~16~
Mikael la observaba caminar de un lado a otro, se había negado a bajar a cenar y lo había sentado en una silla en su habitación porque debía decirle algo importante pero no dejaba de ir y venir sin decir nada y cada vez que estaba por hablar o ponerse en pie, le gritaba que se quedara donde lo dejo, para volver a ir y venir en silencio.
―Luna...
―Silencio, necesito pensar.
―Llevas pensando mas de una hora, solo dilo.
Por el modo en que estaba tardando en hablar, en su nervios y su ir y venir, Mikael estaba seguro que lo que le diría era que estaba embarazada y eso lo tenia prácticamente en el infierno y al mismo tiempo en el cielo, sin embargo cuando ella al fin se detuvo en su ir y venir, para mirarlo fijamente a los ojos, no fue eso lo que salio de su boca.
―Acepto.
―Perdón... ¿que?
―Acepto, me casare contigo, te ayudare a adoptar a Ileana.
Mikael se quedo en silencio, la observo, sus ojos de cierto modo fueron hacia su vientre y Luna lo noto, entonces negó con la cabeza repetidas veces y saco el examen medico para mostrarle.
―No es nada de lo que piensas, por cierto ¡Que clase de cretino eres? ―le grito enfadada ―¿como es que no se te ocurrió cuidarte o decirme que lo hiciera? ¡O lo que sea! ¡He pasado unos días horribles mortificada pensando que podría estar...! Menos mal Laura me abrió los ojos sino... ¿como puedes ser tan descuidado después de lo que te sucedió con Ileana?
Luna continuaba despotricando de un lado al otro dándole un sermón sobre las responsabilidades reproductivas, haciendo mea culpa también por su propio descuido, mientras el no sabia si maldecir a su cuñada o agradecerle por darle a Luna lecciones sobre lo mismo.
No se iría al infierno, eso era un alivio, pero al mismo tiempo una gran decepción lo embargo, no se dio cuenta de cuanto lo deseaba hasta que ella le dijo que no pasaría, al menos no en esos momentos, miro el papel que sostenía en la mano, mientras se fijaba en el ir y venir de esos pies tan bonitos sobre la mullida alfombra, debería de estar agradecido con el destino por evitar que su relación se fuera por un caño antes de iniciar, sin embargo era muy amargo el sabor de la decepción, el en verdad si quería que Luna tuviera a sus hijos, por primera vez en mucho tiempo lo deseaba con muchas ganas pero pensó entonces, que con Ileana ambos podrían saber que se sentía ser responsables por alguien mas y como ella había aceptado ser su... ¡Esposa!
La miro, ella continuaba con su perorata sobre los métodos anticonceptivos, mientras a el, le caía la ficha sobre las palabras que ella acaba de pronunciar... matrimonio, había aceptado ser su esposa.
¡Luna seria su esposa!
Sonrió ampliamente, todo lo que antes estaba pensando se esfumo como por arte de magia, se puso en pie y la abrazo fuertemente, si ella aceptaba ser su esposa, entonces tendría la oportunidad de conquistar su corazón, de hacer que lo amara, el lo haría, lograría hacerlo aunque se le fuera la vida en ello.
―Mi... kael... ¿sucede algo?
―¡Gracias, gracias por todo lo que haces por mi!
Luna se quedo callada uno momento y luego lo abrazo también suspirando.
―No te dejare solo, te ayudare, lo prometo.
―No tienes idea de lo que esto significa para mi.
"Tu no tienes idea de lo que significa para mi" ―pensó Luna.
―Todo saldrá bien, estoy casi segura de que Ileana es tu hija, así que tenemos que hacer las cosas bien, iremos mañana mismo a primera hora para que se hagan los estudios de adn, y mientras esperamos los resultados, nos casaremos y comenzaremos los tramites de adopción ¿te parece bien?
―¡Me parece perfecto! ―replico Mikael tan feliz que apenas si cabía en si, entonces la inclino sobre sus labios y la beso intensamente.
