Capítulo 58
Despertó temprano sintiéndose muy cansada. Ir a trabajar cuando casi no había descansado era una pesadilla.
Zelion estaba sentado frente a su puerta con ojos llorosos. No lo había escuchado, estaba tan cansada que no lo había escuchado y eso la hizo sentirse mal. Lo tomó en brazos, era tan suave y olía rico. Por ello le gustaba dormir con él. Jericho tomó el desayuno junto a Zelion. Quien sabía lloraría un buen rato cuando se fuera.
Lo dejó dormido en el cojin. Se apresuró a salir y poder llegar a tiempo.
Ban fue por ella al trabajo. Cómo hacia tiempo no lo hacía. Jericho pudo emocionarse. Pero tenía muchas tareas atrasadas.
Ban la haló directo a la cama aun con las negativas de Jericho. -Prometiste que esté fin, ya te tendría para mí solo-. Jericho se mordió el labio. Ella lo había prometido. Pero... sus tareas.
Jericho término accediendo. Ban se veía cansado así que se dormiría después de hacerlo una vez.
En cuánto comprobó que Ban estaba dormido, se levantó de la cama. Se cubrió con su bata y tomó sus cosas para hacer su tarea. Bajo a la sala dónde de estuvo las siguientes dos horas. Le agradaba los horarios que tenía, pues al día siguiente entraba tardé. Por ello podía hacer parte de sus deberes por las noches.
Escuchó pasos en las escaleras y giró a verlo. Era Ban -Qué haces aquí-. Jericho lo miró.
-No quería molestarte. Por ello decidí bajar a hacer mis tareas.
Ban se sentó junto a ella y recargo su cabeza en su hombro. -Es tarde. Deberías estar en la cama.
-Sólo quería adelantar un poco en mis tareas-.
-Entonces volvamos a la habitación. Mañana debes ir a la universidad-. Ban besó su cuello y Jericho no pudo evitar suspirar
Basta. Por favor...
Empezó a reír al sentir sus dedos haciéndole cosquillas en su cintura.
-Eres demasiado sensible.
-Sólo ante ti-. Ban la recostó en el sillón mientras le besaba. Y acariciaba su cuerpo.
Pero algo la hizo de tenerse. La bestia peluda jalaba su pantalón. Cuando Ban se alejó de ella Zelion subió al sillón y se acomodo sobre de Jericho Jericho empezó a acariciarlo. Mientras le sonreía a Ban.
-Cuando vivamos juntos la bestia peluda va a quedarse. ¿Cierto?-. Jericho en sancho su sonrisa, formando una llena de diversión
-No-. Jericho tomó su manó y entrelaza sus dedos -Zelion viene con nosotros. Porqué va siendo de ambos. Tu lo trajiste y el se queda conmigo. Y si voy a mudarme el viene.
Ban resoplo. Ya no aguantaba a esa bestia peluda. -Volvamos a la habitación-. Le ordenó Ban. Jericho estiró sus brazos, -No voy a cargar a la bestia también.
-Es una pena. Apagas la luz antes de irte-. Ban hizo una mueca y cargo a Jericho. La bestia peluda temblaba sobre Jericho, teniendo caerse. Jericho aferro un brazo al cuello de Ban y con el otro sujeto a Zelion delicadamente.
Ban la dejó en la cama y Zelion se acomodo a un lado de Jericho. Por aquella bestia ya no podría hacer nada con Jericho.
Abrazó a Jericho atrayendola a él y alejandola de la bestia. Le hubiera gustado que aquella bestia estuviese con Zeal esa noche.
Jericho se levantó y Ban no estaba a su lado. Eso era nuevo, se sintio extraña ya que Ban siempre estaba a su lado cuando despertaba. Se preguntó si Ban se sentía como ella en esos momentos cada despertar en que ella no estaba a su lado. Suspiró pesadamente y bajo a la cocina donde Ban preparaba el desayuno. Le indicó que se sentara y Jericho así lo hizo.
Ban se sentó a su lado. Y empezaron a comer. -Así va a ser cuando vivamos juntos
-¿Cómo así?-.
- Vas a alimentarme cada mañana.
-Sólo si te portas bien-. Jericho rió ante la respuesta, y con curiosidad formuló la pregunta
-Y qué sería para ti, portarme bien.
El inicio de los exámenes y entrega de proyectos evitó que Jericho pasara mucho tiempo junto a Ban. Pero finalmente Jericho estaba feliz porqué termino con todo. Y ya no tenía que ir. En unos días iría por calificaciones y esperaría el inicio del próximo curso. Las últimas semanas solo eran para quienes debían materias.
