~11~

Dominik cargo a Laura a través de la puerta de su habitación, después de salir de la fiesta irían directamente a la pequeña isla que le pertenecía a su familia a pasar unos días, pero prefirieron quedarse esa noche mientras que su madre se iba a Francia.
Sonrió contenta de que todo saliera bien al final y acaricio el rostro de su esposo, mientras lo besaba.

―¿Eres feliz? ―le pregunto Dominik cerrando la puerta con el pie y caminando con ella en brazos hacia la cama, donde la deposito con cuidado y se recostó a su lado.

―Inmensamente feliz, tu me haces feliz ―respondió besándolo y acariciando su rostro.

―Y tu a mi ―la miro a los ojos mientras acariciaba su cabello.

Se inclino a besarla mientras se perdía en su mundo de amor...

*
*

Henry llego al hotel cuando la fiesta estaba casi al final, busco a Laura entre las personas que allí estaban pero no la vio, luego noto que por la parte trasera del hotel un auto salia con dirección al aeropuerto, así que se apresuro a ir tras el auto, pero a mitad de camino los guardias se lo impidieron.

―Deténgase ahí, ¿donde cree que va?

―Necesito parar ese auto, es importante... ¡Necesito hablar con ella!

―Lo siento pero la señora esta rumbo a Francia, tendrá que esperar a su regreso para hablarle.

Henry maldijo mentalmente, no había logrado llegar a tiempo y ahora Laura estaba rumbo a Europa, tendría que esperar a que volviera para hablar con ella.
¡Maldita sea se había casado!
Tendría que solucionar pronto eso.

¡Ella no podía ser de nadie mas que de el, solo de él!
Y lo seria así tuviera que asesinar a su esposo, volviéndola viuda.

―Señor... ―dijo el guardia mirándolo insistente.

―¿Cuando regresa la señora? ―pregunto Henry.

―No lo sabemos.

Henry resoplo, luego meneo la cabeza y sonrió.
Podía esperar, tenia la paciencia suficiente para hacerlo.

―No importa, esperare ―dijo sonriendo.

*
*

El nuevo día había llegado, el sol brillaba en lo alto del firmamento y el aroma de las flores invadía todo en la habitación, Luna se movió con pereza en la cama sintiéndose relajada, suspiro estirándose pero su cuerpo no pudo moverse demasiado debido a la obstrucción que encontró pegado a ella. De repente, todo lo sucedido en la noche anterior despertó en su mente como ella misma, al ser consciente de lo que había hecho.

Cada fibra de su ser se tenso como cuerda de violín, giro la cabeza hacia el costado y allí lo vio, mirándola sonriendo, esperando a que ella reaccionara.

―Mi... kael... ―tartamudeo intentando alejarse por instinto, sin que pudiera hacerlo, ya que el la mantenía estrechamente apretada contra su costado.

Una larga pierna estaba sobre la suya y la mano la sujetaba de la cintura pegándola a el.

No había nada en medio de ellos, ni ropa, ni sabanas, solo piel, tibia y suave piel, una junto a la otra.

―Mi bella Luna ―comenzó a decir Mikael acariciando su rostro con gentileza ―te ves tan confusa y al mismo tiempo tan hermosa, debo admitir que despertar y encontrarte a mi lado, con todo el cabello revuelto, con tu aroma envolviéndome por completo... ―suspiro sonriendo ―es excitante.

Luna pestañeo repetidas veces, buscando las palabras en su mente, que su boca no encontraba el modo de expulsar. Mikael la acerco a el, lo que provoco que la piel de Luna se erizara y una corriente eléctrica la sacudiera, pues seguida a esa acción, el deslizo los dedos por el contorno de su espalda y cintura, colocandola de costado para verla de frente y al mismo tiempo, que ella pudiera sentir lo que su cercanía provocaba en el.

―Mikael... no creo que... ―comenzó a decir Luna, pero sus caricias le cortaron la respiración y aceleraron su pulso.

―Te deseo, te necesito... ―susurro Mikael acercándose a sus labios para besarla con intensidad, descubriendo que ella no ponía resistencia, al contrario, se había acomodado en torno a su cuerpo abrazándolo y devolviendole el beso con la misma intensidad.

―Mikael... ―alcanzo a susurrar Luna cada vez mas ansiosa.

