Capítulo 5
Wisconsin, Estados Unidos 🇺🇲
Subí al apartamento, estoy echa una furia.
—Ahí tienes tus pastillas —le dije a Olivia.
—Vaya, pero que agresiva.
—Es que no estoy de humor.
—¿Se puede saber por qué?
Suspiré.
—En la entrada al edificio me encontré con un patán.
Olivia se rio.
—A mí no me causa gracia.
—A mí sí, y ¿qué te pasó con él?
—Estaba en la entrada junto a su amigo, les pedí permiso, él me lo dio, pero luego me llamo preciosa....
—No le veo nada de patán, antes yo lo veo bastante caballeroso.
—Es que después de eso yo le dije que le regalaba el preciosa, él me tomo de la mano, me dijo que si no le decía mi nombre no me soltaba.
—O sea que te obligo a presentarte.
—Algo así, le dije que me llamaba Emma.
Olivia comenzó a reírse.
—¿Cómo que Emma?
—Así es, yo me llamo Emma para ese tipo.
—Y me imagino que él te dijo su nombre.
—Se llama Edward —sonreí, Olivia me miro divertida.
— ¿Y estaba guapo?
—Bastante guapo, pero es un patán.
Olivia se volvió a reír.
—¿Por qué te ríes?
—Porque si vieras la cara que estás haciendo mientras me hablas del patán de la entrada.
—Mejor toma tus pastillas, yo me iré a hacer el desayuno.
Aunque si debo aceptar que él es demasiado guapo, pero es un patán.
Edward es un patán....
—¿Le viste la cara?, esos ojos y su boca, ufff que niña tan linda.
—Edward, estaba muy linda, pero también debes de aceptar que no fuiste un caballero con ella.
—Conseguí su nombre que es lo más importante.
—Pero no lo hiciste de la manera correcta.
Yo rodé los ojos.
—Tu últimamente estás muy amargado, y así no eres mi tipo.
—No soy amargado solo te digo la verdad.
—Si como digas, yo solo necesito saber el número del apartamento de esta niña, necesito volverla a ver.
David se rio.
—¿Te enamoraste de Emma?
Yo lo mire feo.
—No me enamoré, solo está bastante atractiva, además unas salidas, no le quitan nada a nadie.
—Tu eres un donjuán.
—Y tú estás siguiendo mis pasos.
—Tu cállate, que no soy como tú.
—Si como digas, haz el almuerzo que tengo hambre —le dije.
—Pero...
—Hoy te toca a ti, punto, me iré a bañar.
....
Dos semanas después
—Olivia, ya vamos tarde para el aeropuerto.
Ella salió corriendo de su habitación
—¿Te gusta?
Ella me enseño un cartel que había hecho para mi mamá y Ricardo
—Me encanta, está demasiado hermoso.
—Bueno entonces vámonos.
Ambas salimos rumbo al aeropuerto, cuando nos subimos al ascensor, estaba David, el primo de Edward.
—Hola David —le dije, él me sonrió.
—Hola Emma —me reí, por como me llamo, Olivia iba a hablar, pero la interrumpí.
—¿Vives aquí?
Él asintió.
—¿Y tú, me imagino que también? —me pregunto.
—Así es.
—Entiendo, bueno aquí me bajo, nos vemos Emma —el ascensor se cerro.
Olivia se rio.
—¿Y eso qué fue?
—Él es el primo de Edward.
—Si así es el primo, no me quiero imaginar cómo es tu enamorado.
—Él no es mi enamorado.
—Si Amelia lo que tú digas.
Salimos del ascensor rumbo a su auto, el viaje al aeropuerto fue en silencio, no hablamos de nada solo nos pusimos a cantar, parecíamos unas loras mojadas.
....
—El vuelo EZY8257 de la ciudad de Londres, está a cinco minutos de aterrizar, les informamos a los familiares de nuestros pasajeros, esperar a que el área este despejada —hablaron del aeropuerto.
—Vamos a la ventana, ahí podremos ver al avión llegar —le dije a Olivia.
Efectivamente en cinco minutos el avión llegó, vimos a todos los pasajeros, cuando vimos a mi mamá y a Ricardo, salimos corriendo.
—¡Bienvenidos! —dijimos las dos mientras abríamos el cartel.
Mi mamá me abrazo, yo la abrace, Olivia abrazo a Ricardo.
—Hija te extrañe mucho.
