¡¡Alola Tío!!
Silencio y tranquilidad sobre la región Alola, un paraíso Æther bañado por el amanecer, un amanecer que revelaba a los ocupantes de quella blanca habitación. Una habitación donde una bella y joven mujer azabache de 28 años descansa cómodamente junto a su esposo, un hombre rubio de 31 años, el cual ya despierto, observa el techo por unos momentos para luego girarse en la cama y observar a su esposa descansar tranquilamente.
La observa detenidamente como cada mañana, memorizando cada facción de su tranquilo rostro, le acaricia su cabellera azabache, y con total cuidado de no despertarla, se levanta de la cama para tomar una ducha y comenzar su día de trabajo.
Los domingos, son los días de descanso por excelencia para todas las personas, pero no para este rubio. Para Gladio no significan eso, para él es sólo otro día de trabajo en su oficina, otro día encerrado con papeles y atendiendo una que otra emergencia en los laboratorios del paraíso Æther, su paraíso Æther, pues como dueño y presidente, siempre debe estar atento a ella.
Aunque esto no significa que por ella siempre va a estar encerrado trabajando, bueno si, siempre está encerrado trabajando, pero no porque esté obligado a eso, él en cualquier momento puede tener días libres, la razón es porque él ama su trabajo, por eso siempre está trabajando y odia que lo molesten cuando está envuelto en su ambiente.
Luego de arreglarse, el rubio ordena la habitación antes de encaminarse a su despacho, todo con tal que su esposa siga descansando y al despertar no haga el esfuerzo en hacerlo.
—Ahh, nuevamente tomaste una ducha sin mi —Luna, su esposa, decía con un tierno puchero para luego sonreírle mientras se estiraba en la cama.
Él se acerca a ella y le besa dulcemente la frente. —Voy a mi despacho. —Dijo para luego encaminarse a la puerta.
—Pero Gladio hoy es... —no pudo terminar de decirle porque él ya había salido del cuarto. -... Domingo —Bufó esto último.
Luna era de los pocos (junto a su hijo y sobrina) que podían sacarlo del trabajo y evitar que ingresara, por eso a veces trataba de despertarse más temprano que él para convencerlo de no ir al trabajo y se quedará más tiempo con ella, todo el día si fuera necesario, por lo visto esa mañana había fallado.
El rubio caminaba por los largos y blancos pasillos de aquella mansión, rumbo al cuarto que usaba como oficina principal.
Como el dueño de la fundación Æther, él y su familia vivían en la isla artificial, sede de la misma. Él tiene su oficina principal en la mansión en la isla, en donde puede estar más cerca de la mujer azabache, dueña de su corazón y de aquel pequeño que descansa a unas cuantas habitaciones de la suya y hacia donde él se dirige.
Detuvo su andar en una puerta, la cual difería del resto por ser de un color azul claro y con varias manos pintadas en ella.
Gladio la abrió suavemente, esperando no despertar a los ocupantes de aquella habitación.
Al asomarse pudo observar varias almohadas tiradas, sábanas por todo el piso y torres hechas de libros y cajas, aquello era un fuerte de almohadas, el cual estaba ocupado por dos niños quienes dormían tranquilamente.
Tras asomarse por un pequeño hueco en el techo de aquel "fuerte" pudo ver a su hijo Sun y su sobrina Thalia, el primero dormía completamente destapado y con un poco de saliva escurriendo de su boca y la niña totalmente envuelta como un Caterpie en invierno, con uno de sus piecitos tocando la cara de su primo mientras sus dos Pokémon estaban acurrucados alrededor de ella.
Una sonrisa feliz apareció fugazmente en el rostro del rubio al ver esa escena, para él, esos dos niños eran lo más preciado en el mundo, más que su compañía. Los únicos que con tan solo pedirlo (o no) pueden hacer que él se tome largas vacaciones hasta en los días con más trabajo con tal de pasarse todo el día con ellos.
Y sin más que hacer, salió de aquella habitación para dirigirse a su despacho y sumergirse en su trabajo.
Su despacho, blanco, grande y espacioso, teniendo varios estantes con libros sobre Pokémon, sus hábitats, etc. Un enorme pizarrón donde había varios papeles pegados, fotos y un mapa entero de la isla Poni, un amplio escritorio con una foto enmarcada de él junto a su familia y otra de él y su hermana de pequeños junto a su madre, ah, y además un teléfono repleto de mensajes de voz que de seguro son de Hau queriendo invitarlo a comer malasadas.
Al revisarlos, comprueba sus sospechas, entonces los borra sin pensar para poder sumergirse en su trabajo un buen rato. Él no recuerda cuantas veces le ha dicho ya a Hau qué no lo llame al teléfono de la compañía, lleva años diciéndole, 11 años para ser exactos.
—Te das cuenta que ni siquiera has desayunado —Luna aparecía en la puerta con los brazos cruzados. —. Te va hacer daño.