Así que sus planes con Ban se pusieron en marcha. Desde que le dijo a Ban que había terminado su ciclo escolar habían iniciado con lo mismo. La planificación para mudarse juntos.
Su búsqueda de lugar había sido reducida. Ambos buscaban un lugar con espacio, pero no exagerado. Así que un departamento amplio para la comodidad de ambos era suficiente. Jericho había decidido que fuera en la primera planta o si no. Plantas altas, pero que hubiese elevador si eran más de cuatro plantas. No quería un lugar ruidoso. Porque el ultimo año y medio de medicina seria más pesado que cualquier otro. Y necesitaba concentrarse. Ya tendría suficiente distracción viviendo con Ban. Pero eso solo la emocionaba.
Habían visto varias opciones. Pero ninguno les gustaba. La renta era demasiado. Y así estuvieron hasta que Ban hizo una pregunta.
-En dado caso que vayas a camelot-. Jericho lo miró desde su pecho, donde estaba recargada.
-¿En dado caso?
-Supongamos que me voy contigo. ¿Dónde viviríamos?-. Jericho le sonrió. Acarició lentamente el pecho de Ban.
-La casa de mi padre está disponible. Pero en dado caso de que tu no puedas venir, haré lo posible por verte seguido y vendré todas las vacaciones.
-Supongo que lo pensaremos cuando la carta llegue-. Jericho asintió. Se inclino sobre él y lo besó.
Jericho abrió su closet y lo miró curiosa. Se dió cuenta de que había mucha ropa de Ban. -¿Qué observas con tanta curiosidad?-. Le preguntó Ban mientras se acercaba a ella.
-Veo que... sin darnos cuenta ya estábamos viviendo juntos. Ban miró a Jericho y la besó.
-También hay ropa tuya en mi closet-. Jericho lo abrazo.
-Date prisa o llegaras tarde-. Jericho asintió. Debía ir a la universidad a recoger sus calificaciones y a trabajar.
Nada ni nadie podía quitarle su felicidad.
En cuánto pudo verse con Ban le salto encima
-Te fue muy bien ¿No?-. Jericho asintió con emoción.
- Excelente
-En esté punto ya no me sorprende. Pero si me sorprendió mucho los primeros años.
Qué te parece-. Le dijo Jericho de forma muy coqueta. -Sí vamos a algún lado a celebrar.
-Me gusta la idea-. Se acercó más para darle un apasionado beso - A dónde quieres ir.
Ban quería celebrar dos cosas con Jericho. La primera era eso y la segunda que había encontrado sus análisis y según le dijo merlín. Estaba sana y todo se hallaba en orden.
Fueron a un pequeño restaurante el cual le habían recomendado mucho a Jericho. Ban insistió en pargar porqué casi no la sacaba de la casa. Así que sería cómo una cita pagada por su novio. Ambos volvieron a la casa de los pecados. Ya que estaba más cerca de donde estaban. Aunque Jericho no estaba muy contenta por dejar a Zelion sólo. Aunque se calmó un poco al saber que Zeal y Guila estaban en casa.
Y le mandara un mensaje a Guila pidiendo que cuidarán de Zelion
Sólo estaban Meliodas y Elizabeth en la sala. Elizabeth saludo a Jericho con una sonrisa y volvió su vista a la televisión.
Ban la llevo a la habitación.
-Ban-. Ban no la dejó continuar y la besó. La empujó a la cama.
-¿Te gustaría pasar unos días aquí?
-¿Aquí!?.. ¿Con todos?
-No suelen pasar mucho tiempo aquí o cada quien se la pasa en su habitación. Así que, no los veras mucho.
-Me gusta la idea. No hemos estado mucho en tu habitación.
-Usualmente estas ebria-. Jericho sonrió. Estaba ebria o muy cansada, esperaba que esos días no fueran así.
-Mañana voy a salir con Matt-. Ban suspiró, no podía hacer más que eso sí no quería problemas con su novia
Matt la llevo a una cafetería, como si no estuviera cansada de ellas. Trabajando demasiadas horas a la semana en una
La cafetería era nueva. Su tonos eran en color pastel. Se veía elegante
Sí Miroku la viera. Le diría que no era lindo que fuera con la competencia. Al menos trataba de ser bromista. A ninguno les apetencia cómo tal estar en el café. Además de que ya era tarde. Y el lugar estaba por cerrar, caminaron algunas cuadras y llegaron a él bar en que estuvo con Zeldris. Jericho tomó asiento enla misma mesa en que estuvo con Zeldris.
