Capítulo 14

Wisconsin, Estados Unidos 🇺🇲

Llegué a mi habitación hecho una furia, sentía ira conmigo mismo por haber aceptado ser novio de Susan, pero luego recordé el motivo y trate de calmarme.
—¿Qué te pasa Edward?

Miré a David y le dije.

—Creo que acabo de cometer la estupidez más grande de mi vida.

—¿Qué hiciste Edward?, desde esta mañana estás muy extraño y me gustaría saber la razón.

—Pasa que busqué a Susan y le pregunté: ¿qué quieres a cambio de dejar en paz a Amelia?

—¿Y qué te dijo ella?

—Aunque primero le ofrecí dinero, me dijo que fuera su novio y que me alejará de Amelia.

—Me imagino que tú te negaste —yo agache la cabeza —Edward, no me digas que...

—Si David, yo acepté.

Él se levantó.

—¡Acaso estás loco Edward, ¿cómo pudiste aceptar?, esto es una locura y puedes perder definitivamente a Amelia!

—Susan me dijo que si no aceptaba ser su novio sólo no iba a dejar de molestar Amelia, sino que hasta podría matarla.

—¡Por Dios Edward, Susan es solo una tonta que se la pasa amenazando a la gente, ella no tiene forma de matar a nadie.

—Pero...

—¡Amelia se alejo de ti por lo que había pasado entre ellas, más no porque crea que Susan pueda hacerle algo!

—David ya deja de gritarme y prefiero no arriesgarme ni arriesgar la vida de Amelia, pero hay algo que también tienes que saber.

—Está bien no gritaré más y ¿qué es lo que también debo saber?

—Susan me pidió algo más —cerré los ojos y continúe hablando —tú tienes que estar con Violeta —abrí los ojos y David estaba estático —¿David? —le dije moviendo mi mano para llamar su atención.

—¡No, no y no, no acepto esa locura!

—Dijiste que no ibas a gritar.

—¡Cómo no voy a gritar, me estás diciendo que debo estar con Violeta, cuando muy bien sabes que quiero a Samanta!

—Y Susan lo sabe, solo que quiere también hacerle daño a Samanta, no podemos permitirlo.

—Susan es una loca y su amiga Violeta es peor, así que no cuentes conmigo.

—David piensa que lo estás haciendo por Samanta.

Él estaba muy enojado.

—Está bien Edward, lo haré, pero que te quede claro que esto solo lo hago porque no quiero que la loca de Susan le haga algo a Samanta y bueno tampoco quiero le pase algo a Amelia.

—Gracias primo de verdad muchas gracias.

—Edward pídele a Dios de que todo esto de verdad funcione porque si no yo mismo te voy a matar.

—Sé que funcionará.

—Eso espero y ahora me iré a buscar a la loca de Violeta y le pediré que sea mi novia.

Asentí y David se fue de verdad sentí un alivio pensé que iba a decir que no, pero bueno todo esto lo hacemos por nuestras chicas.

....

Acabamos de llegar a mi casa y es la primera vez que Amelia va a estar en mi casa.

Toc, Toc ✊🏻

Después de tocar varias veces abrió mi padre.

—Hola papi.

Él se sorprendió pues la verdad llegamos sin avisarle, pero después de la sorpresa, me abrazo.

—Hola mi tesoro, que gusto me da verte —me dijo, miro a Mia y le dijo —y tú debes de ser Amelia.

—Así es, un gusto conocerte señor Nicolás.

—No es necesario lo de señor y chicas pasen, Amelia eres bienvenida.

Ambas entramos, Amelia miraba todo el lugar, así que decidí darle un tour por la casa.

—Toda tu casa es demasiado hermosa —me dijo.

—Toda la decoración de la casa la escogió mi madre.

—¿Tu padre no la ha quitado? —me dijo.

—La verdad es que no, a mi papá le dio muy duro la separación con mi madre y más duro su muerte.

Amelia me iba a decir algo, pero los terremotos llegaron.

—¡Samanta hermanita! —me grito Chloé, me hice a su altura

—Hola hermanita, ¿estás juiciosa?

Ella asintió.

