El primer viaje de Thalia

Ninguno de los dos lo había planeado, no imaginaban que se conocerían, pero pasó. Tan fugaz como el tintineo de una estrella, un solo momento en el tiempo los reunió.

Ella huía de sus fanáticos y él luchaba contra las bromas de su Pokémon zorro ígneo, dos situaciones diferentes que marcaron un encuentro de dos almas que sin saberlo estaban destinadas a estar juntas, todo en aquel callejón de ciudad Anistar.

Lo vieron como una casualidad, un encuentro que no tendría repercusión en el futuro, para él, esa chica no le parecía interesante, una chica más que seguía, o en este caso imponía, las modas, y para ella, el chico era un entrenador Pokémon más que seguro el mundo olvidaría.

Olvidables eran su definición.

Pero como se mencionó anteriormente, el destino los quería ver juntos.

Así comenzó un juego de persecución entre ellos dos desde ese encuentro en el callejón, lugar al que iban, lugar en donde se encontraban, cada vez en situaciones menos favorables para uno de los dos.

—¡Otra vez tú!

El grito resonó por todo el centro Pokémon.

—¡Deja de seguirme, acosador!

—La que debería dejar de seguirme eres tú, ¡Niña mimada! —Serena no podía evitar mirar con odio al chico de ojos grises frente a él, todos sus encuentros por toda la región de Kalos habían sido suficiente para que ella llegara a odiar a ese tipo.

—¡Ya sé! ¿Qué quieres para dejar de seguirme, un autógrafo, una foto? ¿¡Qué?!¿¡Qué!?

—Como si quisiera algo de eso niña presumida, ¡solo quiero que dejes de seguirme a todos lados!

—Me gustaría ¡Si tú lo hicieras primero!

—Sabes, si quiero una cosa de ti, ¡una batalla Pokémon!, Si gano tu dejaras de seguirme con tu gira esa de reina y si tú ganas... yo volveré a mi pueblo natal hasta que dejes de viajar por la región. —Serena lo miro con sorpresa y con algo de incredulidad, ¿Qué tenían todos los chicos con arreglar todo con batallas Pokémon? El chico sonrió victorioso, ella era una simple artista por lo que no debería tener fuerza alguna en combate y él ya tenía 7 medallas.

Se dio cuenta de lo equivocado que estaba cuando su Gallade caía derrotado ante el poderoso Pangoro de la reina. Sin creer lo que sucedía, acepto la derrota con la cabeza baja y emprendió el viaje de vuelta a su ciudad natal.

Serena se sintió mal por el chico, se suponía que ella daba sonrisas, no que las quitara, pero en fin, ya no lo volvería a ver muy pronto y cuando se volvieran a ver, que ella esperaba que fuera en mucho tiempo, se disculparía con él.

Pero como llevo diciendo desde el inicio, ellos estaban destinados a encontrar sus caminos una y otra vez, y el destino final de la gira de Reina de Kalos de Serena era ciudad Lumiose, ciudad que era también la natal de aquel entrenador de ojos grises.

—Si que está obsesionada conmigo, su majestad. —Comentó divertido al volverse encontrar en el centro Pokémon de la zona norte de la ciudad.

—Solo dime Serena, ok —Y ella harta, finalmente acepta que está destinada a convivir con el entrenador, por lo que intentará llevarse bien con él y ser... amigos.

—En ese caso, puedes llamarme...

"Atención a los pasajeros del vuelo M3WR-01 con destino a Kanto, se les informa que el abordaje comenzará en 30 minutos y..."

—Ves Ash, ya falta poco para nuestro vuelo. ¿No te sientes emocionado por volver a viajar?

—Mas bien siento náuseas.

La última vez que el visitó un aeropuerto había sido hace años, él no quería viajar, sin embargo, ahí estaba él, ansioso, acelerado y preocupado, su pie lo demostraba al estar a punto de tocar un solo de batería épico y todo por una razón.

—Tranquilo, Ash. Hiciste esto muchas veces

—Es mucha presión, Serena. —Junto a él, Serena trataba de calmarlo —Es la primera vez que Thalia sale de Alola.

