculpa las acciones de Sasha y Gabi — pide Falco, a su lado Connie también asiente con la cabeza de manera desesperada. Los ojos cual verde alga se posan en el chico, ladea la sonrisa, pero ante los demás sólo un escalofrío aparece.

— ¡Falco! Oh, pero ¡Que agradable sorpresa!.

El cambio de humor solo se nota en la voz, pero sigue teniendo esa mirada tensa. Ackerman ladea su rostro y nota donde han caído los puñetazos. Supone que por ello está tan irritado, sabe que esos lugares del rostro son sensibles —los golpes en la nariz eran ver el infierno—. Pero solo suspira, con algo de burla hacia el grupo.

— Eso creo Eren...

🎀|🎀|🎀

Reiner Braun disponía de una agradable residencia en Rostock ¿Quién lo diría?.

Era primo de Gabi, por lo que en las vacaciones de verano era muy normal el que ella fuera. Por otra parte Connie y su pareja Sasha tenían buena amistad con el chico y tiempo atrás habían concordado pasar un agradable tiempo entre amigos en su vivienda; entre esos amigos Nicolo, también estaba Colt Grice, hermano de Falco y aunque fuera sorpréndete Bertholdt.

Reiner mantenía una relación secreta con el cadete beta, y eso era algo que nadie esperaba, pues dentro del plantel los rumores que corrían, era que estaba enamorado de Historia, la omega de rubia cabellera.
Pero al Bertholdt pertenecer a otra brigada, las cosas se volvían sencillas para ellos dos.

Aunque no era una relación de lo más convencional, pues jamás podrían tener hijos propios o incluso un lazo, como los omegas y alfas.

Pero eso no evitaba que se quisieran, pues desde sus andanzas en la academia militar, y las salidas de media noche, solo habían logrado proliferar los sentimientos que estaban dentro de ellos.

Pero nadie lo sabía, y así era mejor. O eso pensaba Bertholdt, ya que Reiner se estaba desesperando por mantener bajo cuerda su relación.

La razón por la cual Gabi peleaba con Sasha, era tan sencilla como burlarse de un bebé.

Y es que eso fue lo que ocurrió.

La adolescente alfa irritante no sabía nadar, así que utilizaba un flotador. Sasha se burló y los golpes no tardaron en llevarse acabó.

Para ese momento Levi estaba indescifrable, parecía que se le había ocurrido una gran, pero una gran idea.

Sasha conversaba animadamente con Nicolo, mientras los ojos color cielo brillaban de la emoción por tener a la trigueña tan feliz a su lado. Connie aparece con una bolsa de frituras y el momento "romántico" a ojos del rubio se rompe, pues la chica de cabellos oscuros solo come sin respirar y Connie comienza a contar anécdotas chistosas.

Falco explica que Reiner no los acompaña pues a salido junto con su hermano mayor y el beta de cabellos negros. Y terminaron a cuidado de los demás adultos, que no eran muy maduros a su parecer.

Eren le pasa una botella a Annie quién también esta fuera del agua, y solo se concentran en charlar animada mente.

Lo que anteriormente fue un grupo de cinco, ahora se a transformado en diez personas. Unos comen felizmente, otros beben su cerveza y los únicos que se sienten fuera de sitio son el omega y la alfa de ojos mieles.

— Oye, mocosa.

Un chasquido sale de la lengua de Gabi — Abstente de llamarme así, enano.

— Ja — Levi ríe bajo—. ¿Tu pelea fue por qué utilizas flotador? — quiere asegurarse de haber escuchado bien.

— ¡Si! ¿Tienes algún problema con eso?.

— ¿Me enseñas ese flotador que trajiste? — ladea sus labios mostrándose menos serio.

Braun se extraña, luego analiza y termina levantándose.

— Ya vuelvo.

Tras pasar un tiempo, los rostros de muchos cambian a sorpresa e inclusive pueden decir que felicidad contenida. El castaño sonríe pues sabe cuan valiente a sido Levi en hacer lo que en ese momento hacia.

En el agua, ni muy profundo ni muy cercano a la orilla el omega sostiene el flotador mientras Gabi lo retiene del otro extremo, en momentos Ackerman grita y la chica solo se ríe, haciendo que el de piel lechosa enrojeciera de la vergüenza.
El agua es refrescante, el vaivén de las olas es continuo y no atropellado, Gabi le cuenta cuánto a practicado para poder flotar sin llevar nada sujeto, pero que sus intentos han ido fallando.

También le cuenta que siempre iba a la playa era por su primo Reiner, pues él le enseñaba a como nadar sin entrar en pánico.

Levi remueve sus piernas en el agua cristalina, sus pantaloncillos están húmedos al igual que la camiseta que utiliza, si se queda mirando el fondo nota sus piernas y pies borrosos y ciertos pececitos que por miedo a ser tocados salen disparos de un lado a otro. Su estómago está más relajado de lo usual, ya no siente tanto miedo, y solo se está sosteniendo de un flotador enorme con colores fluorescentes.

Mientras una pequeña alfa sigue parloteando contenta.

Eren sonríe desde el asiento lejano, y sigue charlando alegremente con sus amigos.

No fue un mal día.

Suspiran tan pronto pasan la puerta del departamento, el moreno parece una langosta o tal vez un camarón de lo rojo que está. Y Levi solo puede reírse, pues su pareja ni puede hablar ya que su rostro a comenzado a picar.

Era tercero de julio, vaya viaje de vacaciones se habían echado.

Pero al final Levi disfruto, aunque lo negara había disfrutado. Las comidas, los paseos y las personas.

Y la playa, bueno, gracias a un objeto pudo disfrutarla.

Las maletas estaban en la sala, Jaeger casi corre hacia la nevera solo para querer beber un litro de agua, pero la mirada del azabache lo hace detener y buscar un vaso antes de tomar directo del envase.

Y así pasa el tiempo, mientras arreglan sus equipajes y vuelven a oler la hogareña fragancia de su apartamento.

Los dos están conformes, cansados, y solo quieren dormir hasta que se haga de mañana.

Tras caer la noche y prender la tele de la habitación los dos están sobre su suave cama abrazados viendo un programa interesante, pero los incontables besos entre los dos no se detienen y entonces Levi le da punto final cuándo un bostezó corta sus dulces acciones.

La televisión es apagada y los suspiros mutuos no se pueden esperar, los abrazos bajo las mantas y las olfateadas mañosas.

¿Quién diría que en la madrugada Levi despertaría sofocado y removiéndose de un terrible dolor?.

¡Feliz San Valentín retrasado!

¿Ya leyeron mi especial? ¿No? ¡Entonces ¿que esperan?! Corran a mi perfil y lean Amor, sabe a chocolate.

Si nadie te dio nada este San Valentín, yo te regalo mi One-shot y todo mi amor....

Debía hacer este meme.... Disculpen...

Hasta aquí el penúltimo capítulo.

¡Los quiero y adoro mucho!

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