Capítulo 36
Jericho fue con todas las chicas en su día libre. Estaba siendo un buen día, la habían invitado a comer y después irían por un helado
-Cómo vas con Ban-. Preguntó Verónica
-¿Cómo voy de qué?-. Margaret estuvo a punto de reír ante la cara de confusión de su amiga.
-Ustedes-. Intento explicarse Margaret
-Cuándo van a hacerlo público-. Preguntó Merlín con exasperación. En ocasiones no tenía mucha paciencia
-No hay nada que hacer público. No somos novios.
-Jericho...- Susurró Diane, y es que, según sus amigas, ella era la única que no se daba cuenta de nada.
-Qué les parece si ya vamos por algo de comer-. Sugirió Guila intentando disipar el ambiente incomodo.
Jericho y Verónica compraron una hamburguesa. Diane una pierna de cerdo. Y el resto termino con filete y ensalada.
-Cómo pueden comer eso. Jericho eres Doctora deberías saber que eso te hace daño-. Regaño Guila
-En primera. No soy Doctora, Soy estudiante de medicina. Y segunda no la como diario
Llego la malteada que habia pedido, Jericho estaba feliz por ello, hace tanto que no comía algo así.
-Y malteada en vez de agua-. Le regaño Margaret
-Y no han visto lo peor-. Advirtió Guila
Todas miraron a Jericho quien remojaba una papa en su malteada
-¡Por favor Jericho!-. Le habló Margaret en tono recriminatorio
-Ustedes dijeron que no juzgarian
-Yo quiero-. Verónica tomo una papa y la remojo en la malteada de Jericho. -Esto sabe muy bien.
-Sí ahora comes así. No quiero imaginar cómo estarás durante tu embarazo.
Jericho tuvo un escalofrío, hace tiempo que no pensaba en las posibilidades de un embarazo.
Jericho recibió una llamada y se despidió demasiado apresurada para después salir corriendo. Las chicas fueron a la taberna. Dónde se encontraron con los demás.
-¿No les falta una?-. Les preguntó Meliodas.
-Alguien le llamo y salió corriendo.
-¿Le habrá pasado algo a su hermano?-. Pregunto Escanor, quien sabia que Jericho no saldría apresurada por muchas cosas.
-No. Hendrixon le hablo-. Aclaro Guila
-Dijo que la necesitaba, con urgencia-. Merlín lo dijo de forma insinuante
-Debió ir al hospital-. Comento Howzer.
-No. Hoy es el día libre de Hendrixon en el hospital-. Informó Guill.
-Huy. Tendrán una cita Jejeje-. Rió Meliodas.
Las chicas notaron la molestia de Ban y ninguna, a excepción de la inocente Elizabeth, pudo ocultar su sonrisa de satisfacción.
-Están demasiado contentas-. Cuestiono King.
-Nos alegra que Jericho salga con alguien-. Hablo Verónica
-Aun que le lleve dos vidas de ventaja-. Termino de decir Margaret y algunos no pudieron contener la risa.
Una forma sutil de decirle viejo a Hendrixon
-Esperó que no salgan juntos. Eso sería demasiado extraño.
-Si salieran juntos. Jericho seria una asalta tumbas-. Hablo Howzer
-Y Hendrixon un asalta cunas-. Le siguió Verónica.
Los presentes parecían estar divirtiéndose con aquella conversación. Y más las chicas, quien lo disfrutaban por dos razones. Y la principal era ver que tanto aguantaba Ban antes de explotar.
-Jericho no se fijaría en alguien como él-. Declaró Ban molesto. Que se creían esas chicas.
-¿Por qué no? Hendrixon es un hombre atractivo. Fuerte, atento y peliblanco-. Verónica empezó a enumerar con los dedos -A demás...- Margaret llevo la mano a su frente al descubrir lo que su hermana iba a decir. Siempre le gusto meter su cuchara dónde no debía, como en el enchufe de la luz, ese era un claro ejemplo de lo mal que estaba su hermana.
-Hendrixon la mostraría ante todos sin vergüenza alguna. Aun con la diferencia de edad. No la mantendría escondida.
-¿Por qué dices eso?-. Cuestiono intrigado Gill.
-Solo fue un comentario.
