~20~


Luna se puso un vestido muy elegante que Mikael le compro el día anterior, se recogió el cabello acorde a la vestimenta y se coloco las joyas que su hermana le trajera del extranjero, se miro al espejo y se dijo que continuaba siendo ella misma aunque estuviera por demás elegante con esa prenda tan costosa.
Abrió después la puerta cuando Laura llamo y se sintió cohibida ante la mirada escrutadora de la menor.

―¿Que tal me veo?

―¡Preciosa!

―¿No es exagerado? Mikael insistió tanto en que me pusiera esto que...

―Claro que no, estas acorde a un evento como este, ¡Vas a casarte!

―Lo se... es que no puedo creerlo, todo paso tan de repente.

―Tu lo amas y eso es lo único que importa.

Luna sintió que la voz de su hermana parecía quebrarse, la miro atentamente, notando sus ojos brillosos.

―¿Que te sucede, parece como si fueras a llorar?

―Claro que si ―respondió Laura respirando profundamente ―mi hermana se casa, es obvio que tengo deseos de llorar, pero me siento muy feliz por ti.

―¿Es en verdad solo eso?

―¿Que mas podría ser?

―¿Peleaste con Dominik anoche?

―Para nada ―sonrió Laura secándose una lagrima solitaria que se le escapo, sonriendo ampliamente ―lo entendió todo y hasta me permitió ir a hacerme la prueba de compatibilidad para saber si puedo donarle médula a Ezekiel.

―Eso es magnifico Lau, es muy loable de tu parte.

―Es un niño tan dulce, ojala lo conocieras.

―Lo imagino, iré mañana a verlo y a ver si me hago la prueba también, es que después de la boda debo ir con Mikael a firmar los papeles de Ileana para adoptarla, si todo sale bien esta misma noche ya podremos traerla con nosotros.

―¡Wou! Seras esposa y madre todo en el mismo día ―rio Laura sin alegría alguna en la voz, intentando no arruinar el día especial de su hermana ―espero que eso no sea mucho para ti, todo tan de pronto.

―Eso mimo espero yo ―suspiro Luna.

―Todo saldrá bien y sabes que puedes contar conmigo en lo que necesites.

―Lo se, te quiero ―Luna la abrazo, Laura cerro los ojos un instante con deseos de ponerse a llorar como niña pequeña pero se aguanto y se aparto mirando a su hermana una vez mas ―¡Eres la novia mas bella de todas!

Juntas fueron a reunirse con los hermanos Cameron en el recibidor.
Mikael miro a Luna con ojos que eran incapaces de ocultar el amor que sentía aunque ella pareciera no querer darse cuenta de esto y estuviera empeñada en que no la amaba realmente. Esos ojos decían a gritos que estaba loco por esa mujer que caminaba en dirección a él, con una sonrisa trémula en los labios.
Los cuatro fueron al registro en el mismo auto, y mientras Dominik intentaba conversar y charlar de manera animada, los otros tres mantenían un mutismo que a la larga lo obligo a mantenerse también en silencio.

La boda fue rápida y sin mayores complicaciones, Luna y Mikael firmaron los documentos y luego Laura y Dominik como testigos.
En menos tiempo del que se dieron cuenta ya estaba todo hecho.
Luna y Mikael ya eran marido y mujer.

―Iremos todos a cenar esta noche al mejor restaurante de la ciudad ―dijo Mikael sin poder ocultar la emoción que sentía en esos momentos.

Luna, quien imaginaba que se debía a su ansiedad por adoptar a Ileana, simplemente sonrió sin querer pensar en el hecho de que se acaba de casar con un hombre a quien amaba pero no la amaba a ella.
Manteniendo siempre la sonrisa en el rostro hasta que casi le dolió la mandíbula.

―Me parece perfecto ―acepto Dominik palmeando la espalda de su hermano con afecto ―ya eres uno mas del rebaño ―bromeo.

―Gracias... creo ―se rio Mikael sin quitar los ojos de Luna ―La madre superiora nos espera, es mejor que nos vayamos a cambiar y luego al orfanato.

―Si, es verdad, se hace tarde ―acepto Luna.

―Yo... iré al hospital, me haré los estudios.

―Voy contigo ―ofreció Dominik.