Desde que habían salido de Isla Victoria no habían estado juntos ni una sola vez y ya estaba desesperado por volver a sentir el sabor de sus labios, así que no lo pensó dos veces. La abrazo con fuerza y la beso largamente, necesitaba saciar sus ansias de ella, necesitaba volver a sentirla cerca.
Si tan solo pudiera decirle cuanto la amaba...
*
*
―Domi tengo algo que decirte pero quiero que lo tomes con calma mi amor.
―¿Viste a Henry? ―fue lo primero que pregunto Dominik dejando los botones de la camisa que estaba sacándose.
―No, por suerte para mi no.
Dominik se la quedo viendo, entonces dejo escapar un leve suspiro y torció el gesto con cierto enfado.
―Entonces lo viste a el, viste a Dante.
―Si.
―¿Como puedes decirme esto así como si nada? ―se enfado Dominik elevando un poco la voz.
―Vamos cariño nada malo paso, dejame explicarte lo que sucedió para que comprendas, ademas te lo dije muchas veces, el solo es una buen amigo.
―Un amigo que esta enamorado de ti.
―Eso no es verdad, Dante no me ama, nunca lo hizo, solo fuimos una especie de tabla de salvación, uno del otro por la situación, te lo dije muchas veces, confía un poco mas en mi, me duele tu desconfianza.
Dominik volvió a resoplar y asintió sentándose en el borde de la cama tenso pero mas calmado.
―Esta bien, dime que sucedió.
Laura se sentó a su lado apoyando la cabeza sobre su hombro, le contó lo que sucedió en la reunión y como fue que Dante por causa del destino termino siendo su editor.
―¿Intentas decirme que por dos años tendrás que verlo a la obligada?
―Intento decirte que te amo, que el fue solo un amigo, que ahora sera mi editor y que yo te amo a ti.
―No lo acepto.
―Es inevitable, la firma editorial lo contrato, es un hecho.
―Despidelo.
―No puedo hacer tal cosa, Domi, no estas siendo racional, mi amor, esto ya esta comenzando a fastidiarme, ¿porque razón tengo que sentirme así contigo? Se supone que eres mi esposo, se supone que debes confiar en mi, si pretendiera engañarte no te diría quien es mi nuevo editor y al carajo todo lo demás ―se enfado poniéndose en pie ―pero vine a decirte la verdad, vine pensando que tu siendo mi esposo, sabiendo que te escogí a ti, ¡dos veces! ―señalo con los dedos ―tendrías la amabilidad de confiar en mi palabra, en mis sentimientos, en mi conducta, pero ya veo que me equivoque... me pregunto en que mas me equivoque contigo ―susurro alejándose hacia la puerta de la habitación.
Dominik se levanto de la cama de inmediato, la tomo de la mano y la regreso a su lado abrazándola con fuerza contra su pecho.
―Lo siento, lo siento amor, no quise... no es así... te amo tanto que a veces siento que podría perderte y eso me deja ciego.
―Domi... ―levanto la cabeza para verlo a los ojos, acaricio su mejilla y beso sus labios con un suave roce ―confía en mi, nada malo pasara, Dante y yo solo fuimos amigos, te amo a ti y solo a ti.
―Lo se, lo siento ―se disculpo de nuevo.
La mantuvo entre sus brazos por largo tiempo, pensando en que debían regresar a Escocia cuanto antes, poner distancia.
―Confiare en ti ―le dijo ―confío en ti desde siempre, pero lo haré aun mas ahora.
―¿Lo prometes?
―Lo prometo.
―Nunca guardare secretos contigo ―le aseguro Laura ―así que tu tampoco guardes secretos conmigo ¿esta bien?
Dominik pensó en lo que Mikael le dijo el día del golf, en lo que pretendía y supo que el era el menos indicado para decirle nada a Laura sobre la confianza.
―Trato hecho ―respondió sintiéndose un maldito por no decirle sobre los planes de su hermano.