-¿Has estado aquí?-. Preguntó Matt
-Hace meses
-¿Has hablado con Matthew o con Henry?
-Hablamos hace poco. Me dijeron que se irían de vacaciones. No estoy muy segura de adónde.
-Parece que no tienen mucho tiempo
-Ni tú-. Le dijo Jericho
-Sí, bueno. El trabajo absorbe mucho tiempo
-Lo sé-.
-Dijiste qué había algo muy importante que debías decirme. Y supongo que debes estar cansado, así que dímelo para que puedas ir a descansar.
Matt suspiró. -Me ofrecieron un mejor puesto de trabajo
-Vaya. Eso es increíble...-. Vio a Matt suspirar otra vez y eso la extrañó.
-Hay algo malo.
-Voy a mudarme-. La sonrisa de Jericho disminuyó considerablemente.
-Y a dónde-. Jericho empezó a jugar con su cerveza.
-A camelot
-Vaya... eso es bueno ¿No? Estarás cerca de James. También de Matthew y Henry.
-Sí, es muy bueno... pero, la verdad. Estoy preocupado por ti.
-¿Por mi? -.
-También me voy...
-Yo estaré bien. Aun podemos estar en contacto, llamadas, mensajes. Por donde sea.
Matt tomó su manó. Y Jericho le sonrió.
Amigo #4 en camelot. Se dijo así misma antes de despedirse de Matt.
Jericho estaba en su pasantia. Llevaba tres días en casa de sus amigos. Y cómo Ban le dijo. Casi no los había visto, pasaba bastante tiempo con Diane y Elizabeth. Pero ambas se ocupaban de mantener el orden en la casa y la taberna.
Jericho estaba por salir. Estaba en recepción recogiendo sus cosas, siendo esperada por sus amigos. Cuando algo llamó su atención. Una mujer estaba en la puerta siento perseguida por el Dr leandro.
-Vamos señora. Su cita era hace media hora.
-Pero mi hijo no ha llegado-. El Doctor en verdad se veía irritado
-Esperen-. Le dijo Jericho a Ban y camino a la señora.
-Sra.. Zafron-. Le habló Jericho.
-Oh, Jericho. Que bueno que te veo. Dile al Doctor que no voy a ir hasta que mi hijo llegue-. A Jericho le sorprendía en verdad lo distintos que eran Zeldris y su madre. Pero tan similares en muchas cosas, como en lo aferrados
-Su hijo ya sea retrasado-. Intento hacerla entrenar en razón.
-Pero no quiero entrar sin él.
-Y si yo voy con usted. Si su hijo llega entrará.
-Esta bien-. Accedió la sra.
Jericho se acercó a Ban corriendo. Debo hacer algo. Pero adelantense. Voy a tardar un poco. Luego los alcanzo.
Jericho no espero respuesta y dió alcance a la madre de Zeldris.
Zeldris llegó cuando todo ya había terminado.
Zeldris sólo miró a Jericho y asintió. Jericho se despidió de la señora y corrió para alcanzar a sus amigos.
Ban la esperaba a fuera, y no se veía muy contento.
-Dije que los alcanzaba-. Jericho se detuvo frente a él, mientras Ban la mirada fijamente. Y conocía esa mirafa, Una mirada que estaba por hacerla enojar
-¿Pasa algo?-.
-Nada-. Ban le dio la espalda y empezó a caminar. Jericho lo agarró del brazo y lo halo. Ban la miró.
-¿Estas seguro? -.
-Date prisa. Nos están esperando.
Ban tomó su mano Aun así la tensión era palpable.
Llegaron a la heladería dónde estaban todos. Jericho solto a Ban y se dirigió a pedir su helado.
Jericho regreso con un bote de helado de un litro. En verdad amaba el helado. Y ese no estaba satisfaciendo sus necesidades. Antes de irse se llevaría otro poco de helado.
Sé sentó junto a Ban. Todos miraban curiosos el "pequeño" vaso de helado. -Es para compartir-. Le preguntó Verónica.
-No-. Jericho empezó a comer su helado.
-Vas a comerlo tu sola-. Le preguntó Diane
-Sí-.
-Eso no es nada a lo que normalmente se come-. Hablo alguien a espaldas de Jericho.
