Capítulo 63
La semana en el hospital, transcurrió demasiado rápido, entre la estadía de Gustaf, las conversaciones con Momo y las atenciones de Nanashi. Igualmente las desapariciones de Zeldris. No es que pudiera juzgarlo, era bastante aburrido estar en el hospital.
En ese momento estaban ambos en la habitación de Gustaf, lo que incomodaba evidentemente a ambos hombres.
Momo entro a la habitación con los medicamentos. - Esperaba que tardará un poca más tú visita.
- Estaba ocupada, no te molestaré. Y Gelda, dijo que estaría caminando por los jardines.
- No es que me importa mucho lo que haga si a mi no me afecta.
-. Gruñó Gustaf.
- En verdad entiendo porque no tienes novia.
Zeldris se paró sin decir nada y salio de la habitación, Jericho se encogió de hombros
Después de todo estuvo cuando más lo necesito. Aunque en verdad tenía curiosidad de saber en donde desaparecía todo el tiempo.
- Con un poco de suerte pueda atraer a un chico-. Se metió Jericho a la conversación
- ¡Jericho!
- O a la hermana de este... Se metió una enfermera que Jericho había visto un par de veces rondando a Gelda..
Momo rodó los ojos con claro fastidio
- Buenas tardes Ren, que te trae por aquí-. Habló educadamente Gustaf
- Buscaba a Gelda, se supone que le tocaba tu revisión, pero veo que se está retrasando, otra vez.
- Bueno, Gustaf. Volveré a mis deberes, ya hay demasiada gente aquí.
Momo miró el lugar vacío junto a Jericho y dibujo una sonrisa. Que a Jericho le costó interpretar, pero su cabeza ya tenía una idea y tenía que comprobarlo.
Ahora fue el turno de Nanashi para ingresar por la puerta. Así que Jericho aprovecho para salir.
Cuando encontró a Zeldris en el jardín, se preparó para su ataque. Esto sería divertido. Y revelador
Se sentó a su lado, él no reaccionó, ya debería estar acostumbrado a su presencia.
- Él cretino no te respondió y ahora vienes a molestar.
- Oish, Yo sólo venía a hacerte compañía. Y mi teléfono está muerto, por ello no e podido hablarle. Pero en otras cuestiones, tienes labial, deberías limpiarte
Zeldris, llevo una mano a sus labios, intentando limpiarse el labial.
Reviso sus dedos y no había nada.
- ¡Jericho!
- No voy a disculparme, pero tengo curiosidad...
-¡ Olvidalo!
- Sabes que no sucedera.
- Eres imposible en muchas ocasiones
- Lo sé. Pero en otras cosas quiero aclarar dos puntos.
Primero, cuándo llegaste, nunca creí que fuera para liarte con una doctora, bastantes años mayor que tu y segundo, Gelda no usa labial
El pelinegro gruño en respuesta, - Sólo no le digas a mi madre.
¿Y cómo rayos sabías que era ella?
-Vi como la miraste la primera vez. Y Momo me hizo sospechar más. Por eso hice la prueba, si me decías lo tonta que soy, no había nadie , pero si respondías a mi juego...
- No eres tan estúpida como creí
- Eres todo un caballero
- Iré a molestar a Gelda con mi nuevo descubrimiento
- Olvidalo, ni se te ocurra decirle nada.
- Qué niña eres...no la voy a espantar, sólo quiero saber si eres digno de ella. Y si ella merece un cretino como tu.
Jericho huyó antes de que el pudiera decirle algo al respecto.
(......)
Gustaf le miraba fijamente, tenían una conversación que ninguno quería empezar.
El doctor había dado el alta ese mismo día, en un par de horas más, pero durante el siguiente mes debía estar en consultas y tratamientos. Y en dos días más, ella regresaría, pero no quería hacerlo.
- Qué pasó con la escuela...
- Ban se encargo de informar está semana. Tendré muchos trabajos extras y demás. Pero valió la pena.
- Tus amigos, han de estar preocupado
- Ellos creen que estoy en un evento, por parte dela escuela.
- Y las prácticas...
- Eh cubierto las horas de servicio y prácticas. No hubo tanto problema, Zafron y Hendrixon fueron de mucha ayuda
- ¿Zafron?
- La madre de Zeldris-. Murmuró, había olvidado ese pequeño asunto también
-¿ También su madre? -. Cuestionó un tanto alterado.
- No la juzgues sin conocerla.
- Bien... Que sea tema de otro día. 0
- Y a todo esto...
- Tienes que regresar
Jericho asintió. - Estaré bien, okey.