*
*
Durante la mañana muy temprano Mikael y Luna fueron a buscar a la Ileana y a la madre superiora para hacerse los análisis pertinentes, mientras que Dominik acompañaba a Laura con el medico de su familia para hacerse los estudios que le recomendara su amigo.
Esa noche se la habían pasado conversando, ella le contó sobre el encuentro con su viejo amigo de la universidad, obviando el que fueran novios también, debido a los celos que siempre dominaban a su esposo, le dijo sobre los resultados de los análisis y que debía hacerse otros solo por las dudas, entonces el insistió en que fueran de inmediato.
Mas tarde cerca del medio día se reunieron con Mikael y Luna para almorzar en el restaurante favorito de los hermanos, fue cuando anunciaron su próxima boda.
―Entonces debemos pedir Champaña ―sugirió Dominik ―tenemos que celebrar por partida doble, por su boda obviamente pero sobre todo por mi sobrina que al fin apareció.
―Falta que los resultados lo confirmen ―le dijo Mikael un tanto serio y tenso.
Tantas veces pensó estar en la pista correcta que temía volver a equivocarse, entonces Luna le tomo la mano y le sonrió para infundirle confianza.
―Estoy segura de que si es tu hija Mikael.
Este asintió y apretó sus dedos, luego miro a su hermano y le dijo:
―Brindemos entonces.
―¿Puedo unirme a la celebración?
Los cuatro levantaron la mirada hacia Henry que se encontraba junto a ellos en el restaurante, este los miro uno a uno pero dejo la vista fija con toda intención en Laura, entonces Dominik se levanto de golpe y Mikael tras el.
―¿Este es el esposo que te conseguiste? ―pregunto Henry sonriendo maliciosamente ―si apenas parece un niño ―dijo riendo bajo ―pensé que después de mi, al menos cambiarías por algo... mejor.
Estaba provocando a Dominik a todas luces, pero antes de que su esposo pudiera reaccionar, Laura se puso en pie, tomo el vaso con agua y le lanzo el liquido al rostro, todas las miradas se dirigieron hacia ellos en el restaurante.
―Pues te equivocas Henry, Dominik es muy hombre, tanto o mas que tu, te lo puedo asegurar... no espera ―se corrigió sonriendo apenas y mirándolo de pies a cabeza con desdén ―tu eres una alimaña, y él es un ser humano, puedes quedarte muy tranquilo porque definitivamente busque a alguien infinitamente mejor que tu.
Henry saco el pañuelo de su chaqueta con movimientos medidos, se seco el rostro y tomo a Laura del brazo de manera brusca, fue cuando Dominik intervino, jalo la mano de su esposa alejándola de su ex y luego le dio de lleno en el rostro un golpe que lanzo a Henry al suelo y le hizo sangrar labios y nariz.
―No te atrevas a volver a tocar a mi mujer ―le advirtió con tono duro ―¿te pareció eso de un niño? ―le pregunto mirándolo desde su altura ―ven cariño, es mejor que paguemos la cuenta y nos larguemos de este sitio, el ambiente de pronto se volvió pestilente ―saco un puñado de billetes de su cartera, los lanzo a la mesa, pero antes de irse tomo uno y se lo lanzo a los pies a Henry diciendo ―ahí tienes para la tintorería, no tienes que irte tras una heredera para conseguir algo de dinero, yo te lo ofrezco, creo que te sobrara para un café, va por mi cuenta, descuida.
Luna se mordió los labios para no echarse a reír a carcajadas por la expresión de Henry, mientras seguía a su hermana, su cuñado y a Mikael fuera del restaurante.
*
*
Un par de mesas mas alejados, se encontraba Dante almorzando con el antiguo editor de Laura, presenciando la escena.
―Esa es mi chica ―murmuro cuando la vio lanzar agua al rostro a su ex, escucho sus palabras, y aunque se sitia orgulloso de ella por defenderse del canalla de Henry, le dolían cada una de ellas.