—Y tu Renéee, ¿también has estado juiciosa?

—Si, es más mi papi dice que ya el otro año entraremos a estudiar.

—Oh qué bien, me parece muy bien, quiero que ambas estudien —dije mientras me levantaba, mire a Amelia.

—Niñas, ella es Amelia mi amiga de la universidad.

—Que niñas tan lindas —les dijo Mia.

—Tú también estás linda —le dijo Renéee, Chloé solamente le sonrió.

—Chicas ya pueden pasar a la mesa —nos dijo mi padre, las cuatro nos sentamos.

—Papi, pero hay seis platos y nosotros somos cinco.

—Es que invite a una compañera del trabajo.

La verdad me alegra el saber eso ya que mi padre desde lo de mi mamá no ha salido con nadie, él se entregó mucho a la pena y no me gusta verlo así todo triste, él merece ser feliz.

—Es muy buena gente —me dijo Cholé.

—Me imagino mi amor, papi me alegra demasiado que tú estés saliendo con alguien.

Mi papá negó.

—No hija, ella es solo una compañera del trabajo, además tiene su esposo y tiene una hija, es más su hija estudia en la misma universidad que ustedes, me parece que estudia Derecho.

—Entiendo, entonces me retracto, que bueno que tengas una amiga.

Toc, Toc ✊🏻

—Yo voy —dije mientras me levantaba —¿quién es?

—Soy Elena —me respondió la otra persona.

—Abre hija es mi compañera —me dijo mi padre, le abrí y ella me sonrió.

—Tú debes de ser Samanta, Nicolás me habla mucho de ti.

—Así es, soy yo, bienvenida —le dije, ella siguió.

—Nicolás querido que gusto verte, mis niñas hermosas —les dijo.

Mi padre le dio un beso en la mejilla, Elena se dio cuenta de Amelia.

—Hola señorita —Amelia se levantó y se dio la vuelta, pero al hacerlo casi se desmaya.

....

No lo puedo creer tengo ante mí a la mujer que acabo con mi familia y saber qué primero de todo esto ella era una segunda madre para mí.

—Buenas tardes señorita —me dijo, yo no podía ni mirarla, tanto así que ella lo noto —¿te pasa algo?

Me armé de valor y le hablé.

—No señora, no me pasa nada, me llamo Amelia.

—Soy Elena, y Amelia tu rostro se me hace conocido.

No le dije nada más, solo me senté y le di la espalda, sé que eso es de mala educación, pero ver de nuevo a esta mujer no es nada agradable.

—Elena siéntate —le dijo Nicolás y ella lo hizo específicamente al frente mío

Todos empezamos a comer.

—¿Amelia eres de Wisconsin? —me pregunto esta mujer.

—No señora, yo soy de Nueva York.

Ella sonrió.

—¿En serio?, eso es genial Amelia, porque yo también soy de Nueva York, al igual que mi esposo y mi hija.

—Que bien señora —le dije.

—¿Y por qué vives aquí en Wisconsin? —me pregunto Nicolás.

—Papá después hablamos de eso —se exaltó Samanta, yo traté de calmarla.

—No pasa nada Sammy, lo que sucede es que mi familia se acabó, entonces nosotras recibimos ayuda de unas personas muy especiales, ahora mi madre está casada y pues yo estoy en la universidad.

—¿Y cómo se llama tu madre?, hasta puede que la conozca —me dijo la cínica de Elena.

—Mi mamá se llama Emma —ella abrió los ojos como platos, yo creo que ya me reconoció porque le leí en sus labios un «imposible» .

—¿Y su esposo si es de acá? —me pregunto Nicolás.

—Sí, él es de acá, se llama Ricardo Williams.

Está vez Elena se atragantó con la comida.

—Él es muy mencionado aquí en Wisconsin y su hermana creo que también es empresaria —me dijo Nicolás.

—Y es modelo, ella se llama Olivia Williams —agregó Samanta.

Elena no podía de la sorpresa, tanto así que no decía nada y a mí me gusto ver su cara, si ella pensaba que le había jodido la vida a mi mamá estaba muy equivocada, Nicolás miro a Elena y le dijo.

