Capítulo 25
Wisconsin, Estados Unidos 🇺🇲
Llegué a la habitación y lo primero que hice fue romperme en llanto, lloré más que cuando mi papá decidió dejarnos por su nueva familia o cuando me enteré que Susan y Simón estaban juntos, simplemente no podía dejar de llorar, sentía mi alma, mi corazón, mi ser destruidos, adiós a mi última oportunidad de ser feliz, adiós a Edward, adiós al amor de mi vida, ya no somos ni seremos nunca lo que una vez quisimos, ahora él estaba formando su familia y no precisamente conmigo, ya no había una oportunidad para nosotros, este amor simplemente se quedó en una ilusión y por mi parte tengo ganas de morirme.
A pesar de que Edward me decía que no pasaba nada entre ellos le creí, esa vez que me lo encontré en el pasillo del edificio y que Susan descaradamente me restregó en la cara que se habían acostado, él me juro que no había pasado nada, yo nuevamente le creí, creí en sus palabras de amor, le creí todo porque lo amo, pero ya me di cuenta que él solo me uso a su antojo...
—Amelia, como quisiera ahorrarte este sufrimiento —me decía Sammy mientras me acariciaba el cabello —Edward no merece ninguna de tus lágrimas.
Me abrazó y yo solo podía seguir llorando.
—Me uso Samanta, para él yo solo fui una aventura, porque después de decime te amo iba y se acostaba con Susan.
—Él no vale la pena Amelia y pues su primo tampoco porque mira que Susan dijo delante todo el mundo que David era su cupido —me dijo Eduardo.
—Chicas ustedes desgraciadamente solo fueron un juego para los Wilson, ellos no las supieron valorar como ustedes se lo merecen —agregó Damián.
—Gracias por sus palabras —les dije, Eduardo se me acercó.
—Estoy aquí para ti, cualquier cosa no dudes en llamarme sea la hora que sea estaré disponible —me dijo, yo le sonreí.
—Lo mismo te digo a ti Samanta, no importa la hora, búscame.
—Te lo agradezco Damián —le dijo.
—Bueno chicas supongo que ustedes querrán estar a solas, entonces las dejamos —se despidieron y se fueron.
Cuando ellos cerraron la puerta volví a romperme en llanto, Sammy me abrazaba más fuerte.
—Nuevamente Susan me ganó, está vez se quedó con el amor de mi vida y lo peor es que le va a dar un hijo.
—Ya no te atormentes más por eso Mia, tú eres muy fuerte y saldrás adelante, ya lo verás.
Le sonreí, Samanta es muy valiosa para mí y saber que ella también está sufriendo.
—Es tan lindo ver cómo me das ánimos cuando también estas triste —le dije.
—Más que triste estoy es decepcionada por David, él siempre apoyo a Edward con lo de Susan, ella misma lo dijo y si es así entonces él también se debe estar acostando con Violeta —soltó una lágrima.
—Que desilusión haber dado todo por ellos.
—Pero sabes Amelia saldremos adelante sin ellos, seremos muy fuertes.
Le iba a responder, pero tocaron la puerta.
Toc, Toc ✊🏻
—No vayas a abrir —le dije a Samanta en susurro.
—Pero puede ser importante —me dijo, negué.
—Deben ser Edward y David.
Sammy me ayudo a levantarme, ya que ambas estábamos sentadas en el suelo.
—Amelia, sé que estás ahí, debemos hablar mi amor —su voz se escuchaba como si hubiera estado llorando.
—Sammy también estoy aquí, puedo explicarlo solo déjame entrar —hablo David.
—Ves son ellos —le dije, ella asintió —no quiero ver a Edward, así que me iré para el baño, apenas escuches la puerta cerrar con seguro les abres.
—¿Qué le digo a Edward?
—Dile que me fui para mi casa a despejar mi mente.
—Está bien.
Corrí rápidamente al baño y me encerré, Sammy abrió la puerta.
....
Abrí la puerta y efectivamente ahí estaban ellos.
—¿Qué quieren? —les dije de forma seca y cortante.
—Yo necesito hablar con Amelia —me dijo Edward, lo mire a los ojos y note desesperación en ellos hasta los tenía rojos e hinchados.
—Pues llegas tarde, porque ella ya se fue.
