Capítulo 1

3.00 AM

—Las cosas se han puesto peores —y Naoto volvió a decir las palabras que Takemichi no quería escuchar.

Sentado delante de su escritorio con las manos cubriendo su rostro. Así lo encontró Takemichi al regresar al presente después de mucho tiempo.

—¿Esta vez... qué ha pasado? —Takemichi quería, y a la vez, no quería escuchar la respuesta.

—Mi hermana... —inspiró aire para después soltarla —, mi hermana la descuartizaron...

A Takemichi se le abrieron los ojos por la sorpresa y por un momento sus piernas le fallaron, haciendo que se apoyara en la pared.

—Pero...¡Pero cómo es posible! ¿¡Y qué pasó con la Toman!? ¿¡Mikey!?

—Estoy tratando de buscar pero me tomará un tiempo. Yo... —Naoto cogió mucho aire de manera lenta. Cuando Takemichi volvió al presente, sus recuerdos se actualizaron.

Y recordó como lo llamaron para que identificará los restos de Hina.

Le dieron ganas de vomitar.

—Mierda —Takemichi se dirigió a la puerta para tomar un poco de aire fresco pero no tenía fuerzas, y antes de caer al suelo, Naoto lo agarró.

—Tu cuerpo lleva mucho tiempo en la cama, ahora estás devil —lo ayudo, llevándolo hasta una silla —. Trata de comer algo, yo iré a buscar información.

Y sin darle tiempo a Takemichi para que respondiera, Naoto salió por la puerta.

[...]

Habían pasado tres días, el cuerpo de Takemichi había recuperado la excasa fuerza que tenía antes.

—¿Como que un hospital psiquiátrico? —Takemichi golpeó la mesa con sus manos por la sorpresa, dando a relucir su naturaleza de ser muy expresivo.

—Sano Manjiro fue internado en el hospital psiquiátrico a la edad de 15, después de una excursión obligatoria financiada por los servicios sociales  —leyó lo que había conseguido reunir —, después, escapó.

—¿Pero sabes la razón por la que fue internado?

—Lo escalofriante, es que toda la información de su caso está pérdida —miró a Takemichi a los ojos —, los agentes que se encargaron de eso, ya no se sabe nada de ellos. Es como si ese suceso hubiera desaparecido.

—¿Y Draken?

—Muerto, tampoco se sabe la causa.

—Entonces... —Takemichi bajó mirada.

—Lo siento, Takemichi... esta vez no tenemos mucha información. —Naoto cerró su ordenador con algo de decepción —Pero algo es seguro, sea lo que sea que pase en esa excursión...tienes que detenerlo.

Naoto le tendió la mano.

Y con decisión, Takemichi la tomo, teniendo en mente solo un objetivo.

Salvarlos a todos.

Takemichi abrió los ojos, sorprendiéndose al ver que estaba sentado en un autobús lleno de alumnos.

¡Y el autobús estaba en movimiento!

—¿¡Qué carajos!? —pegó su cara a la ventana. El autobús estaba pasando por una autopista. A través del cristal se podía ver la verde vegetación. Ningún otro coche estaba pasando por la carretera.

Parecía una película.

—¿¡Por qué siempre gritas!? —se quejó Akkun que estaba sentado a su lado, haciendo notar su presencia.

—¿Qué hacemos aquí? —preguntó Takemichi a lo que Akkun lo miró con algo de extrañeza.

—¿Como que, que hacemos aquí?

Y entonces Takemichi se dió cuenta de lo que dijo. Se puso nervioso, y antes de decir algo Akkun lo interrumpió.

—Parece que todos esos golpes que te dan en la cabeza, te hicieron perder la memoria —se burló riéndose, molestando levemente a Takemichi —Las pandillas últimamente se han metido en muuchis líos con la policia, así que los servicios sociales han echo una excursión.

—¿Excursión? ¿Con que objetivo?

—¿Qué importa el objetivo? ¡Lo que importa es que es gratis! —A Takemichi le bajó una gotita de sudor al estilo anime.

Mientras tanto, en otro autobús.

—¡Apaga esa mierda! —le gritó Baji a un niño de su clase que se había traído un altavoz y había empezado a poner Reguetón a todo volumen.

—Mierda tu peinado de nena.

—¿¡Qué has dicho!? Ahora vas a ver —Baji con intenciones asesinas, se quitó en cinturón para ir a donde ese niño y romperle el altavoz en la cabeza, pero Chifuyu lo agarró de los brazos —¿Qué crees que haces, Chifuyu?

