Capítulo 1
Capítulo 1: Despertar
New York City un lugar del planeta muy conocido por ser el epicentro de innumerables sucesos que le volarían la cabeza a cualquiera, tales como invasiónes alienígenas, ataques de robots homicidas, peleas entre agrupaciones de personas con poderes, etc.
Existen dos tipos de personas con poderes en este mundo, los villanos, quienes se encargan de casi siempre de querer destruir el mundo o en su defecto querer adueñarse de él, siendo la ciudad de New York la favorita para llevar a cabo sus malévolos planes, y por otro lado están los héroes, siendo estos los encargados de detener a los anteriores mencionados y mantener la paz en la tierra.
Pero teniendo en cuenta que por lo menos cada mes del año había uno o dos eventos que realmente pusieran en peligro el planeta entero, el concepto de algo como la paz no era muy acertado para usar en estos tiempos, ya que un día cualquiera podrías ver agrupaciones como los Vengadores, los 4 Fantásticos y X-Men tratando de detener al villano de turno.
En resumidas cuentas esta ciudad o mejor dicho el mundo no era un lugar muy seguro o al menos eso era lo que Oliver pensaba.
Ya casi anochecía, pero el chico había decidido caminar un poco para pasar el rato. Ya faltaba poco para la llegaba del invierno por lo que ante el bajo de las temperaturas Oliver había optado por ponerse una chamarra de color negro para así cubrirse del frío, además de esto, en su mano llevaba lo que parecía ser un jugo en caja que bebía con los ojos cerrados dando señal que disfrutaba dicho líquido. Oliver era un chico medianamente alto, de contextura delgada, pelinegro, con su cabello un poco descuidado, no le tomaba mucha importancia de ahí a que este se viera todo despeinado, sus ojos eran de un marrón oscuro pero si ponías más atención te darías cuenta de que dichos ojos no tenían brillo, estaban apagados como si de un bombillo dañado se tratase.
Mirando hacia arriba el muchacho se percato de que ya era de noche, también noto que empezaba hacer un poco más de frío, se debatió mentalmente si debía regresar al lugar que llamaba hogar ya que sabía lo que pasaría si se aparecía por ahí a estas horas. Decidiendo no pasar la noche bajo un puente por más que está idea sonora tentadora, el chico tomo rumbo a su casa, no tardó mucho en llegar porque se conocía el camino de memoria, se había escapado anteriormente muchas veces, incluso conoció uno que otro atajo en ese tiempo.
Y entonces ahí lo vio, enfrente de él un orfanato, vio el lugar con cierto desinterés ya que odiaba dicho lugar.
Porque sí, era huérfano, eso no era un secreto para aquellos que habían llegado a entablar una conversación duradera con él. Esos "aquellos" eran realmente pocas personas ya que Oliver no era una persona a la cual le gustará mucho conversar, sobretodo si siempre se trataba de una hermana o el padre encargado del orfanato, siempre haciéndole la misma pregunta ¿Estás bien Oliver?
Para el chico esto se había convertido en una rutina al levantarse, al llegar de la escuela, al ser descubierto después de escaparse del orfanato siempre le hacían la misma pregunta y eso le molestaba.
No mentiría no estaba bien, había pasado toda su vida en ese lugar, 17 años en un estúpido orfanato, según pudo saber sus progenitores lo habían dejado abandonado en noche buena, con una maldita tormenta de nieve sobre él, llámenlo loco pero eso no era muy seguro para un bebe recién nacido, para él estaba claro, sus padres no lo querían y él lo hacía aún menos, no quería saber de ellos, no quería relacionarse con ellos, para el estaban muertos punto y final.
Entro por la puerta sabiendo que lo regañarian por escaparse... De nuevo, no estuvo equivocado lo regañaron y lo castigaron sin comer, por suerte antes de encontrarse con la hermana encargada, se colo en la cocina y cogió un poco de comida que escondió en su chamarra rápidamente, logrando pasarla con éxito a su cuarto, una vez ahí se tumbó en su cama y miro al techo, no veía la hora de cumplir 18 y salir de ese lugar lo antes posible, lo odiaba y no quería seguir ahí, con ese pensamiento en mente logro dormirse.
Por suerte para él o no, no tendría que esperar a los 18 para poder salir, ya que un evento marcaría un antes y un después en su vida.