―¿Esa era Laura? ―pregunto el viejo editor colocándose las gafas, pero ya para ese momento los cuatro se marchaban del restaurante ―¿ese que esta en el suelo no es el muchacho con el que se iba a casar?
―Si, es Henry su ex novio.
―Es una pena la verdad como resultaron las cosas entre ellos dos, siempre pensé que hacían una bella pareja, pero que engañado uno esta ¿no?. Ahora se que esta casado con otra mujer, creo que incluso tienen un hijo, porque en algunas ocasiones los vi de lejos en un parque cerca de tu casa.
―¿Que? ―pregunto Dante olvidando por completo a Laura y su esposo.
―Si, una mujer joven, muy bonita, con un niño diría que de la edad de tu hijo mas o menos, los vi de lejos cuando el auto se detuvo en un alto, pero podría jurar que se trataba de Henry.
Dante saco de su bolsillo la fotografía que Veronica había colocado en su cartera, donde estaba los tres en el primer cumpleaños de Ezekiel, y el nunca recordaba sacar de allí, mostrandole al hombre.
―¿Es ella?
―Si, ella misma y el niño... ―dudo ―son tan parecidos... ¿acaso la conoces?
―Pensé que si pero veo que no del todo ―respondió Dante observando al niño y sintiendo la duda que comenzaba a crecer en el.
¿Porque Veronica llevaba a Ezekiel con Henry?
Su teléfono celular comenzó a vibrar repentinamente, observo de quien se trataba y se disculpo con el señor Queen alejándose un poco para responder.
―¿Que sucede Clare, esta bien Ezekiel?
―No señor Kim, lo traje de urgencia al hospital... estaba jugando tranquilo... ―sollozaba al tiempo que hablaba ― y de pronto de la nada... se desplomo en el suelo... su cuerpito se sacudía violentamente... tuve tanto miedo... llame a la ambulancia... ahora lo están... atendiendo... ¡Señor Kim por favor venga pronto!
―Lo siento viejo amigo ―le dijo al anciano tomando apresurado su chaqueta ―debo irme, mi hijo esta en el hospital.
―¿Esta bien, que sucedió?
―No lo se, voy para allí ahora mismo.
―Vamos, te llevare, no estas en condiciones para conducir.
Dante asintió, mientras terminaba de pagar la cuenta luego salieron ambos directamente hacia el hospital.
Ya para ese momento Henry no estaba mas en el restaurante.
Dante llegó al hospital en el momento en que Clare corría tras una camilla y unos doctores que se perdían por corredor hasta una puerta que decía "Urgencias"
―¡Clare! ―la llamó Dante, entonces la chica giro hacía él y lo que vio lo dejó petrificado en su sitio, puesto que la chica tenía las manos, la blusa y parte del rostro cubierto de sangre.
―¡Señor Kim, por fín llega! ―respondió bañada en lágrimas, con las manos temblorosas― El niño... estaba jugando... ―apenas podía decir las palabras porque no podía dejar de llorar y temblar, retorciéndose las manos con fuerza.
―Calmate por favor, debes hacerlo para decirme que sucedió.
La chica asintió pero continuaba llorando.
―Respira profundamente, así es... ahora calmate y dime que le pasó a mi hijo.
―Estaba jugando en el parque de la casa, entonces de pronto cayó al suelo y comenzó a sacudirse... ―contuvo el llanto lo mejor que le era posible― corrí hasta donde estaba, y cuando lo levante comenzó a sangrar por la boca y la nariz... era mucha sangre... no podía detenerla... ―comenzó a llorar de nuevo― le pedí a la señora que me ayudara, que nos trajera al hospital pero ella se negó... entonces llamé a la ambulancia...
―Esta bien, hiciste bien.
―Señor Kim... le juro que estaba cuidando de su hijo, no lo deje solo ni un segundo...
―Te creo Clare, siempre has sido muy responsable, quedate aquí, iré a hablar con los doctores.