—¡Nos van a castigar por tu culpa!

—No me interesa.

—Oye tú, el del fondo. El de pelo largo y negro —el conductor le estaba hablando a Baji por el altavoz del autobús —¿Yo qué os he dicho antes de la excursión?

Baji se volvió a sentar con el ceño fruncido y con ganas de golpear algo.

—A la proxima que alguien se levante, paro el autobús. —amenazó ya por segunda vez —A mi me da igual si llegamos a las 4 o a las 9 de la noche. No tengo ninguna prisa, porque a mí, de todos modos me van a pagar. Los únicos que salen perdiendo, sois vosotros —y todo eso lo decía mientras seguía conduciendo —que no lo tenga que repetir.

Baji gruñó con molestia.

—Y tú, el rubio. No se puede comer en el autobús.

Todos los alumnos dirigieron su mirada hacia Mikey, que se estaba comiendo Pan frito Kinako.

—No estoy comiendo —dijo después de haber dado el último bocado y guardado

—¡Claro que lo estás haciendo!

—No —Mikey buscaba una posición cómoda para dormir.

[...]

Los autobuses pararon en un aparcamiento que estaba delante de un frondoso bosque, y poco a poco los alumnos fueron bajando sacando sus cosas.

Finalmente habían llegado al pueblo.

Baji empujó al niño que estaba poniendo Reguetón, tirando su altavoz y pisándolo con fuerza, haciendo que se rompiera.

Y mientras el niño se lamentaba, Baji sonriente, se alejaba.

—Me pregunto qué haremos aquí —dijo el siempre sonriente Smiley.

—Espero que no sea aburrido —contestó Angry.

—¡Mikey! —Takemichi se acercó a él nada más lo divisó.

—¿Eh? —Mikey se giró a verle —Hola Takemitchy. —como siempre, Mikey decía su nombre mal, pero no lo hacía con mala intención.

El rubio más bajito, miró a su alrededor buscando a alguien. Vio a Drakeny agarrando uans maletas.

—¿Donde está Emma? —no la veía por ningún lado.

—Su instituto no estaba en la lista para ir a esta excursión, porque son de los que tiene menos conflictos. —explicó Mikey —no sabe lo que se pierde. Comida gratis, excursión gratis y no tenemos que ir al instituto.

—¿No vais al mismo instituto? —se notaba la extrañeza en la voz de Takemichi —¿Por qué?

—Me expulsaron.

Un recuerdo de comida asquerosa todos los almuerzos y un comedor destrozado con él en medio del desastre, se le vino a la mente.

Y a su director diciendo "Como vuelvas aquí, llamaré a la policía"

—¿Por qué?

—Porque era inaceptable la bazofia que ponían —contestó mucha seriedad poniendo a Takemichi aún más confundidos.

—¡Atención! —todos miraron  de donde provenía esa grave y potente voz —¡Los de 3°, haced una fila aquí!

Era un hombre corpulento con músculos bien definidos, su cabello era rojo y sus ojos eran de color verde. Tenía un rostro agresivo.

Y así como él, los demás profesores fueron llamando a sus cursos y en fila, fueron adentrándose al bosque.

Takemichi se preparaba mentalmente.

¿Esta vez que pasaría?

¿Una pandilla en taparrabos en el bosque?

¿Un asesino serial?

¿Moriría alguien más?

Y mientras Takemichi trataba de predecir algo, dos personas mayores, muy alejadas del bosque, hablaban en una tienda.

—¿Ya has escuchado eso de que van a haber estudiantes en el bosque?

—¿¡El bosque!?

—Si. Al parecer, en Tokio los niños de esa edad juegan a ser pandilleros y hacen muchos líos ¿Deveriamos avisarlos?

—Ni loco entró a ese bosque.

—Dios los bendiga.

Los de la Tokio Manji no tardarían mucho en ver que en el bosque pasaban cosas raras.

Una misión.

Una aventura.

Un secreto.

Algo de lo que podrían estar seguros, sería de que sería una experiencia que no olvidarán nunca...

Si es que llegaban a sobrevivir.

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La inspiración divina pegando siempre a las tres de la mañana.

Esta es de las pocas veces en las que me gusta el primer capítulo.

Tengo unas ganas de hacer este fic Yaoi, pero que pereza. Ya veremos si en capítulos futuros lo es o no. Por si acaso, pongo el #

Nos vemos en el próximo capítulo ♥️

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