Pensaba pasar este proceso, sólo, bueno en compañía de Nanashi. Pero en verdad me ayudo que estuvieses aquí. Lo que pase ahora, te mantendré informada.
- ¡Pero no puedo dejarte!
- Jericho... -. Gustaf se había puesto serio y eso a ella le estaba desesperando
- Nanashi, sale de viaje en tres días y se irá por lo menos dos semanas. El doctor dijo que era necesario que alguien te acompañe. Y Momo no puede venir como acompañante cuando es tu enfermera
Los dos hombres que habían ingresado asintieron ante las palabras de Jericho.
-Si no mal recuerdo viene la época de exámenes-. Le. Menciono Gustaf
-¿Que es más importante?
- Tú-. Gustaf se quedo sin palabras ante la sinceridad de su hermana.
- Lamento interrumpir, es sólo una sugerencia. Pero que hay de Zeldris
El mencionado levantó la vista de su teléfono y miró con enojo. Momo le sonrió dulcemente y se encogió de hombros.
- No lo creo-. Dijo Gustaf algo incómodo, por tal mención.
- Según escuche, no tenías mucho que hacer en tu país.
- Te equivocas, estoy ocupado-. Se apresuró a decir, para salir de ese aprieto, ni siquiera sabía por que seguía allí.
Todos se quedaron en silencio pensando algo que pudiera ayudar en su dilema. Y ante tal súplica ingreso Gelda.
Se acercó para revisar a Gustaf y terminar con el papeleo. Para darle el alta. Ante la atenta mirada de todos, especialmente un pelinegro.
- Supongo, que puedo hacerlo-. Murmuró. Dejando incrédulo a los 2 hermanos pelililas
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.
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La casa que Nanashi les prestaria durante su estadía en Suiza, era bastante grande.
Jericho pasaría sus últimos días ahí, y después de tanto batallar con Zeldris. También se hospedería con ellos.
Gustaf parecía saber por donde iba, Jericho supuso había estado antes.
- Espero no molestarlos-. Le menciono a Momo mientras le guiaba a una habitación.
- Para nada Jericho, en ocasiones es muy solitario estar en esta casa sola.
Gustaf algunas veces me hace compañía al igual que Nanashi. Pero no sucede tana menudo
Jericho no comprendía, como era posible que Zeldris le diera una aire serio a todo. Su habitación, aunque lo único que había hecho era entrar, tenía ese aire de seriedad y orden que había visto en su habitación en Liones. En cualquiera de sus casas.
- Qué haces aquí -. Zeldris salía del baño com una toalla a la cintura, su cabello mojado se le pegaba a la cara.
- Toque y no respondiste.. - respondió aguantando la risa.
- No deberías entrar si no te invitan. O no te preocupa el que dirán
- Zeldris, aveces pienso que no comprendes que no me interesas de esa forma
- Eso no es lo que dije.
- Bien, sólo quería hacer una pregunta, pero puedo esperar a que te vistas para no incomodar.
- Tú pareces más incómoda que yo.
- No es incomodidad. Intento no reirme de tu look de emo, el cual parece que una vaca te agarró lamidas-. Sonrió burlona. Causando una pequeña molestia en el menor.
- Te espero en el jardín.
Gustaf estaba en la mesa del jardín platicando con Nanashi. Si hermano parecía tan diferente cuando se trataba de Nanashi, era más tolerable. Y eso le alegraba.
No quiso interrumpir y siguió caminando hacia el otro extremo del jardín.
Donde había un pequeño estanque el cual era perfecto para relajarse un largo rato.
Zeldris no tardo en aparecer, y se paró junto a ella.
- Qué necesitabas.
- La verdad estaba aburrida y eres mi mejor forma de entretenimiento
Zeldris le dio un golpecito en la frente, verdaderamente en ocasiones le irritaba. Se sentó a un lado de ella no es como si tuviera algo más qué hacer.
-¿Porqué decidiste ayudar a mi hermano?
- crees que yo hago las cosas sin un beneficio.
- ¿Y cuál sería tu beneficio?
- Jericho. Aveces eres lista y en ocasiones, presiento que tienen la inteligencia de un mono-. Menciono exasperado.
-Necesiro que tu lleves a mi madre a su primer tratamiento en Camelot
- No veo ganancia para ti. De cualquier forma iría con ustedes.
- Ese ya no es mi asunto.
Zeldris realmente Era sutil.
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Estaba cansada y lo único que quería era finalmente volver a casa a ver a Zelion y Ban.