El rubio no le hizo caso y continuó su trabajo en el pizarrón, moviendo una que otra fotografía de hábitats y checando su tableta. Luna, al ver que no le hizo caso se acercó a su lado y le tomó el brazo.
—Ven, vamos a desayunar que Sun y Thalia nos esperan —Dijo tomándolo del brazo, primero dulcemente y luego jalándolo con fuerza hacia la puerta.
El rubio forcejeaba un poco para que lo soltara y lo logro antes de llegar a la puerta.
—¡Oh! ¡Por favor Gladio! ¿A caso vamos a hacer el mismo numerito de siempre?
—Ni que estuviéramos en un circo, ahora ve a desayunar con los niños que yo tengo trabajo. —Dijo dirigiéndose a su posición de antes que lo interrumpiera.
—¿Aún no puedes resolver el problema de los hábitats de los UE de Poni? —El rubio negó desde el pizarrón.
Luna se acercó y examinó el pizarrón detenidamente junto a su esposo —Como te complicas la vida cariño —Y repentinamente le arrebató la tableta y comenzó a hacer el trabajo de él.
—¡Listo! —exclamó sonriente —, así ya podrás tener el resto de la semana libre —y parándose de puntitas le susurró al oído coquetamente. —y... tal vez podríamos aprovecharla juntos.
Tras examinar lo que su esposa hizo y comprobar una vez más que ella sería mejor presidenta que él, con una sonrisa, terminó cediendo y la acompañó tomados del brazo al comedor donde su sobrina e hijo los esperaban ya desayunado.
—Por cierto, no te olvides que hoy debes de regresar a Thalia con Ash.
—¿A sí? Creí que ya la íbamos a cuidar para siempre.
—¡Sabes que eso me encantaría! Thalia es una niñita adorable, pero prefiero que nosotros hagamos una propia.
—No, no vas a conseguir que acepte tener otro hijo, con Sun nos basta y sobra.
—¡Oh vamos Gladio! —exclamó apegándose más a él —, Será divertido, además, sé que en el fondo tú lo deseas más que yo.
Un pequeño, pero potente sonrojo, apareció fugazmente en su cara, el cual pasó desapercibido para su esposa.
—Tu silencio sólo me da la razón jaja.
El desayuno transcurrió tranquilo. Una vez acabado, Gladio, acompañado de su hijo, acompañaron a Thalia a su casa, pasando primero a las zonas residenciales de Æther en Ula-ula y de ahí tomar una limosina rumbo a pueblo Po.
Cuando llegaron, tan pronto le abrieron la puerta a Thalia, ella salió corriendo junto a sus Pokémon a la puerta de su casa e intento alcanzar el timbre sin éxito.
Su primo la siguió e intento lograrlo dando el mismo resultado.
Gladio bajo con calma y vio la casa, fijándose en el asiento del porche, y como si fuera una mala jugada de su mente, la vio como un fantasma, sentada ahí, acariciando su vientre y viendo hacia la lejanía.
—Alola hermano.
Gladio sacudió su cabeza y volvió a mirar al mismo lugar, ya no estaba ella.
Luego de salir de su trance, le indico al chófer que se diera una vuelta por el pueblo, que él le llamaría cuando fuera hora de marcharse.
El rubio se encaminó hacia la puerta, tras detener a los niños que trataban de tocar el timbre subiéndose uno en cima del otro queriendo armar una torre. Tomó a Thalia en sus brazos y la dejo que tocara el timbre.
Ante la oportunidad, Thalia fusiló el pobre timbre por la emoción de ver a su padre.
Esperaron unos segundos, Gladio había bajado a la niña por lo mientras. Cuando finalmente se abrió la puerta, Thalía se lanzó a abrazar a su padre al igual que los Pokémon.
El rubio y su hijo solo presenciaron el reencuentro que se daba entre padre e hija, luego de una semana de estar separados.
—Alola Gladio.
—Alola Ash.
Ash soltó el abrazo con Thalia y la dejo en el suelo para que ella saludara a Pikachu y a Shirön para dirigirse con Gladio.
—Creí que quien vendría sería Luna y no el pelos de plátano, jeje —Gladio le frunció el ceño —, quita esa cara que se te va a quedar así —Ash soltó una leve carcajada. —es un gusto volverte a ver hermano.
El rubio sólo dio media sonrisa mientras cerraba los ojos —¿No nos vas a dejar pasar? —Ash se movió a un lado cediéndole el paso.
El rubio busco a su hijo en la entrada y al no verlo lo llamó —¡Sun! Ya vamos a entrar.
—Pero si ya estoy adentro papá —Dijo el niño apareciendo repentinamente justo detrás de Ash, asustándolo y haciendo que cayera al suelo en el acto.
—¡Alola tío! —Alegremente saludó par luego correr a jugar con su primita.
—¡Algún día ese niño me va a matar del susto!
—Eres un exagerado —"Bien hecho hijo" celebraba internamente
Ya adentro, los niños se pusieron a jugar con pikachu, Shirön y los pokémon de Thalia mientras los adultos hablaban en la cocina y comían unas malasadas caseras.