La niñera asintió, el señor Queen, quien se mantuvo en silencio se la llevo hacia el baño de damas para que intentara asearse un poco al menos, mientras Dante pretendía entrar por la puerta por donde se llevaron a su hijo.
―Señor, ¿donde va? Esta prohibido ingresar a esa zona― lo detuvo una enfermera.
―Mi hijo esta ahí dentro, lo trajeron hace unos minutos, es un bebé de dos años y medio.
―Ah si, venga por aquí por favor.
La enfermera lo guió a través de corredores hasta lo que parecía otra sala de espera un poco más pequeña que la anterior, le pidió que se quedara un minutos allí y se marcho.
Dante caminaba de un lado a otro con el corazón a punto de escapar de su pecho en tanto esperaba, luego de casi 20 minutos al fín apareció un médico.
―Señor, ¿Es usted el padre del niño ingresado recién?
―¡Si! ―camino hasta el con rapidez― Soy Dante Kim... ¿Que le pasa a mi hijo doctor?
―Soy el doctor Jensen, el niño está estabilizado en estos momentos, por favor venga a mi consultorio un momento que necesitamos hablar.
―Quiero ver a mi hijo primero.
―Lo están preparando para pasarlo a una sala de cuidados intensivos, se tardarán un momento, pierda cuidado el esta en las mejores manos.
Dante lo dudo un segundo pero asintió siguiendo al médico.
―Tome asiento por favor.
Dante así lo hizo pero miraba insistente al profesional.
―Dígame que le sucedió a Ezekiel.
―Señor Kim, quisiera hacerle unas preguntas y necesito que sea lo más franco posible.
―Claro.
―La niñera dijo que tiene dos años y medio.
―Así es.
―¿En ese tiempo a sufrido de convulsiones, fiebres, dolores inexplicables, sueño excesivo?
―Convulsiones jamás, fiebre si, es normal en los niños de su edad ¿Verdad? Dolores... pues de los dientes creo, aunque en ocasiones parecía molesto por nada, como si algo le doliera, por eso siempre lloraba mucho, pero siempre creí que era normal en los niños de su edad― pensaba detenidamente para no dejar pasar nada importante― sueño... duerme toda la noche, y también unas horas de siesta en la tarde, algunas veces se pasa de su hora para despertar en la mañana pero también creí que normal porque juega mucho fuera de casa,incluso se ha hecho algunos moretones, le he dicho a la niñera que fuera mas atenta para evitar esto, sin embargo Ezekiel no es demasiado cuidadoso al jugar en el jardín. Doctor ¿que sucede con mi hijo?.
―Señor Kim, los niños de la edad de su hijo suelen ser muy activos, es normal que duerman unas pocas horas en la tarde, así como lo es que despierten en las noches en ocasiones.
―Ezekiel, nunca lo hizo.
―Entiendo, ¿Se alimenta normalmente?
―Si, me encargo personalmente de eso.
Dante lo veía anotar todo en el papel delante suyo, y sus gestos con cada pregunta, lo ponían más nervioso. Por el modo en que el doctor estaba dilatando las cosas, estaba seguro de que algo malo sucedida con Ezekiel.
―Necesitamos que nos autorice para evaluar a su hijo en algunos exámenes que son necesarios con urgencia.
―Lo haré pero, antes dígame que es lo que está sucediendo.
―Llegó aquí inconsciente, con un sangrado intenso vía oral y nasal, nos costo mucho poder detenerlo y debido a la perdida de la misma es urgente que le hagamos una transfusión.
―Yo se la daré― dijo de inmediato Dante.
―Perfecto, de aquí lo llevaré para extraerle la sangre, pero... ―El doctor respiro tomando un poco de aire y luego lo miro fijamente― reprobable que su hijo tenga leucemia, y si es así tendremos que hacerle análisis para determinar en primera instancia si es correcto el diagnóstico y luego que clase es la que tiene, en caso de que así sea, sin embargo tiene todos los síntomas de alarma en lo referente a esa enfermedad.