Laura lo miro un fugaz momento con enojo, luego asintió dibujando una sonrisa falsa que Luna capto al instante pero no tenia tiempo para detenerse a investigar que era lo que estaba sucediendo, así que lo dejo para después. Dominik y Laura se fueron en el auto, mientras que Mikael y Luna en taxi, ya que el auto de ellos estaba en el hotel.

Después de cambiarse y de buscar el auto, mientras Mikael conducía, Luna observaba el anillo de matrimonio en su dedo pensando en su hermana.

―¿Ya estas comenzando a arrepentirte? ―escucho que Mikael preguntaba.

―No es eso, lo nuestro no tiene nada que ver ―respondió Luna con tono tenso ―¿No lo notaste?

―Que cosa.

―Laura estaba mal, se notaba en sus ojos, en su tono de voz, tenia los ojos enrojecidos como si hubiera llorado.

―Es que de hecho si lo hizo, su hermana mayor acaba de casarse, quizás se sensibilizo por eso, pensando que te perderá ―razono Mikael amable.

―No, es algo mas que eso.

―¿Algo mas?

―Si, es como si una vez mas sus ojos se hubieran apagado, como entonces...

―No entiendo a que te refieres.

―Cuando Henry la dejo, su mirada es de nuevo como cuando ese infeliz la dejo plantada, como si su felicidad se hubiera esfumado.

―Quizás son solo cosas tuyas, yo la vi normal, como siempre.

―Es que tu no la conoces como la conozco yo Mikael, Laura es incapaz de ocultar sus sentimientos, sus ojos la evidencian y te aseguro que mi hermana no estaba bien.

Mikael tenso la mandíbula y pensó en la camisa de su hermano manchada con labial...
¿Acaso Laura estaría sospechando que su esposo la engañaba?
¿No decían todos que las mujeres tenían un sexto sentido para esas cosas?

Realmente esperaba que no fuera eso, por el bien del matrimonio de su hermano, esperaba que no fuera eso.

―Estoy seguro de que no es nada grave. ―dijo al final estacionando el auto ante el orfanato, luego se giro hacia ella, tomo sus manos y le sonrió.

―Quiero agradecerte esto que haces por mi, es muy importante que sepas que gracias a ti recupere a mi hija, antes solo daba topes contra la pared una y otra vez, pero desde que comenzaste a ayudarme, es que realmente logre dar con Ileana, y esto que hiciste hoy... Luna eres como un ángel y quiero que sepas que eres la persona mas importante para mi ademas de mi hija... Luna te quiero mucho.

Luna sintió que su corazón saltaba de felicidad, por sus palabras, no era lo mismo que amar pero se acercaba mucho y con eso se conformaba por el momento.

―Deja de decir cosas que me harán llorar ―replico riendo ―entremos a buscar a tu hija.

―Nuestra hija ―corrigió Mikael ―desde ahora, Ileana es nuestra hija y yo no podría estar mas orgulloso de eso.

Luna pestañeo repetidas veces para evitar llorar pero no pudo cuando Mikael se acerco y la beso intensamente, abrazándola fuerte después.

―Te prometo que te haré muy feliz ―susurro a su oído y ella solo podía pensar en que ya lo era tan solo por ser su esposa.

Un leve golpe en la ventana del auto los arranco de su mundo de ternura.

Los dos miraron a quien lo hizo, sonriendo al notar la intensa mirada de la preciosa niña de cabello oscuro quien estaba parada con una sonrisa radiante junto al auto.
Bajaron y Ileana se acerco a ellos, miro a Luna y luego miro a Simon y unas lagrimas cayeron de sus bonitos ojos.

―¿Porque llorar preciosa? ―pregunto Luna hincando una rodilla en el suelo sin importarle que el traje que llevaba puesto era costoso ni que el césped húmedo pudiera mancharlo arruinándolo por completo.

Este acto simple y sencillo le encanto a Mikael, pues hablaba de la humildad y el corazón tan inmenso que Luna tenia, solo le importaba consolar a la niña y eso le fascino aun mas, sus sentimientos hacia ella solo crecían con cada cosa que hacia.

―¿Es verdad lo que dijo la madre superiora? ―fue la respuesta de Ileana.

―No estoy segura de que es exactamente lo que te dijo.

―Que ustedes van a adoptarme ahora mismo.

