~9~

―¡Lluvia! ―trono Luna estresada a mas no poder ―¡Lluvia!

―Calmate, el pronostico dice que en la tarde estará despejado, solo es una lluvia pasajera ―le dijo Mikael pero luego se dijo que mejor lo dejaba pasar.

―Organice todo para hacerlo en el exterior, controle el pronostico del tiempo varias veces en la semana, no se suponía que lloviera, ¿que haré si no para de llover? El salón de eventos estará ocupado para esa hora, las flores se arruinaran. ¡Por dios tu madre me culpara!

Hablaba caminando de un lado para el otro, moviendo las manos en todas direcciones en tanto Mikael se encontraba a buen reguardo del otro lado del escritorio por si las dudas se quería desquitar con alguien la frustración, ya sabia como terminaban sus arranques de locura.

―Dejara de llover ―comento Mikael con tono bajo.

―¡Todo se arruino! ―grito Luna furiosa ―¡Maldito clima de mierda!

Mikael levanto la cabeza de los papeles que estaba revisando asombrado por su exabrupto repentino. Jamas en los dos años que la conocía la había escuchado decir una palabra como esa y mucho menos gritarla a los cuatro vientos como ahora lo hizo y aunque pareciera un tontería, eso le encanto como nunca antes le había sucedido, esa mujer era pura dinamita, simple, autentica, real.
Luna lo miro a su vez, se llevo la mano al rostro y se lo restregó tensa.

―Lo siento, no se que me paso ―dijo sentándose derrotada en la silla ―es que quiero que todo sea perfecto, no quiero decepcionar a tu madre, a Dominik y a Laura...

Mikael se levanto, rodeo el escritorio, giro a Luna con silla y todo hasta que quedo de frente el, le sonrió y tomo su rostro entre ambas manos mientras la miraba fijamente.

―Laura y mi hermano ya están casados, ellos están haciendo esto para complacer un capricho de mi madre, por lo tanto no creo que ellos estén muy preocupados por el clima o por las flores ―silencio sus palabras cuando estaba por decir algo colocando un dedo sobre sus labios ―eres una mujer muy capaz y lo se, no debes preocuparte por lo que piense mi madre, muchas veces te lo dije, así que intenta mantener la calma y no pienses en nada mas, si continua lloviendo prepararemos el salón de recepciones mas pequeño para la ceremonia y luego mientras se se celebra el brindis preparamos todo rápidamente para la cena.

―No estará a tiempo...

―Lo estará, tenemos muy buenos empleados, son todos eficientes, confían en mi, si es necesario me pondré a colocar mesas después de la ceremonia yo mismo.

Luna lo miro, asintió y sonrió apenas.

―¿Estarás mas tranquila ahora?

―Lo intentare.

―Con eso me alcanza por ahora ―rio Mikael acariciando su mejilla de manera inconsciente.

Luna se lo quedo mirando, Mikael se arrodillo para quedar a su altura, y mientras continuaba acariciando su rostro, se iba acercando lentamente a sus labios. Ella pestañeo unas veces y cuando lo vio a centímetros de sus labios cerro los ojos, lista para recibir el beso que sabia le daría, pero entonces la puerta se abrió de pronto sobresaltándolos y haciendo que Luna se pusiera en pie de golpe, tirando a Mikael de traste sin querer.

―¡Lo siento! ―exclamo Laura dándose cuenta de que acababa de interrumpir algo importante.

―No es nada, ¿que sucede?

―Es que, no encuentro la cinta de mi vestido, en Escocia no hace falta un vestido tradicional, me case con un traje blanco precioso de encaje pero ahora... tiene tanta falda y no se como va puesta y no quiero que la madre de Domi piense que soy...

Luna miro a Mikael mientras el se ponía en pie para sacudirse la ropa.

―¿Ya ves a que me refiero? ―le dijo.

―Si, ustedes las Collins son todo un tema.

Laura miro a Luna con expresión de cachorrito mojado, su hermana mayor sonrió, se acerco, la abrazo y le dijo:

―Vamos, hoy sera un día grandioso, mi hermanita se casara por segunda vez, y con o sin lluvia conseguir que sea perfecto.

―Lo se, si hay alguien que puede lograrlo esa eres tu ―le contesto Laura abrazándola con fuerza.

Mikael las vio marcharse justo en el momento en que su celular comenzó a sonar.

―¿Diga?