-Oh vamos Guila-. Guila se sentó junto a Jericho y Zeal. - No puedes ir por ahí diciendo mis hábitos alimenticios. No había disfrutado de tanto helado en mucho tiempo.
-Y por qué no comías tanto helado-. Jericho comió otra cucharada.
-Es cierto. Estuviste meses sin comer generosas cantidades de helado-. recordó Guila
-Tenia la cartera muy apretada-. Jericho suspiró. La verdad era qué el nutriologo le habia prohibido tanto helado y dulces en lo que duraba su tratamiento por la anemia. Pero con su anemia estable podía volver a comer mucho. Claro que aún debía ser cuidadosa con su alimentación.
-¿La cartera muy apretada? -. Preguntó Elizabeth con su duda muy evidente.
-Quieres decir que tenía muchos gastos. Así que no podía gastar en cosas innecesarias-. Le explicó Margaret, quien comía un helado más grande que el de Jericho, Jericho solo asintió ante lo dicho por Margaret.
Meliodas, Ban y merlín no dejaban de ver a Jericho y ella comenzaba a cansarse. Termino su helado y fue a pedir el que se llevaría. Regresó y miró a los tres -¡Alguno va a decírme lo que sea que tiene que decir! -. Preguntó irritada de que sólo la miraran.
-La mujer del hospital...- empezó Merlín
Jericho desvío la mirada y la concentró en el helado frente a ella.
- ¿Qué relación tienes con ella? -. Preguntó Meliodas para sorpresa de Jericho.
Jericho prefería no contestar. La relación era la madre de su amigo. Pero si decía eso... podría ser peligroso. Por algo ambos acordaron mantenerlo entre ellos.
Fuera de Merlín, Meliodas, Escanor y Ban, nadie entendía de que hablaban.
-¿No vas a responderme?-. Preguntó Meliodas y Jericho sintió por un instante que hablaba con Zeldris.
- paciente doctor -. Fue lo que dijo.
-¿Y por que esta ella ahí?-. Cuestiono Meliodas
-Confidencialidad paciente Doctor.
-No nos vengas con eso-. Dijo Meliodas algo exaltado
-No puedo decirlo. Estaría violando el acuerdo de confidencialidad-. Jericho sintió la miranda fulminante de aquellas cuatro personas. Pero no se inmutó. Los demás que presenciaban la escena. Los miraban confundidos.
-¡No eres su médico!
-¡Y no por ello puedo decirlo!
-Sabes quien es su hijo-. Jericho se levantó. Miró a Meliodas y le sostuvo la mirada.
-Lo sé capitán. Y si es que tanto le preocupa, le interesa o que se yo....
Puede preguntarselo a él. Después de todo es su hermano-. Jericho tomó su mochila y su helado. -Ahora si me disculpan, mi tiempo disponible se a terminado. Y debo ir a trabajar.
Jericho no dijo más y se fue. Se sentía indignada por la forma en que le hablaron.
Intentó olvidarse de lo acontecido en su cena con todos.y se sintió culpable porque no se despidió adecuadamente de Zeal.
Cuando salio del trabajo y no vio a Ban, decidió empezar a caminar y llegó a él parque dónde tenía contacto con Zeldris. Se sentó en una banca. Saco su helado y empezó a comerlo. Aun se sentía molesta por lo discutido con Meliodas.
Estuvo bufanda y suspirando varios minutos, mientras comía helado. Estaba tan concentrada en ello que no se dio cuenta cuando alguien se sentó a su lado.
Solo noto la presencia de la persona cuando le arrebató su helado y su cuchara. Ella se sintió tan molesta en indignada que estaba dispuesta a golpearlo. Vio a Zeldris ahí y no supo si golpearlo. Las ganas no habían disminuido, pero tampoco habían incrementado.
-Prefiero el de menta-.
Jericho le arrebató su helado. -Nadie te invito-.
Zeldris no dijo nada y Jericho tampoco. Jericho comió su helado, mientras intentaba protegerlo de Zeldris. Quien intentaba quitárselo
Hasta que finalmente busco una cuchara en su mochila y puso el helado entre ellos.
-¿Qué haces aquí? -. Preguntó finalmente Zeldris
-Buscaba un lugar para comer mi helado.
-Y tú casa no es buen lugar-. Jericho levantó los hombros. Y no dijo nada.
-¿No deberías estar con tu novio?
-¿Debería?-.
El celular de Jericho sonó. Zeldris miró discretamente el teléfono y vio una foto del novio de Jericho, durmiendo cubierto con una mantita.