El vuelo lo sintió eterno, camino lentamente para poder salir del aeropuerto y justo frente a ella, alguien se detuvo. No podía creer lo que sus ojos veían. En verdad le costaba creerlo. Ban sujetaba un hermoso ramo de rosas,
Jericho fue directo a sus brazos. Esos días habían sido agotadores, el estar junto a él la hacia sentir tranquila. Como si nada más importará. Se separaron lentamente y en silencio fueron a casa. Ban no intento convencerla de ir con los demás cuando ella alegó que estaba muy cansada y quería dormir, no pudiendo soportar el estar rodeada de tanto bullicio
Ban no opuso resistencia, así era mejor. Aún no quería enfrentar ese problema.
Ban cargo a Jericho cuando estuvieron en casa. Jericho lo miró extrañada pero se dejó hacer. Se recostaron en la cama, mientras Ban le hacía mimos en la cabeza y jugaba con su cabello.
- Cada día sin ti, me pareció eterno-. Susurro Ban
- Alguien leyó poesía mientras no estuve.
- Vi Romeo y Julieta .
-Vaya, que lindo.
Ban acercó su nariz a la de Jericho y las rozó tiernamente. Jericho no pudo evitar sonrojarse, no terminaba de acostumbrarse a esos actos de parte de Ban
- Alguien también vio documentales.
- A king le encantan
Jericho rió divertida.
- Entonces deduzco que en estos días, le estabas bajando el novio a Diana.
- Meliodas no se dejó.
Jericho soltó una risa. Ban la abrazó fuertemente. Mientras hundía su cara en la curvatura de su cuello.
-Todos los días deseé poder estar a tu lado
-Todos los días deseé que estuvieras a mi lado. Ahora estas aquí conmigo y es todo lo que me importa.
- No quería que estuvieras sola
- No estuve sola. Siempre hubo alguien conmigo dándome apoyo. Al igual que tu cada que lo necesite. Siempre estas conmigo cuando lo necesito
- Pero está vez fue diferente
- Y no tuve problema con eso. Una sola palabra tuya, bastaba para sentirme mejor, cuando los nervios me comían, cuando la ansiedad me desequilibrada. La sola mención de tu nombre me recordaba que estarías conmigo, pasará lo que pasará.
- Y así sera.
Finalmente Ban rompió con la distancia en un dulce beso que Jericho necesitaba.
Que ambos necesitaban
Ambos se acurrucado dispuestos a descansar.
Definitivamente no quería alejarse de los brazos de Ban. Donde estaba comoda y cálida. Sin embargo, necesitaba reanudar todas las cosas que tenía pendiente. En todos sus aspectos. Principalmente la Universidad donde debía presentarse con la cordinadora. Marcaba un día agotador, después iría al hospital para terminar en la cafetería.
(....)
Aún no lograba acostumbrarse a la cafetería sin la presencia de Miroku, quien estaba ahí por lo menos una vez al mes. Y ese día, definitivamente no había sido. Lo cual era realmente desalentador. Ese lugar era el refugio para más de uno y ahora, para ellos solamente era un lugar el cual apenas y pisaban .
Triste,demasiado triste. Más triste el saber lo que pasaría con la cafetería en unos meses. El anuncio le partía el corazón. El lugar que su madre y su tia habían construido. Y mantenido a flote con la ayuda de su difunto tío, sería entregado a manos de otras personas y muy probablemente cerraría más de 20 años se reducirána la nada. El nudo en la garganta se hizo más grande al ver a Hana tras el mostrador, atendiendo a los clientes com una brillante sonrisa. Pero no era lo mismo sin Miroku con sus incoherencias.
- Oh Jericho... me alegra que estés devuelta
- Me fui poco más de una semana,pero se siente como si fueran meses.
- Debió sorprenderte el anunció.
- Sólo un poco. La tía Isabel, ya me lo había comentado. Pero no creí que sería tan pronto .
- Y sera más pronto de lo que te imaginas. Hemos recibido bastantes llamadas, de interesados.
El nudo se deslizó a su estómago. Quería tener un par de meses para asimilarlo, no sólo unos días.
Aunque todos habían estado de acuerdo, ella se limitó a asentir, la cafetería era una gran responsabilidad, una que ella no podía tomar. No dejaría su meta en el olvido, no cuando había luchado tanto por ella. Aunque todos los esfuerzos de su madre quedarán atrás.
Entonces que te trae por aquí - Supuse que podría venir a ayudar en algo.