Hablaron de varias cosas, del comportamiento de Thalia, si ella no había salido lastimada en la semana, si no había conseguido algún nuevo trauma, si Silvally no la había atacado, si él seguía siendo el sumiso en su relación con Luna, si había visto a Hau recientemente, entre otras cosas.
Para Ash fue un buen rato, hablando con su viejo amigo y cuñado, como en los viejos tiempos. Él estaba listo para seguir mandando preguntas y más preguntas, y ocasionalmente, sacar de sus casillas al rubio, claro no tenía el talento natural de Hau para eso, pero tenía lo suyo.
El rubio también disfrutaba, el momento, le era agradable salir un poco de la rutina y hablar con un viejo amigo que no fuera tan castrante, aunque con el paso de la plática comenzaba a serlo. Él tenía límites.
Ya no era tan cayado, frío, distante y reservado como en su adolescencia, ahora era un poco más abierto, no demasiado como otras personas que conocía, pero algo, algo que él aprendió en parte por el azabache frente a él.
El que Ash lo bombardeara con preguntas y que él mismo tuviera que hablar demasiado lo hostigaba, quería que el azabache se callara con las preguntas, si era posible, prefería ser el que escuchaba y no el que hablara.
—Y dime, ¿cómo van las cosas con tu vecina? —lanzó de repente con la intención de cambiar de tema y que callara con las preguntas —, ¿no le habrás vuelto a romper otra cosa?
En ese momento Ash, quien había estado alegre y vivaz durante toda la plática cambió a uno talmente opuesto
—Pues... no ha pasado gran cosa, je —Respondió un poco desanimado.
Ahora qué tontería hiciste.
Gladio conocía perfectamente a Ash, haber vivido con él por 5 años había logrado que lo conociera incluso más que Ash a sí mismo. Gladio sabía que algo había pasado entre Serena y Ash.
Algo que a él no le importaba y no quería saber ni le ayudaría si le llegará a pedir ayuda.
—Al menos le pagaste la casa, no como a tus otras amigas que no les has pagado las bicicletas.
Y con eso Ash comenzó a hablar de la diferencia entre esos asuntos para luego hablar de sus amigas a las que les debía las bicis. Todo mientras Gladio se golpeaba mentalmente por haberlo hecho hablar.
Sea lo que sea que hayas hecho, si eres hombrecito lo resolverlas por ti mismo... Por los tapus, ¡a mí que me interesan tus amigas!
Por momentos, el rubio creía que hablaba con su otro amigo, amante de las malasadas, que, por cierto, lo que comía le recordaba mucho a él.
—¿Acaso éstas son de la receta que Hau invento? —pregunto el rubio cambiando de tema
—Claro, ¿acaso te encantaron?
—Sabes lo que opino de esta receta.
—Entonces ¿por qué te comiste 5?
—Tengo hambre.
Ash lo miro no muy convencido por la respuesta, pues el sabía que Gladio amaba esas malasadas especiales a de Hau.
—No pongas esa cara de amargado cuando comes.
—Ni que tuviera otra cara.
—Te va a caer mal la comida si comes con esa cara.
—A ti no te sale ese papel, ni que fueras Li... —paro en seco al escuchar lo que iba a decir.
Lillie. El tabú entre ellos, la razón por la cual él no venía a esa casa, siempre que venía a ver a Ash y Thalia, quedaban en algún lugar. El recuerdo de su hermana le hacía difícil estar en esa casa y mirar al causante del estado actual de su hermana no ayudaba. Él no le echa la culpa por lo sucedido, sino por lo que siguió después y que él considera una locura que no puede parar.
—Si... ella lo hacía mejor —Dijo Ash con aire melancólico.
Era la primera vez en mucho tiempo que ambos mencionaban a Lillie, y era muy incómodo.
—Entonces, ¿Cómo van las cosas en la fundación? —Hablo Ash tratando de cambiar el tema.
Desgraciadamente ya no se podría cambiar de tema, Gladio ya no respondió, ahora solamente lo miraba seriamente, a lo que el azabache también lo hizo.
Ambos se miraban seriamente, ambas miradas parecían hablar del mismo tema, ambos esperaban a que alguno rompiera el hielo y tocará un tema delicado que habían evitado por mucho tiempo.
El sonido de unas pisadas subiendo las escaleras rápidamente fue lo único que pudo traer de vuelta a esos dos hombres.
—Parece que fueron a jugar a la habitación de mi hija —Habló Ash tomando jugo de un vaso.
—Si —contestó secamente. —. ¿Ya fuiste a verla?
—No —Ash iba a decirle que iría justo ahora y que si él podía cuidar a los niños, pero no hubo necesidad, Gladio con la mirada le indico que el se encargaría, así que se levantó y fue rumbo a las escaleras.
—¡Voy a salir un rato Thalia! ¡El tío Gladio está a cargo!
La niña bajo corriendo y abrazo a su padre en forma de despedida y diciéndole que tuviera cuidado.