―Mikael necesito tu ayuda.

―¿Dominik, que te sucede?

―Laura esta nerviosa por culpa de nuestra madre y ya me puso nervioso a mi.

―¡Oye como puedes estar nervioso, se supone que ya eres su esposo!

―Deja de decir lo que ya se y ven a ayudarme ― exigió su hermano.

Mikael sonrió saliendo de la oficina directo al elevador.

―Ya, estoy en camino...

Varias horas mas tarde, el sol brillaba radiante en el cielo, la lluvia había terminado y el césped despedía un rico aroma a fresco que envolvía todo el ambiente haciéndolo perfecto para el día de una boda. Los preparativos continuaron ahora como estaban programados, las flores blancas adornando el camino que llevaría a Laura ante el altar, despedían un delicioso perfume que lo envolvía todo. Dentro las mesas y la pista de baile también estaban listos, Laura ya estaba vestida y Dominik esperaba pacientemente en el altar, todo iba de maravilla.
O eso fue lo que pensó Luna...
La música comenzó a sonar, Laura caminaba radiante hacia el altar donde un Dominik emocionado la esperaba, los invitados estaban todos pendientes de los novios, y las cosas marchaban de maravilla, hasta que Luna vio en el fondo del pasillo a Simon acompañado de Dante.
Sonrió nerviosa a la madre de Mikael, y se movió a un lado en el momento en que Laura llegaba al altar y Dominik la tomaba del brazo parándose ambos delante del sacerdote.
Por un costado Luna fue hasta ellos y se los llevo al interior del hotel prácticamente a la rastra.

―¡¿Que hacen ustedes dos aquí?!

―No puedes permitir que se case ―le dijo Dante al instante.

―¿Que no puedo que?

―Luna deja que te expliquemos ―comenzó a decir Simon pero ella corto sus palabras levantando las manos delante de ambos.

―No. Dejen que yo les explique lo que sucede y sucederá ahora ―les dijo con tono firme ―esta ceremonia es solo para complacer a la madre de Dominik, mi hermana esta ya casada con el desde hace un año, se casaron en Escocia, ella lo ama, olvido todo lo que le sucedió en el pasado y hoy es un día importante para todos, por favor no lo arruinen.

―Pero...

―Tu decidiste lo que deseabas hace dos años ―corto de nuevo Luna ―no se que sea hoy de tu vida y la verdad es que poco me importa, solo me interesa saber que mi hermana es feliz, por fin lo es y no permitiré que nada le arruine esto ¿quedo claro, lo entienden?

―Dante, es mejor que nos vayamos ―sugirió Simon ―ya no puedes hacer nada, ella estaba casada desde antes.

Dante solo asintió y se dejo llevar por su amigo mientras Luna giraba sobre si para regresar a la ceremonia, se coloco en su sitio y desvió la mirada nerviosa cuando Mikael la miro con expresión interrogante, pero ella solo sonrió fijando la mirada en los novios, evitando responder a cualquier problema que pudiera surgir.

Se hicieron los votos nupciales, y poco después todos pasaban al salón donde se celebraría el resto de la fiesta.

―Que sucedió ―le pregunto mucho rato después Mikael mientras bailaba con Luna.

―Tuve que encargarme de un asunto.

―¿Debo preocuparme?

―Descuida, yo lo hago bien sola.

―Esta bien, iré a hacer el discurso ahora.

―Bueno.

Luna estaba estresada mirando cada segundo la puerta, preocupada de que Dante entrara para armar un escándalo, se sentó un momento, tomo una copa de champagne casi de un solo trago. Mikael estaba dando el discurso, a los presentes les gustaba y se reían de las cosas que decía, mientras ella continuaba con la mirada fija en la puerta.

Pronto la fiesta terminaría y su hermana viajaría con su esposo a una de las tres islas que estaban rodeando la gran isla donde se encontraba el hotel y cuando eso sucediera, ella, al fin podría relajarse, pero mientras tanto, se bebió otra copa de champagne.
Luego la madre de Mikael también dijo unas palabras, se retiro después a descansar y los mas jóvenes se quedaron bailando un rato mas. Luna no veía la hora de que todo terminara de una vez, para poder ir a descansar, sentía que su mente y su cuerpo llevaban alerta por un siglo, entre la vigilancia de la puerta y el estar pendiente de que todo continuara bien, Luna no se dio cuenta de que las copas de champagne circulaban en su mano una tras otra, hasta que Laura y Dominik se despidieron y ella no se pudo parar de la silla para saludarlos. Mikael notándolo, se apresuro a tomarla de la cintura para mantenerla en pie, para que los novios no noten su estado.

