7. Desamor

En todos mis 18 años de vida en este planeta llamado tierra se podría decir que me he enamorado verdaderamente solo de una persona, ¿cómo estoy segura de eso? Fácil, no he vuelto a sentir algo como lo que sentí con él nunca más, por esa persona daba todo en cuanto pudiera inclusive mi vida, por el había hecho cosas que si el exigente de mi padre se enterara me encerraría en un claustro, el lograba hacerme completamente feliz y hacerme olvidar de cada problema que había en mi vida. Lastimosamente todo tiene un final y nuestra relación lo tuvo ya que cuando uno ama es muy difícil que este sea recíproco, por lo general uno da más de lo que uno recibe.

Últimamente se podría decir que mi chispa del amor ha revivido, he vuelto a sentir esas perras mariposas revolotear en mi estómago con Fabian pero supongo que el amor no es para mí o simplemente estoy exagerando. ¿Será que es gay? ¿O simplemente no está listo? ¿Es virgen? ¿Será que no le gustó realmente? ¿Qué tengo de malo?...

—¿En qué piensas doncella salida de un cuento de terror?— se sienta alado mío Marvin.

Después de el rechazo de parte de Fabián no pude seguir durmiendo, decidí salir a conocer un poco esta antigua ciudad y he encontrado un lago el cual tiene alrededor un sin número de bancas contando en la que estoy sentada.

—Cállate he tenido un mal día—

—Dímelo a mi— la sonrisa de Marvin se apaga— ¿Qué gracioso no? Apenas son las siete de la mañana y nosotros ya hemos tenido un mal día ¿Qué seguirá?.

—¿A ti que te pudo haber pasado? Si estabas teniendo sexo salvaje con Grace en la mañana.

Marvin no despega su mirada del lago azul como el de sus ojos, solamente que esta vez no tienen esa pisca de diversión que por lo general suelen tener, están tristes, decepcionados.

No puede ser...

—¿No eras tu el que estaba con Grace verdad?.

Marvin despega la vista del lago y mira hacia el otro lado, trato de mirar su rostro pero no puedo, apenas logro ver su oreja.

—Marvin lo sien...—regresa a verme y me quedo helada, Marvin está a punto de llorar, siempre lo he visto tan fuerte, arrogante y ahora tiene los ojos llenos de lágrimas— Nunca pensé que no serías tú, ¿Pero cómo?—

—Yo también me pregunto lo mismo— vuelve a mirar hacia el otro lado, deja caer una lágrima la limpia rápidamente y regresa a verme de nuevo— todo es tu culpa—

—¡¿Espera qué?!— ¿mi culpa? Yo que tengo que ver aquí.

—Desde que llegaste tú a mi vida es un caos completo, con tu sonrisa perfecta y tu vida perfecta destruyes todo a tu camino, sin pensar en los demás, desde que estás tú no puedo ser el mismo Marvin que era con Grace, y ahora ella busco a otro, gracias a ti.

—¿Pero qué mierdas hablas Marvin? No me conoces para nada como para juzgar mi vida, y decidir si esta es perfecta o no— me levanto de mi asiento lo más rápido posible, no pienso tolerar que Marvin me empiece a echar la culpa, regreso a verlo por última vez y digo:—No tengo nada que ver con el hecho de que Grace se haya acostado con Jonah, ella debió tener sus razones y una muy obvia es que él no es un canalla como tú— le doy la espalda y comienzo a caminar fuera de este parque.

—Espera...— escuchó la voz entrecortada de Marvin pero decido ignorarla y seguir caminando más rápido, lastimosamente soy pésima en esto y me toma del hombro haciéndome girar hacia él, sus ojos siguen rojos , traga fuerte y dice:— tú, Olivia, no tienes nada de malo, supuse que tu familia es perfecta porque no te encuentro ningún defecto, no tienes ninguna culpa aquí es solo que estabas al frente mío y me vi con la oportunidad de echarte la culpa por mis errores— Marvin se acerca a mi, tanto que puedo oler el poco olor a cerveza que tiene aún impregnado en su ropa, me toma de la barbilla y sus ojos se conectan a los míos y se lo que va a intentar, se acerca aún más, su nariz roza con la mía y solo espero tener esos perfectos labios junto a los míos, antes de que suceda esto lo aparto de inmediato, dejando a un lado la tentación.

—No puedo Marvin— la confusion llena su rostro y continuo:—solo me estás utilizando para olvidar lo ocurrido esta mañana, haría lo mismo que tu, pero es algo inmaduro, enserio quiero a Fabián y no lo voy a perder porque los dos estamos heridos— abrazo a Marvin sintiendo más fuerte el olor a cerveza alemana, tomó su rostro, deposito un cálido beso en su mejilla y me veo obligada a volver a la cabaña sola.

Al llegar a la cabaña me encuentro con la sorpresa de que todos están afuera y con sus maletas.

—¿Pero no nos íbamos de noche?— pregunto confundida y Grace se ríe a carcajadas, no tiene ni una gota de maquillaje y tiene los ojos hinchados, al parecer ella también ha llorado.

—¿Qué sentido le encuentras seguir en esta ciudad? Es mejor volver a la asquerosa realidad.

Kathe me entrega mi maleta y dice:— guarde toda tu ropa aquí, un poco desordenada pero era mejor que toda tu ropa se quedara en esta cabaña— me abraza por la espalda y empezamos a caminar hacia el carro de Marvin.

Misteriosamente Marvin llego primero que yo y ya está adentro del carro, antes de entrar todos nos quedamos parados, no tenemos la más mínima idea de cómo distribuir los asientos, dudo mucho a que acepte que Grace se siente alado de él. Sin pensarlo dos veces abro el maletero y me siento en el, es incómodo al principio pero luego uno se acostumbra y es perfecto para dormir.

—Olivia tu siéntate alado mío.

—No gracias Marvin, estoy bien acá atrás.

—Grace ira en el maletero y tu alado mío.

—Marvin porfavor...— la voz de Grace tiembla y continúa,— no quiero ir en el maletero, iré en los asientos de atrás si deseas, suelo marearme mucho y lo sabes.

—No me interesa, además debes agradecerme que también estoy llevando a tu amante, ¿Olivia que esperas? ¡Siéntate aquí!—Marvin empieza a subir el tono de voz y su mirada esta llena de rabia produciendo miedo y empiezo a hacer lo que el dice.

—¡Cálmense todos!, Jonah tu te sientas en el maletero, Kathe alado de Marvin, Olivia, Grace y yo en el asiento trasero— todos regresamos a ver a Fabián admirados.

Al parecer alguien se altero mucho más de los que están con el corazón roto.

Analizándolo bien el orden de los asientos que dio Fabián es Perfecto y todos lo seguimos. Mi asiento es alado del de Fabián, no hemos hablado desde el incidente así que mejor decido inclinarme hacia la ventana, cerrar los ojos y tratar dormir.

Siento los labios de Fabian dándome un tierno beso en mi frente mientras susurra: — No sabes cuanto me has ayudado Olivia—

¿Ayudado? ¿En qué?...

Lo ignoro y caigo en un profundo sueño para así poder olvidar este día lleno de caos.

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