Le gusto que respondiera a sus besos de inmediato, aunque sintió su resistencia inicial, supo enseguida que si tan solo la acariciaba un poco ella reaccionaria, era muy ruin de su parte usar el sexo para mantenerla junto a el, lo sabia, pues no tenia que ser científico para darse cuenta de que, siendo primeriza en esas cuestiones, el instinto y las ansias podrías mas que su voluntad.
Era ruin porque la quería a su lado, porque pretendía tenerla todo lo que pudiera cerca, enamorarla a como diera lugar, de repente hacer que Luna lo amara se había vuelto tan importante como lo era encontrar a su hijo... continuo besándola, mientras su mano viajo por su silueta hasta su vientre y por primera vez en todo ese tiempo se puso a pensar en las consecuencias de sus actos.

Esta vez no seria un condón roto la causa de un embarazo como sucedió con Veronica, sino el que olvidara por completo usarlo.
Era obvio que Luna no tenia noción o no había pensado en ello porque era virgen hasta esa noche, lo cual le dejaba a él la responsabilidad de protegerse pero la verdad sea dicha, cuando estaba con ella no solía pensar mucho.
De manera casi inconsciente acaricio su vientre y sonrió entre besos, se aparto un momento de ella observándola fijamente.

Seria simplemente perfecto que ella tuviera un hijo suyo.
¿Era egoísta ese pensamiento?
¿Desearía Luna lo mismo?
Si, definitivamente lo era, ni siquiera le había dicho que lo amaba, ella solo se había dejado llevar por las sensaciones, por el alcohol, por... la miro con cierto dolor en las pupilas.
¿Tan malo seria imaginar una vida junto a ella?
Eran perfectos juntos, se llevaban tan bien, tenían tantas cosas en común, ella era la única que lograba dominar al hombre salvaje que llevaba dentro reduciéndolo a un manso cachorro, ella era lo que necesitaba para continuar luchando. Si tan solo pudiera decirle que sin ella estaba muerto en vida, que antes de conocerla, no le importaba si su vida acababa en cualquier momento, que decidió ser un hombre de bien y responsable, solo porque sus palabras calaron hondo en el desde la primera vez, si tan solo pudiera expresar todo cuanto llevaba ocultando por dos largos años, lo cobarde que se sentía cuando ella le recordaba que su relación era simplemente de amistad.

Porque si, quería gritarle que no, que eso no era así para el.
¡Maldita sea, ella lo era todo en su mundo, su eje y su centro!
Sorprendido noto que Luna tomaba la iniciativa apretándolo contra la cama boca arriba subiendo sobre él para besar su cuello y hombros... se mordió los labios conteniendo la respiración mientras ella con caricias algo torpes y tímidas aun, le indicaba cuanto lo deseaba. Entonces tomo una decisión, rogando internamente no estar cometiendo una bajeza, no podía perderla, no quería hacerlo pero si cometería un pecado, si... debía condenarse al infierno por lo que haría, lo haría bien. Así que la detuvo, sus ojos se encontraron por un instante, en el que vio en ella temor, extrañeza y timidez, acaricio su rostro para transmitirle confianza y seguridad, le sonrió, se levanto de la cama y la tomo en brazos, mientras Luna se ponía totalmente roja, pues ambos estaban desnudos por completo y era una situación muy intima.

―Mi... kael... ―volvió a tartamudear Luna ―¿que... que haces?

―Te deseo tanto como tu a mi, mi amor ―le contesto caminando con ella hacia el baño ―pero seguramente debe de dolerte el cuerpo, antes de continuar... ―la beso cuando ella intento decir algo en protesta ―... porque continuaremos ―le aseguro dándole otro beso ―nos daremos un baño juntos para relajarnos, cuidare de ti, lo prometo.

―¿Juntos?

―¿Juntos que? ―pregunto dejándola dentro de la gran tina de dos cuerpo y abriendo el grifo de agua caliente y luego la fría hasta encontrar el punto justo, en tanto Luna desviaba la mirada abrazándose a si misma en un vano intento por esconder lo que el conocía a la perfección.

Mikael sonrió ante su repentina timidez, pero no dijo nada, simplemente vertió sales y jabón en el agua esperando que el agua continuara cubriendo el cuerpo de Luna, hasta que se lleno por completo mucho rato mas tarde, sin que ninguno dijera mucho.