Ya cuando todos se fueron Luna se puso en pie como pudo e intento camina hacia el elevador, pero se choco de frente con Simon.

―¿Luna?

Luna levanto la mirada hacia el, sintiendo las manos en sus hombros para mantenerla derecha.

―Tu... viniste... a arruinar... todo...

―No Luna, no es como piensas, vinimos aquí pensando que Laura estaba casándose sin... bueno...

―¿Sin amar a su esposo? ―pregunto Mikael interviniendo, tomo a Luna de la cintura alejándola de Simon y mirándolo como si fuera la persona menos apreciada ―pues enterate que eso no es así, Laura ama a Dominik, se han casado por segunda vez y están dispuestos a vivir sin pensar en el pasado.

―No es lo que piensan, nos enteramos por los periódicos sobre la boda, pensamos que quizás Laura aun...

―¡Pues no! ―corto Mikael ―así que por favor, el hotel se reserva el derecho de admisión.

―Descuida, mi amigo ya esta en el aeropuerto, y yo me voy con el, solo vine para hablar con... mi amiga Luna.

La miro, ella estaba con la cabeza apoyada sobre el pecho de Mikael con los ojos cerrados y sosteniéndose apenas sobre sus pies.

―Como puedes ver, mi prometida no esta en condiciones en estos momentos, cuando se encuentre mejor le diré que te llame por teléfono, se lo diré apenas vea que despierta ―le dijo levantando a Luna en brazos.

Simon asintió y se alejo, mientras Luna había apenas los ojos confusa, pero a mitad de camino le dijo:

―Así como nosotros nos enteramos por los periódicos, que no te extrañe que también Henry lo haya visto.

Mikael no dijo nada mientras Simon se alejaba, era una posibilidad que estaba en su mente desde que lo vio junto a Luna. Si ellos estaban allí, seguramente Henry también... la cuestión era... ¿donde estaba que aun no daba la cara?

―Mikael...

―Tranquila, te llevare a tu habitación ―le contesto Mikael abriendo la puerta de la alcoba de Luna, mientras intentaba no golpearla al cargarla por la habitación ―ya estamos aquí...

―Mikael... ―volvió a murmurar Luna cuando el la acostó en la cama.

―Descuida seré un caballero, solo deja que...

―¡Mikael! ―exclamo Luna incorporándose de golpe y corriendo luego a toda velocidad al baño para vomitar.

Mikael suspiro al escucharla vomitar, se saco el saco, doblo los puños de su camisa y se saco la corbata para luego entrar al baño, recoger el cabello de Luna, sacándolo de su rostro y pasando la otra en la espalda.

―Te sentirás mejor cuando vomites todo ―le decía mientras acariciaba su espalda.

―Vete... no me... veas... ―pidió Luna.

―Descuida en mi época de borracho feliz, hice esto infinidad de veces y otras cosas de las que no me siento orgulloso ―comento Mikael ―solo descarga todo lo que te sienta mal, luego te darás un baño y veras como duermes tranquilamente.

Luna no respondió, vomito un par de veces mas y luego se sentó tomándose la cabeza con ambas manos.

―La cabeza me da vueltas...

Mikael abrió la llave de la ducha y la ayudo a ponerse en pie, mientras comenzaba a bajar el cierre de su vestido.

―¿Que haces?

―Es un bonito vestido, si te metes en la ducha con el se arruinara, así que te lo quito.

―Pero es que...

―Descuida, no soy un pervertido, solo quiero ver que te sientas mejor.

―Ya estoy mejor ―aseguro alejándolo de un leve empujón, solo no contó con lo mareada que se sentía, así que se tambaleo y cayo sentada en la taza del baño, resoplo frustrada e intento ponerse en pie pero cayo sentada de nuevo.

―¿Ya te rindes?

―Esta bien... pero no me veas...

Mikael sonrió cerrando los ojos, se acerco a terminar de ayudarla a quitarse el vestido y luego a meterse a la ducha.

―Me sentare aquí... y cuando este lista... te llamare... ―balbuceo Luna con el agua cayendo sobre su rostro, en tanto Mikael la veía juntar agua en la boca para hacerse buches y escupir después.