—Yo también te extrañe.
—Espero que ambas se hayan comportado bien —nos dijo Ricardo.
—Pues claro Richi, tú sabes que nosotras somos muy juiciosas, sobre todo yo —dijo Olivia.
—Eso no es cierto Ricardo, yo soy más juiciosa —dije.
—Bueno ambas son juiciosas —nos dijo mi madre, ambas asentimos.
—Les trajimos muchos regalos a las dos.
—Eso suena genial —hable.
—Además muero por mostrarles el apartamento, el diseñador que les contrate, hizo un trabajo que ni para que les cuento.
—Si mejor no nos cuentes, quiero ver ese gran trabajo —dijo Ricardo, Olivia sonrió.
....
—Cierren los ojos —les ordeno Olivia, yo les recibí las maletas, ella abrió la puerta sorpresa.
Este apartamento quedó más que hermoso, pero está más moderno que el de Olivia.
—Vengan les hago un tour, pero no pueden decir nada hasta el final —los tres asentimos.
—Bueno está es la sala, el comedor, está es la cocina, en el pasillo tendrán las tres alcobas, la habitación de ustedes y la de Amelia tienen baño, la otra es el estudio de Ricardo, aquí está el baño principal, vengan aquí en el balcón les puse dos sillas y además estás matas, todos los cuadros, adornos, fue a gusto del diseñador y además les dejo este detalle.
Olivia les paso un cuadro que dice: Sr y Sra. Williams.
—Ahora si acepto comentarios —nos dijo Olivia.
—A mí me encanta, este lugar está demasiado hermoso —le dije a Olivia, ella me abrazo.
Miramos a mi madre y se estaba limpiado unas lágrimas.
—¿Qué pasa cariño?, ¿no te gusta el lugar? —le preguntó Olivia.
—Antes, al contrario, a mí me encanta este lugar, sino que me siento conmovida de que esta sea mi casa y ustedes mi familia —Ricardo la abrazo.
—Esto y mucho más te mereces —él la beso —Olivia el apartamento no te pudo quedar mejor —Olivia abrazo a su hermano.
—Bueno mientras ustedes se instalan yo miraré mi habitación —les dije —voy contigo hija, quiero mostrarte todo lo que te compre.
Ambas nos fuimos a mi habitación.
Sonó el timbre.
—Yo abro —dijo Ricardo.
....
Estaba viendo una película, pero David como siempre me interrumpió.
—Tenemos nuevos vecinos.
¿Es en serio?, para eso me interrumpió la película.
—Que bueno David, pero no es importante o al menos para mí.
—Vamos a presentarnos.
—¿Vamos?, ve tú, yo no quiero.
—Hay no seas grosero, vamos a presentarnos.
—Vale, está bien, vamos donde los nuevos vecinos —David me sonrió y yo de mala gana me levanté —¿qué estás haciendo en la cocina?, ¿no que íbamos a ir donde los vecinos?
—Si, espera, es que estoy buscando algo.
—¿Y esas galletas?
—Como un presente.
—Entiendo, buenos vamos que estoy de afán.
—Edward, te has visto El Conjuro mil veces, te la sabes en todos los idiomas.
—¿Y qué? pues me gusta esa película.
Salimos del apartamento, nuestros nuevos vecinos viven al lado de nosotros, tocamos la puerta, nos abrió un señor.
—Buenas tardes jóvenes ¿qué se les ofrece?
David hablo.
—Buenas tardes señor, como sabemos que son nuevos aquí les traemos este presente.
El señor nos sonrió.
—Pues muchas gracias jóvenes, yo soy Ricardo.
Esta vez hablé yo.
—Yo soy Edward, él es mi primo David.
—Ya les presento a mi familia.
Se alejó un poco de la puerta.
—Emma, mi amor ven aquí.
¿Emma?, ¿acaso será la misma que yo conozco?, ¿él será el padre?
—Ya les presento a mi esposa.
¿Esposa?, no creo que ella sea casada o ¿sí?
—Chicos, ella es mi esposa Emma —ambos la miramos.
—Hola chicos, un gusto conocerlos.
—Un gusto señora —dijimos los dos.
Bueno ella no es la Emma que yo conozco.
—¿Quieren pasar a tomar algo? —nos ofreció la señora Emma.
—No señora, nosotros ya nos vamos —dijo David.