Para ella, que su padre la dejara diario con conocidos no le era raro, ella creía que iba a algún combate o a algo relacionado con el trabajo de campeón o inclusive a hacer una proeza de superhéroe, esto le enorgullecía, pues así su padre demostraba que era el mejor, "¡el mejor del mundo mundial!". Sip la pequeña Thalia se enorgullecía de su padre.
—Suerte papi —Dijo y salió corriendo a su habitación tan rápido como llegó.
Ash se quedó viendo escalera arriba por un momento, luego llamó a Pikachu y Shirön para que lo acompañaran, metió a la tipo hielo a su ball, le pidió a su roedor que se montará en su hombro y caminó a la salida. Justo al abrir la puerta para salir, volteó a ver al rubio, quien seguía en la cocina.
—Deberías ir a verla de vez en cuando.
Gladio lo vio salir por la puerta y bufó cuando se encontró solo, levantando algunos de sus pelos que tenía en frente. Se terminó la malasada que tenía en la mano, su sexta malasada, y salió de la cocina para recorrer la casa.
Él examinaba cada rincón de la casa y comparaba su estado actual con respecto a la mansión de Mele-mele que él junto al azabache y Hau compartieron durante 5 años.
Una casa totalmente ordenada, eso era lo que veía, nada que ver con la zona de guerra donde él era el encargado de sus morenitos.
Tener una hija había cambiado a Ash en varios aspectos.
Continuó viendo la casa y se fijó en el golpe la pared, aquella pequeña deformación que estaba a escasa distancia del piso. Verlo le recordó a aquel día en que los Pokémon no lucharon por él, un día que agradece que su hermana no hubiera estado presente.
—¿Ash?
Sacudió su cabeza y decidió dejar atrás ese mal recuerdo y mejor volver a la cocina y llevarse aquellas malasadas, que eran su pecado culposo, a la sala a seguir degustándolas.
Cuando cruzaba el espacio entre la cocina y la sala, se percató que la puerta estaba abierta, volteó a ver a las escaleras y se encontró con Ío y Pichu que lo miraban sonrientes, pero no lo normal sino como disimulando algo.
—Estos niños.
Minutos antes, Thalia había vuelto a su cuarto luego de despedirse de su papá y había discutido con su primo, pues este no le creía que ella era la mejor amiga, alumna y vecina de Serena.
Entonces, ella decidió llevarlo con su vecina para mostrarle lo contrario, y porque no, saludar y pasar un rato con la peli miel.
Ambos niños bajaron a pedirle permiso a Gladio, pero al verlo tan distraído viendo la casa decidieron salirse, al fin y al cabo, no iban lejos y no irían con una extraña, así que ellos pensaban que no se enojaría, además ¿qué podría pasar? ¿qué le destruyera la?... otra vez.
—Vas a ver que te va a encantar Serena, Sun, ella es muy hermosa... y muy dulce... y es buena con migo y con mis pokémon... y también sabe bailar... y también cocina muy rico y..y..—Comentaba emocionada.
—Si sabe cocinar postres, con eso me gano.
Ambos infantes llegaron a la casa de Serena y la pequeña azabache tocó la puerta con cierto ritmo, intentando llamar la atención.
Cuando Serena abrió la puerta no se esperaba encontrarse con los dos niños, uno de ellos, la pequeña Ketchum y el otro, un niño igualito a Thalia, pero de ojos grisáceos y ropas como de pesca.
Sun quedó maravillado con Serena, nunca la había visto en persona y al igual que su prima, era un admirador de ella, un pequeño sonrojo apareció en su mejillas, pero este desapareció rápidamente cuando vio que detrás de la mujer pasaba un absol.
Emocionado, corrió a su encuentro, Serena trato de detenerlo, pero le fue imposible por un extraño peso que apareció en su pierna izquierda.
—Te extrañé muchísimo Serena. —La pequeña Ketchum sujetaba en un tierno abrazo la pierna izquierda de la ex-reina.
Serena sintió una sensación extraña en el pecho y una ternura enorme junto a unas ganas de corresponder el abrazo y ya no soltarla nunca.
Ella se hincó a su altura para corresponderle el abrazo y lo hizo acariciando sus cabellos. —Yo también pequeña —Dijo dulcemente.
Antes de separarse, Thalia le dedicó una mirada de administración para luego salir donde su primo, quien estaba haciendo quien sabe que con absol.
Ese niño, es tan parecido a Thalia, ¡¿A caso es el hermano de ella?!
Ese pensamiento la irritó sin saber por qué. Inmediatamente, los niños se le acercaron, siendo el pequeño jalado de la oreja por Thalia hasta quedar frente a ella.
—Serena —habló Thalia. —, él es mi primo Sun, Sun, Serena.
—Mucho gustó pequeño, soy Serena.
—Eh... Y-yo m-me llammmo S-Sun —Serena sonrió ante la timidez del infante y le revolvió los cabellos provocando que se sonrojase.