―No lo creo, apenas sostienes la cabeza, te ahogaras, ya no seas niña y deja que te ayude ―le dijo arrodillándose junto a la tina para lavar su cabello con delicadeza, luego tomo la esponja y lavo su espalda y brazos. Luna estaba acurrucada sobe si misma cubriéndose con las piernas y brazos, así que Mikael se limito a lavar lo que estaba al alcance, luego cerro la llave y tomo la toalla, envolviendo a Luna en ella, para sacarla de la tina en brazos.

La metió en la cama, la cubrió con la manta y luego se estaba por alejar cuando Luna le tomo la mano.

―Ella sera feliz ¿verdad?

―Ella ya es feliz, tu hermana y mi hermano se aman.

―Ya no debo preocuparme ¿verdad?

―No, ahora estarán bien.

―Entonces... ¿que haré ahora?

Mikael se sentó en la cama, mientras veía a Luna mantener los ojos cerrados, pero sin soltar su mano.

―Ahora me ayudaras a encontrar al bebe, a mi hijo.

―Si, tu bebe... estoy segura de que es... hermoso como tu...

Mikael la miro asombrado por sus palabras, luego sonrió acariciando el cabello húmedo de Luna.

―Eres una maravillosa mujer, ojala te hubiera conocido a ti hace unos años, estoy seguro de que todo seria diferente hoy.

―Tienes razón...

Mikael rio y desvió la mirada hacia la puerta.

―Ya debo irme.

―Quedate, no quiero estar sola.

―Luna no es... no es una buena idea... tu no sabes lo que yo siento cuanto tu...

Luna dejo escapar un sollozo.

―Estaré tan sola ahora, Laura tiene a su esposo y yo... siempre estuvimos juntas...

―Esta bien, me quedare un rato nada mas.

―Ven aquí... tengo frio.

Mikael la miro algo dudoso, pero al final se recostó junto a ella abrazándola por la espalda para darle un poco de calor corporal, para hacerla sentir segura.

El calor era reconfortante, se sentía bien, a pesar de que le dolía un poco la cabeza y que sentía que el mundo aun giraba a su alrededor, no quería moverse, pero cuando estaba dispuesta a cerrar los ojos de nuevo para dormir descubrió que el calor provenía de un cuerpo muy pegado al suyo.

Y no solo eso sino que sintió la respiración tibia junto a su oído.
Temiendo lo peor, bajo la cabeza y noto que estaba desnuda, entonces se sentó de golpe en la cama, dejando que Mikael cayera sobre el colchón despertando abruptamente, Luna miro la hora en el reloj en la mesita junto a la cama. Las dos de la madrugada, no recordaba nada, bueno en realidad tenia leves flashes de lo sucedido, pero rogaba por no recordar, pues temía haber cometido una locura que no se podría reparar.

―Tranquila, eso no fue amable ―le dijo Mikael escondiendo el rostro entre las almohadas con la intención de continuar durmiendo ―ven, regresa aquí, aun tengo sueño.

―¡Que me hiciste! ¡Tu... tu!

―Gritas demasiado, en serio quiero dormir ―pidió acomodándose mejor en la cama ―y esta vez deja que me cubra con las sabanas, también tengo frio.

―¡Estoy desnuda! ―chillo Luna intentando cubrirse con las sabanas.

―Eso ya lo se, ahora deja que vuelva a dormir para que no piense en eso.

―¡Oh por dios! ―gimió con angustia ―¡O por dios! ¡Abusaste de mi!

Mikael se incorporo apenas y la miro con enojo, luego se restregó los ojos somnoliento.

―No hice tal cosa, deja de gritar si no quieres que todos vengan.

―Quizás no quieres que vengan porque descubrían lo que hiciste.

―O podrían vernos a los dos en la cama, tu desnuda y siendo que hace unas horas estabas tan borracha que no podías ni caminar...

―¡Yo no... yo...!

―Vamos deja de gritar...

Luna intento levantarse de la cama arrastrando la sabana con ella pero el peso del cuerpo de Mikael se lo impidió, logrando tan solo terminar tirada en el suelo, vergonzosamente desparramada.