Luna asintió, Mikael también se arrodillo ante la niña junto a su nueva esposa y tomo una mano de su hija con afecto.

―¿Estas de acuerdo con eso? ―pregunto con cierto temor.

―¿Quieres ser nuestra hija Ileana? ―quiso saber Luna.

Como respuesta Ileana se lanzo a los brazos de ambos pasando un brazo por cada uno de ellos y reposando la cabeza en el hombro de ambos llorando de felicidad.

―¡Si, si quiero tener padres!

Los ojos de Mikael y Luna de manera inevitable se llenaron de lagrimas, esas eran las palabras mas ansiaban escuchar.

*
*

―¿Sigues enfadada conmigo? ―le pregunto Dominik a Laura mientras conducía ―ya te pedí perdón esta mañana, en verdad lo siento mucho.

―Te perdono ―respondió secamente.

―Si es así entonces ¿Porque siento que sigo en falta contigo?

―Dime Dominik ―lo miro con insistencia ―¿Lo estas?

―Bueno, se que me comporte como un idiota anoche, pero te juro que ya paso, no lo volveré a hacer.

―Eso dijiste cuando supiste que Dante era mi editor: "No lo volveré a hacer", ¿Recuerdas?

―Si, se que lo prometí pero tienes que entenderme, me puse celoso, tu no aparecías y...

―Tu ni siquiera sabias que no estaba en el hotel, ¿Donde estabas?

Dominik se detuvo frente al hospital, se saco el cinturón, se sentó de costado y la miro con preocupación.

―Mi amor, te lo dije anoche, me encontré con unos compañeros de universidad, me invitaron a beber unas copas, se me paso el tiempo.

Laura entrecerró los ojos, se aparto cuando el estiro la mano para tomar las suyas y luego tomo su bolso, abriendo la puerta, pero antes de bajar se volteo hacia él y le dijo:

―Pensé que dijiste que habías hecho la universidad en el extranjero, que coincidencia tan grande que justamente te los encontraras por la calle en esta ciudad tan inmensa ¿Verdad? ―Se acerco y lo miro mas directamente a los ojos, cosa que provoco en Dominik una extraña sensación de aprensión.

―Buenos es que... ―balbuceo sin saber que decir.

―Lo mas extraño de todo, ¿Sabes que es...? ―continuo Laura alejándose de nuevo ― ...lo mas extraño de todo, es que uno de tus compañeros se nota que es muy cariñoso contigo, tanto que hasta su perfume dejo impreso en tu camisa, pero quizás lo mas raro de todo es que use labial, vaya amigos los tuyos.

Se bajo del auto azotando la puerta con furia.
Dominik se bajo también y la siguió cuando ella se alejo hacia el interior del hospital.

―¡No me sigas! ―le advirtió Laura deteniéndose a pocos metros de la entrada.

―Dejame explicarte ―pidió pero ella negó con la cabeza.

―No quiero escuchar tus excusas, me engañaste, tengo la prueba y si no dije nada fue para no arruinar el día de mi hermana y esta noche sera exactamente igual, pero te sugiero que busques donde quedarte porque no lo harás en mi habitación, eres un cretino infeliz, todas las promesas que hiciste las rompiste en un segundo, ¡Te odio!

Dominik se sintió como si acabaran de aplastarlo cuando la escucho decir esas palabras, se quedo en su sitio sintiendo que el mundo se abría a sus pies, dejándolo hundido en un profundo abismo.

Laura corrió prácticamente hasta la sala de visitas, sin entrar.
Se dejo caer en una de las sillas y comenzó a llorar ahogadamente, apenas podía creer que eso estuviera sucediendo, ella en verdad amaba a Dominik y el acaba de destruir todo ese amor, la había destrozado con su traición.

―¿Laura?

Levanto la mirada encontrándose con la de Dante, se puso en pie y lo abrazo, llorando cada vez mas intensamente.

―¿Que te sucede? ―pregunto anonadado por la intensidad de su llanto.

―Me engaña, Dominik me engaña con otra mujer...

Dante maldijo mentalmente al maldito esposo de Laura, mientras la abrazaba para consolarla.