―¿Leucemia? ¿Necesitará un trasplante? ―pregunto sin poder creer aún, que eso estuviera pasando.
―En el peor de los casos, si.
―Entiendo.
Dijo la palabra pero en su interior no era verdad.
No entendía porque a su pequeño e inocente hijo le estaba pasando algo así.
No entendía porque tenia que sufrir de esa manera cuando ya era bastante malo que su propia madre lo tratara con desprecio.
Se negaba a entender que una enfermedad tan horrible estuviera dañando a su pequeño de tan solo dos años.
―Necesitamos que por las dudas usted y la madre y cualquier otro familiar dispuesto, se haga la prueba de compatibilidad, para determinar si alguno podría llegar a ser donante en caso de ser necesario.
―Sea franco doctor ¿Es posible que lleguemos a ese punto?
―Lamentablemente, por los síntomas del niño... si, es posible.
―Quisiera ver a mi hijo doctor, después me haré las pruebas que crea necesarias.
―Si quiere avisar a la madre...
―Lo haré más tarde en persona, después de que vea a mi hijo y me haga las pruebas.
El médico lo miró extrañado, ya que las madres por lo general son las que más ansiosas se ponían ante una situación así, pero de hecho el niño llego a internacion con una niñera, así que no pregunto, simplemente asintió y señaló la puerta.
―Esta bien, sigame por aquí, creo que ya debería estar en las sala.
Dante estuvo un momento con su hijo, sintiendo que una parte de si se moría con cada segundo que pasaba al no poder ayudar a Ezekiel, ni siquiera el saber a ciencia cierta que era lo que le pasaba, soportando estoicamente el verlo acostado en esa cuna de hospital, conectado a un soporte de vida, con una aguja metida en su delgado brazo, y con los ojos fuertemente cerrados.
Ahora que no tenia a Laura, Ezekiel lo era todo para él, y si lo perdía no podría tolerarlo.
Cuando salía del laboratorio donde se hizo los análisis, se encontró con Simon.
―¿Que pasó? ―pregunto apenas lo tuvo cerca.
―¡Simon! ―susurro Dante dejando escapar un suspiro ahogado― ... esta mal, mi hijo esta muy mal ―se dejo caer en una silla junto a él.
―¿Que tiene?
―El doctor piensa que es leucemia y es probable que necesite un trasplante.
Simon se quedo en silencio un momento, luego paso la mano con afecto por su espalda para darle ánimos.
―Mantén la calma, algo haremos para que tu hijo este bien.
―Simon, si lo pierdo... si algo le pasa... yo no...
―No lo digas, no le pasará nada.
―Tengo que ir por Veronica pero no quiero, no puedo dejar a Ezekiel.
―Iré yo a buscarla.
―¿Podrías?
―Claro que si.
―Gracias amigo.
*
*
Dominik firmó los papeles que la agente de la inmobiliaria le mostró y luego sonrió satisfecho.
―Un placer hacer negocios con usted― dijo poniéndose en pie.
―No me diga que ya se va.―le dijo la bella mujer de largo cabello castaño y pestañas casi igual de largas y risadas.
―Si ¿Acaso faltó algo más señorita Deyer?
―No, todo está en orden, es que quería invitarle un café por ser uno de mis mejores clientes, es... una nueva política de la empresa.
Dominik elevó una ceja, la miro un instante, miro el reloj y luego sonrió con amabilidad.
―Supongo que esta bien, un café, tengo todavía un poco de tiempo disponible, ya que mi esposa debe estar descansando aún.
―¡Que bien! ―dijo con mas entusiasmo del pretendido, luego se compuso rápido y tomó su bolso― se de un sitio que le gustará.
―Esta bien.
Dominik llevo a la agente de la inmobiliaria en su auto hasta un pequeño y bonito café donde ambos se bajaron y se sentaron en la discreta terraza.
―Entonces... ¿Comprará una casa nueva? porque podría ofrecerle unas cuantas que estoy segura le...