Mikael reprimió la risa al verla caer con tan poco gracia. Saco la sabana de debajo de su cuerpo y se lo lanzo, intentando mantener la vista en el techo y no en la desnuda y hermosa mujer furiosa que estaba a un paso del colapso nervioso.
¿Seria poco caballeroso mirar tan solo un poco de ese sensual cuerpo?
Se acomodo boca abajo en la cama, mientras observaba a Luna intentar cubrirse con la sabana.

―¡Eres un... eres un...!

―¿Un que... preciosa? ―pregunto Mikael apoyando el rostro en las manos, y sonriendo con picardia ―continua por favor.

Luna logro cubrirse con la sabana, se levanto y lo miro llena de enojo y aun mareada, aunque intentaba disimularlo lo mejor que podía, lleno los pulmones de aire y comenzó a gritar a todo pulmón, lo cual alarmo a Mikael porque si alguien entraba en esos momentos podrían creer cualquier cosa, así que se levanto de un salto, la tomo de la cintura y la lanzo a la cama intentando colocar la mano en su boca para silenciarla, pero ella lo mordió, por lo que tuvo que soltarla, ella intento golpearlo y recordando que era buena en las partes nobles de los hombres, la cubrió por completo con su cuerpo para evitar que se moviera. Por un segundo se miraron a los ojos como dos fieras, pero fue un leve instante pues al siguiente la vio separar los labios con todo la intención de gritar, así que no tuvo mas opción que cubrir su boca con la suya.
De un momento a otro, ella se quedo extrañamente quieta, Mikael que no tuvo la intención de besarla, sino solo de silenciar sus gritos, separo los labios de los de ella, mirándola sin saber que decir para explicar la situación. Nunca espero sentir las manos de Luna subir de los costados de su cuerpo hasta su nunca y menos que fuera ella quien lo obligara prácticamente a bajar la cabeza para volver a unir sus bocas. Verse asaltado por una Luna ansiosa lo descoloco por completo por lo cual no reacciono al beso que ella le dio y quizás por eso mismo, fue que al momento siguiente de besarlo, empezó a empujarlo con vehemencia para alejarlo de ella.

―¡Alejate, dejame! ―decía Luna cada vez mas enojada.

―¡Basta, quieta!

―¡Gritare! ―amenazo Luna.

―Si lo haces, volveré a besarte ―le advirtió.

Luna lo miro con desafío en los ojos.

―No te atreverás.

―No me provoques.

Nuevamente sus miradas se sostuvieron una en la otra con desafío, entonces Luna separo los labios como si fuera a gritar y Mikael se encargo de silenciarla con su boca como lo había dicho.
En principio solo fue eso, mantener los labios de uno pegado a los del otro, pero de un segundo al siguiente, Mikael introdujo la lengua en la boca de Luna y esta lejos de enfadarse respondió a su caricia jugando con la lengua de el con la propia. Dos segundos mas tarde estaban enfrascados en un beso que les robaba el aire y que llenaba la alcoba de suspiros ahogados y jadeos involuntarios.
Al separar sus bocas por la falta de aire, se miraron de nuevo agitados.

―No... grites... mas ―pidió Mikael de manera entrecortada.

―¿Y si... lo hago... que? ―respondió Luna igual de agitada que el.

―Tendré que volver a besarte y no se si pueda detenerme allí.

Luna lo miro fijamente por lo que pareció una eternidad, luego acomodo la cabeza en el colchón .
―Tendrás que hacerlo porque estoy a punto de gritar ―le advirtió.

―¿Estas segura? Aun puedes mantener el silencio y todo esto se olvidara, lo prometo ―contesto Mikael dejando implícito a lo que se refería.

―No quiero callarme.

―Te lo advierto Luna, mañana en la mañana todo sera diferente, ¿estas dispuesta a enfrentar eso?

Luna se quedo callada un segundo, Mikael interpreto su silencio como una negativa así que comenzó a levantarse de la cama pero ella lo detuvo tomándolo de la nunca bajándolo de nuevo sobre su cuerpo.

―Estoy dispuesta a enfrentarlo ―le dijo.

Mikael asintió, relajo los brazos, los coloco a un costado del cuerpo de Luna, aflojo la presión sobre su cuerpo y la miro largamente, luego acaricio su cabello y le sonrió con dulzura infinita.

―En ese caso haremos las cosas como deben ser ―le dijo poniéndose en pie de golpe.