―Relajate amor, ya regreso.

―¿Te vas?

Mikael sonrió negando, se arrodillo a la altura de Luna, acaricio su rostro y se acerco para besarla en los labios.

―Claro que no, solo tengo algo que hacer en la habitación y regreso, disfruta el agua tibia, relajate, ¿sientes hambre, quieres que pida algo de comer o de beber?

―Bueno... la verdad es que si tengo hambre y sed ―acepto Luna.

―Muy bien, también yo ―se puso en pie y Luna desvió la mirada ante su desnudez, lo cual le provoco una risa baja a Mikael ―ordenare que nos traigan algo de comer y beber.

―¡No! ―grito Luna cuando el ya alcanzaba la puerta.

―¿Porque no, que sucede?

―Es que... si pides para dos... entonces los empleados... bueno ellos se darán cuenta de que... que nosotros...

Mikael se la quedo mirando largamente, luego comenzó a reír con buen animo, regresando junto a ella, para besarla con tanta ansiedad que Luna jadeo ansiosa cuando se aparto de nuevo.

―Mi amor ¿acaso piensas que después de dos años de estar de novios y hasta comprometidos, ¿no han hecho pensar a los empleados que esto pudiera estar sucediendo desde antes?

―¿En serio?

―Eres tan ingenua y preciosa ―le dijo Mikael riendo ―ya no pienses en esas cosas, relajate, ya regreso.

―Mikael ―dijo de golpe cuando una vez mas estaba por pasar la puerta.

―¿Si?

―No... ―se aclaro la garganta un tanto tensa ―no tardes.

Mikael asintió, y salio del baño, fue directamente al teléfono, llamo a la cocina del hotel pidió comida para dos, luego llamo a su encargado diciéndole que se tomaría todo el fin de semana y que no lo molestaran a menos que fuera por una emergencia y por ultimo cambio las sabanas e hizo la cama dejándola en perfecto orden, ya cuando termino de hacer esas cosas regreso al baño, se quedo apoyado en el marco de la puerta cuando la vio con la cabeza hacia atrás sobre la tina, con los ojos cerrados y el cuerpo casi cubierto por completo con la espuma de baño, era una visión perfecta que quería gravar en su mente por siempre, volvió a dudar, todavía tenia tiempo de ir por los condones, cuidarla de algún modo para evitar consecuencias pero cuando estaba por girar sobre si para ir a buscar unos a su habitación, Luna abrió los ojos y le sonrió, la habitación por completo se ilumino y él se dijo que jamas antes en toda su vida se había sentido de esa manera con ninguna mujer y se dio cuenta entonces que aunque antes pensó que se había enamorado, esta vez, con esa mujer que le sonreía como un ángel desde la tina, era la primera vez que sentía verdaderamente amor.

―Pensé que no regresarías ―le dijo acomodándose ―ven, el agua esta maravillosa y tu continuas caminando por todos lados desnudo ―se rio sentándose mas cómodamente ―mientras tu no estabas logre acomodar mi mente ―decía en tanto el se metía en la tina sentándose detrás de ella y rodeándola con los brazos, mientras Luna se acomodaba contra su pecho y suspiraba con satisfacción ―cuando te conocí jamas ni remotamente pensé que estaría así contigo, por dios si me lo hubieran dicho me hubiera reído tanto.

―Eres cruel ―le respondió acariciando sus senos bajo el agua ―yo lo pensé en ese mismo momento a pesar de que estaba muy borracho ―se rio.

―No lo soy, solo soy sincera.

―Lo se, es algo que me gusta de ti.

―Gracias ―contesto mojando los brazos de Mikael mientras el continuaba acariciando su piel bajo el agua.

―Entonces... ¿que mas pensaste? ―pregunto besando su cuello.

―¡Ah si! ―dejo escapar un profundo suspiro ―creo que te puede gustar la idea que tuve.

―¿Una idea? ¿Implica que estar desnudos? Porque si es así, acepto desde ya.

Luna se rio, se sentó de pronto, giro para verlo de frente y lo miro fijamente antes de decir:

―Me gustaría, si tu quieres claro, que mientras dure nuestro noviazgo ficticio fuéramos también amantes, creo que siempre he sido muy retraída y hasta mojigata si quieres llamarlo así, bueno como te abras dado cuenta aun era virgen, casi llego a los 28 años y jamas me había animado a dar este gran paso, pero tu y yo tenemos muchas cosas en común, tu te ganaste mi confianza y se que no deseas nada serio, podrías enseñarme algunas cosas, ser mi...