Abrió los ojos perezosamente notando que aún era de noche, se removió incómodo en su cama con la intención de encontrar el sueño de nueva cuenta y maldijo mentalmente al no conseguir dicho objetivo, giro su adormilado rostro logrando fijarse en el reloj que tenía en una mesa a su costado notando que era las 4:30 AM, sabiendo que pocas veces después de despertar a estas horas lograba conciliar el sueño otra vez, se levantó de mala gana para dirigirse al baño. Luego de lavarse la cara y cepillarse los dientes el pelinegro se cambio de ropa para poder salir, noto que ya casi eran las 5 de la mañana, por lo cual con esa información ya en mente salió de su cuarto con dirección a la cocina. El chico entro a dicho lugar y noto que estase encontraba vacía.
-Victoria...- Susurro el pelinegro mientras comenzaba a caminar por la cocina.
Se apresuró en hacer un desayuno rápido antes de que los cocineros llegarán para hacer la comida de las decenas de niños que vivían en el orfanato, algunas tostadas de pan con un poco de café, nada muy elaborado, pero suficiente para empezar el día. Una vez termino de comer salió del orfanato de manera silenciosa, no quería que lo descubrieran escapando otra vez, por lo cual luego de escabullirse con éxito por una ventana de planta baja, Oliver salió a la calle para poder ver cómo el sol empezaba a dar muestras de su inminente aparición.
Empezó hacer unos estiramientos para calentar su cuerpo, a esta hora la temperatura aún era baja, por lo que una vez termino su calentamiento empezó a correr sin ningún destino en particular. A medida que crecía Oliver se aburría cada vez más del orfanato y de la estúpida rutina que ahí tenía, además de tenerle un odio significativo al lugar donde fue criado, por lo cual casi todas las mañanas se escapaba y salía a correr para distraerse para luego volver muy de noche, eso le valió decenas y decenas interminables de regaños a los cuáles nunca presto mucha atención.
Luego de 2 horas corriendo sin parar Oliver se detuvo en un parque cercano para poder descansar, su respiración era agitada ya que había estado corriendo por mucho tiempo, a lo lejos diviso un banco vacío y en su rostro se mostró una leve sonrisa al verlo. Segundos más tarde se puede ver a Oliver sentado en el banco mientras descansaba, paso su lengua por sus labios con la intención de hidratarlos, ya que en su apuro por salir se había olvidado de traer algo de agua. El pelinegro observó al cielo dándose cuenta que era un día despejado y fresco, cerro sus ojos para disfrutar la pequeña sensación de paz que sentía en ese momento.
-Lindo día no crees joven?- A sus oídos llegaron la voz de un hombre.
Lastima que dicha paz no duraría demasiado.
Abrió los ojos con un poco de molestia por ser interrumpido en su momento de paz, solo para darse cuenta de que enfrente de él se encontraba un hombre rubio, de ojos azules, musculoso y a ojos del pelinegro con una dentadura perfecta.
-Am... Sí... Es un lindo día- Atinó a decir Oliver mientras se fijaba que el hombre enfrente de él tenía la ropa mojada.
-Te molesta si me siento?- Indagó el rubio.
Oliver no respondió solo se movió a un lado dando a entender que no le molestaba, el rubio sonrió para luego sentarse, se quedaron en silencio, uno un poco incómodo para el pelinegro que no sabía porque el hombre se le había acercado.
-Cuando llegue para correr todos los bancos estaban vacíos, eso fue hace 4 horas... Ahora todos están llenos- Hablo el rubio de repente, eso explicaba mucho para el pelinegro, su ropa mojada se debía a qué había estado corriendo y se había acercado a el porque no tenía opción.
-Es entendible- Atinó a decir de manera calma.
-También estabas corriendo?- Pregunto con curiosidad el hombre.
-Sí... Pero llevo dos horas sin parar... Estoy molido- Comento con un poco de fatiga haciendo reír al rubio.
-Bueno dos horas no está nada mal para un joven como tú... A tu edad yo no podía correr más de 5 minutos sin tener que recurrir a mi inhalador- Recordó con gracia, haciendo que Oliver también riera un poco- Steve... Steve Rogers- Se presentó mientras le extendía la mano al pelinegro para que la estrechará.
-Oliver, solo Oliver... Espera un segundo!!- Se presentó para luego darse cuenta de algo.