Luna sintió el frio cubrir su cuerpo cuando el se alejo, temblaba por la decisión que acababa de tomar pero no pensaba dar marcha atrás, no era la clase de mujer que se arrepentía de sus actos y llevaba dos años fantaseando con ese momento, aunque jamas en la vida lo admitiría.

Quizás debido al estrés, quizás por el alcohol que aun circulaba en sus venas, quizás porque se sentía sola, o solo porque sentía que ardía tan solo con verlo, prefirió enfrentar al mañana después de pasar al menos una vez entre sus brazos, antes que pasar la vida entera preguntándose como hubiera sido de animarse a hacerlo.
Mientras todo esto pasaba por su mente sus ojos estaban atentos a los movimientos de Mikael, quien comenzó a desabotonar su camisa con los fijos en ella. En tanto el se tomaba su tiempo despojándose de las prendas que lo cubrían, Luna tuvo el placer de apreciar su anatomía por completo, deleitándose en su perfección, pues muchas veces se quedo extrañamente hipnotizada en algún movimiento que le hiciera marcar los músculos bajo alguna de sus camisas o los pantalones al sentarse de uno u otro modo, pero apreciar ahora todo ese conjunto de músculos y fibras sin nada que los cubriera era sin dudas un manjar a la vista.
Desde sus amplios hombros, hasta su marcado abdomen, todo el exudaba sensualidad y sexualidad, tanto que Luna comenzó a sentirse sofocada. Y cuando el quedo completamente desnudo frente a ella, no solo su bien formado cuerpo la tenia hechizada sino su masculinidad, palpitante.

Impulsada por el fuego que la recorría se levanto de la cama pues los dedos le quemaban por sentir su piel y quería gravar en su mente, en la punta de sus dedos y en toda ella, ese magnifico cuerpo masculino.
Mikael la miraba del mismo modo ardiente cuando ella, olvidando toda pena y reticencia se levanto sin llevar consigo la sabana, para estirar la mano hacia su piel. Conteniendo el aliento lo toco en los hombros deslizando las puntas de los dedos por cada centímetro que tenia a mano, bajando despacio hacia el abdomen donde se tomo todo el tiempo del mundo remarcando cada rincón, sintiendo como el respiraba de manera entrecortada, suspirando agitado, hasta que su mano bajo hacia su sexo tomándolo, entonces lo escucho emitir un fuerte jadeo que la hizo levantar la vista hacia su rostro. Jamas había visto los ojos de Mikael de ese modo, parecían dos llama ardiendo y sus labios húmedos estaban prisioneros de los dientes como si quisiera contener lo que su garganta deseaba gritar y eso la hizo sentir poderosa, pues él era un hombre imponente, que daba la impresión de no dejarse vencer por nadie ni por nada, sin embargo ahora lo tenia casi rendido a sus caricias.
Acaricio despacio su sexo, volviendo a escuchar el mismo fuerte jadeo por parte de Mikael, haciéndola sonreír. Estuvo un rato así, escuchando la sinfonía de sus jadeos y observando los cambios en su semblante, mas rápido mas lento, lo que hiciera tenia diferentes efectos en el y en su respiración, entonces se acerco a besar sus hombros, rozando su cuerpo con esa potencia palpitante y quizás eso fue lo que provoco que Mikael se moviera con suma rapidez, apreciando su cintura y labios al mismo tiempo, llevándola a la cama en un segundo.

―Es mi turno ―lo escucho decir al tiempo que con manos gentiles comenzaba a rozar son la punta de los dedos cada rincón de su cuerpo, obligándola a contener el aliento y dándose cuenta de que su cuerpo se arqueaba hacia esa mano que con un simple roce estaba creando magia.

Sus labios se posaron en uno de sus senos, y su lengua busco el pezón dibujando círculos húmedos a su alrededor, los cuales le arrancaron un leve grito de excitación, que la tenso por completo, pero las manos de Mikael eran dulces y expertas en su cuerpo relajándola con besos y mas caricias. Sentía que tenia un infierno entre las piernas y el parecía haberlo notando pues de inmediato sus manos bajaron a acariciar la zona que a Luna ya le dolía por el deseo de sentirlo mas cerca, un choque eléctrico la sacudió como nada en toda su vida cuando el introdujo en ella, primero un dedo, luego otro, cortando le la respiración por completo y obligandolo a cerrar los ojos, pues se sentía mareada pero ya no mas por el alcohol, sino por el tumulto de sensaciones que Mikael estaba desatando en su ser.