A Ban comenzaba a molestarle la situación. Jericho no se quejaba, ¿por qué ellas sí? ¿A ellas que más les daba?. A menos que, ella se quejara con sus amigas. Pero no podía ser eso. Eso no era muy de Jericho.
El teléfono de Ban sonó. Y todos lo miraron. Era perico
-¿Quién es?-. Meliodas se acerco para ver
-Hablando de la reina de Roma-. Canturreo Veronica, quien estaba aun lado de Ban.
-Y qué quiere.
-Si contesta lo sabremos-. Merlín tomo el teléfono, acepto la llamada y puso el altavoz
-Qué quieres perico
-¿Ban?
-Tú no eres Jericho
-Eso ya lo sé. Soy Elena. ¿Me recuerdas? fui voluntaria con Jericho. La que te dejó pasar a cuneros.
-Si, ya se quien. ¿Qué quieres?.
-Jericho pregunta si podrías venir por ella.
-¿Por qué?
-¡Auch!. ¡Puedes hacerlo con más delicadeza¡- se escucho por el teléfono. Esa si era Jericho
-¿Te quejas por esto?
-¡Duele!
-Pues veras-. Hablo Elena. -Jericho tuvo un pequeño accidente y el director se niega a dejarla ir sola-. Todos esperaban su respuesta
-Qué molesto. ¿Porque yo?-. Alguien le pegó una patada por debajo de la mesa. Pero Ban no le tomó importancia.
-Elena cuelga. Y háblale a Gustaf. ¡Auch!-. Jericho se escuchaba demasiado molesta
-Bien, iré por ella-. Ban rodó los ojos. Todo hubiera sido más sencillo si todos no estuviesen escuchando su conversación.
Ban se levantó ante la atenta y molesta mirada de las chicas.
-Llévate el auto. Pero me lo regresas-. Le indicó Meliodas.
Entro al hospital y en cuanto la recepcionista le vio. Le dijo dónde ir.
A Ban le molesto la escena que sus ojos presenciaban. Por qué Hendrixon la estaba tocando. Porque se atrevía a tocar sus mejillas. No tenía derecho a hacerlo.
Ban dio golpesitos a la puerta. Jericho lo veía molesta. -Parece que llegaron por mi.
-Puedes caminar-. Jericho asintió.
-Descansa. No te esfuerces demasiado
-Lo intentaré -. Jericho iba caminando lentamente tras de Ban.
-Siento haberte molestado-. Se disculpó Jericho. Cuando estaba dentro del auto.
Ban tomo su mano. Estaba vendada, tenia algunos raspones y cortadas en sus piernas. No podía ver sus brazos por el suéter. También tenía marcas en el rostro, justo donde Hendrixon le había acariciado.
-¿Qué te ha pasado?
-Nada de importancia.
-Sí claro. Y por eso pareces momia.
-¡No es cierto!-. Ban condujo y la llevo a casa de Guila.
Entraron a la casa y Jericho se sentó delicadamente en el sofá.
Zeal se abalanzó a Jericho. Y Jericho no pudo evitar un quejido.
-¿Te lastime?-. Preguntó Zeal preocupado
-No. No te preocupes. Dime qué estas haciendo solo. ¿No saldrias con unos amigos?
-Ya no fuimos. Lo dejamos para luego
-¿Y por qué no nos has avisado?
-Porque no quería que volvieran por mi culpa. Tu casi no sales.
-Sabes que me gusta pasar tiempo contigo.
-Lo sé
-Entonces a ti ya no te gusta pasar tiempo conmigo
-Yo no dije eso.
-¿Necesitas algo?
-No. Gracias Ban.
-Yo iré por algo en mi habitación. Zeal corrió. Jericho miro extrañada por donde se fue Zeal
-Porqué agradeces
-Por ir por mi-. Ban la calló con un beso
-Le devolveré el auto al capitán. Tal vez vuelva-. Volvió a besarla y se fue. Dejando a Jericho confundida.
Zeal volvió a bajar. Pasaron la tarde viendo películas comiendo palomitas y otros dulces. Hasta que fue su hora de dormir.
Subió a su habitación. Esa noche no recogería nada. Todo le dolía, para subir los escalones era todo un martirio.