-Shh!!... No quiero que se haga un alboroto, estoy en mi día libre- Comento el rubio a lo que Oliver asintió.
-Bueno... Eso explica lo de las cuatro horas corriendo- Comento aceptando con relativa facilidad que a su lado se encontraba el Capitán América.
Se quedaron en silencio unos momentos hasta que de repente el gruñido de un estómago lo interrumpió, siendo este el del rubio que sonrió apenado.
-Creo que el desayuno de hace 4 horas ya no hace efecto... Quieres comer algo? Yo invito- Propuso el rubio al pelinegro quien solo asintió.
Comida gratis era comida gratis.
Después de aceptar el dúo camino hasta una cafetería cercana, luego de pedir algunos sandwich y un poco de café, procedieron a buscar un lugar para poder consumirlos, tras un rato dónde conversaron de cosas triviales terminaron de comer y el héroe se despidió poco después diciendo que tenía algunas cosas que hacer y que se cuidará, Oliver solo se despidió de él con la mano para luego empezar a caminar otra vez sin un rumbo fijo.
-Acabo de desayunar y hablar como si nada con el Capitán América... Que raro- Expresó sus pensamientos en un susurro mientras caminaba.
Se le hacía raro haberse encontrado con un héroe como el Capitán América en un parque tan cerca de donde vivía, no sé quejaba de habérselo cruzado ya que había podido entablar conversación con una persona que no lo conocía por lo cual pudo actuar de una manera más abierta y verse más involucrado en la conversación, cosa que no hacía normalmente, es más ni siquiera lo intentaba cuando se trataba de las hermanas o el padre del orfanato. Suspiró, por lo que iba del día no estaba siendo aburrido, cosa que agradecía enormemente porque la monotonía empezaba a cansarlo cada vez más y más.
No supo cuánto tiempo camino, ya que se perdió en sus pensamientos, solo pudo darse cuenta que estaba en una zona peligrosa. Se encontraba en un barrio muy mal cuidado y se encontraba anocheciendo, frunció el seño al ver a personas en situación de calle o a lo que parecían ser drogadictos como si el olor que desprendían dichas personas los delatara. Decidió apresurar el paso para no verse envuelto en ningún tipo de problema, sin embargo, su caminata se vería interrumpida al escuchar algo que le erizo la piel.
-POR FAVOR NO!!!... NO ME HAGAS NADA A MI Y A MI HIJA!!- La voz de una mujer pidiendo ayuda sonó fuerte y claro.
Fijo su mirada en un callejón pasos más adelante, pudo identificar que el pedido de auxilió provenía de aquel lugar, sabía que lo mejor era alejarse y no verse involucrado, rezar para que la mujer y su hija salieran bien paradas, algún héroe llegaría y las salvaría... Verdad? Sin embargo, por algo que su mente no comprendía, su cuerpo seguía avanzado hacia el callejón sin detenerse, y no lo hizo hasta quedar en la entrada de este donde sus ojos marrones divisaron a una mujer y su pequeña hija siendo arrinconadas por un hombre de aspecto horrible, obviamente con malas intenciones.
-Es usted muy hermosa... Su hija también heredó su belleza- Oliver sintió asco al escuchar el tono con el que el hombre pronunció estás palabras.
El pelinegro se fijó que dicho hombre traía consigo un cuchillo con el cual amenazaba a madre e hija, la madre se notaba desesperada y muerta de miedo, la niña por su parte no reaccionaba ni emitía ningún sonido solo se le podían ver sus lágrimas y el notorio temblor en su cuerpo a causa del pánico.
-Que... Que crees que estás haciendo?- Solto el pelinegro de manera amenazante, ni siquiera el sabía de dónde venía este tono.
-Eh? Y tú quién eres?... Vete chico, estoy ocupado con estas dos bellezas- Hablo el hombre con desinterés en el pelinegro, para volver su mirada a las que para él eran sus próximas acompañantes.
Apretó los dientes con rabia, no entendía que pasaba solo sentía sus ojos arder, su sangre corría con rapidez por su cuerpo, se sentía sumamente furioso, sus ojos se centraron en la niña y visualizo la imagen de ella llorando mientras veía como su madre era ultrajada y asesinada poco después, para luego seguir ella con el mismo destino. Apretó sus puños y moviéndose a una velocidad que el desconocía de si mismo apareció delante del hombre para propinarle un puñetazo en el rostro tirándolo al suelo.