A pocos metros de ellos Dominik, quien al final había decidido intentar explicar lo que sucedía a Laura, los vio abrazados, pensó en ir a romperle la cara a Dante pero la escucho cuando ella dijo que la engaño, la veía llorar y eso lo mantuvo alejado, entonces desconcertado y aturdido por el alcance de sus acciones, se alejo con el alma en los pies, estaba seguro de que ella jamas le perdonaría eso.

*
*

Veronica marco el código para entrar a la casa pero la puerta no se abría, toco el timbre entonces con insistencia y fue cuando noto el montón de cosas a un lado de la casa.

Extrañada se acerco a las bolsas de consorcio que contenían sus pertenencias, notando horrorizada que toda su costosa ropa se encontraba allí.

―Pero que... ―balbuceo, comenzando a azotar la puerta con furia ―¡Clare abre maldita sea! ¡Dante, abre ahora!

Desde la parte superior de la casa, mas concretamente desde la habitación de Dante, apareció Clare asomando la cabeza y mirándola con desdén.

―Ya basta con el escándalo o tendré que llamar a la policía ―amenazo.

―¿Como te atreves poca cosa? ¡Baja en este momento a abrir la puerta! ¿Porque todas mis cosas están aquí afuera?

―Es que ya no vive mas aquí ¿No lo sabias? ―sonrió Clare apoyándose en la ventana sin dejar de sonreír ―al parecer Dante al fin se dio cuenta de la clase de mujer que eres.

―¿Dante?

―Yo sugiero que mejor recojas tus piltrafas y te vayas Veronica, a juzgar por como quedaron los muebles de tu habitación, si él te encuentra... no creo que sea bueno para ti.

―¡Abre la maldita puerta!

―No me obligues a llamar a la policía, seria muy penoso ver como te llevan por falsificar los estudios de adn del niño.

―¿Que dijiste?

―Lo que escuchaste.

Veronica se puso intensamente pálida, dio media vuelta y se alejo de allí cuanto antes.

*

*

Dominik se sentía devastado, su perfecto cuento de hadas se estaba transformando en una horrible pesadilla y solo el era culpable de eso. Pensó en llamar a su consejero pero la vergüenza se lo impidió, se dijo que era mejor volver al hotel para pensar el mejor modo de pedir perdón, aunque tuviera que arrastrarse para ello, y eso si le pareció mejor.
Camino por el recibidor del hotel directo hacia el elevador, pero antes de entrar, cambio de opinión y se dirigió al bar, se sentó ante la barra y pidió un escoces con hielo, miro su anillo de bodas y dejo escapar un profundo suspiro, pensando en que nunca debió regresar a isla Victoria.

Todo estaba controlado antes, vivían en una hermosa campiña, alejados de todos y de todo, compartían momentos inolvidables juntos, su amor entonces era intocable, nada interfería entre ellos, Laura era solo para él.
Termino su trago y pidió uno mas, saco el móvil comenzando a ver las fotografías que se habían sacado en su luna de miel. Observo la mirada de su esposa, sus ojos brillaban ilusionados, estaban fijos en el y no en la cámara, su sonrisa era clara y genuina, no como estaban unas horas atrás. Llenos de dolor, de tristeza y desilusión.
La lastimo, la hirió y eso jamas se lo perdonaría.

― Hola guapo ¿Porque tan solo?

Dominik miro de costado a la bella mujer que se sentó junto a el y le sonrió.
Se termino el resto de la bebida y se puso en pie para retirarse pero ella lo tomo del brazo, mirándolo con una amplia sonrisa en los rojos labios.

―No te ofendas ―le dijo con un tono meloso ―no es lo que imaginas, solo busco un poco de compañía mientras bebo mi vino ―le dijo.

El sabia que debía marcharse, sabia que lo mejor para él era alejarse de toda la tentación, pensar en lo que haría para recuperar a su esposa y quizás, también ya era tiempo de comunicarse con su consejero.

―Lo siento señorita pero...

La mujer se sentó mas derecha, cruzo las largas piernas una sobre la otra y le pidió al barman que le sirviera una copa de bourbon.
Lo dejo ir soltando su brazo, Dominik tenia vía libre para alejarse y hacer todo lo que había enumerado en su mente pero no lo hizo.
Volvió a sentarse, pidió al barman otro escoces y la miro de costado con una media sonrisa.

―Camille... ―le dijo la mujer pasandole la mano a modo de saludo.

