~27~

El hospital estaba atestado de gente, Henry sostuvo a Laura en sus brazos mientras entraba corriendo y en cuanto unos enfermeros la tomaron y se la llevaron se sintió aliviado. Pero luego la idea de acabar en prisión, si ella llegaba a decir lo que intentó hacerle, lo sacudió por completo y lo lleno de temor.
Se ocultó de la vista y esperó de manera disimulada para ver que información podría obtener, pues no estaba seguro de que ella continuara con vida.
Fue por un café y en ese intervalo escuchó el alboroto en la entrada de emergencia. Pensó entonces que habían reconocido a Laura y por ello el alboroto, así que salió por una puerta lateral del edificio y se metió en su auto. Las manos le temblaban de manera descontrolada, un frio sudor recorría su frente y cuello, encendió un cigarrillo para intentar calmarse, luego tomo el teléfono celular y marcó el número del hospital. Esperó a que atendieran con los ojos clavados en el edificio donde estaba Laura, hasta que por fín atendieron.

―Buenas noches, hospital Central, ¿ en que puedo ayudarlo?

Henry se aclaró la garganta he intentó disimular la voz.

―Buenas noches, mi nombre es Cameron Dominik y quería corroborar si el llamado anónimo que recibí es cierto, verá... me dijeron que mi ex esposa esta hospitalizada allí. ¿Podría decirme si eso es correcto?

―¿Es usted el dueño de los hoteles Cameron? ―pregunto asombrada la recepcionista.

―Si, el nombre de mi ex esposa es...

―Se quien es ella señor Cameron, deme unos minutos, ya le informo.

Henry esperó tamborileando los dedos contra el móvil y el volante, con el cigarrillo ya consumido por completo. Fueron unos minutos demasiado largos, la música de fondo de espera era un fastidio y su mirada no podía apartarse del alto edificio.
Por fín luego de unos cinco largos minutos volvieron a tomar la línea...

―Señor Cameron... ¿Sigue ahí?

Henry se tenso al oír ahora la voz de un hombre. Volvió a aclarar la garganta y respondió:

―Si, aquí sigo.

―Soy el doctor Parker, trate a la señora, por favor preséntese aquí en el hospital, necesitamos hablar con usted en persona.

―¿Porque, sucedió alguna cosa?

―Es delicado para hablarlo por teléfono.

―Por favor dígame...

*
*

Luna llevaba en la mano el papel que confirmaba sus sospecha mientras caminaba hacia la oficina de su esposo en la casa. No llamó antes de entrar, casi nunca lo hacia si estaba solo, así que abrió y entro en el momento en que él levantaba el teléfono respondiendo a una llamada que entró en esos instantes.

―Hola... si pero yo soy su hermano... conozco a Laura, es mi cuñada... ¿Sucedió algo?

Los ojos de Mikael se elevaron hasta encontrarse con los de su esposa y ella notó su intensa palidez.

―Mikael... ¿Que pasa con Laura?

Mikael levantó la mano y le hizo señas de que esperara un momento.

―No estoy en la ciudad, ella es hermana de mi esposa... claro pero, podría decirme si ella se encuentra bien...

Mikael se sentó lentamente y miro con mayor intensidad a su esposa, entonces ella supo que algo grave sucedía.

―Esta misma noche estaremos allí, gracias.

―Dime que le pasó a mi hermana ― exigió Luna con tono tembloroso.

―Llamaron del hospital Central, alguien la llevo inconsciente...

―¡Oh por dios! ¿Como está, que le sucedió?

―No me dieron muchos detalles, necesitan que vayamos cuanto antes.

―¡Entonces vamos!

―Ve a preparar algo de ropa, mientras yo llamo al hangar para pedir que tengan listo el jet privado.

Luna asintió y regresó sobre sus pasos, dejaría para luego su noticia.

*
*

―Mi móvil murió por completo, cuando lleguemos lo pondré a cargar ―murmuro Dominik guardando el móvil en su bolsillo.

Dante solo asintió sin apartar la vista de la ventanilla.
Dominik frunció los labios en una mueca, cerró los ojos y se dispuso a dormir un rato.
Varias horas después, cuando el avión aterrizaba.

―¿Tu sabes donde vive Henry? ―pregunto mientras caminaban por el corredor hacia la salida ―yo no lo sé.

―Si, le pedí a mi asistente que...

Dante guardó silencio y se quedo petrificado cuando una lluvia de flashes cayó sobre ellos y casi de inmediato una decena de periodistas se abalanzó sobre ellos. La seguridad del aeropuerto intervino y los ayudó a salir de allí.

―¿Que rayos fue eso? ―inquirió Dante enfadado.

―No tengo la menor idea...

―¿No lo sabe señor Cameron? Está en todos los canales de televisión.

Dominik quien no había prestado atención al hombre que los guiaba hacia el exterior por un sitio apartado del acoso periodístico se lo quedó mirando con curiosidad.

―¿A que se refiere?

El empleado saco su teléfono, buscó en internet y le mostró la noticia.
Dante y Dominik miraron la pantalla pequeña con curiosidad.

"La reconocida escritora y ex esposa del júnior de los hoteles Cameron Dominik, fue dejada abandonada en el hospital Central donde, pese a los esfuerzos de los doctores falleció.

Se investiga la causa de su muerte y se presume pudo ser un suicidio..."

Tanto Dante como Dominik contuvieron la respiración sin dar crédito a lo que sus propios ojos acababan de ver.

―¡Eso es imposible! ¡Ella no está muerta! ―dijeron casi al unísono ambos hombres.

De inmediato y sin esperar más salieron corriendo hacia la salida, tomaron el primer taxi que encontraron y dieron la dirección del hospital, manteniéndose ambos en absoluto silencio. Parecían congelados en el tiempo, como si todo lo visto en la pequeña pantalla fuera parte de una broma o una pesadilla.
Al llegar tuvieron que ingresar por una puerta lateral pues el frente estaba repleto de periodistas como en el aeropuerto.
Ambos fueron directamente hacia la oficina del director del hospital, donde ya los estaban esperando.

―Señor Cameron, señor Kim, tomen asiento por favor.

―Dígame que es esta mentira sobre mi mujer ―exigió Dominik.

Dante tenso la mandíbula, el médico los miró y luego suspiró pesadamente.

―Señor Cameron... mantenga la calma...

―¡Hable de una maldita vez! ―grito ofuscado Dominik.

―La señora murió.



FIN PARTE UNO DEL LIBRO.... CONTINUA CON: EN BUSCA DEL AMOR

BRYN.



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