Jericho suspiró, se levantó de la banca y cogió la llamada.
-¿En dónde estás?-. La voz molesta de Ban se escuchó al otro lado de la línea
-Hola, cariño. Estoy bien-. Hablo con ironia .
-Bien, lo siento. En dónde estás-. Hablo más calmado.
-Después de la hermosa y pacífica reunión de la tarde. No sabía si era bienvenida por fratrernisar con la madre del enemigo.
-Nadie dijo eso.
-¿A no?-. Si Ban hubiera estado con Jericho, hubiera visto el enojo en su cara. Pero Zeldris si lo notó.
-Estas en casa de Guila.
-No.
-¿Con tu hermano?
-No
-¿En dónde estás?
Jericho suspiró. -Estoy en algún lugar.
-Vamos. Jericho. Deja tu enojo de lado.
-Llegaré después. Estoy ocupada.
Jericho colgó y volvió a la banca.
-¿Aun hay helado o te lo terminaste?
-Luces molesta.
-No es nada. Mejor dime que te tiene tan cohibido.
Zeldris la miró y Jericho pudo ver sorpresa. -Voy a irme -le dijo
-Yo solo hice una pregunta
Zeldris la miró cómo si hubiera dicho una estupidez. -Voy a mudarme.
Jericho dibujo una o con su boca. -¿Y a dónde? -.
-A camelot-. Jericho dejó el helado.
-¿Sólo tú?
-Mi madre vendrá.
-¿Y qué hay de tus amigos?
-Estamos muy grandes para seguir viviendo juntos.
-Ya lo saben.
-No. Pero se los dire pronto.
-¿En cuanto tiempo? -.
-Dos meses. Por mucho.
Jericho lo pensó. Dos meses.
-Pues suerte-. Zeldris asintió.
Amigo numero 5. Se dijo así misma en un leve susurró. Qué tenía camelot de especial. Se preguntó, pero resultó ser un pregunta muy estúpida, porqué incluso ella quería ir.
Llego a la casa de los pecados. Sinceramente no quería tocar. Por qué no le apetecía estar ahí. Pero... adónde más podía ir a las dos de la mañana. Suspiró pesadamente y sacó su teléfono para llamar a Ban. No quería despertar a nadie mas y se enterará que apenas iba llegando.
No pasó mucho para que el le abriera. Jericho suponía lo que venía. Ya podía imaginarse siendo jalada por Ban y exigiéndole que le dijera en donde estuvo. O tal vez que él simplemente no le hablaría. Pero nada de eso pasó. Cuando Ban abrió la puerta la tomo de la mano y la abrazó. La pego fuertemente a él. Jericho se sintió tan extraña, pero tan bien.
-Ban-.
-Fui a buscarte a la cafetería, pero ya no estabas. Estaba preocupado-. Jericho se recargo en el
-Debiste llegar tarde.
-Sólo unos minutos-.
-Podemos pasar, me esta dando frío.
-¿No estas a gusto con mi abrazo?
-Mis piernas están descubiertas. Y tienen mucho frío.
Ban la solto y la dejó pasar. Jericho abrió el closet para sacar su pijama.
Estaba por quitarse la playera cuando Ban la abrazó. -¿A casó bebiste?-. Preguntó divertida.
-No, por qué lo preguntas.
-Es raro verte tan afectuoso.
-Bueno... me comporte como un idiota en la tarde. Y me quede dormido por ello llegue tarde-. Jericho se giró sin romper el abrazó
-No se en que les molesto. La señora Zafron es una gran persona.
-Su hijo no
- Tal vez Zeldris tiene muchos defectos. Pero, no tiene porque pagarlos ella.
-Tal vez se exagero un poco.
-Y no me molesta que no vayas por mí. Sólo... supuse que estabas molesto por lo de la tarde.
-Su hijo no es de confianza, me preocupa que te haga daño
- ¿Lo conoces?
-Claro que lo conozco es un verdadero hijo de...
-Alguna vez te has detenido a entablar una conversación decente con él -. Le interrumpió Jericho algo molesta
-¿Y tú?-.
- ¿Y qué si así a sido?-. Jericho suspiró para calmarse
-Dejemos de hablar y vallamos a la cama. Estoy cansada.
Ahora sí aquí está el capítulo después de un par de meses. La buena noticia es que prácticamente me dedicaré a terminar está.
Gracias a los que aún leen está historia.
Se despide, Mundulfary.
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