—Ella se ve feliz —Y ambos se giraron a verla, si que se veía emocionada, dando pequeños saltitos en su asiento como si en cualquier momento fuera a salir rebotando como un Spoink.

Ash hizo una mueca de preocupación —Creo que necesito ir al baño, cuídala, ¿si?.

Cuando las dejó solas, Serena volteó a ver a Thalia, quien seguía con su emoción a flor de piel, ella se sentó a su lado y le acarició la cabeza. Thalia comenzó a hacerle preguntas sobre cómo era pisar una región nueva por primera vez, y con cada relato de sus visitas a una nueva región, el brillo en los ojos de Thalia, así como sus ganas de visitar Kanto crecían.

Así siguieron por un rato, Thalia recostó su cabeza en las piernas de Serena mientras veía a sus Pokémon, Pichu e Ío, jugar entre sí, a la vez que Serena le cepillada un poco el cabello.

¿Realmente le preocupaba tanto a Ash un simple viaje? Serena se preguntó. Desde la semana pasada que Ash le comentó sobre la invitación a Kanto, ella se había tenido que esforzar por convencerlo de realizar dicho viaje, sobre todo porque Thalia se enteró y ella quería que la niña conociera parte del mundo. Serena entendía la preocupación de Ash sobre que Thalia fuera al viaje, pero a la vez se le hacía ridículo, él era el campeón de Alola, uno de los campeones más fuertes, a su parecer, del mundo, el viajero por excelencia. Si la seguridad de Thalia le preocupaba, él perfectamente podía encargarse de eso y si no, ella le enseñaría que no había razón alguna para preocuparse, porque ella estaría con él para ayudarlo y porque Thalia merecía su primer viaje.

"...Vuelo LUM721Z con destino a Kalos a comenzado su abordaje, el vuelo M3W-R1 con destino a Kanto arribará en los próximos 5 minutos..."

Al escuchar esto, Serena comenzó a buscar con la mirada a Ash por el aeropuerto, pero no tuvo éxito. Volteó a ver a Pikachu, quien seguía dormido en el lugar donde antes estuvo Ash sentado, lo despertó y le pidió que cuidara a Thalia en lo que buscaba al campeón.

"Espero que no se te haya ocurrido escapar, no puedes hacerle esto a Thalia"

Thalia, un poco aburrida decidió unirse al juego de sus Pokémon, soltando el espíritu infantil de las tres infantas y un poco del viejo Pikachu, quien se aparentaba estoico a la situación terminó por unirse, después de todo, él podía vigilar mientras se divertía.

O al menos eso creyó.

Pues en medio del juego, el roedor terminó molestando a una pequeña cría Khangaskan y por ende a la madre, misma que empezó un escándalo Pokémon y provocó que el pequeño roedor fuera arrestado y puesto bajo custodia por la oficial Jenny hasta que su entrenador apareciera.

Y un poco lejos de la pequeña cárcel para Pokémon rebeldes, Thalia, Pichu e Ío corrían y reían por el aeropuerto, todo por la escena que habían presenciado, el sentirse fugitivas las llenaba de un sentimiento de diversión como nunca, tanto que no se dieron cuenta que había una oficial en frente de ellas y terminaron por dejarlo en el suelo. El guardia las miro enojado y sabiendo que se metieron en problemas, el trío de infantes salió huyendo de la escena mientras el guardia comenzaba una persecución de otro infante travieso sin supervisión paterna, algo de rutina para él.

Tras correr un poco, ellas se encontraron con un buen escondite a su parecer, una puerta por la cual entraron y encontraron un montón de maletas y cajas, las cuales eran puestas en una banda transportadora por un Machamp. Tras ver que el guardia entraba a la misma habitación, las pequeñas traviesas entraron a una enorme caja esperando que ni el guardia, ni el Machamp se dieran cuenta de su presencia en la caja. Y vaya que funcionó, pero no se dieron cuenta hasta mucho después, justo cuando volvieron a abrir la caja, que ya no se encontraban en el aeropuerto de Alola, sino en un avión con destino desconocido para ellas.