Se recostó en su cama debía, cambiarse la ropa. A decir verdad, debió hacerlo desde antes.
Se puso de pie lo primero que se quitó fue las botas.
Vio a Ban entrar por su ventana y sonrió. -Que bueno que llegas.
-Nos vimos hace unas horas y ya me extrañabas-. Sonrió con picardía
-Yo no dije eso. Pero volviendo a lo importante. Ayúdame quitarme la ropa
-Apenas llegue y ya quieres que te desnude.
-¿¡Vas a ayudarme o vas a seguir jugando!?
Ban le quitó el suéter. Y pudo ver que tenía algunos golpes en los brazos. Y una pequeña herida en el cuello.
Procedió a quitarle la blusa en frente no tenía nada. Pero no podía decir lo mismo de su espalda. Tenía por lo menos tres moretones y unas heridas junto a los moretones en forma de linea. Con qué se había lastimado de esa forma. Paso sus brazos alrededor de ella, acariciando su piel en el proceso para desabrochar el short. No pudo evitar darle besos en el cuello. Escucho sus leves suspiros y no sabía si eran por las caricias o los besos.
Dejó caer el short y Jericho se encargó del resto. -Tan bien necesitas que me deshaga de tu ropa interior-. Hablo mientras seguía repartiendo besos en su cuello y hombros, pero Jericho tuvo que detenerle.
-Esta noche no Ban. No puedo hacer mucho.
-¿Qué te pasó?-. Jericho se sentó en la cama.
-Un anaquel me calló encima.
-¡Un anaquel! ¿Cómo? ¿dónde? ¡Te deje con las chicas!
-Necesitaban ayuda en el hospital. Y Hendrixon me llamo. Por eso tuve que dejar a las chicas.
-¿Cómo es qué se te calló?
-Un niño de cuatro años se escapó de pediatría. Y estuve buscandolo por todo el hospital . Lo encontré en el almacén dónde guardan las cosas de limpieza. Estaba tan asustado. Cuando se levantó movió varias cosas y el anaquel cayó. Y sólo pude cubrir al niño para que no se lastimara Por suerte el anaquel era pequeño. Y no nos hizo mucho daño.
-Lo harías por cualquiera. ¿No? Protegerias a cualquiera con tu vida. ¡Qué hubiera pasado si ese anaquel te hubiese dado un golpe en un mal lugar!, si tus heridas hubieran sido peor
-Mis heridas solo son superficiales. Y si puedo ayudar a las personas así lo haré
-Sí algo saliera mal. Que cres Que haría tu hermano. Tus amigos, las chicas. ¡Que haría yo!-. Jericho se sintió desarmada ante esas palabras. Sabía que el estaba muy preocupado. Pero nunca perdería una discusión contra él.
-Podrías conseguirte otra amante. Yo no veo mucho problema en ello-. Ban se alejo de ella.
-¡Crees qué es tan sencillo!. Puedes conseguirte otra amante-. La imitó con verdadera molestia. -¡Eres tan tonta si crees eso!
-Sí prefieres un hombre no te juzgo-. Intento bromear Jericho
-¿Te parece divertido? Estas hablando de tu muerte de una manera tan sencilla-. Jericho sabía eso, pero Ban la estaba haciendo sentir una verdadera tonta.
-No le tengo miedo a la muerte-. Susurró, no temía morir, porqué aun no encontraba un buen motivo para vivir.
-¡Pero quieres ayudar a las personas!
-No es lo mismo tu vida. Que la de alguien más. No voy por ahí buscando mi muerte. Pero se que algun día sucederá.
-No me gusta que hables así. Solo piensas en ti. ¡Qué pasará con tus amigos!, ¡con tu hermano!
-No lo sé-. Jericho suspiró -Podemos dejar de hablar de esto. No le temo, pero tampoco es algo de lo que me guste hablar.
-¡Duérmete entonces!-. Jericho bajo la mirada, Ban sabía cómo hacerla sentir mal, como hacerla sentir inferior.
-Primero me ayudas con otra cosa-. Ban suspiró, Jericho no era la única que tenía sentimientos encontrados. Tal vez debería dejar de beber antes de visitarla.
De su mochila Jericho saco una pomada. -Lo aplicas en mi espalda, por favor.