Dominik la tomo y le dijo su nombre, luego bebió del vaso que el cantinero dejo ante el hasta casi la mitad ignorando las fotografías que le quemaban dentro de la cartera.
Al cabo de 40 minutos, ya sus sentidos no estaban tan alerta como antes, su percepción de lo que lo rodeaba, no era clara y todos los pesares por los errores cometidos, estaban lejos de su razón, por eso no se daba cuenta de que estaba de camino hacia el elevador acompañado de la mujer, ambos caminaban a los tumbos, riendo tontamente. Se detuvieron ante la puerta de su habitación y entraron...

*
*

Dante se encontraba de pie, justo detrás de Laura, observándola en silencio, mientras ella acariciaba la mano de Ezekiel, en tanto su hijo dormía, después de pasarse la tarde jugando con ella.
Aun se preguntaba que era lo que quiso decir con que su esposo la engañaba, pues Laura no volvió a decir nada al respecto, ni aun cuando se calmo, ni cuando él se lo pregunto, simplemente se seco los ojos, le sonrió, le dijo que olvidara lo que había dicho y luego se fue a realizarse los estudios para saber si por casualidad podía donar para el niño, al regresar, no toco el tema para nada, sino que solo se puso a jugar con el bebé disimulando la clara expresión tensa en su rostro.

Miro la hora en su reloj y se volvió a preguntar porque ella no parecía querer irse, no comió tampoco cuando llego el medio día, solo tomo una taza de café y una aspirina.

―Laura.

―¿Si? ―inquirió sin girar a verlo.

―¿Porque no quieres regresar?

Vio que se estremecía apenas, desde su altura la vio llenar los pulmones y luego soltar el aire despacio.

―¿Es muy tarde? ―la escucho pronunciar con voz trémula.

―Cerca de las 7 de la tarde.

―Es verdad... debo irme... yo... ―se puso en pie, buscando su bolso apresurada por alejarse, pero

Dante la detuvo, obligándola a mirarlo de frente.

―Dime que es lo que sucede, porque estas así.

―No importa... volveré mañana.

―No tienes porque hacerlo, no es tu obligación.

―Lo se.

―Laura...

―¿Te molesta mi presencia? ―interrogo mirándolo con ojos brillosos debido a las lagrimas que intentaba controlar.

―Sabes de sobra que no ―contesto de inmediato ―pero no me gusta verte en este estado.

―Estoy bien.

―Ve a mentirle a quien se crea tus mentiras ―replico Dante con una media sonrisa.

Laura levanto la mirada hacia el y dibujo una sonrisa tan falsa que Dante estuvo a punto de maldecir, en lugar de eso, la abrazo y acaricio de manera metódica su espalda.

―Puedes contar conmigo para lo que sea que necesites, no importa el sitio, la hora o el planeta, siempre correré a tu lado cuando me llames ―le susurro al oído.

―Te lo agradezco ―respondió alejándose de el ―no quiero que confundas esto... ―dijo después algo tensa ―yo... amo a mi esposo, no pienses que...

Dante levanto la mano posando los dedos sobre los labios de Laura, los miro fijamente por un instante y después se aparto mas de ella, deslizo ambas manos por su cabello y rio negando.

―Claro que no confundo nada, se que estas enamorada de tu esposo y sinceramente espero que las cosas se solucionen pronto, somos amigos ¿no?

Ella simplemente asintió, luego tomo su bolso, miro al niño antes de irse y Dante pudo notar que en realidad no deseaba hacerlo, pero se mantuvo en su sitio en silencio.
Ella debía marcarse y el debía tolerar verla hacerlo.

*
*

Ileana miraba la habitación que Mikael le mostraba con los ojos abiertos de par en par, sin soltar su mano ni la de Luna, se notaba que su respiración era irregular y temblaba un poco.

―¿Todo esto es para mi?

―Por ahora si, es que no viviremos aquí, nuestra casa esta en la isla de Isla Victoria.

―¡En serio! ―se entusiasmo Ileana aplaudiendo ―¡Jamas fui allí!... bueno, la verdad nunca salí del orfanato, pero una vez fuimos con las hermanitas a una playa, solo que... no recuerdo cual fue, pero el agua estaba tibia y los pies se hundían en la arena cuando caminábamos.

Mikael sonrió.