—A entonces esperen les presento a mi hija y a mi cuñada —ella entro nuevamente a la casa, luego después de eso salió acompañada de otra señora.
—Olivia, ellos son Edward y David, nuestros vecinos.
—Hola, mucho gusto —nos dijo ella.
—Hola —dijimos los dos, David se le quedó viendo y que yo sepa no le gustan mayores.
—¿y Amelia? —preguntó Emma.
—No lo sé —le respondió Olivia.
—Amelia, puedes venir por favor hija.
—Voy mamá —se escuchó decir, luego de unos minutos llego.
—Chicos ella es mi hija Amelia —al quedar frente a nosotros, se le abrieron los ojos como platos.
Así que se llama Amelia, dizque Emma, que mentirosa.
—Hola —se le escucho decir.
—Hola Amelia, aunque debo decirte que tienes más cara de Emma —ella se sonrojo.
—No, Emma es mi mamá, yo me llamo Amelia.
Mire de reojo a David, él sonreía por la situación.
—Entiendo, bueno nosotros ya nos vamos cualquier cosa que necesiten estamos en el apartamento de enseguida —les dije.
—Que amable muchas gracias —nos dijo Emma.
—Estas galletas se ven deliciosas muchas gracias, Olivia ya te doy, permiso me retiro —nos habló Ricardo.
—Un placer chicos —también desapareció Olivia, en la puerta solo quedamos Emma, Amelia y nosotros.
—¿Ustedes son vecinos nuestros? —nos preguntó Amelia.
— Así es A M E L I A —le dije muy despacio su nombre, ella se volvió a sonrojar, pero se ve bastante tierna así.
—Entiendo, mamá seguiré haciendo lo que estaba haciendo, hasta luego —nos despedimos, le dijimos unas cuantas cosas más a Emma y nos fuimos, ella cerró la puerta.
....
—Amelia, se llama Amelia, no Emma —le dije a David, él sonrió.
—Bueno por lo menos ya te sabes el nombre real de ella, y su familia se ve buena gente.
—Y a ti te gusto la tía de Amelia, vi como la mirabas.
—No para nada, solo es que hace rato me encontré a Amelia en el ascensor e iba con ella, por eso la miraba tanto.
—Ah entiendo, y ¿por qué no me habías contado qué te la habías encontrado?
—¡Ay Edward!, no empieces con tus cosas, mejor me iré a comer algo.
Pues Emma, Amelia o como se llame es muy hermosa, me agrada como para un rato.
....
—¿Quisieras por favor Olivia prestarme algo de atención?
Ella estaba mirando su celular bastante animada, tanto así que tiene una enorme sonrisa.
—Dime Amelia ¿qué me estás diciendo?
—Va de nuevo, te estoy contando que Edward el de la entrada que día, es el mismo que se presentó aquí.
—O sea que tu enamorado es tu vecino —ella me sonrió.
—Que él no es mi enamorado.
—Si Amelia, como digas.
—Entonces ya se dio cuenta que no me llamo Emma sino Amelia.
—¿Y eso te importa?
—No, claro que no.
—Amelia mira la cara que estás haciendo.
—Pero obviamente Edward no me importa para nada.
—Si Amelia, como digas.
Toc, Toc ✊🏻
—Adelante.
—Hija, te trajeron esta carta.
La tomé.
Carta de admisión a la Universidad de Wisconsin
No la leí toda, solo leí lo más importante y decía:
—¡Admitida!, fui admitida a la Universidad de Wisconsin en la facultad de Humanidades.
Las tres empezamos a gritar.
—¿Qué es la gritadera qué se traen ustedes? —Ricardo entró a la habitación.
—Amelia fue admitida a la universidad de Wisconsin —le dijo Olivia.
—Genial cariño —me dio un abrazo —¿cuándo empiezas?
—En dos semanas debo ir a instalarme y además a conocer todas las instalaciones.
—Dos semanas es muy pronto —hablo mi mamá.
—Pero estaré contigo todos los fines de semana —le dije, ella me sonrió.
—Me parece genial que inicies la Universidad en dos semanas, porque así te podré acompañar antes de mi viaje —me dijo Olivia.
—Si ese viaje que te durará como un año — le dije triste, ella me abrazo.
—Esto hay que celebrarlo, nos vamos de restaurante —nos dijo Ricardo.
—Vamos —dijimos las tres.
Que emoción siento, en dos semanas seré una chica universitaria.
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