―¿Tu maestro del sexo? ―pregunto Mikael con amargura.

Luna lo noto pero el sonrió después de decir eso, así que se sintió confusa.

―Si piensas que estoy siendo muy atrevida yo... lo siento, es que pensé que como anoche... es que... olvidalo, no se porque pensé que...

―¡Hey, hey! ―la detuvo Mikael cuando ella intento ponerse en pie para salir de la tina, la cómodo de nuevo como antes de espaldas a el, la abrazo con las piernas y acaricio sus brazos y cuello, mientras intentaba contener las malditas lagrimas que insistían en querer escapar de sus ojos por como estaban cambiando de rumbo las cosas, luego le dio un beso tierno en la base de la nuca y apoyo el mentón en su hombro ―no huyas mi amor, jamas dije que no aceptaba tu generosa oferta.

―Me pareció que te molesto lo que dije.

―Para nada, me ahorraste el tener que proponerte lo mismo, me gusta estar contigo, llevo mucho tiempo en celibato, seria un idiota si no tomo la oferta que me haces, me gusta y claro que lo acepto, pero tengo unas pocas peticiones antes de cerrar el trato.

―¿Peticiones?

―Si he de enseñarte todo lo referente al sexo entonces debes dormir conmigo de ahora en mas, ya sabes solo con propósitos didácticos ―le dijo acariciando sus senos con maestría arrancándole un gemido ansioso ― ¿te parece bien la idea?

―Pero los empleados del hotel ―refuto Luna apoyando la cabeza sobre el hombro de Mikael mordiéndose los labios y cerrando los ojos.

―Ya te lo dije, ellos no importan, ademas seguramente imaginaran que hacemos esto desde hace tiempo.

―Esta bien ―acepto Luna rendida cuando la mano de Mikael bajo hacia sus muslos.

―También quiero que mientras estemos aquí, en la intimidad me digas mi amor ―la sintió tensarse por completo, pero el sabia que hacer para relajarla y eso hizo, hundiendo los dedos en su interior robandole el aliento por completo y un profundo jadeo ―¿aceptas?

―Si... ¡diablos si!... pero tengo un pedido también... ―logro articular con la respiración entrecortada sintiendo como el hacia magia en su cuerpo con tan solos sus dedos.

Mikael se detuvo, le miro el perfil y asintió.

―Te escucho.

―Seremos amantes exclusivos, no puedes estar con otra mujer, no saldrás con nadie mas que conmigo, solo a mi me harás el amor...

―En pocas palabras solo seré para ti.

―Y yo lo seré también para ti, prefiero que nuestras relaciones seas exclusivas.

Mikael no podía estar mas de acuerdo con esa clausula en su contrato verbal y si debía usar eso para lograr sus objetivos, entonces ya que, jugaría ese juego, aunque se estuviera condenando al mismo infierno.

―Acepto ―le dijo comenzando a demostrarle cuanto podía aprender con el.

*

*

Dominik acariciaba su espalda mientras ella se encontraba cómoda recostada sobre su pecho.

―Cuando vayamos a la ciudad debo ver a mi editor ―le dijo Laura besando un lunar que encontró a la vista, provocando una suave risa en el.

―Lo se.

―Me tiene algo preocupada, dijo que tenia algo importante que decirme.

―No creo que sea nada grave, de lo contrario ya lo sabrías.

―Es que es un hombre mayor, espero no se encuentre mal de salud.

―¿Y si así fuera cariño, que sucedería?

―Pues no estoy segura, el señor Queen siempre me dijo que se encargaría de dejarme en buenas manos.

―¿Tu confías en el?

―Si, es casi como un padre para mi, fue mi profesor de literatura, ya en la universidad me decía que el se encargaría de que mi talento que quedara perdido.

―Y lo cumplió, tus libros son los mas vendidos y eres reconocida, pero no solo por su gran trabajo, que estoy seguro fue mucho, sino por tu talento.

―Gracias mi amor ―levanto la cabeza hacia el y lo beso ―si no fueras mi esposo diría que me estas adulando.

El se rio y deslizo la mano de su omóplato a la base de su cintura con una caricia provocativa.