—Serena ¿podemos ir a ver a tus otros Pokémon? y de paso, ¿le puedes decir a este tonto que eres mi mejor amiga?
Serena sonrió por la manera orgullosa en la que Thalia había dicho lo último y los llevo a ver al resto de sus Pokémon que estaban en el patio trasero disfrutando el día en la piscina.
En el camino, Thalia contaba todo lo que había vivido con ella a su primo, siendo confirmado por Serena y sonrojando al pequeño.
Cuando Sun vio a los Pokémon de Serena, no lo dudo y se metió al agua para jugar con ellos siendo seguido por su prima.
Sus padres me van a regañar.
Justo en ese momento sonó el timbre y ella corrió a atenderla, sabía que sería Ash.
Pero al abrirla no se encontró al morenito ojos cafés que la había lastimado, o no, se encontró a un güerito ojos verdes y bien vestido frente a ella.
—Así que tu eres la famosa Serena —Dijo Gladio viendo que ella no contestaba. —Supongo que mi hijo está con Thalia.
—¿Tu eres el tío de Thalia?
—¿A caso no lo parezco? —se señaló completo —me vas dejar entrar o que.
Serena lo miró completo y se encontró con que venía acompañado de los Pokémon de Thalia. Ella los acompañó a su patio trasero y cuando los niños lo vieron salieron de la piscina y trataron de meterlo a que nadara con ellos. Por su puesto, él no acepto porque no quería arruinar su traje.
Gladio se quedó en la orilla viendo a los niños jugar con los Pokémon, el cómo Delphox y meowstic usaban su psíquico para ayudarlos a hacer grandes clavados o Io tratando de congelar la piscina. Todo mientras era observado por una mirada curiosa de Serena.
Me parece haberlo visto antes, ¿Pero en dónde?
Entonces Gladio se giró y se topó con la mirada azul de Serena, provocando que esta la desviara tímidamente.
—¿Puedo usar tu baño Serena? —Preguntó Gladio cortésmente sacándola de sus pensamientos, ella lo guío y se quedó en la cocina cuando el entro, no iba a dejar que estuviera él solo en su casa.
Estoy segura de haberlo visto antes con...
—Es un placer conocer a la reina de Kalos —Habló Gladio desde la puerta del baño, acercándose a la cocina.
—En realidad es ex-reina.
—Cierto —Gladio se recargo en la barra que separaba la cocina y la sala... —, sabes, ya nos conocíamos, pero no nos habíamos presentado.
El rubio le extendió la mano —Soy Gladio, presidente de la compañía Æther.
Serena lo vio con asombro, ahora sabía quién era y correspondió el saludo con emoción.
—¡Tu eres el presidente de Æther!, el que se reunió con...
—Con tu esposo —La interrumpió. —, si, un buen tipo.
Serena se giró molesta —Él y yo ya no somos nada. —Gladio noto que ella se ponía triste al terminar de decirle esto.
—Perdón por sacar ese tema, debió ser duro.
—Ni tanto, lo nuestro decayó cuando perdí la corona.
Su voz no se escuchaba segura de eso y denotaba tristeza aún.
Para cambiar de tema, Serena le ofreció pokelitos, pero él los negó pues aún tenía malasadas.
—No entiendo qué le ve Ash de geniales a los pokelitos, no son la gran cosa.
—Es porque no has probado los míos.
—Ash siempre hablaba de eso, eso y de todos tus talentos.
—Se me hace difícil de creer.
—Créelo, hasta mi hermana quería conocerte por su culpa.
—¿Y tu hermana es...?
—Vaya parece que inteligente no es tu talento —Serena lo miro molesta. —Lillie, Ash no tendría tanta suerte.
Ambos decidieron seguir platicando en un lugar más cómodo, así que se fueron a sentar a la sala. Continuaron hablando, conociéndose, o más bien, continuaron un interrogatorio por parte de Gladio.
¿Qué era lo que ella pensaba de los niños?, ¿qué era lo que le gustaba de ser reina?, ¿cómo veía a los pokémon? entre otras preguntas.
—¿A caso eres una clase de policía o que tramas?, ¿por qué tantas preguntas?
—Deberías sentirte halagada de escuchar mi voz, normalmente no habló tanto.
—Entonces, ¿por qué ahora te suelta la lengua?
—Sencillo, quería conocer que te hace especial, saber por qué para Ash y para toda Alola eres especial, pero por lo visto, eres tan común como muchas personas.
Serena no supo que pensar, si ofenderse o no, pero lo más importante, ¿era especial para Ash?, gran mentira, si así hubiera sido, hubiera sido parte de su vida.
—Momento, ¿soy especial para Alola?
—Culpa de Ash.
Ahora ya no entendía que pasaba, parecía que si había sido especial para Ash, pero al mismo tiempo no ¿Qué rayos pasaba?
—¿Yo puedo interrogante también?
—Es justo.
Serena lo pensó un momento, luego se inclinó un poco, comenzando a jugar con las manos algo apenada preguntó—Y...y ¿Eres casado? —Gladio asintió.