―Ahora conocerás muchos sitio, Luna y yo te llevaremos, ya veras que bonito es Isla Victoria.

Ileana estaba que no cabía en si de dicha.

―Mañana iremos de compras ―intervino Luna mirando el reloj ―Mikael voy a ir a ver a Laura.

―Todavía sigues preocupada ―comento Mikael ―esta bien ve, para que te quedes tranquila de una vez.

―¿Te vas mamá?

Luna se detuvo a unos pasos de la puerta.

Miro a Ileana y le sonrió. Desde el momento en que firmaron los papeles de adopción, no paraba de decirles "papá" y "mamá", les dijo que era una palabra que siempre deseo decir y que ahora podía hacerlo.

―Solo un momento cariño, iré a buscar a mi hermana Laura y a su esposo, el hermano de Mikael para que los conozcas y así ir todos juntos a cenar ¿Te gusta la idea?

―Si, me encanta, ahora tengo una familia muy grande y también una abuelita ¿verdad?

―Si, pronto vendrá de París.

―¡Que genial!

―Ya regreso.

Mikael se quedo con Ileana, mientras Luna iba por su hermana.

No estaba segura de que estuviera en el hotel o en el hospital, así que primero prefirió buscarla en su habitación. Así que hacia allí se dirigió y justo que bajaba del elevador vio que su hermana abría la puerta de la habitación, entonces corrió una rápida carrera para alcanzarla antes de que cerrara y le sonrió cuando Laura se sobresalto al verla de repente detrás de ella.

―¡Me diste un susto de muerte! ―replico la menor riendo.

―Te vi justo y quise alcanzarte.

―Entra ―la invito su hermana ―deja que me ponga algo mas cómodo y ya te...

Luna miro en dirección a donde su hermana estaba parada porque de pronto se quedo callada y el aire de sus pulmones escapo de manera ahogada. Camino hacia donde estaba, noto la intensa palidez en su rostro y luego comprendió porque Laura estaba petrificada en el umbral de la puerta que daba a la alcoba.
En la cama se encontraba Dominik profundamente dormido, desnudo y cubierto con la sabana solo en la cintura, con una preciosa castaña dormida sobre su pecho también desnuda.

Luna vio que Laura se sostuvo del marco de la puerta, cerraba los ojos, respiraba entonces de manera entrecortada y luego retrocedía hacia la salida.

―Lau...

―Luna, no quiero estar aquí, por favor... necesito salir ―replico casi asfixiada, sus ojos se llenaron de lagrimas, giro y salio corriendo de la habitación, el elevador se cerraba cuando lo alcanzo por eso lo perdió, pulso el botón repetidas veces con ansiedad creciente, entonces decidió cambiar por las escaleras. Luna la siguió por el pasillo y por la escalera cuando la vio correr en esa dirección.

―¡Despacio Laura, te vas a caer! ―grito corriendo detrás de ella, entonces su hermana pareció tropezar y comenzó a caer rodando y dándose duro contra los escalones de mármol hasta alcanzar el siguiente piso, quedando de una forma nada natural en el suelo.
Un grito ahogado escapo de su garganta, corrió a su encuentro y miro a su hermana arrodillándose a su lado. Laura estaba inconsciente, un corte se notaba detrás de su oreja, sangraba mucho, un pie lo tenia torcido de un modo que provoco escalofríos en Luna, parecía muerta.

―¡Una ambulancia! ―comenzó a gritar a todo pulmón, sin querer tocarla, temía que si la movía pudiera hacerle más daño ―¡Laura... una ambulancia!

*
*

Mikael caminaba por el corredor de la mano de su hija, no había nada mas perfecto en ese momento para el que la sensación de al fin sentir que su vida tomaba el curso que esperaba, tenia a su hija, estaba casado con la mujer que amaba, lograría que ella lo amara y pronto regresaría a Isla Victoria.
Suspiro lleno de satisfacción, entonces escucho el tumulto, vio que los empleados murmuraban y corrían de un lado a otro y por ultimo el sonido de la sirena llenando el ambiente.

―Disculpe señorita ―detuvo a una de los empleadas que corría hacia el vestíbulo. Esta lo reconoció de inmediato deteniéndose un instante.

―Su cuñada señor, la esposa del joven Dominik rodó todo un piso por las escaleras, esta muy grave, su prometida esta con ella, la ambulancia acaba de llegar... señor parece que murió.