-... Váyanse- Pronunció dirigiéndose a la madre, quien a pesar de estar temblando del miedo, tomo a su hija en brazos y salió corriendo de ahí.
-Bastardo!!... Me acabas de quitar a unas preciosuras!!- Escupió molesto el hombre quien se reincorporaba.
Oliver nunca sintió tanto asco y enojo en su vida como en este momento, sabiendo que no podría irse de ahí a menos que logrará noquear al hombre frente a él, el pelinegro se puso en guardia listo para pelear.
-JAJA... Eres valiente... Pero eso no te salvara- Dijo lo último oscuramente mientras mostraba su cuchillo al pelinegro.
No paso mucho tiempo antes de que el hombre se lanzará con cuchillo en mano hacia Oliver para intentar apuñalarlo, el pelinegro por su parte vio el ataque en cámara lenta, no entendía el por qué de esto pero no dudo y esquivo el ataque para luego arremeter con un puñetazo en el rostro del hombre, este se mareo ante el golpe pero se recuperó rápidamente para tratar de apuñálarlo múltiples veces, pero Oliver lo esquivaba con una notoria facilidad, de repente el chico sintió como su mano era abordada por un fuerte hormigueo esto lo distrajo y apenas pudo esquivar un corte, que de todas formas le rozo la mejilla, haciéndolo sangrar, esto lo molesto y lanzo un fuerte golpe a la costilla del hombre quien no pudo evitar el ataque, lo sorpréndete de esto fue que luego de asestar el golpe, Oliver observó como una ráfaga eléctrica golpeaba el cuerpo del hombre lastimándolo gravemente haciendo que este se arrodillara por el dolor y escupiera sangre.
-P-Por fa-favor... Piedad- Pidió el hombre mientras un absorto Oliver veía como su mano emitía una que otra pequeña descarga- Por favor- Este segundo intento de suplica llamo la atención del pelinegro quien se acercó dispuesto a terminar con el hombre.
Cuando Oliver estuvo lo suficientemente cerca le estampo en el rostro al hombre una fuerte patada que lo noqueo al instante, luego de esto y mientras respiraba agitadamente sus ojos vagaron hacia el cuchillo que estaba al lado del inconsciente hombre, pero unos ojos rojos en el reflejo del arma blanca lo asustaron, por lo cual salió corriendo del callejón a todo velocidad, necesitaba comprobar su teoría.
Mientras el pelinegro corría limpio la sangre de su rostro, pero al hacerlo noto que la cortada en su mejilla ya no le dolía, sin tomarle atención a esto siguió corriendo, sus ojos le ardían y su mano seguía entumecida, aún no podía creer lo que había sucedido estaba seguro que luego de asestar el golpe el hombre fue electrocutado, Fue su culpa? Que era lo que había pasado? Por qué se siente tan raro es este momento?
Su cuerpo se sentía extraño, sentía que algo estaba pasando con él y lo aterraba no saber que era, sumado a lo que sentía, un fuerte dolor de cabeza lo golpeó cosa que lo hizo perder el equilibrio y caer bruscamente contra el suelo, se levantó lo más rápido que pudo para seguir su camino, sentía la mirada extrañada de la gente en él, pero poco le importo, finalmente llegó a una tienda y entro bruscamente para darle 1 dólar al encargado y entrar al baño.
-Debe estar cagándose- Murmuró el encargado mientras tomaba el dólar.
Por su parte Oliver entro al baño y cerro la puerta con llave asegurándose que nadie podría ingresar mientras el este ahí, se apresuró hacia el espejo solo para alejarse rápidamente mientras notaba como sus ojos estaban completamente normales, es más ya ni siquiera le dolían, pensó que todo estaba bien con su sentido de la vista.
Pobre iluso.
Una fuerte corriente de dolor fue directo a sus ojos, haciendo que el pelinegro se los tomara con fuerza en un pobre intento de intentar aliviar el dolor, sintió como sus manos eran mojadas por lo que decidió verse de nuevo en el espejo para notar como sus ojos se encontraban sangrando y ahora sus ojos marrones era reemplazados por unos ojos de color rojo sangre con una pupila rasgada, se asusto al ver esto, pero casi tan de repente como su dolor apareció este desapareció, dejando que sus ojos volvieran a su color natural.