―Si no fueras tan sexy continuaría esta charla pero la verdad es que no logro concentrarme cuando estas desnuda junto a mi.

Laura se rio, se acomodo sobre su cuerpo, sentándose a horcajadas y lo miro sin preocuparse por llevar la sabana con ella.

―Eres un hombre malo ―le dijo moviendo las caderas, la misma que Domi tomo con ambas manos para guiarla hacia donde el deseaba tenerla. Ambos contuvieron el aliento y comenzaron a moverse al mismo ritmo, mientras las palabras se iban perdiendo en la nada y los besos, las caricias y los suspiros entre cortados tomaban su lugar.

―Perderemos el barco... ―jadeo Laura cuando Domi cambio de posición colocandola debajo de el.

―Tomaremos el siguiente... ―respondió el apresando sus labios en un beso ansioso.

―Lo que dije eres un hombre malo ―se rio Laura enredando las piernas en sus caderas ―y me llevas por mal camino... hombre malo...

―Malvado, soy un hombre malo... ―rio Dominik mirando sus senos con deleite ―apetitosa... alimentame.

―¡Oye no, no es para jugar! ―Laura comenzó a reír mientras el se ponía a jugar como niño pequeño.

―Si quiero jugar... hola señoritas ―les hablaba mientras la besaba ―este hombre malo, esta hambriento...

―¡Domi! ―rio Laura intentando escapar pero el la tenia apresada contra el colchón.

Dominik se acomodo sobre ella, coloco los brazos a los costados y la miro a los ojos mientras le sonreía.

―Laura, estuve pensando, llevamos un año casados y jamas hablamos sobre la posibilidad de ser padres.

Laura lo observo un tanto tensa, eso era cierto, nunca habían tocado el tema, pero la verdad era que ella aun no deseaba tener hijos, su carrera todavía no estaba del todo firme, el tenia que solucionar que hacer en Escocia, llevaban poco tiempo de casados, así que suspiro y le sonrió acariciando su rostro.

―Mi amor ¿no crees que es demasiado pronto? Un año es poco, somos jóvenes aun, nuestras carreras están iniciando.

―Todo eso lo entiendo pero me preguntaba... ¿tu quieres?

―Claro que si, seria estupendo, me gustaría tener un hermoso niño con tus ojitos y tus labios... seria el niño mas perfecto del mundo tan solo por ser nuestro.

―Quiero hijos contigo ―le dijo Dominik ―es uno de mi mis sueños mas ansiado.

―Lo tendremos amor, pero es mejor si aun esperamos un poco.

―Pero no quiero esperar, si mañana tomamos el barco y algo me sucede, si muero de manera repentina.

―No digas eso ―lo regaño sintiendo que el corazón se le estrujaba ante la imagen de ella sin el, no podía ni pensar en tal posibilidad ―no lo digas ni en broma, tu no puedes morirte, no te lo permito, no puedes dejarme, ademas estamos en nuestra luna de miel, ¿que es eso de ponerse a hablar sobre muerte?

―Solo fue un decir, no pienso morir, apenas estoy comenzando a disfrutar de esta dicha tan inmensa que es tenerte.

―Entonces no digas esas cosas mi amor.

―Solo decía que si algo así sucediera me gustaría dejarte algo de mi, algo nuestro.

―Podría ser yo la que muera, entonces...

―Ya esta bien ―corto estremecido ―ya entendí, no hablare sobre muerte nunca mas ―rio y la beso ―pero si me gustaría que tuviéramos un hijo, no deseo esperar.

―Esta bien, mira haremos esto, dejare de tomar la pastilla, entonces podría ser o no, vamos a dejarlo así, si quedo embarazada pues bienvenido sea, sino, no nos volveremos locos, pues ya llegara, ¿que te parece la idea?

―Creo que me gusta, ahora... hay que ponerse a trabajar en una pequeña de ojitos tiernos como tu...

―¡Hey! ―se rio cuando el comenzó a hacerle cosquillas ―dijimos con calma, nada de volverse locos por eso.

―Si no es volverse loco, es deseo, pasión... bueno si un poco de locura... me vuelves loco... ¡Loco!

Laura rio entre los besos y las cosquillas, después ya no hubo palabras en medio, Dominik estaba dispuesto a hacer todo lo posible por que ese niño llegara cuanto antes...

