Capítulo 12

Wisconsin, Estados Unidos 🇺🇲

Samanta se quedó dormida, yo solo pensaba en las palabras de Susan, no quiero que ella vuelva a joderme la vida, simplemente no quiero, así tenga que alejarme de Edward.

A pesar de que me cae bien y pues sí entre nosotros no hay nada, Susan está enamorada de él, así que no me quiero meter en esa relación.

Me levanté y me asomé al balcón que hay en mi habitación, miré el paisaje.

—Amelia, ¿podemos hablar? —giré y me encontré con Edward.

—No tenemos nada de qué hablar.

—¿Qué te hice Amelia?

No le respondí, solo me entré y cerré la puerta.

—¿Con quién hablabas?

Me asuste al escuchar a Samanta.

—¿Tu no estabas dormida?

—Pues sí, pero es obvio me desperté y luego te escuché hablar.

—Hablaba con Edward.

—¿Ya estás bien con él?

—Nunca he estado mal con él, solo estoy normal.

—Lo estás alejando de ti, ¿hay alguna razón para eso?

— No, yo estoy normal con él —evite su mirada.

—Sé que pasa algo y me duele que no me quieras contar nada, pero bueno tampoco te voy a obligar —ella se levantó y cuando iba a salir de la habitación le dije.

—Susan.

Ella me miro confundida.

—¿Susan?, ¿qué tiene qué ver ella?

—No te lo había dicho, pero cuando Edward me invito a almorzar, Susan me amenazó y también me dijo que tenías que alejarte de David.

—O sea que tu frialdad con Edward es culpa de Susan.

Asentí.

—Pues no estoy de acuerdo, Susan no es nadie, tú quieres a Edward y eso ella lo tiene que aceptar.

—Yo no quiero a Edward.

Ella rodó los ojos.

—Porque no lo aceptas, créeme te hará bien decirlo —me dijo.

—Pero siempre te lo he dicho Edward no me interesa.

—Amelia por favor si vieras la cara que tienes, sabrías que no solo lo quieres, sino que te mueres por él.

La miré y suspiré.

—Mejor vayamos a comer, no quiero saber nada de hombres —le dije, ella alzó los brazos y luego de rogarle salimos a comer.

....

David no hacía sino reírse.

—No te rías.

—Lo siento primo, pero es demasiado chistoso que sea la primera vez que te enamoras y ella te rechacé.

—Yo quiero saber lo que le pasa a Amelia.

—Pues ve y pregúntale.

Me levanté y sin pensarlo dos veces salí y toqué su puerta, me abrió Samanta.

—Hola Sammy, ¿Amelia está?

—Si ella está en el baño, pero no quiere hablar contigo.

—Me gustaría saber ¿por qué?

—Porque no vas y le preguntas a Susan, así de sencillo Edward.

—¿Qué tiene qué ver Susan?

—Tu eres la razón por la cual Susan no dejará en paz a Amelia.

—Sigo sin entender.

—Bueno Sammy vámonos —escuché desde lejos.

—Mejor vete Edward —me cerró la puerta.

....

—¿Susan será qué le dijo a Amelia?

—¿Algo tenía que decirle Susan a Amelia?

—No nada, solamente es que no entiendo ¿qué tiene qué ver Susan en el alejamiento de Amelia?

—Pues veamos Susan gusta de ti al ver que tú estás tan cerca de Amelia le dieron celos y Susan le habrá dicho algo y Amelia por todo lo que paso en el pasado entre ellas prefirió mejor alejarse de ti.

—Lo que tú dices es una locura.

—Pero suena lógico —me dijo.

—Ash, mejor me iré para mi habitación, hablamos luego.

....

Lunes

Llegamos nuevamente a la universidad, Sammy organizaba sus cosas y yo también lo hacía, fui a acomodar mis cosas al baño, escuché los gritos de Samanta.

—¿Qué pasó Sammy?

—Mi foto no está, no está.

—¿Cuál foto?

—La foto que tengo de mi mamá, esa única foto que nos tomamos.

—¿Y dónde la dejaste?

—En el mismo lugar de siempre —Samanta empezó a llorar.

—No llores, espera la buscamos bien quizás se cayó.

—Estarían los pedazos en el suelo, me robaron mi foto.

—Sammy ¿quién podría robarte una foto?

—No sé, quizás la misma persona que se robó tu computador.