Ileana levanto la cabeza hacia su padre, este no reacciono hasta un minuto mas tarde, entonces camino apresurado hacia el vestíbulo para alcanzar a ver a Luna subir a la ambulancia y a esta alejarse a toda velocidad. Miro en todas direcciones pero no vio a su hermano, volteo la mirada hacia la misma empleada que le dijera lo que sucedió y la llamo con la mano.

―¿Vieron por aquí a mi hermano, fue con Luna al hospital?

―No señor.

―Esta bien, pide que traigan mi auto, ¿sabes a que hospital fueron?

―Creo que al "Memorial" señor.

―Bien, pide que traigan mi auto y llama a la habitación en la que se hospedan, quizás no sabe lo que sucede, sino no esta, permanece atenta por si regresa.

―Si señor.

―¿Que paso papá, donde fue mamá? ―pregunto Ileana preocupada.

―No lo se preciosa, pero lo averiguare, iremos al hospital.

Ileana asintió caminando apresurada junto a su padre.

*
*

El golpe en la puerta era insistente, Dominik se movió con pereza hacia un costado, se abrazo a la almohada y mantuvo los ojos cerrados, mientras bostezaba.

―Lau, amor ¿te fijarías quien llama? ―dijo suspirando mientras intentaba volver a dormir.

―No se quien sea Lau ―respondió la mujer que estaba de pie junto a la cama terminando de vestirse ―si quieres veo de quien se trata cuando voy de salida, mi esposo debe estar preguntándose donde me metí.

Dominik se incorporo entonces, miro a la mujer, la habitación y se sentó de golpe mirando la hora en el reloj.

―¡Maldición!

―Si, ya despiertas ―sonrió, movió los dedos a modo de saludo, recogiendo su bolso y se dirigió a la puerta ―Adiós, gracias por unas horas maravillosas.
Dominik no respondió, se levanto, se puso la bata y noto la mirada acusadora de la empleada.
La mujer se fue y Dominik se toco la frente con dolor insipiente.

―¿Que quieres? ―pregunto de mal humor.

―Su hermano me pidió que le avisara que su esposa rodó por las escaleras y que fue llevada al hospital "Memorial".

―¿Que Laura, que? ―pregunto casi atragantado por el agua que estaba bebiendo.

―Ella cayo por la escalera señor, hace un rato se la llevaron al hospital, se veía realmente muy mal.

Dominik dejo a la empleada parada allí donde estaba para prácticamente correr a la ducha, para luego vestirse e ir al hospital, todo en menos de media hora.

*
*

―Maldito... si piensa que me puede hacer esto... ¡Cuidado! ―Veronica se corrió del camino cuando vio a los camilleros entrar apresurados por la puerta de emergencias del hospital, reconoció a la hermana de Laura corriendo detrás de la camilla y a su hermana en la misma.

Se quedo mirando la escena sin poder creerlo, poco después de que todos se perdieran tras unas puertas con vaivén, entraba también Simon con una niña tomada de su mano, se detuvo en medio de la sala mirando en todas direcciones, fue cuando sus miradas se cruzaron. El clavo la vista en ella con resentimiento pero Veronica no lo miraba a él sino a la niña que estaba tomada de su mano y también la observaba con atención. De manera casi inconsciente camino hasta detenerse a unos metros de Mikael, aun con la mirada fija en la niña, esta al sentirse tan observada se oculto detrás de su padre y se soltó pocos segundos después para correr hacia Luna, quien era sacada de la sala de emergencias por una enfermera.

―¡Mamá! ―escucho que la niña gritaba mientras corría hacia Luna.

Veronica siguió la carrera de la niña, viendo como Luna abrazaba a la pequeña de largo cabello oscuro. Mikael ignoro la mirada de Veronica cuando la giro hacia el, caminando hacia Luna para abrazarla fuertemente contra su pecho mientras esta lloraba.

―¡Se muere Mikael, mi hermana se muere! ―escucho que decía entre llantos.

―No pasara, ella se salvara ―la reconfortaba Mikael.

La niña permanecía abrazada a la cintura de Luna en medio de los dos adultos, con su bonita cara hundida en su abdomen. Apenas podía creerlo, esa niña era... pero su madre le dijo que era niño, no niña.