Agotado, el guardia salió de la habitación de equipaje, las había perdido de vista justo cuando habría jurado verlas entrar ahí, tal vez sus padres las había encontrado, o quién sabe, el punto era que ya no tendría que tratar con alguna travesura infantil por el momento.

—Disculpe, ¿No ha visto a una niña acompañada de un vulpix y un pichu? —Un par de adultos jóvenes acompañados de un pikachu y un Lycanroc de color singular se aparecieron frente a el trabajador, cuando reconoció al Pokémon perro, supo que probablemente lo despedirán por haber perdido a la hija del campeón.


No sabía cuánto había durado el viaje ya, no sabía ni dónde estaba. Se encontraba asustada, ella había querido pisar una nueva región y ahora seguro lo haría, pero no como lo esperaba. Ya unos momentos antes había llorado del miedo, incluso aún quería seguir llorando, pero no lo haría, sería valiente. Si su padre y Serena habían viajado solos, ella podría hacerlo también, más si contaba con sus amigas Pokémon.

Ahora solo mantenía la vista fija en la puerta más cercana, lista para cualquier movimiento, lista para comenzar su aventura sin importarle lo corta que fuera.

Cuando finalmente se abrió, Thalia salió disparada del interior del avión, sin importarle que el trabajador del aeropuerto la hubiera visto, ella junto a sus 2 Pokémon amigas comenzaron su primera aventura en una nueva región.

Con la idea de no ser vista por nadie, Thalia y compañía entraron al aeropuerto, el cual tenía varios carteles con frases raras como "Aéroport: voler comme un roi". o "à bientôt". Fraces a las que no les dio importancia.

Su avanzar consistía en correr y esconderse de la gente y Pokémon, tarea fácil de no haber sido por un simple error, si parece que juegas, algún Pokémon travieso podría unirse.

Eso fue lo que paso cuando se sintió abandonar el suelo, ella y sus pokémon flotaban por el aire bajo una sensación familiar, un delphox usaba psíquico sobre ellas. Al verlo creyó que era el de Serena y una pequeña sonrisa se posó sobre ella, pero esta se vio esfumado cuando notó que el Pokémon tenía una sonrisa traviesa en su rostro, fue ahí cuando comenzó. El Pokémon zorro las hizo moverse en el aire con movimientos de su varita totalemnte firmes y elegantes, siempre acompañados de una risa traviesa.

—¿¡Qué estás haciendo Delphox?! —El grito de un hombre hizo que el tipo fuego detuviera su jugueteo y lo mirara rezongando —Suéltala ¡ahora!

El Pokémon obedeció y las dejó en el asiento más cercano, una vez en el suelo, las Pokémon de Thalia adoptaron posturas defensivas ante la presencia de aquel hombre pelinegro misterioso y su Delphox , pero al ver que estos dos solo estaban discutiendo entre si, vieron una oportunidad para escapar de ellos, pero cuando lo intentaron, Delphox volvió a alzarlas sobre el aire, acción que provocó que su entrenador comenzara a forcejear con él, esto las liberó y justo cuando se volvían a disponer a emprender su huida, el pelinegro cayó justo al lado de Ío, ganándose así que la tipo hielo le congelara el rostro.

La escena fue graciosa en cierto punto, pero teniendo su libertad de por medio, Thalia decidió correr y reírse luego, pero nuevamente la huida fue detenida cuando el tipo fuego usó lanzallamas sobre el rostro del hombre. Entonces, Thalia comenzó a llorar.

Al escuchar el llanto, el joven adulto ignoró el dolor por las quemaduras en su rostro y se enfocó solo en la niña —Del...—No logró terminar puesto que se vio devuelto a su pokebola.

El pelinegro intento calmar a la niña, al igual que sus Pokémon de ella, pero parecía inútil y al ver que la gente comenzaba a mirarlo, se vio obligado a hacer algo que no había hecho desde hace muchos años, tocar la flauta para alguien.