—¿De qué hablas?

—Así es, tu computador no está en el lugar de siempre.

Me acerqué y era cierto, no estaba mi computador, revisé bien el lugar y lo peor de todo no estaba mi trabajo de Derecho Familiar.

—Sammy me va a dar un paro cardíaco, mi trabajo de Derecho familiar no está.

—Ves Mia, nos acaban de robar.

—Pero ¿quién?

—No lo sé, vayamos a la dirección.

—No creo que nos acepten la queja.

—Bueno, entonces iré a buscar a la profesora de Derecho Familiar para decirle lo que paso con mi trabajo.

—Yo seguiré buscando la foto —asentí.

—Suerte con eso Sammy.

—Lo mismo Mia.

Salí de la habitación y rumbo a la sala de profesores.

—Amelia, que gusto verte —me volteé y me encontré con Susan, estaba acompañada de Violeta y de Simón.

—Lo mismo digo Susan.

Seguí mi camino.

....

—Profesora yo le estoy diciendo la verdad, me robaron mi trabajo y mi computador.

—Mire señorita Smith prefiero que me diga que no hizo el trabajo a que me diga mentiras.

—Profe, pero...

—Espero ese trabajo para la fecha asignada.

—Pero...

—Que tenga un feliz día señorita Smith —me dijo señalando la puerta.

—Está bien profesora —le dije para antes irme.

En el pasillo fue inevitable no llorar.

—Ahora que voy a hacer.

Saqué mi celular y le marqué a mi única salvación.

Llamada

Yo: Aló, hay gracias a Dios me respondes.

Desconocido: Dime Amelia, ¿qué pasa?, ¿por qué estás llorando?

Yo: Ricardo lo que pasa es que en este fin de semana me robaron mi computador y fuera de eso un trabajo que tengo que entregar en una semana y no tengo computador.

Ricardo: Ya mismo mando a bloquear el computador y te haré llegar uno para que hagas tu trabajo.

Yo: Gracias Ricardo y por favor no le digas nada a mi mamá.

Ricardo: Tu tranquis que no le diré nada, cuídate mucho y no te preocupes que la persona que se haya robado tu computador no le va servir para nada.

Yo: Te debo la vida, chao Ricardo, un besito.

Fin de llamada

Respiré profundamente, sentí un leve alivio, iba a seguir mi camino, pero alguien me lo detuvo

—Quiero saber ¿qué te pasa?

—Ash Edward, déjame en paz.

—No hasta que me digas que te pasa.

Le dije mirándolo fijamente.

—Mucho me costó salir adelante emocionalmente de todo lo que me ha pasado en la vida, como para tener que lidiar con otro problema más.

—¿De qué hablas?, ¿me estás diciendo que soy un problema para ti?.

Asentí.

—Pues no me importa ser un problema para ti con tal de estar a tu lado.

—Nuevamente te digo déjame en paz —me iba a ir, pero él me agarró fuertemente.

—No te vayas.

—Déjame ir.

—No, tú no te vas a ir porque yo no quiero que te vayas.

—No lo puedes impedir.

—Si, si puedo.

—No, no puedes.

Sin pensarlo dos veces, me beso, Edward me estaba besando, no sé, pero fue inevitable no seguirle el beso, sus labios eran tan deliciosos, mi corazón se me aceleró como nunca, él puso sus manos en mi cintura.

Sentí unos ojos encima mío, me separé de Edward y efectivamente Susan nos estaban mirando.

—Amelia, yo....

Lo dejé con la palabra en la boca porque salí corriendo, llegué a la habitación y Sammy estaba en un mar de lágrimas así que mi asunto del beso de Edward debía esperar.

—¿Qué pasó Sammy?

—La foto no aparece por ningún lado y es muy importante para mí, es una foto con mi mamá.

—Sammy esa foto va a aparecer.

Ella se limpió las lágrimas y me miro.

—Bueno y a ti ¿cómo te fue?

—Mal, como perro en misa, la profesora no me creyó, entonces me toco llamar a Ricardo y fuera de eso me encontré con Edward, empezamos a discutir para luego besarme.

—¿Qué hizo qué?

—Me beso, ash lo odio.

—¿Lo odias por besarte?

—No, lo digo es porque...es que...bueno si te dijera...

—Ash, dímelo de una vez.

—Me gusto ese beso.