Ban tenía las manos frías y la pomada no ayudaba mucho. Su piel estaba sensible y el dolor que sentía cuando Ban deslizaba sus dedos en su piel, era demasiado para ella. Debía contenerse, se mordió el labio inferior levemente. De no ser así, terminaría gimiendo y no precisamente por dolor.
-Ya está...-. Jericho se incorporó -Ahora qué quieres.
-Voy a por mi pijama.
-Yo te la paso-. Ban camino hasta su closet.
-No te molestes. Yo puedo hacerlo-. Ban abrió la puerta del closet y lo primero que vio fue una de sus camisetas.
-¿Y esto?
-Es la camiseta que perdiste hace tiempo. Lo había olvidado-. Ban sintió que le mentía. Algo ocultaba
-¿Y está?-. Encontró otra camiseta
-Cuando fuimos a Camelot. La encontré en mi mochila.
-Ya sabía que había perdido algo-. Ban se la arrojó -Ponte esa.
Ban había detectado el olor de Jericho en sus camisetas. Pero supuso que era porque ella las había lavado y estaban en su closet. No paso por su cabeza, la que era la verdad. Jericho solía usarlas para dormir cuando sabía que no le vería.
Ban se subió a la cama y se puso tras ella. Le desabrochó el sostén y se lo quitó. Después, con toda su fuerza de voluntad, el mismo le puso su camisa. Si estando sentada se le veía tan bien. Estando de pie, se le vería mucho mejor. Imaginársela así, le resultaba deliciosa mente doloroso.
Comenzaba a considerar el irse. Pues no resistiría mucho su instinto y solo quería hacerle el amor.
Se dio un golpe mental. Desde cuando se refería a lo que ambos hacían, a su contacto; como hacerle el amor.
Jericho se acomodo finalmente y se abrazo a él. Esa noche dormiría bien si era con Ban. El sueño por fin llegaba a ella, pero despertó de golpe. -Mierda-. Musito molesta. Debía avisarle a Miroku
Se volteó lentamente y busco su teléfono. Marcó rápidamente. Sonó un par de veces y al fin contesto.
-Qué quieres tan tarde Jericho
-Buenas noches a ti también.
-Vamos di por qué no irás
-¿Porqué piensas que no voy..? No puedo ir. Y ya. No importa sí me descuentas el día o debo reponerlo. Gracias
Jericho volvió a acomodarse junto a Ban.
Jericho no tardó ni diez minutos en volver a moverse. Lentamente se alejo de Ban y se volteó boca abajo. No podía estar de lado. Mucho menos de espaldas. Era la única posición que le quedaba. Gruño cuando calló de cara. No era posible que no pudiese ni apoyar sus brazos.
-¿Estas bien?
-Lo siento, no quise despertarte.
-No lo hiciste. ¿Qué intentas?
-Dormir
-Pues hazlo.
-Eso intento. Pero duele
-Qué te duele.
-Es mas fácil decir que no duele
-Y qué no te duele.
-Nada, todo me duele
A Ban le dio gracia la exageración de Jericho.
-No te rías. Me duele todo-. Jericho hundió su cara en la almohada. Tal vez estaba exagerando un poco, ya que, al menos la cara no le dolía.
-Te duele aquí- Ban acarició su brazo izquierdo
-No-. El brazo que le dolía era el derecho. Como no le iba doler si con ese cubrió su nuca y sobre él calló algo muy pesado.
Del izquierdo le dolía pero la muñeca, esa si que le dolía.
-Y aquí-. Ahora acariciaba sus piernas
-No-. Esas sólo las tenía entumidas. La rodillas y tobillo era lo que dolía de ambas. Donde había recargado casi todo el peso.
Ban metió una mano entre las sábanas y ella. Y le provocó cosquillas
-Ya. Basta, en serio-. Jericho descubrió lo que Ban estaba haciendo. Y lo peor era que le gustaba -No puedes evitarlo, ¿cierto? ¿No puedes tener tus manos quietas?
-Es difícil estar a tu lado y no poder tocarte. Y se que quieres que siga-. No lo iba a negar. Le gustaría que siguiera, pero no podía. No podían hacer la gran cosa.
Jericho dejo escapar un gemido de dolor. Ban se había apoyado en su espalda. Escucho un bufido y después Ban se separó.