Lo que Thalia escuchó fue un conjunto de sonidos armoniosos y suaves, los cuales se ganaron su atención, y entre sollozo y sollozo, las escenas de todo quemándose a su alrededor comenzaban a desaparecer de a poco.

Cuando dejo de llorar al fin, el hombre la miró con una mirada amigable y dejo de tocar la flauta no sin antes arrodillarse frente a su pequeña espectadora.

—Realmente te debo unas disculpas por todo lo anterior, je.

Thalia no reaccionó, pero sus Pokémon si quienes se pusieron en posición defensiva una vez más. entonces, el hombre notó algo que no había visto bien antes.

"Un vulpix Alola" pensó con desagrado, pero de inmediato una idea muy loca cruzó por su cabeza, idea que inmediatamente desecho.

—Será mejor que vuelvas con tus padres antes de que alguien más te haga llorar — Thalia no contestó, solo junto sus dedos nerviosa, y la idea que había tenido anteriormente comenzó a preocuparlo más —¿Tus padres son de Kalos, ¿verdad? —Negó y entonces pregunto con algo de preocupación —¿De Alola? —El que ella asintiera no le gustó para nada.

Mientras tanto, a cientos de kilómetros de Kalos, Ash y Serena atravesaban el mar en el avión del alto mando de Alola, Kahili, quien también era su piloto.

"Se les informa a los pasajeros del vuelo JJ201A con destino a Jhoto que el vuelo sufrió un retraso de 10 minutos..."

Al escuchar eso, el hombre de ojos grises suspiro aliviado, pues ahora tendría un poco más de tiempo para descubrir cómo ayudar a la niña frente a él.

Había pasado un rato ya del llanto de Thalia, ambos se habían mantenido en silencio desde entonces, los Pokémon de la niña siempre se habían mantenido alertas por si aquel tipo fuera peligroso. El hombre realmente no tenía idea de cómo tratar con niños pequeños. En su ex estado de campeón había convivido con varios y le había encantado, sobre todo porque su convivencia giraba en torno a batallas Pokémon.

Pero ahora, ¿cómo se suponía que debía tratar a una niña que estaba asustada y, probablemente, muy lejos de casa? Ella lo haría mejor, pensó él. Un sonido llamó su atención, un pequeño gruñido, el cual el sintió tierno, la pequeña niña tenía hambre.

Se sintió avergonzada cuando su estómago gruñó, aunque estaba con un desconocido que no le inspiraba del todo confianza, el reflejo de cubrirse el rostro sonrojado con su cabello no se pudo evitar. El hombre al ver esto no pudo evitar recordar a alguien que hacia el mismo gesto, sacudió de su cabeza esa idea entonces y pudo recordar que consigo tenía una bolsa con crepas.

—Ten —Mostró la crepa, pero Thalia solo lo vio raro —No tienen nada malo, era para mi Delphox pero luego de lo que hizo no creo que se la merezca. —Entonces, el Pokémon mencionado salió de su pokebola para rezongar, pero tan pronto como salió su entrenador lo volvió a meter en ella, provocando así una pequeña risa en Thalia, al final terminó por aceptar la crepa.

—Así que... ¿vienes de Alola? —Thalia no contestó, ni a esa pregunta ni a ninguna otra que él formuló. Sin saber cómo romper el hielo con la niña, el hombre tuvo una idea que a la niña no le gustaría, pero rompería el hielo si funcionaba.

—Lo de hace rato... ¿Le tienes miedo al fuego, cierto? —Thalia dejó de comer la crepa y atinó a mirar el suelo. Entonces, preocupado de que volviera a llorar por la pregunta, habló —Oye, está bien tenerle miedo a algo.

—No si quieres ser una artista Pokémon—Y finalmente, Thalia habló.

—Wow, Así que Quieres ser artista Pokémon, ¿no sabía que había performances el Alola?

—No los hay, quiero viajar a Kalos cuando sea grande y volverme una gran artista Pokémon así como mi m... mi mejor amiga.