-Si, bueno. La cafetería está como siempre. La ayuda siempre es bienvenida
Jericho pasó a dejar sus cosas, extrañaría ese lugar. Tarde o temprano tenía que separarse de él, sin embargo. Esperaba fuese tarde
La primera consulta de la señora Zafron sería al día siguiente, Jericho no estaba segura de decirle a Ban con quien iría, pero tampoco quería mentirle. Le asustaba su reaccionar, pero necesitaba decirle
Se dispuso a jugar con Zelion, recordaba los aullidos de felicidad del pequeño al verla junto a él. También recordaba la de quejas que tuvo del pequeño. Pensándolo de ese modo, Ban no hubiera tenido la suficiente paciencia para criar a un niño.
Cuando Ban llegó a casa, Jericho había terminado de preparar una cena decente, como hacia tiempo que no hacía.
Buenas noches, ¿como te fue hoy?-. Pregunto Ban.
- Bien, ya sabes. Agotador pero todo bien
Se acercó a darle un beso. Para después ambos sentarse a comer
- Ban -. Le llamo, con evidente inseguridad
- Sucede algo??
- No, bueno sí...
Jericho estaba nerviosa y Ban lo noto, era realmente evidente.
- Mañana viajare a Camelot.
- Algún proyecto de la escuela.
- No exactamente...
- ¿Entonces??
- Voy a acompañar a la señora Zafron a una consulta.
- ¿A quien?
- La madre de Zeldris -. El ambiente se volvió silencioso. Hasta que finalmente Ban habló.
- Y su hijo no puede.
- Esta fuera del país.
- Su madre está enferma y se le ocurre salir de Vacaciones. Que buen hijo-. Ironozo para molestia de Jericho
- No puedes juzgarlo si no sabes nada.
- Y tú sí
- Tal vez, sí
- Qué más debo saber de él, además de que es un maldito cretino.
- Tal vez ahí radique el problema..- Ban fruncido el ceño ante aquellas palabras, esperando que continuará. - Entre cretinos no se llevan.
Ban apretó los puños en señal de exasperación. Le había llamado cretino demasiadas veces, pero en aquel momento se sintió completamente diferente. Dolió, en verdad lo hizo.
- Iré a dormir, mañana salgo temprano. Aquello dolió aún más, no pensaba disculparse. Iba irse sin decir más y él no pensaba detenerla. No, porque seguir esa conversación terminarían realmente mal y era lo que menos quería.
Cuando Jericho desaparecido por las escaleras tallo su cara con frustración, porque tenía que ser tan difícil en ocasiones, porque cada que el nombre de Zeldris salía de sus labios terminaban en discusión, pero nunca como esa. Y eso le estaba preocupando.
Se quedó un rato en la mesa, quiso salir del lugar, pero el otro sitio al que podía ir, había un invitado con el que no quería encontrarse, era mejor arreglar las cosas con Jericho. Porque si no, no podría estar tranquilo consigo mismo y ya estaba lo suficientemente afectado para agregarle más presión.
Maldita sea, era lo único que ella pensaba, porque Ban tenía que ser tan tonto, tan aferrado y exasperante, como podía decirle de aquella relación con Zeldris, si no le permitía hacerlo.
Se sentía mal, por la discusión, más porque sabía que las discusiones eran cada vez más frecuentes. Y lo odiaba, en verdad lo hacía. Porque sabía que era su culpa.
Llamo a la puerta, al no recibir respuesta se decidido a entrar. Jericho estaba recargada en en marco de la ventana. Ban se acercó lentamente a ella.
Miró por la ventana tratando de encontrar que tenía a su chica tan embelezada, no era nada del otro mundo. Una hermosa noche estrellada y la luna en todo su esplendor
La tomó por la cintura y la abrazó. Definitivamente, ella era lo que necesitaba cuando los días se ponían difíciles, cuando estaba estresado o cansado.
- Creí que ya estarías durmiendo, se supone que sales temprano.
Jericho se giró para devolverle el abrazó. - En eso estaba, pero me distraje
No se dijo nada más, pues no había más que decir. Jericho sabía que esa era su forma de hacer las paces, no estaba de acuerdo, pero no iba a ser nada en contra. Y él sabía que ella no retrocedía era todo lo que podía hacer.
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Sorpresa!!! Aquí un capítulo más antes de que termine el año. Tenía la intención de publicar antes, pero no pude. Y aprovechando que esta noche no dormí mucho, quería traerles un pequeño capitulo.
Sin más, gracias por los que aún leen esta historia nos leemos en otra ocasión.
Sugerencias, dudas, opiniones, comentarios. criticas, tomatazos, o cualquiercosa que quieran enviarme, todo es aceptado.
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