*
*

Mikael se encontraba en la ducha esa misma noche después de hacer el trato con Luna, se habían pasado la tarde entera haciendo el amor, comieron bebieron y continuaron enredados en esa ansia que tenían uno por el otro. Ahora mientras esperaban la cena, después de que Luna se diera un baño y el siguiera sus pasos, ella permanecía parada en el balcón observando la noche. Su cuerpo estaba por completo relajado, algo adolorida pues Mikael era un maestro exigente y al mismo tiempo diestro en lo referente al sexo, apenas se había dado cuenta del correr del tiempo y de que ni siquiera había comido desde el medio día.
La conversación de la mañana volvió a su mente y se pregunto si había hecho bien.
Cuando el salio del baño, se puso a pensar que quizás se estaba arrepintiendo de haberle hecho el amor, imagino que Mikael estaba buscando alguna excusa para poder escapar de tanto compromiso repentino, y eso en verdad le dolió. De solo pensar que el podría estar queriendo alejarse de ella le dolió mas de que lo pretendía admitir, esa misma noche, cuando el la hizo suya con tanta delicadeza, con tanta pasión, Luna comprendió cuanto lo amaba y lo feliz que seria si todo eso fuera real.
Pero ellos estaban comprometidos de mentira, fingían amarse, interpretaban una obra en la cual ella había resultado vencida y sacrificada, debió irse cuando pudo mucho tiempo atrás, cuando lo consideraba un vago y un borracho, cuando su corazón estaba a salvo aun, pero el tiempo paso, permaneció a su lado, lo conoció, vio la belleza que guardaba en su interior, paso la barrera que el imponía a todos y se sumergió en su mundo verdadero, el mundo donde Mikael sufría por la perdida de su hijo, el mundo donde lo golpeo la maldad de una mujer que no valía nada y se fue enamorando, se fue entregando a ese sentimiento hasta que ya fue demasiado tarde para huir.

Le dio su corazón a un hombre que no lo quería, que no podía amar mas.
Y ese día, esa mañana cuando el salio del baño, los miedos la envolvieron, le gritaron que lo perdería, que debía hacer algo para retenerlo y pensó en el sexo, en como pocos minutos atrás la había besado y lo deseoso que estaba por volver a poseerla, se pregunto si tendría la fortaleza suficiente para ser tan solo una mas en su cama, en su vida y en su corazón y se dijo que si, que eso era preferible a perderlo y no dudo un segundo cuando lo vio regresar, tan aliviada estaba que temió que el lo notara, entonces le ofreció ser su amante, y tal como ella esperaba el acepto.
Le dolía esa situación, necesitaba escuchar ese mi amor que el repetía una y otra vez de manera sincera, con un sentimiento genuino pero no sucedería. De todos modos seria fuerte, ella toleraría ser solo una mas, ser una simple amante, siempre que durante ese tiempo fuera solo para ella.
Decir mi amor, como el le pidió fue casi como confesarle su amor, se sintió cohibida, fuerte, temerosa y feliz todo al mismo tiempo, si tan solo el pudiera ver mas allá de las palabras, si tan solo el se diera cuenta de lo mucho que lo amaba...

―Estas tan callada que pensé te habías ido ―le dijo Mikael abrazándola por la espalda y besando su cuello.

―Hueles bien... ―suspiro Luna.

―¿Sucede algo? ―interrogo Mikael girándola para verla de frente ―¿estas bien?

―Si ―le sonrió acariciando su rostro ―simplemente estaba disfrutando de la noche, es tan bonita y cálida, en verdad me gusta aquí―le dijo mirando hacia el cielo.

―La noche no es mas bonita que tu y que bueno que te gusta, eso hará que te quedes mas tiempo.

Luna sonrió y lo miro.

―Ten cuidado con tus palabras Cameron podría terminar enamorándome de ti.

―¿Tu crees? ―pregunto Mikael con desinterés ―Eso seria grave ¿verdad?

―Si tu lo dices... ―esquivo la mirada intensa de Mikael escabulléndose al interior de la habitación lejos de su mirada escrutadora ―muero de hambre, ¿porque demora tanto la comida?