—¿Se fue?, ¿para dónde se fue?
—Para su casa, te daré un consejo Edward, aléjate de Amelia, ya le hiciste suficiente daño, ahora ella no quiere saber nada de ti —David no me había dicho nada, así que le dije —tú me tienes muy decepcionada, ¿cómo es posible qué pudieras apoyar a Edward?, no me queda duda de que haces lo mismo con Violeta.
—Samanta mi amor las cosas no son así, todo tiene una explicación, solo escúchame —me dijo David mientras trataba de agarrar mi mano.
—No necesito escuchar nada más, creo que ya con lo que escuchamos es más que suficiente, no quiero saber nada más de ti David, no me vuelvas a buscar —le dije —y en cuanto a ti Edward, vete con tu familia y no busques más a Amelia, déjala ser feliz ya que contigo solo recibió dolor.
—Sammy yo... —Edward trató de hablar, pero no sé lo permití.
—Creo que ya tuvimos suficiente —le dije, quise hacer teatro así que busqué un maletín.
—¿Qué haces? —me dijo David.
—Acaso no ves que estoy empacando —le dije.
—No, tú no te puedes ir —me dijo mientras me agarraba las manos —yo te amo Sammy, te puedo jurar por lo más sagrado para mí que entre Violeta y yo jamás ha pasado nada, te lo juro —él comenzó a llorar, sentí mi corazón arrugarse.
—No me vuelvas a decir que me amas, porque eso no es cierto, ni tampoco me vuelvas a tocar.
—Te lo juro mi amor, te lo juro.
—¡Largo de aquí! —les dije con todas mis fuerzas y les di la espalda.
—Está bien, vámonos David supongo que aquí ya no tenemos más que hacer y Samanta dile a Amelia que, aunque no me crea ni me quiera volver a ver, Dios y mi corazón saben que la amo con mi alma entera —me dijo Edward antes de salir.
—Te amo Sammy —añadió David antes de irse.
Cerraron la puerta, Amelia salió del baño.
—Supongo que escuchaste todo —le dije.
—Así es, quise salir corriendo y lanzarme a los brazos de Edward, pero luego recordé que Susan está embarazada.
Quise hablar, pero Amelia me interrumpió.
—He decido irme de aquí.
....
Al decirle esto Sammy quedó estática.
—Pero ¿por qué?
—Porque aquí ya no pude rehacer mi vida y no me quedaré viendo como Edward forma una familia con Susan, quiero irme lejos.
—Amelia entiendo que aquí en Wisconsin no pudiste rehacer tu vida y si es bueno que te alejes de Susan y de Edward, pero ¿a dónde irás?, ¿qué pasará conmigo?, ¿piensas dejarme?
—Si Oliva me acepta me iré con ella a Francia —le dije, ella asintió —y en cuanto a ti espero que tengas tu pasaporte al día porque te vienes conmigo, eres la persona que más necesito ahora —su semblante cambio, me dio una sonrisa y me abrazo.
—Claro que me voy contigo, no te dejaré sola nunca —le devolví el abrazo y las dos comenzamos a llorar.
....
Luego de llorar unos quince minutos, decidí llamar a Olivia, marqué su número.
—¿Y si Olivia dice que sí?
—Mañana mismo hablo con mi mamá, tú con tu papá y nos vamos lo antes posible.
—¿Y si Olivia dice que no?
—No creo, ella entenderá.
Ella me contestó.
Llamada
Olivia: Hola preciosa, ¿cómo estás?, me tenías súper olvidada...
Yo: Hola Oli, yo estoy bien supongo y tú, ¿cómo estás?, discúlpame por no haberte llamado antes es que me ha pasado de todo.
Olivia: Ay preciosa, tu madre ya me había comentado que te ha visto muy apagada y que ya ni vas a verla los fines de semana, ¿te pasa algo pequeña?
Yo: La verdad sí Oli y por eso te estoy llamando, quiero irme a vivir contigo a Francia.
Olivia: ¿Vivir conmigo?, ¿tan grave fue la cosa?
Yo: Si Oli, por eso necesito tu ayuda, quiero irme de aquí, me hace mucho daño estar en este lugar.