—Y tu hija ¿cómo está?

—Muy feliz —le dijo a Nicolás, pero en realidad me miraba fijamente a mí —ella está muy contenta en esa universidad y ahora hasta tiene novio.

Yo estaba tomando la soda, pero siento que se fue por otro lado porque empecé a toser.

—¿Te pasa algo? —me dijo Samanta.

—No, tranquila no me pasa nada.

¿Susan tiene novio?, por Dios que no sea lo que estoy pensando.

El almuerzo termino.

—Nicolás déjame ayudarte con el arreglo de cocina —le dije, a pesar de que se negó al principio después me dejó ayudar.

—Yo iré a arreglar la habitación —me dijo Sammy, las niñas ya se habían ido a jugar así que yo me dirigí a la cocina.

Luego de unos minutos llegó alguien.

—Así que tú y tu madre ahora están viviendo de lo lindo.

—Si señora, y no entiendo porque fingió no conocerme cuando es evidente que Susan le dijo que ya me había visto.

Ella se rio.

—Si tienes razón Susan si me había dicho y hasta me dijo la razón por la cual tu pudiste entrar a esa universidad, así que no tienes que mentir de que tu madre es una mujer casada con semejante hombre.

—No estoy inventando nada, averigüe si quiere.

—Susan me dijo que te fijaste en el chico que a ella le gusta.

—Yo no fije en él.

—Aunque lo niegues, veo en tus ojos que es verdad, pero mi hija es mucho más que tú así que no puedes competir con ella.

No le dije nada y me dediqué a seguir lavando los platos.

—O acaso no sabías que este chico Edward ya es su novio.

Sentí demasiado frío por todo mi cuerpo.

—Eso no es cierto —le dije.

—Está bien no me creas, pero aprovecho que te veo, para decirte que no quiero que te metas en su relación porque ahí si tu mamá y tu van a conocer mis alcances.

—Si, ya nos quedan muy claros sus alcances, usted es feliz metiéndose con hombres casados.

—Mira muchachita...

—¿Todo bien? —pregunto Nicolás.

La cínica de Elena le dijo.

—Si cariño, todo muy bien solo quise conocer más a Amelia y es una gran chica —me iba a tocar la cara, pero yo la alejé.

—Que bueno, pero entonces más tarde siguen hablando es que te quiero mostrar unos planos —le dijo Nicolás.

—Perfecto, entonces Amelia hablamos luego, pero eso si recuerda lo que te dije —se fue, no sin antes darme una sonrisa.

Ash, la odio, terminé de lavar los platos y subí a la habitación de Samanta.

—¿Qué te pasa Amelia?, tienes una cara —me dijo Sammy.

—Elena es la mamá de Susan.

—¿Cómo?, ¿la amiga de mi padre es la mamá de esa víbora?

Asentí.

—Y me imagino que ella se dio cuenta de quién eres tú.

—Pues obvio desde que entró prácticamente solo que tú sabes lo cínica que es.

—Eso es cierto, ¿te dijo algo respecto a tu padre?

—No, pero si me dijo que el novio de Susan es Edward.

—No, eso debe ser una mentira, ella solo te lo dijo por molestarte.

—¿Será?, porque si te soy sincera no me gusta para nada la idea.

—Pues como te va a gustar la idea, si tú quieres a Edward.

—Tienes razón, sé que no he estado muy cerca de Edward, pero yo estoy enamorada de él.

Sammy me sonrió.

—Yo siempre lo supe, solo que tú eres muy necia y en el peor de los casos eres una terca.

Yo me reí.

—Yo solo espero que lo que me dijo Elena sea de verdad solo por molestarme.

—Vas a ver que si Amelia, es más ahora que aceptas que quieres a Edward que importa Susan vive tu amor con él.

—Y tú con David.

—Si Mia, el lunes apenas lo vea, le confesaré lo que siento por él y además le diré que si acepto conocerlo más.

—Tengo miedo Sammy.

—No tengas miedo, buscas a Edward y le dices que lo amas, luego lo besas, finalmente se vuelven novios, se casan, tienen cinco hijos y felices para siempre.

—Sammy tú tienes una imaginación inmensa.

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