En ese preciso momento llamaron a la puerta, Mikael abrió y entro el carrito con los alimentos. Estaba envuelto tan solo con una toalla a la cintura, pues ella estaba usando la bata de baño, y cuando abrió la puerta, lo hizo de par en par con toda la intención de que el empleado los viera en esa situación y luego cerro cuando estuvo dentro.

―Mi novia ya estaba comenzando a quejarse por la demora, ¿que sucedió?

―Nada señor, es que también su hermano pidió el menú especial y el chef ya había cerrado la cocina, tuvimos que hacer todo desde cero.

Luna estaba abochornada por la actitud de Mikael dejando entrar al empleado de esa manera para que los viera pero olvido eso recordando de pronto lo que Simon le dijera antes en el salón, Henry estaba allí, había ido a buscar a su hermana.

¡Como pudo olvidarlo!

―¿Laura y Dominik esta aun en el hotel?

―Si pasaron el día aquí, prefirieron tomar el barco mañana a primera hora.

―¿Alguien mas lo sabe?

―No señorita, solo ustedes y el personal de cocina.

―¿Alguien llego preguntando por mi hermana en estas horas?

―No que yo sepa, escuche que un hombre buscaba a la señora Cameron, su madre ―le indico a Mikael debido a que ahora habían dos señoras Cameron, incluyendo ahora a la joven esposa del hermano menor de su jefe.

―¿Un hombre? ―pregunto Mikael ―¿Que hombre?

―No dejo dicho su nombre, solo que necesitaba hablar con la señora pero ella ya estaba camino al aeropuerto para su viaje a Francia, entones el caballero se retiro, pero dijo que podría esperar su regreso sin problemas.

―Describe al hombre por favor ―pidió Luna.

―Pues... no sabría decirle esto lo escuche en el salón mientras limpiábamos, los que saben son los de seguridad... ¿necesitan algo mas del servicio a la habitación?

―No, pero pide a los de seguridad que me llamen a esta habitación ―le contesto Mikael.

―Si señor.

―Ya puedes retirarte.

Cuando el empleado se fue, Mikael miro a Luna con preocupación, espero a que ella dejara de meditar balbuceando como solía hacer cuando le preocupaba algo, luego la tomo del mentón y la obligo a mirarlo.

―¿Sucede algo?

―Hoy... bueno ayer durante la boda ―comenzó a decir Luna ―Dante y Simon aparecieron.

―Cuando te fuiste de la ceremonia ―recordó Mikael.

―Si, les pedí que no interfirieran, les dije que lo mejor era que se fueran y lo comprendieron, pero poco tiempo después en la fiesta volví a ver a Simon.

Mikael tenso la mandíbula conteniendo el enojo, sabia de sobra que ese tipejo estaba enamorado de Luna desde hacia mucho tiempo.

―¿Y? ―pregunto intentando mantener bajo control los celos.

―Quería explicarme no se que cosa, le dije que no quería saber nada y que por favor se fuera, entonces me dijo que tuviera cuidado, que Henry también estaba aquí en el hotel... ¿tu crees que el es quien dicen los empleados de seguridad?

―No sabría decirte ―la dijo con tono mas relajado al saber que Luna no le presto mayor atención a Simon ―esperemos a ver que dicen ellos, les pediré la seña del hombre que preguntaba por la "señora"

―Espero que no pase nada malo Mikael, Laura se ve tan feliz ahora, no quiero que nada se lo arruine.

―Tampoco deseo eso para mi hermano, ellos son felices se merecen tener tranquilidad.

―Pero con Henry aquí eso sera imposible, estoy segura de que vino con la intención de hacerles daño.

―Tranquila mi amor, todo estar bien ―le aseguro Mikael abrazándola fuertemente ―nosotros nos encargaremos de eso.

―Gracias Mikael, no se que haría sin ti.

―Ven siéntate a comer, no tiene sentido enloquecer por algo de lo que no estamos seguros, estabas hambrienta recién, yo también lo estoy, vamos a comer y después veremos que hacer.

―Esta bien.

―Relajate mi amor, ya no estas mas sola, de ahora en mas te ayudare, juntos los protegeremos.

―Gracias mi amor, no sabes el alivio que eso me da.

Se quedaron mirando fijamente un instante en que ambos parecían conectados mas allá de todas las palabras, entonces sonó el teléfono sobresaltándolos, Mikael deposito un suave beso en sus labios, le indico que se sentara a comer y atendió la comunicación...

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