—Pues al menos ya estás en Kalos—Entonces, Thalia y sus Pokémon miraron a su alrededor y comenzaron a celebrará entre si dando pequeños saltitos, provocando que el adulto de ojos grises la mirara con ternura. tras esto ella volvió a cubrirse el rostro apenado con su cabello.

—Eres una ternura —Thalia hizo un puchero —Pero en serio, tener miedo no es razón para no poder hacer algo, mírame a mí, le tengo miedo a los tipos hielo y aun así soy un gran entrenador.

Al oír eso, Ío saltó frente a él hombre lo cual lo hizo retroceder unos pasos, causando una risa en Thalia —El secreto es saber controlar tus miedos cuando es necesario —Dijo con una sonrisa a medias.

Thalia no confiaba en él, o más bien no quería hacerlo, porque por alguna razón sentía que podía hacerlo, pues al hablar con él sentía como si estuviera hablando con Serena o incluso con su padre. Le habían enseñado a no confiar en extraños, pero ¿podía hacerlo ahora?, él no parecía malo, sino al contrario, y tal vez podría ayudarla a volver con su padre y Serena.

—Me llamo Thalia Ketchum de pueblo Po, Alola y ellas son Pichu e Ío — habló sin más haciendo que el hombre la mirara sorprendido, pero luego, con la elegancia de un gallade él se arrodilló frente a ella.

—Y yo Kalm Xavier de ciudad Lumiose, Kalos.

Luego de las presentaciones, Thalia procedió a contarle su pequeña aventura a Kalm, omitiendo los nombres de su padre y Serena, y él le contó que ahora era un entrenador retirado que buscaba una nueva vida, nunca menciono que era el excampeón de Kalos. Después de saber todo esto, Kalm decidió que él no podría hacer nada más que dejarla en manos de la oficial Jenny, pero en lo que llegaba su vuelo podría conocer a esta pequeña y encantadora niña de ojos esmeraldas.

—Y ¿por qué le tienes miedo a los tipo hielo? —Mencionó Thalia montada en el Manetric de Kalm, el cual él había sacado luego de que ella dijera que su padre tenía un Pokémon eléctrico muy poderoso.

Kalm se rascó el cuello nervioso ante la pregunta, para él era algo incomodo hablar de ello, pero con esa niña sentía que podía hablarlo sin revivir malos recuerdos.

—Digamos que es una historia algo incómoda para mí—Vio el arrepentimiento en los ojos de Thalia —Pero tratándose de ti... creo que puedo hacer una excepción.

Manetric entonces se aceró a él y frotó su rostro en la pierna del kalosiano, Kalm se hincó a su altura, le acarició la cabeza al tipo eléctrico, entonces habló.

—Fue debido a una batalla de hace 4 años, Manetric y yo peleábamos contra un chico y su Pokémon de tipo hielo en una batalla impresionante—La emoción al narrar lo primero se vio en sus ojos, pero esta rápidamente se desvaneció —Tanto que no puse atención en algo muy importante que pasaba con él Pokémon, este error me costó caro, cubrió todo de hielo y me hizo perderlo todo.

—¿Por eso viajas? —Le llamó la atención.

—Mi amiga hizo lo mismo, viajo buscando una nueva vida y por eso viajó a Alola y ahora es muy muy feliz, tiene muchos amigos, ama los Pokémon de allá ¡y es mi amiga!

—Vaya, Alola suena cool, tal vez un día de estos vaya a Alola.

—Si vas, visita pueblo Po ¿sí?

—Claro que sí mi pequeña amiga del aeropuerto —Kalm le extendió el puño, entonces, Thalia se bajó del Pokémon perro y lo imitó, se hincó y chocó los puños con él.