—¿El beso? o ¿Edward?, acepta de una buena vez que él te gusta.

—Bueno con este beso siento que él no me es tan indiferente.

Ella sonrió.

—Edward te gusta, dilo de una vez.

—Bueno está bien, creo que me gusta Edward.

....

—Les juro chicas que ellos se estaban besando, ash es que la odio, la próxima vez que la vea cerca de Edward le arrancaré los ojos.

—Cálmate Susan —me dijo Violeta.

—Si Susan debes de calmarte porque igual Edward no es que sea algo tuyo.

—Sofía cállate que igual tu hace mucho tiempo no sabes nuestras cosas —le dije, ella asintió.

—Está bien, pero igual ustedes dos se están equivocando —nos dijo para después irse.

—Ya lograremos sacarlas de aquí —me dijo Violeta.

—Eso espero porque no aguanto ni un minuto más ver a Amelia cerca a Edward.

....

—La besé, te juro que fue un beso demasiado mágico.

—Ay sí, súper romántico.

—David te estoy contando mis cosas y tu ahí todo ido.

—Te besaste con Amelia sí que bien, así como días antes te besaste a Susan, pero ahora dices que amas a Amelia, no sé a qué juegas Edward.

—Todo con Susan no pasó de un beso, eso se acabó y ahora quiero a Amelia cerca mío.

—Está bien, yo solo espero que todo lo que digas sea verdad porque Amelia ha sufrido mucho en la vida como para que tenga que aguantar tu desequilibrio emocional.

—David es que...

—Nada Edward, yo mejor me iré, pienso invitar a salir a Samanta.

—Espérame un segundo.

—¿Qué Edward?

—Es que me pasa lo mismo que a ti con Violeta, ella te gusto al principio, pero ahora quieres con Samanta.

—Si, tienes razón, pero yo por lo menos me voy a declarar primero, antes de robarle un beso es más hoy mismo lo haré así que adiós Edward.

....

No encontraba esa foto por ningún lado y cada vez quería llorar más, esa foto era el único recuerdo que tenía de mi mamá, a pesar de que Amelia trato de darme ánimos, me sentía muy mal

—Salgamos un rato, así te distraes —me dijo Amelia.

Negué.

—Si quieres salir ve tu —le dije.

Toc, Toc ✊🏻

—Yo voy a ir —me dijo, abrió la puerta y pude ver a David.

—¿Está Samanta?

—Si, pero está algo triste —le dijo Amelia.

—¿Puedo entrar?

Ella asintió.

—Hola Sammy —me dijo, sé que sonora cursi, pero al verlo me sentí mucho mejor.

—Hola David.

—Amelia me dijo que te sientes mal, ¿puedo ayudarte en algo?

—No es necesario que te molestes.

—No es ninguna molestia es más te invito a dar una vuelta.

Asentí.

—Espera me maquillo y nos vamos.

Amelia me alzó una ceja y entendí por qué no hace ni cinco minutos le dije que no.

—Vale entonces te espero a fuera, nos vemos Amelia —ella se despidió.

—Ahora si quieres salir —me dijo seria, pero luego se rio —mentiras vete con el amor.

Sonreí es más ella me ayudo a maquillarme y me peino.

—Ya estás lista y quedaste hermosa.

Le di un abrazo, tomé mi cartera y salí, por un momento quise olvidarme de todo lo relacionado a la foto.

—Listo, vámonos —le dije, él me sonrió.

—Bueno, vamos.

....

—¿Te gusta este centro comercial? —me pregunto.

—Si es bonito y a mí me gusta mucho mirar almacenes.

Dimos varias vueltas y miramos cositas.

—Vamos por un helado —me dijo.

—Vamos.

Pedimos nuestros helados y nos sentamos a comerlos.

—Oye, que relación tan rara la que hay entre Edward y Amelia —le dije y él se rio.

—Bastante rara, pero no quiero hablar de ellos sino de nosotros.

—¿Nosotros?

—Si, Sammy yo sé que al principio me viste muy cerca de Violeta y hasta me molestaba que me mirarás tanto, pero luego de la fiesta de bienvenida me empecé a sentir extraño contigo, ahora era yo el que te miraba y luego...

—David ve al grano por favor.

—Sammy lo que pasa es que tu...

—Yo...

—Me gustas y quiero conocerte más.

Al escucharlo me quedé sin palabras, él suspiró.

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