Las probabilidades que estuviera como Ash eran pocas, demasiado guapo para estar libre.
—Su nombre es Luna.
—Déjame adivinar, ella también es mi admiradora por culpa de Ash. —Gladio nuevamente asintió. —¡Ashhh! ¡¿Qué intentaba Ash con eso?!
Con la manera en lo que ella habló, Gladio comprobó sus sospechas, Ash había metido la pata. Internamente estaba orgulloso por tener razón y por saber que esto pasaría, siempre lo supo y se lo decía Ash.
—¿Y tú crees que se cómo piensa ese tonto?
Serena comenzó a caminar por toda la cocina sumamente molesta, haciendo todo tipo de caras y señas tratando de contener su ira, todo esto le parecía chistoso y tonto a Gladio.
—Me sorprende que estés molesta con él, si se supone que es precisamente la razón por la que viniste a Alola.
—¡Nunca hubiera venido a Alola de haber sabido que estaba aquí! — dijo molesta asustando al rubio un poco, nada realmente, bueno algo.
—Creí que él era tu "Tu eres mi meta"
Serena paró en seco y lo miró, él estaba recargado en la pared, con los ojos cerrados y brazos cruzados. —T... ¿tú cómo...?
—No tiene importancia.
Serena iba a hablar, pero una explosión proveniente del patio los hizo correr a con los niños.
Al salir se encontraron a absol y a Silvally dando una batalla Pokémon para entretener a los niños. Inmediatamente, Thalia vio a Serena y corrió hacia ella junto a sus pokémon.
—¡Serena!¡Serena!¿podríamos ensayar hoy?
Ella volteó a ver a Gladio y luego a la niña —No querías que fuera un secreto para tu padre.
—Tío Gladio no dirá nada, él es un baúl, anda di que si. —La tierna súplica de Thalia terminó siendo una debilidad para la ojiazul, por lo que cedió.
Era la primera vez que Thalia ensayaría frente a otras personas, ella quería demostrar lo poco que había avanzado y de paso presumir con su primo.
Ver como Serena hacia pasos y la pequeña Ketchum los imitaba como podía, divertían mucho a Sun y sacaban una que otra pequeña sonrisa al rubio.
Cuando ella se equivocaba, Serena la alentaba dulcemente a seguir intentando, la levantaba y la apoyaba de la manera más dulce posible, y, de alguna manera, infundía felicidad en todos en el lugar. Tal vez era eso lo que la hacía especial.
Aunque la niña cometía errores, había que admitir algo, Thalia ya no era tan desastrosa como al principio.
Al terminar la coreografía, Serena decidió que era el turno de ver cómo se desenvolvería junto a sus pokémon, como ejemplo previo, su meowstic y Swanna crearon un espectáculo de cristales luminosos, los cuales tratarían de imitar.
Thalia dio las órdenes a sus dos pokémon, y aunque le costó conseguirlo a la primera, fue al séptimo intento que sus pokémon simularon con éxito los cristales de hielo luminosos.
Fue una lluvia de esquirlas de hielo, creadas por la vulpix Io, que se conectaban por la electricidad de Pichu en el aire y creaban un gran juego de luces. Una enorme distorsión de colores que incluso podrían verse desde la isla Akala.
—Wow eso fue asombroso —La voz alarmó a todos los presentes en el patio de la peli-miel.
—Papá, ya volviste.
Ash, quien se encontraba del otro lado de la cerca, y ahora la había saltado, estaba viendo con Pikachu en el hombro el espectáculo. —Ha sido de lo mejor que has hecho Serena.
Todos suspiraron tranquilos, aparentemente no se había dado cuenta.
Un sonido de hambre proveniente del pequeño Sun los hizo cambiar su atención entre los azabaches, Serena les ofreció a sus 3 invitados a comer, y por supuesto que aceptaron.
—¿Vas a quedarte a comer, Ash? —Preguntó Gladio.
Ash puso una expresión nerviosa, no sabía si era lo correcto quedarse ahí donde la anfitriona no lo quería y ni lo había invitado. —No quisiera ser una molestia.
—No lo serías papá, si me invito a mi, también te invito a ti —Thalia lo tomó de la mano. —vamos a comer.
Él no tuvo de otra y los siguió no muy convencido
Esto va a ser muy incómodo.
Y vaya que Ash tuvo razón, fue muy incómodo para todos, ni siquiera cuando Serena comía con ellos hace una semana atrás había tanta incomodidad. Un aire incómodo y con una especie de nervios que nadie estaría dispuesto a respirar (bueno sólo Gladio que disfrutaba esa comida tranquila) un aire que preocupaba mucho a Thalia.
—Estuvo muy buena la comida Serena, pero es hora que Thalia y yo nos vayamos a casa. —Decía Ash parándose de la mesa y dirigiéndose con su hija.
—Si, creo que ya es hora. —Le contestó Serena sin mirarlo.