Ellos hubieran querido seguir hablando, pero el sonido de los altavoces los interrumpió, el vuelo de Kalm había llegado ya. Al ya no poder estar con ella, kalm le dijo que la dejaría a cargo de la oficial Jenny y que debía hacerle caso en todo lo que dijera si quería volver con su padre a Alola, por supuesto, Thalia aceptó con un puchero. Cuando llegaron con la oficial, ella tuvo miedo por ver a un Arcaine junto a la oficial, por lo que se aferró a la pierna del pelinegro, pero este le instó a dar un paso para enfrentar su miedo, por lo que tomó valentía y fue con la oficial. Luego de explicar la situación a la oficial, Kalm procedió a despedirse de la niña, no sin antes prometerle que algún día se volverían a ver. Finalmente, Kalm se dirigió a su vuelo rumbo a Jhoto.



No habían pasado más de 5 minutos desde que Kalm se había ido y Thalia ya no podía más con su facha de valiente, ese Arcaine no le inspiraba nada e confianza, ni a ella ni a sus Pokémon, aunque algunos decían que era un lindo perro, para ella era un perro malo.

Entonces, el Arcaine se puso alerta y comenzó a ladrar, asustando un poco a Thalia y poniendo en alerta a sus Pokémon. De repente, una gran llamarada salió de algún lado y estuvo a punto de impactarles de no haber sido por el Arcaine que protegió a la niña, la cual ahora estaba totalmente aterrada. Debido a esto, la oficial Jenny salió a buscar y detener la razón del ataque, pidiéndole a Thalia que se quedará quieta en su lugar, ella obedeció temblando.

Por desgracia, un lanzallamas y un rayo cayeron cerca de ella lo cual la obligo a correr lejos ahora si totalmente aterrada, todo mientras era seguida por sus Pokémon amigas, las cuales se percataron de que los responsables de los ataques eran un Magmortar y un Elecivire peleando entre si.

Debido a la conmoción que causo la riña entre los dos Pokémon, nadie se percató de como Thalia huía del aeropuerto para adentrarse en las calles de la ciudad más grande de todo Kalos.

Mientras tanto, en una de las calles de dicha ciudad, una pareja joven se encontraba caminando con las compras de las despensas.

—A pesar de los años viviendo aquí, Lumiuose me sigue pareciendo enorme, ¿No lo crees Alain?

—Lo dices porque siempre te pierdes, Mairin.

—Es por eso que tú vienes conmigo siempre, querido profesor —Al decir esto se aferraba al brazo de Alin, el cual se apenaba un poco.

De repente, la pareja vio a una niña llorando que corría siendo seguida por unos Pokémon bebés, al ver esto, Mairin, preocupada, salió tras de la niña dejándole las bolsas de mandado a su pareja, quien como pudo trato de alcanzarla.

Al final, Mairin la alcanzo cuando esta se metió a un callejón, ella la encontró llorando de rodillas mientras era rodeada por dos Pokémon, los cuales al verla se pusieron alerta, como venían haciéndolo todo el capítulo.

—Un Vulpix Alola...—Mencionó Alain cuando la alcanzó e inmediatamente la pelirroja lo calló.

—¿Te encuentras bien? —Preguntó la pelirroja acercándosedespacio a la niña —Somos los asistentes del profesor Sycamore, el profesor dela región, podemos ayudarte.




Me voy conectado a las 11 de las noche pensndo que ya había subido el capitulo el viernes, si que soy distraido XD

Cpaitulo largo, lo sé, pero hey ¡al fin hay capitulo! ¡Eso es un éxito para mí!  y la historia continua por supuesto que ¡si!

Este capitulo es especial para mi por 2 cositas, 1. es la introducción de Kalm 2. es una celebración de que sobreviví el cuatrimestre más dificil de la carrera, o al menos eso dicen mis amigos de cuatri superiores. Recomendación si van escojer una universidad, NO esojan una de plan trimestral o cuatrimestral, no van a poder ni respirar si es que quieren graduarse con excelente calificación, y aun si no también XD

"Kalos otra vez" titulo del próximo capitulo.

Bueno eso ha sido todo, espero que les haya gustado el capitulo, si es así dejen comentario y/o estrellita Soy Lumynick y les deseo un buen día.

Gracias por leer, votar y comentar!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!






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