―¿Mikael? ―logro articular en voz tan baja que mas pareció un murmullo.

Se aclaro la garganta y repitió ahora con mas fuerza

―¿Mikael?

Este la escucho pero la ignoro, en tanto Luna levantaba a Ileana en brazos alejándose de allí, casi de manera tacita, como si su mente se hubiera conectado a la de su esposo y este le hubiera pedido que se lleve a su hija.

Solo entonces Mikael giro sobre si y se enfrento cara a cara con Veronica .

―¿Que quieres? ―pregunto con dureza.

―Esa niña, se parece... ¿acaso la encontraste?

―Si ―admitió Mikael desafiante ―¿Que vas a hacer al respecto?

―Yo... mi madre dijo que era niño.

―Ya no finjas, sabes bien que era niña, sabias también donde estaba, si tu no la querías al menos debiste dármela a mi, ¿Porque permitiste que creciera en un maldito orfanato?

―No se que fue lo que mi madre te dijo pero yo no sabia donde estaba ella, ni que era niña, me dijo que era niño, que lo adoptaron unos australianos, por eso nunca te dije nada, tu continuabas buscándolo... es tan bonita.

Mikael la tomo del brazo apretando con fuerza hasta hacerla gemir, apretó los músculos de la mandíbula y la miro amenazante.

―Si te atreves a acercarte a ella, te juro por lo mas sagrado que me encargare de que sufras Veronica .

―La encontraste... ―musito sin prestar atención a su amenaza ―¡Es mi hija también y tengo derechos!

―¡Te equivocas! ―le grito a la cara, arrastrándola al exterior cuando noto la mirada de las personas allí en ellos ―La adopte, ella era una niña abandonada por su madre, tengo pruebas de que tu no la querías, tengo dinero y contactos y lo mas importante tengo la suficiente fuerza de voluntad para soportar lo que sea, con tal de mantener a mi hija a mi lado, no te atrevas a intentar acercarte y ni pienses en pretender quedarte con ella, porque antes te mato, ¿Lo escuchas? ―murmuro para que ella solamente lo escuchara ―¡Te mato Veronica !

La soltó acomodándose el saco metódicamente.

―¿Lo entendiste?

―¡Mikael!

Mikael detuvo sus pasos cuando estaba regresando al interior del hospital, mirando a Veronica .

―De los dos hijos que la vida se empeño en darme a pesar de lo mala madre que soy, ella es a la que quiero, la quise antes y la quiero ahora, se que no vas a creerme esto, pero estaba mejor lejos de mi, al menos en ese sitio le daban amor, cuidala mucho, no intentare nada, lo prometo.

Mikael no dijo nada, su expresión era inescrutable.
Veronica se coloco las gafas oscuras de sol, espero unos segundos y entro al hospital de nuevo. Busco el elevador, pulso el botón de pediatría y recordó, cuando Henry le dijo que había encontrado a la niña en ese orfanato, algo que ella ya sospechaba, pero que nunca quiso comprobar.
Según él, esa niña era una garantía para lograr que Laura se divorciara de Dominik a cambio de información. La idea de Henry era adoptar a Ileana para evitar los rumores y luego extorsionar a Laura con hacerle daño si no se divorciaba cuanto antes, pero Veronica no quería eso y no sabia como hacer para evitarlo. Su vida pasada no podía quedar en la evidencia publica, la tildarían de trepadora, perdería lo que consiguió ante la sociedad. Mikael no lo sabia pero había salvado a la niña de un destino cruel, ella no era buena como madre, ni siquiera lo era como persona, pero eran las decisiones que había tomado y ya no había vuelta atrás, ahora al menos sabia que Ileana estaría a salvo de Henry y de su madre, incluso de si misma, lamentablemente para Ezekiel no seria lo mismo porque no era hijo legitimo de Dante.
Suspiro profundamente cuando la puerta se abrió, su vida era un asco por completo.

¿Como podía reparar un poco de tanto daño a esos niños?
No los amaba como una madre debía amar a sus hijos, nunca debió tenerlos, pero allí estaban, para Ileana ya todo estaba resuelto, no igual para Ezekiel, no por completo al menos.

―Seria mejor si muriera ―susurro encaminándose hacia la habitación donde estaba internado.

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