Thalia vio la escena y se puso triste, algo pasaba con ellos y no le gustaba, su primo vio su semblante y decidió actuar, pues pensaba que ella no quería irse.
—¡Tío Ash que tal si tienes una batalla con mi padre! —Gritó levantándose de la silla.
A Ash se le abrieron los ojos de la emoción, hace tiempo que no tenía una batalla con el rubio, miró a Gladio que lo veía con cara de "espérame a que termine mi comida y luego barreré el piso contigo"
Claro la batalla no se llevaría a cabo en el patio de Serena, cuando Thalia propuso eso ella se negó, así que salieron a la calle y ambos adultos se posicionaron en su lugar. Serena sería la referí.
—Esto será divertido Gladio.
—Ni creas que te la dejare tan fácil campeón.
Ambos se miraban retadoramente. Sacaron a pikachu y a silvally, respectivamente una batalla uno contra uno.
—Vas a apoyar a mi papi, ¿verdad Serena? —Preguntó Thalia.
—Claro que no, apoyara al mío. —Habló Sun, comenzando así una discusión entre ellos.
Pero ella no los escucho a ninguno, ella veía fijamente a los dos hombres parados en la calle. Internamente se encontraba emocionada por ver a Ash pelear otra vez, pero a ala vez quería ver como pelearía el rubio.
—¡Comiencen!
Inmediatamente, Ash ordenó un ataque rápido a pikachu y silvally lo contrarrestó con una garra brutal al piso.
—cola de hierro
—tijera x.
Un duelo acuchillado entre los dos Pokémon se libraba, duelo físico que cambio con el primer atacktrueno lanzado. Ash aprovecharía los ataques a distancia al ver que los físicos eran fácilmente contrarrestados, pero incluso así, silvally los bloqueaba.
—No harás que cambie a tipo tierra Gladio.
—Silvally no necesita ventaja para ganarte —dijo con emoción. —, es más, hasta siendo tipo agua te ganaría. ¡Multi-ataque!
El ataque dio en el blanco, mandando a volar al pikachu, pero este, haciendo gala de su poder, lanzó un atacktrueno que también dio en el blanco. Al caer al piso, continúo alternando entre golpes físicos y especiales.
Los niños gritaban eufóricos el nombre de su respectivo padre en modo de apoyo. Cada movimiento acertado, cada choque los emocionaba y hacia gritar. Al lado de ellos, Serena quería hacer lo mismo, hace tiempo que no veía una batalla que le emocionara tanto, no desde que tenía es...
—Verdad que mi padre es asombroso Serena. —Le habló Thalia y ella asintió —¡Vamos papi!
Ella tenia que aceptar que Ash había mejorado mucho, era increíble, pero el rubio no se quedaba atrás, su estilo le emocionaba tanto que no sabía a quién apoyar, se preocupaba cuando cada Pokémon sufría daño, quería gritar, apoyar a cada uno pero tenia que elegir.
Mientras la batalla se libraba, ocasionalmente, Ash volteaba a ver a Serena y veía su preocupación en la batalla, recordándole aquellos días en Kalos.
Ganare por ti Serena, como en los viejos tiempos.
Luego de un choque entre Multi-ataque y electro-bola, se pudo distinguir a los dos pokemon cansados y en el suelo, siendo el primero en levantarse del todo pikachu, Silvally aun podía seguir, pero se denotaba más cansado que el eléctrico.
Ash sabia que era momento de terminar esto, volvió a ver a Serena y se decidió por usar el ultimo ataque, eso y al ver que gladio se ponía su pulsera z, sabiendo lo que seguía.
—Esto termina ya —y comenzó a hacer los pasos del movimiento. —¡GigaRayo Fulmi....
—¡Vamos Gladio Silvally! ¡USTEDES PUEDEN!
El grito dejo a Ash y Pikachu a medio baile, ambos voltearon a ver totalmente anonadados al dueño de la vos.
Era serena quien apoyaba totalmente al rubio, ni entrenador ni pokemon podían creerlo, se suponía que ella siempre los apoyaría a ellos.
El tiempo que se distrajeron ambos fue el suficiente para que Gladio efectuara el movimiento z de tipo normal y dejara K.O. a pikachu.
Ash salió del trance cuando vio a u amigo totalmente debilitado y corrió a socorrerlo para luego recibir una poción de Gladio.
—Fue una buena batalla campeón.
Ash trato de mostrarle una sonrisa sincera pero solo logro una forzada.
—¡Serena! —ese grito hizo que todos voltearan a ver a su origen. —¿por qué no apoyaste a mi padre como en sus historias? —Había sido Thalia quien se mostraba enojada con Serena.
Inmediatamente, Ash se acerco a ella, con pikachu en sus brazos. —Ella podía apoyar quien quisiera hija.
—¿Pero por qué no te apoyo a ti?
Ash no supo como responderle, no podía contarle lo que pasaba entre ellos.
—Solo apoye a un amigo —Dijo Serena sorprendiendo a Gladio de que lo considere amigo.
—¿Y mi papá qué es?