-Que mierda...- Susurro un poco impactado.
Se quedó quieto en su lugar tratando de ver si un nuevo dolor lo atacaba, pero no fue así, todos los dolores que lo aquejaban momentos atrás habían desaparecido. Se acercó al lavado para limpiarse la sangre de la cara, utilizando agua fría para lavarse, por si acaso todo lo que sucedía era una especie de sueño o pesadilla esto lo ayudaría a despertar, cosa que no sucedió seguía en el mismo lugar por lo que todo era real, se seco el rostro con su camisa, solo para notar que la cortada que le había hecho el hombre en el rostro había desaparecido.
Sus heridas habían sido curadas.
Sus ojos habían sangrado y cambiado de color.
Había golpeado y electrocutado al hombre.
Cosas que una persona normal no podría realizar, intento calmar su respiración ya que está se volvía aparatosa, si lo que estaba pensado resultaba ser cierto Que debía hacer? A quien debía acudir? Podría volver al orfanato? Que debía hacer si había despertado poderes?
-Ok Oliver... Relájate... Todo está bien- Hablo en un intento de autocalmarse- Solo intenta replicarlo- Susurró mientras veía su mano.
No paso nada por unos segundos, por lo cual el pelinegro trato de recordar la sensación que había experimentado en ese momento para tratar de replicarlo, recordando el molesto hormigueo de sus manos en la mente de Oliver visualizo electricidad y segundos más tarde.
BZZZ!! BZZZ!!
Oliver abrió los ojos para luego abrir estos lo más que su anatomía le permitía logrando ver como pequeñas descargas recorrían su mano.
-Oh... Mierda... Tengo poderes- Murmuró en estado de shock.
Entro corriendo al orfanato ignorando cualquier llamado de alguna hermana que hubiera logrado verlo, llegó hasta su habitación para cerrar la puerta y trancar con llave, todo lo que estaba pasando era raro y algo complicado de entender para él, trato de calmarse respirando hondo cosa que consiguió a medias luego de unos segundos.
-Que mierda esta pasándome?- Murmuró para el mismo.
-Lo mismo me preguntó yo hijo- Se escuchó una voz detrás de él.
Oliver se volteo un poco alarmado solo para encontrarse con la figura del padre encargado del orfanato sentado en su cama, esto mientras lo observaba detenidamente.
-Es eso sangre?- Pregunto mientras señalaba la camisa de Oliver.
El pelinegro frunció el seño, ahí iba de nuevo preocupándose por él.
-Y que si lo es?- Cuestionó de manera agresiva.
El padre no respondió, por su parte siguió observando al chico con lo que parecía ser tristeza, asegurándose que el chico estaba bien físicamente se levantó de la cama para caminar hacia una ventana cercana.
-Me preocupo por tí... Todos aquí lo hacen- Comento mientras Oliver rodaba sus ojos con aburrimiento.
-Escucha viejo!!... Este no es el momento para darme un sermón entiendes?- Habló seriamente tratando de que el padre saliera de su vista.
El padre lo observó noto como el chico parecía estar nervioso o inquieto, algo sin duda había sucedido, pero rezaba a Dios que no hubiera pasado nada malo, suspiro y se acercó al adolescente a paso lento, cuando estuvo a una distancia más o menos cercana extendió al chico un sobre.
-Y eso que es?- Indagó confundido.
-Es para tí... De parte de tus padres- Oliver abrió los ojos sorprendido, sus padres?
-De qué hablas?... Yo no tengo padres- Atinó a decir mientras miraba la carta con recelo.
El padre bufo, había visto a este niño crecer durante 17 años, eso es tiempo suficiente para conocerlo y por más que Oliver era alguien retraído que no tenía amigos en el orfanato, que no se llevaba bien con sus cuidadores, el padre podía ver muy bien como en este preciso instante, el chico se encontraba asustado.
-Nunca te hice entrega de esta carta ya que dice explícitamente que no debo entregártela hasta que cumplas los 18- Explicó- Sin embargo tengo la sospecha, que un día que te escapes... Ya no volverás- Termino de contar mientras caminaba hacia la cama y dejaba la carta en la almohada.
Oliver observó como el hombre camino hacia la puerta a paso lento sin mirarlo, el chico quería decir algo pero no encontraba las palabras para expresarlo.