Jericho se sentía terriblemente mal. Por no poder hacer con Ban lo único que los unía.
-Será mejor que me vaya.
-No. Ya es tarde.- Lo único que ella quería era estar con él.
-Tu necesitas descansar.
-Estés tu o no. No podre descansar.
-Y si estoy yo, menos lo harás
-Ya no voy a quejarme. Lo prometo-. Sabía que se estaba comportando caprichosa, pero no quería estar sola, quería estar en los brazos de Ban.
-¿Vas a dormir?
-lo intentaré
Ban volvió a la cama. Jericho se recostó sobre su costado derecho. Al menos no le molestaba tanto.
A Ban no le gustaba tenerla tan lejos. Si estaba con ella era para tenerla cerca.
Si se pegaba un poco más no la lastimaría. -Sí me acuesto sobre ti. Vas a dejar de moverte-. Sabía que ella bromeaba, pero esa idea le gustaba
-Probablemente funcione.
-Tu crees. Por qué yo no, las veces que eh estado así. Hacemos demasiado, menos dormir.
-Hoy si te dejaré dormir-. Dormir sobre el pecho de Ban. Tenía sus ventajas, no se lastimaría la espalda. Que era lo que en verdad le dolía. Pero estando tan cerca. A ella tampoco le gustaría solamente dormir.
-Ven-. Ban le ayudo a colocarse sobre él. -Así ya no te lastimaré.
-Y tampoco dejaras de tocarme.
-Te gusta que lo haga.
-No te lo niego. -Ban le rodeo lentamente la cintura. -Duérmete o voy a creer que no te duele nada-.
-Acércate un poco-. Jericho se estiró lentamente. Y Ban se acercó a ella. Jericho lo besó. Al menos eso sí podía hacerlo.
-Estas jugando conmigo, ¿no?
-No.- Jericho se acomodo nuevamente
Y no tardó en conciliar el sueño.
Quería decir que a la mañana siguiente estaba como nueva. Pero era una mentira absoluta. El dolor era peor. La noche anterior no se había sentido de maravilla. Eso era un hecho. Pero esa mañana le dolía hasta respirar.
Y Ban lo noto en cuanto despertó.
La llevo hasta el baño y prácticamente tuvo que bañarla. Luego de la ducha se sintió mejor. Ban había vuelto a aplicar la pomada. Y le ayudo a vestirse. Jericho se sentía como una niña pequeña. Y se preguntó si de pequeña se había sentido tan inútil. Como en ese instante
-Lamento que tengas que hacer esto.
-Si no lo hiciese yo quien.
-Tal vez Guila me hubiera ayudado
-Pero tu no se lo hubieras pedido
-Bueno, pero...- Ban la calló con un beso y después le ayudo a bajar a la cocina. Donde las chicas la esperaban.
-Creó que es hora de irme-. Informó Ban, pero Diane lo sentó.
-No vas a irte-. Le informo Verónica.
-Para qué me quieren
-Para que más va a hacer-. Le respondió Diane con obviedad -Para que hagas el desayuno.
-¿Dónde está Zeal?-. Preguntó Jericho
-Unos niños vinieron por él. Así que vamos a poder hablar sin problemas
-Conmigo no cuenten-. Ban intento abrir la puerta pero estaba cerrada.
-Prepara el desayuno y te liberaremos-. Le informo Verónica mostrandole las llaves
-Qué pasó ayer-. Guila fue directo al punto.
-Tuve que ir al hospital
-¿Y para que querías que Ban fuera por ti?-. Le exigió Verónica.
-Escuchamos su conversación-.
-Ah...- Jericho se mantuvo un rato callada -Tuve un pequeño accidente y necesitaban que alguien fuera por mi.
-Y por qué Ban. Sabemos lo que ustedes dos se traen. Pero, pudiste llamarnos a nosotras-. Le reclamó Merlín, si en verdad no querían ser descubiertos, deberían ser más discretos
-Lo consideraré para la próxima.
-¿Y la venda es parte de tu accidente o parte de algún juego?-. Le pregunto Verónica provocando que Jericho se sonrojara.
Ban apareció con un plato y se lo dio a Jericho.
-¿Y nosotras?-. Le pregunto Diane
-Hay cereal en la alacena.