Ante la pregunta, ambos Ash y serena, bajaron la mirada, no podían meter a la pequeña en sus asuntos, Serena apretó los puños con furia mientras se retiraba a su casa si decir nada, esto lo vio Thalia.
—Creo que es hora de irnos hija. —La tomo entre brazos y se acercó a despedirse de Gladio que también tenia a Sun entre brazos. Una vez hacho esto entraron a casa.
El resto del día Thalia se la paso encerrada en su habitación, no podía creer que Serena no hubiera apoyado a su padre, ¿todas las historias contadas por él eran falsas? ¡No! Ella misma se las había confirmado, entonces, ¿tenia que ver con la manera en la que se fue? ¿estarían peleados? ¿sería su culpa?
Al llegar la noche, Ash entró a su habitación para arullarla, pero se encontró con que ella estaba acostada y con su cajita musical de Serena sonando. Iba a irse cuando le hablo. —Papi
—¿Qué pasa pequeña? —Él se sentó en la cama y la miró.
—¿Tú y Serena están peleados?
—Es complicado de explicar hija.
Thalia lo miro y comprendió que así era, ella sabía que eso significaba "si"
—¡Perdón papá! —ella se lanzó a los brazos de su padre —Yo no quería ocultartelo, pero yo quería ser performer como Serena —Y comenzó a llorar en ellos.
Ash estaba confundido ¿Por qué lloraba su hija?
—Lamento habérte ocultado que ensayaba performances con Serena en secreto, papá.
Ash quedó en shock, su hija y su vecina hacían una actividad a sus espaldas.
—Por favor no estés enojado con ella por eso, yo le pedí que lo hiciera.
—yo no estoy enojado por eso hija.
—¿Entonces por qué tú y Serena no se hablaban ni ella te apoyaba como antes? —Dijo secándose las lágrimas.
—cosas de adultos,algo muy complicado.
—Puedes decirme, ya soy niña grande, incluso podría ayudarte papá.
—No creo Thalia, Ni siquiera sé cómo arreglarlo.
—Pero lo lograrás resolver verdad.
—No lo sé.
—Se que lo harás, no te rendiras hasta el final, no con ella.
Ash le sonrió y le besó la frente, si las cosas fueran tan sencillas como ella pensaba.
—Si sirve de algo podíamos regalé un peluche de Eevee o comprarle malasadas para que se arreglen.
—Jeje podría ser —le acarició la cabeza —ya es hora de dormir, descansa.
—Igualmente papi.
Y Ash salió rumbo a su habitación con las palabras de su hija en su mente "no te rendirás hasta el final, no con ella"
En otro lugar en pueblo Po, más precisamente en el hospital. Gladio veía fijamente la cama en donde su hermana en coma descansaba.
Le dolía verla así, nunca la había gustado que Ash la mantuviera en ese estado, por más que los doctores y le dijeran que nunca despertaría, y Ash insistía en mantenerla conectada.
Gladio no soportaba venir, hace años que no lo hacía, él quería que ella descansará en paz. Ahora la visitaba por qué eso podría ser posible.
—Sabes hermana, tal vez, finalmente vayas a poder descansar en paz.
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Ash estaba sentado en la cama, viendo fijamente la caja amarilla que Bonnie le había regalado en su boda.
"No rendirse hasta el final, no con ella"
Antes lo había hecho y provocó esto, y la prueba era el objeto en sus manos, no se daría por vencido, no se rendiría hasta el final, no con ella.
La había alejado por tonto, por no saber controlar sus sentimientos perdió una amiga, ahora lo arreglaría, porque no se rendiría hasta el final con ella.
Ella había venido a un nuevo inicio, y que él le recordara lo que había sufrido por no ser parte de su vida se lo arruinaba, así que le daría un nuevo inicio
"No te rendirás hasta el final, no con ella"
Dejó la caja en su cama y salió a toda prisa hacia la casa de Serena, no sin antes tomar una caja de malasadas de la cocina.
Al llegar tocó insistentemente
—¿Quien se atreve a tocar a las 12 de la noche? —Decía con irritación Serena. —¿Qué quieres Ash?
—¡Bienvenida a Alola Serena!
¡HOLA, HOLA, HOLA A TODO EL MUNDO!
¡Capitulo nuevo está aquí!
Lamento en serio la tardanza pero antes de dar explicaciones quiero decir que...
¡este es el primer capitulo completamente escrito en Word de la historia!
Yeii. Bueno, la razón tuve problemas con wattpad y perdí el cap por no tenerle respaldo como al resto y pues tarde en recuperar la inspiración y más los estudios y bueno.
Les invito a leer el one shot "desde lejos" que finalmente vio la luz
Gracias por leer y comentar y votar. ¡muchas gracias! La historia ya llego a mas de 7k de lecturas, ¡muchas gracias!
Prometo no tardarme 2 meses para la próxima vez... Serán 3 :v
Ok no, será menos pues ya casi estoy de vacaciones.
Soy lumynick y les deseo un buen día
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