-Hice mi mayor esfuerzo por cuidarte... Se que probablemente no lo veas de esa manera... Pero algo me dice que en el futuro lo entenderás, eso te llevará lejos- Con esto dicho el padre salió del cuarto dejando a Oliver en la soledad de su habitación.
Una vez el padre salió, el chico sintió un peso en su espalda, no entendía el porque pero se sentía mal, su vista se fijó en la supuesta carta dejada por sus padres y aunque para el sus padres estaban muertos sin importar qué, sintió que necesitaba leer la carta. A paso lento se acercó hacia la cama y una vez estuvo cerca se sentó en ella, su cuerpo temblaba no sabía si por el miedo de lo que había vívido momentos atrás o por el contenido de la carta, tomo dicho objeto entre sus temblorosas manos y la abrió, al hacerlo lo primero que logro leer lo hizo temblar aún más.
Para: Oliver
De: Mamá y Papá.
Noto que la carta estaba dividida en dos partes por lo que sin tardar mucho tiempo se apresuró a leer el contenido.
"Oliver, se que probablemente estes muy confundido en este momento, una carta de tus padres 18 años después de haberte abandonado en un orfanato, es sin duda algo difícil de procesar, entenderé si nos odias a mi y a tu padre, después de todo nunca estuvimos ni estaremos ahí para tí, pero debes saber que para nosotros dos, eres uno de nuestros mayores tesoros que pudimos tener alguna vez entre nuestras manos, no te dejamos porque sí, hay una razón detrás de todo y es que nuestra familia está en peligro, para protegerte tu padre y yo decidimos que lo mejor era esconderte en un lugar donde nunca te hallarían ni harían daño, para eso te dejamos al cuidado de un viejo amigo, que probablemente reconozcas como el padre. Hijo se que no estoy en derecho de decirte algo como esto pero por favor, cuídate, lava tus dientes, come bien, ten amigos no tienen que ser muchos solo asegúrate de que sean reales, consíguete una mujer buena que te cuide y este para ti en los momentos difíciles, del mismo modo tu debes estar para ella, amarla, cuidarla y protegerla, te amo hijo y me gustaría estar ahí para verte convertirte en el grandioso hombre en el cual se que te convertirás, con mucho amor mamá"
Oliver se detuvo mientras sentía sus ojos aguarse, se mordió el labio fuertemente para evitar quebrar en llanto, logro fijarse en algunas pequeñas manchas en la parte donde su madre había escrito, no tuvo que ser muy listo para saber que esas manchas eran a causa de las lágrimas de su madre cuando esta escribió la carta. Respiró hondo para calmarse y seguir leyendo.
"Oliver, probablemente tu madre ya te hablo sobre la situación, pero yo quisiera explicarte un poco más, hijo tu al igual que nosotros eres un Mutante, en determinado momento tus poderes despertarán, estoy seguro de que sera sumamente asombroso una vez los despiertes y logres controlarlos, pero por este mismo motivo a tu madre y a mi nos persiguen, te llevamos con un viejo amigo para que esté cuide de ti y te mantenga seguro. Quiero que sepas que nunca quisimos dejarte, pero al vernos acorralados y saber el destino que nos deparaba, tanto tu madre como yo decidimos que tú eras la prioridad, que tú debías vivir, en este punto estoy seguro que lo sabes, estamos muertos, también se que nos odias y no te culpo por ello, pero hijo te amamos y haríamos lo que fuera para mantenerte a salvó. Probablemente cuando leas esta carta tus poderes ya habrán despertado y seré claro el camino a partir de ahora será cuesta arriba, pero estoy seguro de que lograrás sobrepasar cualquier obstáculo que se te presente, después de todo estás destinado a grandes cosas, no tengo dudas sobre ello, además no estarás solo en ello, solo usa tus poderes para un bien mayor. Me gustaría recomendarte algunas cosas pero estoy seguro de que tu madre ya lo hizo por lo cual decidí dejarte un pequeño obsequio que te servirá en el futuro, revisa el sobre ahí estará guardado, no tengo mucho más que decir, además de que sin importar que, te amamos hijo y tanto tu madre como yo estamos orgullosos de ti. Con mucho amor Papá"
Fue todo, sintió como las lágrimas finalmente salían y sin poder contenerlo por mucho más tiempo, lloró, lloró como nunca lo había hecho antes pero no estaba llorando de tristeza, no, el estaba llorando de felicidad, sus padres si lo querían y preocupaban por él y la razón de su abandono fue para mantenerlo a salvó, el sentimiento de culpa lo golpeó por tenerles odio, se sintió mal por eso. Siguió llorando por un largo rato, mientras que afuera parado cerca de la puerta se encontraba el padre escuchando el llanto del pelinegro, una vez lo escucho parar se acercó a la puerto y tocó.