Olivia: Está bien preciosa, si tu madre está de acuerdo claro que puedes vivir conmigo, pero eso si apenas llegues quiero saber todo lo que te paso con lujos de detalles además debo decirte que yo en tres meses regreso a Wisconsin.
Yo: Te lo contaré todo, te lo prometo, Oli, ¿recibes a Samanta también?
Olivia: Claro por supuesto, las dos son bienvenidas en mi casa.
Yo: Gracias Oli, mañana mismo hablaré con mi mamá para organizar todo lo del viaje.
Olivia: Listo, me vas contando, pequeña debo colgar entraré a un desfile, besitos.
Yo: Chao Oli, te quiero mucho.
Olivia: Yo más hermosa.
Fin de llamada
—¿Qué te dijo Olivia?
—Me dijo que sí, entonces mañana hablaré con mi mamá.
—Y yo con mi papá.
Asentí.
—Sabes Sammy ha sido un día bastante largo, quiero dormir ya que no tengo más clases.
—Yo también me iré a dormir, descansa.
....
—¿Dónde está Susan? —le pregunté a Violeta.
—Está donde sus padres contándoles la buena nueva —me dijo sonriente —a propósito, no te había felicitado por ese bebé —ella trató de abrázame, pero ya alejé.
—No estoy feliz —le dije para luego irme de ahí, salí al pasillo para encontrarme con David.
—¿Pudiste hablar con Susan?
—No, Violeta me dijo que estaba donde sus padres contándoles la gran noticia.
—¿Y tú piensas contarles a mis tíos?
—Supongo que sí, pero no ahora.
Seguí caminando hasta la salida, David me siguió
—¿A dónde vas?
—A buscar al amor de mi vida, debo hablar con ella.
—No Edward, esto es una locura, ven aquí, además mira que comenzó a llover.
—No me importa, necesito verla —le dije para luego irme.
Demás que Amelia ya debió haberle contado a su mamá todo lo que está pasando, pero yo necesito hablar con ella y explicarle todo, Susan está embarazada y puede que sea mío, aunque no me acuerde de nada, pero eso no impide nuestro amor porque ella es muy importante para mí, es mi vida, mi razón de ser, soy feliz gracias a ella, llegué al edificio estaba demasiado mojado, pero no importa, todo lo que sea por hablar con Amelia.
....
—Edward ya te dije que Amelia no está aquí sino en la universidad —me dijo Emma.
—Emma a mí Samanta me dijo que Amelia está aquí, de verdad créeme que necesito verla y hablar con ella.
—Edward, Amelia está en la universidad, ella por aquí hace días no viene.
—Mmm, está bien.
—¿Necesitas algo más?
—No señora, muchas gracias.
—Dale Edward, cuídate mucho.
Cerro la puerta, ash no sé si sea verdad o mentira que ella no esté ahí, el problema es que en los dos lugares me la están negando.
Entre al apartamento y me di un baño, necesitaba relajar mi cuerpo tanta tención me tiene mal, al salir del baño me coloque una pantaloneta y deje mi torso desnudo, fui hacerme un sándwich, volví a mi habitación y ahí me quedé hasta que pasará la noche y comenzará un nuevo día mañana.
....
Al despertar revise mi celular tenía cuatro llamadas perdidas de David, seis de Susan y un mensaje de voz de ella.
Mensaje de voz: Hola Ed o bueno ya puedo decirte mi amor, mira es que le conté a mis padres lo de mi embarazo y quieren hablar contigo, así que aquí te espero, no faltes, te amo, besitos. 😘
Bloqueé mi celular y me di una ducha rápida, me coloqué lo primero que encontré, le mandé un mensaje a David.
Yo: No encontré a Amelia en su casa, me quedé en el apartamento y ahora tengo que ir donde Susan, sus papás me quieren ver y supongo que debo dar la cara.
Recibí una respuesta inmediata.
Primo: Vale, mucha suerte.
Suerte es lo que necesito, ya que mi vida va de mal en peor.
....
Ya llegué a mi casa, ahora tengo a mi mamá y a Ricardo enfrente mío, Samanta fue a su casa a hablar con su padre, espero que nuestros padres nos digan que sí.
—Te escuchamos Amelia —me dijo Ricardo.
—Verán —tome aire —me quiero ir por unos días a Francia.
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