Cuando no fue capaz de soportar mas todas esas sensaciones, se mordió el labio inferior con fuerza, exhalando un profundo suspiro y apretando la cabeza contra las sabanas revueltas, hasta que sintió el cuerpo liviano, casi como si flotara en la nada.
Mikael se acomodo entonces una vez mas sobre su cuerpo, separo delicadamente sus piernas y se encargo de que lo viera directamente a los ojos cuando comenzó a poseerla. Luna apenas había tenido tiempo de recuperarse de las sensaciones anteriores, cuando de pronto se sintió invadida por ese cuerpo duro y potente que se abría paso en su interior. Lo sintió tensarse un momento cuando una barrera que lo detuvo advirtiéndole que eso seria aun mas intimo de lo imaginado, la miro directamente con una muda interrogación en las pupilas, a lo que Luna respondió enredando las piernas en su cintura y abrazándolo fuerte, clavo las uñas a la altura de las caderas de Mikael y lo bajo sobre su cuerpo de un solo tirón, rompiendo esa barrera que lo había hecho dudar.
Un grito escapo de sus labios y unas lagrimas se empeñaron en salir, Mikael se quedo perfectamente quieto, al tiempo que se inclinaba a besar sus labios y limpiar con sus labios sus lagrimas.

―Quedate quieta preciosa, ya pasara el dolor, lo prometo ―le susurro y fue tan dulce en su tono que Luna asintió escondiendo la cabeza en el hueco de su cuello.

Unos minutos después ella misma sintió el impulso salvaje de sentirlo moverse, así que con movimientos torpes subió las caderas un poco hacia arriba para indicarle que ya podía hacerlo, y a lo cual el respondió de inmediato, aunque cada embestida era suave y atenta. Lo que fue de cierto modo un alivio para Luna porque el dolor continuaba allí, pero a medida que el continuaba moviéndose, el deseo, el fuego y la ansiedad fueron creciendo en ella, hasta que ya no le importo la molestia que aun sentía, ni nada mas que no fuera sentirlo dentro suyo.

Agitada se puso mas exigente, invitándolo a ser mas intenso también, invitación que Mikael parecía estar esperando pues comenzó a moverse con mas rapidez, besando y tocando su cuerpo de maneras que ya ni se detenía a pensar hasta que sintió que el mundo se alejaba de ella, que el aire se acababa y que el corazón se le detenía en el pecho, tuvo que tomar una gran bocanada de aire y al soltarlo sin darse cuenta también grito el nombre de Mikael aferrándose a él como si fuera su tabla de salvación en un mar revuelto, con cada musculo tenso a mas no poder, lo escucho gruñir fuertemente, apreso desesperado sus labios y lo sintió temblar por completo abrazándola tan fuerte, que por un segundo le falto el aire, luego poco a poco relajo el abrazo y todo el quedo como estático sobre ella, agitado y sudoroso, ardiente, temblando.
Levanto la mirada hacia ella, todavía estaba nublada por la intensidad de la pasión que compartieron, le sonrió y beso sus labios con delicadeza, se bajo de su cuerpo, se acomodo un segundo en la cama, atrayendola a sus brazos para sentirla cerca y la cubrió con las sabanas.

Luna sentía la humedad recorrer sus piernas pero no le presto atención, simplemente se concentro en respirar el aroma tan excitante que el cuerpo de Mikael expedía, como si fuera alguna clase de afrodisíaco.

―Mikael... ―murmuro moviendo el cuerpo sutilmente contra el.

―Lo se cariño, también te deseo aun, pero deja que tome un respiro.

Luna asintió acomodando su cabeza sobre el pecho de Mikael y sonriendo por dentro, lo que imagino no era ni un poco similar a eso que acaba de vivir, era aun mucho mas intenso y delicioso.
Lo deseaba de nuevo, quería volver a sentirse como dos minutos atrás, llena, completa, volando en la nada, sin pensamientos, simplemente sintiendo como si fuera parte del universo, pero sin darse cuenta los ojos comenzaron a pesarle y los sentidos se fueron apagando, hasta que quedo sumida en un profundo y placentero sueño reparador.

Mikael escucho su respiración mas pesada, sabiendo que acaba de caer rendida en los brazos de Morfeo, entonces y solo entonces se permitió decir las palabras que retuvo en su boca mientras la hacia suya.

―Luna, te amo.

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