—Hola guapísimos —saludó Shouto en voz baja y con tranquilidad mientras se grababa con su móvil—. Aquí estamos en un nuevo vídeo para ver cómo dos alumnos de U.A. tienen relaciones sexuales en la cocina —prosiguió enfocando a Kirishima y Kaminari, los cuales no sabían nada y habían comenzado a besarse—. Qué bien lavan los platos… —murmuró para sí con serenidad.

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Bakugou Katsuki, 16 años. Estudiante de U.A., y, actualmente, supervisor del canal de YouTube de Todoroki Shouto.

No recuerda desde cuándo comenzó a ayudarle, ni cuándo empezó a interesarse en que el joven de cabello bicolor consiguiera cada vez más suscriptores.

Y, que conste que, el hecho de que se repartieran el partner no tenía nada que ver.

Pero, lo hecho, hecho está. Ahora su día a día consistía en seguir estudiando y entrenando a diario para ser el mejor héroe, sin descuidar, obviamente, el canal de Shouto.

Quizás el comienzo fue cuando Todoroki le pidió que le ayudase a grabar una cosa ya que una sola persona no podía hacerlo; alomejor fue cuando el de cabello bicolor subió un vídeo donde Bakugou y Deku acababan besándose; aún no se sabe.

Lo que es cierto es que, aquella vez, Katsuki se convirtió en el hater de Shouto.

¿Cómo se pasa de hater a terminar ayudando e interesándote cada vez más en aquel canal de YouTube que tanto aborrecías en un principio?

Bakugou no lo entendía y le daba rabia; aún así, mentiría si dijera que no le era entretenido.

—Eh, bastardo —llamó tocando la puerta de la habitación de Shouto; cabe decir que llevaba un portátil consigo—. Hay que grabar ya —ordenó abriendo dicha puerta y entrando como si se tratase de su propia habitación.

Bakugou se encargaba siempre de controlar lo que Todoroki subía y qué días debía de hacerlo.

—Cierto… —murmuró Shouto levantándose de su cama y dejando a un lado la revista sadomasoquista que estaba leyendo—. Prometí subir vídeo mañana… —agregó con serenidad.

Todos los martes siempre había vídeo nuevo. Ya sea sobre la homosexualidad de sus compañeros de clase, o de curiosidades sobre él mismo.

A veces, cuando se quedaba sin ideas, hacía unos cuantos gameplays con Bakugou, el cual pasaba la mayor parte del rato gritando; pero en el fondo lo disfrutaba.  

—¿Una al Fortnite? —sugirió Katsuki frunciendo el ceño y colocando dicho portátil en una mesa.

—Prefiero Minecraft —confesó Shouto.

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