Pasaron unos minutos en extremo silencio, el padre estaba por rendirse y dejar al chico descansar, solo para ver cómo la puerta se abría y dejaba ver a Oliver con sus ojos rojos de tanto llorar, el chico se hizo a un lado dando a entender que lo dejaba pasar, el padre sin decir nada ingreso de nuevo al cuarto del chico, dónde se encontraron en un profundo silencio, luego de un rato el pelinegro fue quien habló.
-Mis padres... Me amaban?- Pregunto.
-Más que a nada en el mundo Oliver- Respondió suavemente el padre.
-... Soy un mutante, ya desperté mis poderes- Ante está revelación el padre abrió los ojos sorprendido.
-Ya veo- Atinó a decir.
-Mis padres también lo eran... Los mataron por ello... Por qué?- Cuestionó.
-Es complicado... La gente le teme a lo que no entiende, los mutantes a pesar de que hoy en día hay un grupo de héroes, las personas les siguen teniendo miedo y marginando a los de su raza, hace 17 años era aún peor- Explico- Tus padres fueron perseguidos por una organización que se encargaba de capturar mutantes para experimentar con ellos y luego matarlos, una vez pusieron sus ojos en ellos no hubo escapatoria- Oliver se mordió el labio con rabia por esta información.
-Cuáles... Cuáles eran sus nombres?- Pregunto.
-... Roger y Aurora Davies esos eran sus nombres- Reveló- Roger era un hombre amable, gracioso, muy valiente y a mi parecer un guerrero en todo la regla, te pareces a él físicamente, tu madre por otro lado, era tranquila, inteligente y con un carácter muy fuerte, además era una mujer muy hermosa que destacaba y cautivaba a cualquiera gracias a su cabello rojo, sus ojos azules y su envidiable figura, de ella sacaste su carácter y su inteligencia - Termino de contar el hombre mientras Oliver lo veía.
-Ya veo...- Dijo sonriendo levemente y jugueteando con algo en su mano.
El padre observó esto y pudo divisar entre la manos del pelinegro un anillo que reconoció al instante.
-Ese anillo se lo entrego tu padre a tu madre al proponerle matrimonio- Comento viendo el anillo.
-Me lo imaginé... Papá lo dejo para mí- Reveló mientras veía el hermoso objeto para luego colocárselo en el dedo anular izquierdo- Padre...- Llamo la atención del hombre.
-Que sucede hijo?- Pregunto.
-No puedo quedarme... Debo irme- Reveló al hombre quien asintio.
-Supuse que tomarías esa decisión... A dónde irás?- Pregunto.
-Aún no lo sé si soy honesto... Pero no puedo quedarme aquí- Comento viendo al hombre.
-De acuerdo... Alístare algunas cosas para tu partida- Habló mientras se levantaba y disponía a salir del cuarto.
Oliver lo observó y justo antes de que saliera lo llamo.
-Gracias padre... Por todo- Agradeció sorprendiendo al hombre quien solo pudo sonreír.
-No hay de que- Respondió para terminar de retirarse.
Oliver lo vio irse y solo un pensamiento le pasó por la mente, ahora tenía poderes y sus padres esperaban que los usará por un bien mayor, no tenía planeado fallar en esto, por lo cual aunque nunca lo pensó antes se convertiría en un héroe y haría sentir orgulloso a sus progenitores, además encontraría a los bastardos que obligaron a sus padres abandonarlo para protegerlo, los hallaría y los haría pagar, aunque sabía que esto aún estaba muy lejos de suceder, primero necesitaba dominar sus poderes y luego ya pensaría en lo demás.
Ya despertó sus poderes por los cuál el siguiente paso estaba claro, entrenarlos para poder dominarlos.
Fin del capítulo.
Oliver Davies ( Esta será su apariencia)
Padre/ Ewan McGregor.
Steve Rogers/ Chris Evans.
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