Jericho no pudo evitar reír. -Me largo
Ban abrió la puerta.
-¿Le diste las llaves de la casa?-. Preguntó Guila muy sorprendido.
-No, se la quitó a verónica.
-Claro que no. Yo aún -Verónica reviso su bolsillo y no habia nada.
-¿Cómo?
-Deberías tener más cuidado con tus cosas-. Le dijo con sarcasmo
-Que habilidades tiene Ban. Si hizo magia ahorita. Imagínense lo que hace en la cama.
-Yo prefiero no hablar de ello-. Les dijo Jericho y Margaret no pudo estar mas de acuerdo.
-Mejor contestanos qué te paso en la mano-. Preguntó Margaret.
Jericho se quitó la venda. Margaret hizo una mueca. Tenía una herida del dedo índice a la muñeca. Cruzando por la palma en diagonal
-¿Cómo te la hiciste?
-Con un bisturí. Caí y me corte-. Jericho se preguntó. Qué hacia un bisturí en el almacén de productos de limpieza.
-Y por ello alguien debía ir por ti-. Merlín se mostraba incrédula.
-No precisamente por ello. Ya les eh dicho que caí.
-Debiste darte un buen golpe si hoy no fuiste a trabajar y Ban prácticamente te cargo.
-Fue un buen golpe. Pero pronto estaré bien.
-¿Y mañana irás a la universidad?-. Jericho negó.
- El Dr dijo que reposo durante tres días-. Suspiró.
-¿Ya avisaste a la universidad?
-Aun no.
-Vaya. ¿Y que harás estos días?
-Hoy planeo dormir.
-¿Acaso ayer no lo hiciste?-. Jericho captó el doble sentido de las palabras de Verónica, pero prefiero ignorarlo.
-Sí y no.
-¿Ban no te dejo dormir?-. Ahí estaba nuevamente con sus insinuaciones.
-Ban si. El dolor no
-¿Te dolía mucho?-. Pregunto Elizabeth con preocupación.
-El dolor era menos que hoy.
-¿Eso es normal?-. Preguntó verónica
-Sí. El cuerpo de cada persona trabaja diferente pero en definitiva es normal
-Bueno. Entonces descansa, nosotras nos iremos
-Zeal regresa en algunas horas.
-Esta bien.
Este capítulo estuvo casi listo hace algunos días, solo faltaba muy poco, siento que al final no lo deje muy bien. Pero por varias razones me faltaba inspiración. Y la principal pues Elaine sabe terminar con mi inspiración para hacer algo bonito entre Jericho y Ban. Pues verán, llevo meses buscando cosas de Jericho y no eh encontrado nada, pero hay muchas cosas de Elaine y muchas de ellas son con Ban. Se que es la pareja canon, pero en verdad me fastidia que tenga más protagonismo en importancia que la principal que es Elizabeth y Meliodas. Y en verdad me frustra y logra terminar con mi poca inspiración que últimamente traigo.
Además, no voy a decir nombres. Pero hay un usuario que ya me tiene más fastidiada que la Loli. Y me ha estado mandando mensajes haciendo críticas nada constructivas y de muy mal gusto. Al principio no le di importancia pero ya me a fastidiado.
Ya había pasado por esto antes, no directamente, pero me eh metido en fandums a quienes les arrojan demasiada arena como es dos de mis Shippeos favoritos (el Sasuhina de Naruto y el Dramione de Harry Potter ) y esperaba que no se metieran tanto con el Jeriban. Pero veo que me equivoque demasiado.
Les digo esto, con la intención de no empezar a hacer mucha arena con esta pareja. Yo eh visto que somos un fandom tranquilo, y no andamos arrojando arena como otros. Así que espero que sigamos así.
Ya terminado con esto, aprovecho Para recomendarles un par de historias
Meet The fox of greed SuzettedeHenderson
One shot (continuación de one shot Jeriban de Fabilunatica en el perfil de Jeri-Fan
Y por ultimo Sálvame de AlexandraJimenez858
Son muy buenas historias así que se las recomiendo
Nos leemos
Sugerencias, dudas, opiniones, comentarios, criticas, tomatazos, o cualquier cosa que quieran enviarme, todo es aceptado.
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