―No se preocupe señorita Deyer, mi esposa y yo nos mudaremos a Escocia.
―¿Escocia?
―En efecto.
―Es algo lejos ¿No?
―Nos gusta ese país a mi esposa y a mí.
―Su esposa es muy afortunada― comento ella apoyando el codo en la mesa y el rostro en la palma de la mano.
Dominik sonrió haciendo como que no se daba cuenta de que le estaba coqueteando.
―El afortunado soy yo― respondió riendo― pida lo que quiera, yo invito.
―No para nada, usted pida lo que quiera, es política de la empresa, recuerde― le sonrió encantadora, riendo mientras acomodaba un mechón de cabello tras la oreja― yo pediré un café latte americano― dijo a la mesera que esperaba de pie junto a ellos.
―Yo igual― dijo entonces Dominik mirando su teléfono móvil que justamente comenzó a sonar, miro a la mujer frente a él y sonrió― disculpe debo atender. Hola mi amor... si todo esta bien... ya cerramos el trato... en un rato estaré contigo... también te amo― término la llamada justo cuando les traían el café.
―Lo que dije, su esposa es afortunada.
Dominik sólo sonrió bebiendo el café.
*
*
Laura no pudo dormir, por algún motivo estaba ansiosa y no entendía porque, así que se puso a escribir un rato, pero al cabo de media hora también eso la aburrió, de modo que guardó lo que escribió hasta el momento y se quedo sentada mirando la pared. No tenia realmente muchos amigos, la agencia en la que trabajaba antes de ser reconocida como escritora solía ser el modo en que se escapaba de sus monstruos mentales pero ahora ya ni eso tenía, llamo a Domi para saber cuando regresaba pues sin él no sabía que hacer, pero todavía estaba ocupado, así que suspirando se dijo que podría salir a tomar un poco de aire fresco, eso le haría bien.
Salió y sonrió cuando el cálido sol de la tarde le dio de lleno en el rostro, se sentía bien, miro en todas direcciones diciendo que rumbo tomar cuando de pronto su mirada se encontró con la de Simon, que bajaba de su auto en esos momentos. El la observó y luego sonrió acercándose hasta donde ella se entraba.
―Hola, que bonita estas, hace tiempo que no te veía― la saludo con tono afectuoso, entonces
Laura esbozo una sonrisa y asintió.
―Hola Simon, también te ves bien ¿Cómo estas?
―La respuesta podría ser relativa― contesto suspirando― sabía que te encontraría en este hotel, supuse que como es de tu familia política...
Laura miro hacia la entrada del hotel, y asintió aferrándose con fuerza a su bolso, un poco tensa.
―Entonces, debo entender que nuestro encuentro no es casual.
―Realmente vine a buscarte.
―¿Para que?
―Para pedirte un favor...― meneo la cabeza negativamente ―en realidad es más una retribución.
―¿Retribución?
―Dante esta...
―No quiero saberlo― corto negando y dándose la vuelta para alejarse.
―Esta en el hospital, su hijo esta muy grave y Dante esta sólo― dijo de todos modos Simon― se que estas casada ahora, pero una vez fueron buenos amigos y se daban valor entre ustedes, él te necesita ahora Laura, como tú lo necesitaste en el pasado, al menos ve a ver como esta, no pierdes nada y tampoco tiene nada de malo o reprochable― insistió Simon metiendo las manos en los bolsillos.
Laura dio unos pasos en dirección contraria a él, luego apretó fuerte los dedos sobre su bolso y regreso sobre sus pasos hasta donde estaba Simon.
―¿Que tiene su hijo?
―Los médicos creen que leucemia.
Laura contuvo el aliento apretando los labios hasta formar una línea, sus ojos brillaron con las lágrimas que contenía y luego dejo salir el aire.
―¿En que hospital están?
Simon sonrió, sabía que ella comprendería en esos, momentos Dante realmente la necesitaba más que nunca...
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